Disclaimer:
Todos los personajes que se mencionan/mencionaron en esta lectura pertenecen a Hajime Isayama, del manga "Shingeki No Kyojin/進撃の巨人".
Pareja: Eren Jaeger/ Levi Ackerman.
Imagen de portada: Todos los créditos correspondientes a lolakasa por su bello arte.
Advertencias: AU!Magic, uso del lenguaje altisonante o vulgar, insinuación de otras parejas distintas a la pareja principal, uso probable del OoC, hopeful end.
Temática: Universo alterno mágico.
Nota: Este fanfic es la tercera parte de la serie Green love, no hay necesidad de leer las otras dos partes si no las has leído, la historia igual se entiende perfectamente bien.
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Prólogo
Erase una vez la historia de un peculiar reino, en un peculiar mundo con su peculiar gente. Como es de suponer, este mundo no pertenece a una realidad normal y ciertamente, no a un universo cercano y mucho menos común. Las criaturas mágicas que en ese mundo habitaban fueron foco de leyendas de los hombres, incluso de mundos distintos. Conocidas y admiradas por civilizaciones y generaciones enteras. Un mundo tan viejo que parece cobrar vida con cada nueva leyenda que se dice de él. El tiempo funciona de manera distinta al de otros universos y por eso, a pesar de ser tan viejo, sigue siendo relativamente joven.
Se cuenta que el reino de los elfos, el reino más poderoso que cualquier otro reino mágico, nació de la nada. Que la Señora del universo le dio preferencia a sus hijos elfos e hizo de ellos más que un simple reino, una fuerte nación que no ha podido ser derrocada.
Es sólo la mitad de la verdad.
Que los elfos siempre fueron criaturas crueles, codiciosos con los reinos hermanos y sedientos de poder. Más que cualquier cosa, ansiaban el poder como los dragones codiciaban el dorado del oro. Que por eso su reino se fortificaba con el reluciente oro y el fino mármol blanco que desangraba en cada estatua erigida para sus antiguos reyes, en cada fuente de agua clara que había por la ciudadela y hasta en la última piedra que sostenía el imponente castillo real.
Es sólo la mitad de la verdad.
Dicen que la crueldad de estas criaturas no conoció limite alguno y que un reino tan insignificante en poder y riqueza como el de los hombres humanos, pagó la factura. Que sus viejos elfos magos maldijeron al pueblo humano con una maldición que los condenaba a estar atrapados detrás de fuertes murallas que los protegían de las bestias.
Es sólo la mitad de la verdad.
Sobre todo, les gusta contar la historia de cierto príncipe elfo en particular. Dicen que era el príncipe menor y que estaba tan cegado por la envidia y los celos que trató de envenenar a su hermano mayor, quien acababa de ascender al trono. Dicen que su padre y su hermano no mostraron piedad alguna y lo desterraron lejos de su reino, lejos de lo que el príncipe conocía.
Es sólo la mitad de la verdad.
Que el pobre príncipe encontró refugio en la ciudad amurallada de los humanos. Que el capitán de la legión que trataba de alejar a las bestias cuando se acercaban demasiado a su ciudad, cayó perdidamente enamorado del príncipe desterrado; que fue su amor el que lo condujo a levantar a sus tropas en contra del reinado del hermano mayor de su príncipe. Pero que el príncipe, siempre arrogante y egoísta, no devolvió los afectos al humano y en su lugar, regresó a su reino y tomó la corona de su hermano mayor. En el proceso, matando de dolor al capitán humano.
Pero... de nuevo, es sólo la mitad de la verdad.
Toda la verdad es un poco menos cruel, