BLEACH - Memorias: La luna del cazador
Prólogo: Silenciosa oscuridad
Y con la luna teñida de carmesí aparecerá la sombra carente de alma a devorar todo cuanto encuentre...
Solo la tenue brisa movía las briznas de hierba y mecia gracilmente los juncos que crecían a ambos lados del riachuelo. El agua corría rapidamente, llevando consigo las hojas caidas de los arboles el dia anterior. Era una silenciosa noche de Verano, donde la luna iluminaba tenuemente aquella zona. Un claro al lado de un pequeño riachuelo, daba el inicio a un estrecho sendero que llevaba hasta una pequeña cabaña de madera. En su interior, la tragedia ya estaba servida. En una noche, que sería el comienzo...
Una figura se movía a trompicones en la negrura, sin duda respiraba con dificultad. Sus ropajes oscuros se confundían con la oscuridad que reinaba en el interior de la pequeña vivienda. Su cuerpo y uniforme estaban destrozados y solo la luz de luna que se filtraba a traves de la puerta, dejaba ver la sangre que manaba de sus heridas.
Exhausto y debil su cuerpo se desplomó sobre el suelo, tiñendo la madera de color carmesí. Pesadamente se arrastró hasta el armario y apoyó su espalda contra el, afianzó las pocas fuerzas que le quedaban y asió su katana con fuerza con ambas manos. El filo de la espada apuntaba a un enemigo invisible que el shinigami no terminaba de encontrar, pero que esperaba apareciera en cualquier momento por la unica puerta de la cabaña.
Los ojos le pesaban y la vista se iba nublando poco a poco. Sus manos perdian también la fuerza y su arma, mellada, flojeaba temblando entre sus manos.
El frio se fue haciendo dueño de su cuerpo, lo sentía lejano, y lentamente se fue hundiendo en las tinieblas. Y entonces apareció, como una sombra borrosa, tapando la luz de la luna. Su enorme cuerpo estiró una garra hacia el interior de la cabaña, arrasando con cuanto encontraba a su paso, hasta acabar con todo. Incapaz de reaccionar, falto de fuerzas y de esperanza, no pudo sino intentar interponer su katana en la trayectoria. El puntiagudo apéndice se clavó casi sin encontrar resistencia en su pecho, terminando así de hundirle en la oscuridad.
En solo un suspiro todo teriminó. La criatura se alejó tan rapido como había aparecido, dejando atrás un rastro de sangre.
La hoja rota de una zampakutoh reposaba sobre el suelo.
Un conjunto de cuerpos, destrozados a garrazos se sumaban al del shinigami por toda la vivienda. Todos horriblemente asesinados en un baño de sangre eran su marca.
La marca del cazador...
Sereitei, Sociedad de Almas
Dependencias exteriores de la 6ª División
Una joven caminá a paso rapido, como con prisa. Su mirada va de un lado a otro intentando dar con aquel a quien busca. Morena, de pelo corto y alborotado, no muestra ningun rasgo distintivo además de su uniforme de shinigami, a excepcion de una banda blanca que lleva atravesandole el pecho. Carga sobre sus manos un paquete sin envolver, una caja de madera con el escudo oficial de la Sexta División.
Camina sin descanso entre los pasillos de uno de los edificios del cuartel cuando cree divisar una cara conocida.
- Hishikawa-kun!! Que bueno verte!! - Un hombre joven se giró al escuchar su nombre. Era grande y muy corpulento, pero pese a su recio aspecto, tenía una fama y caracter bonachón adorables.
- Michiyo-chan!! Que estas haciendo aqui? - pregunto con incredulidad mirando a la chiquilla. Esta parecida un gatito que hablara frente a un enorme oso.
- Me encontre por casualidad con vuestro capitán cuando hacía un encargo de la Cuarta División y me pidió que entregara esto. - dijo señalando la caja que llevaba entre las manos. Por la cara de la chica, parecía que pesara bastante.
- Quieres que te ayude? - se ofrecio cortesmente Hishikawa.
- Puede que sea de la Cuarta División pero no soy ninguna debilucha!! - le gritó indignada con fuerza.
- Claro... tienes razón. Aunque si les preguntaras a los de la Undecima no te dirian lo mismo... - dijo casi entre cuchicheos
- Que has dicho?!! - volvio a gritar la pequeña shinigami.
- Nada, nada.- dijo haciendose el loco.- Por cierto, a quien estabas buscando? a Hasegawa?
- Aja! Lo has visto?
- Me parece que dijo que iba a dar una vuelta, asi que puedes imaginar donde andará...- dijo con unas palabras que ya parecían tener sentido para la chica. Esta salió disparada con la caja a cuestas, diciendo: - Es incorregible... nunca aprenderá... será...- y otras palabras que el shinigami no alcanzó a oir. Sin mas se dio la vuelta y continuó su camino.
Una figura dormitaba tumbada en la hierba, con su cabeza apoyada en las raices de un viejo sauce llorón. Tenia el pelo moreno y de punta, y su apariciencia no reflejaba mas alla de unos veintitantos. Bien parecido, tenia los ojos cerrados y con una actitud despreocupada roncaba a pierna suelta. En su boca se movía incesantemente una pajita que de vez en cuando mordisqueaba sin darse cuenta. Al igual que el resto vestía el uniforme negro de shinigami, y mantenía a su lado su zampakutoh. Tanto la funda como el mango de la espada eran de un profundo azul oscuro.
Un jarro de agua helada cayó sobre la cabeza del shinigami sacandolo a la fuerza del letargo en el que se había sumido. -¿Quien demonios...!?! Nakamura?? Eres tu?
- Si, soy yo, vago incorregible!! Llevo una hora buscandote!! - dijo Michiyo con expresión malhumorada. ¿hasta cuando pensabas seguir ahí? Es que no tienes nada que hacer?
- Encantado de verte de nuevo pequeñaja.- dijo mientras se ponía de pie y se ajustaba la zampakutoh al cinto del uniforme.- Lo siento, esto no es la Cuarta División, y cuando terminamos nuestras tareas, descansamos.- Ante la cara de Michiyo, que empezaba a ponerse roja de ira, Hasegawa decidió calmar un poco las cosas. - Oye, y que te trae al Cuartel de la División¿Me estabas buscan..
- Tu capitán me dijo que te entregara esto. Nada más! - le interrumpió la chica enojada, mientras le hacia entrega de la caja de madera. La caja estaba labrada exquisitamente y en el centro de su tapa figuraba el escudo y el simbolo de la división.
- Del capitán dices?- pregunto con incredulidad mientras se disponía a abrirla. Al hacerlo sus ojos se abrieron victimas de la sorpresa que no esperaba encontrar.
- Tu insignia de Teniente!!
- Pero si aun no es oficial!! El nombramiento será oficial dentro de una semana.
- Me ha dicho que quería que la llevases durante tu proxima misión. Eres su mejor hombre y confia en ti plenamente.
- Gracias Nakamura. - dijo poniendose serio. En sus labios se dibujaba una sonrisa de satisfacción y a la vez de orgullo. Escuchar unas palabras así que venian de su superior era algo que lo llenaban de una manera que no era capaz de expresar con palabras. Y expresadas con la dulce voz de Michiyo, aunque estuviese enfadada, era la mejor manera de recibirlas.
- No me des las gracias a mi tonto! Eso lo ha dicho tu Capitán, yo pienso que eres un capullo arrogante y que no te la mereces. - dijo con una mueca de burla. Era su manera de decir las cosas cuando era incapaz de mostrar sus sentimientos, eso era algo que le encantaba de Michiyo. - Si por mi fuera, se la daría a cualquier otro y ... - continuó diciendo la chica, hasta que el shinigami le puso la mano en el hombro. De repente, solo con el contacto la shinigami enmudeció y bajó la mirada visiblemente cortada, mientras el color de sus mejillas se enrojeció claramente.
- Gracias Michiyo.- dijo con sinceridad Hasegawa, mirandola a los ojos con esa misma sonrisa.
- No... hay de que... Yahei - Se habia puesto roja solo con que la tocara. Mira que era tonta, como se le ocurria tartamudear así como si fuera una niña, pensaba ella por dentro.
Sin decir ni una palabra más se dió la vuelta y salió corriendo lo más rapido que pudo. Hasegawa se quedó mirando como se iba mientras se colocaba la insignia alrededor del brazo.
Los dos habían sido amigos lejanos ya en el Rukongai y se conocían de vista, de haber jugado alguna vez de crios con amigos comunes. Fue una coincidencia encontrarse de nuevo, años después, en la academia de shinigamis del Comandante Yamamoto. No habian entrado el mismo año, pero desde el primer dia que se habían encontrado fortuitamente en un pasillo, se habían convertido en buenos amigos. Años mas tarde, habían acabado en divisiones separadas, luciendo uniformes de shinigami, como era su sueño.
Y hoy por primera vez, llevaría puesta la insignia de Teniente de la Sexta División. Dios!! Esoy deseando fardar de ella delante de todo el Escuadron y ponerles firmes!! Jajaja me lo pasaré en grande. Iba pensando segun volvía a las dependencias interiores del Cuartel, pues tenía habitualmente la cabeza hecha un lio con todas las responsabilidades nuevas que estaba asumiendo. Por eso le gustaba recostarse en aquel viejo sauce a la orilla del riachuelo, aquel era su lugar de paz. Allí podía pensar con tranquilidad y olvidarse de todo durante unos minutos. Ahora sin embargo, su cabeza volvía a ser un hervidero de ideas y pensamientos, empezando por uno:
"Me ha dicho que quería que la llevases durante tu proxima misión."
A que mision se refería?
To Be Continued...
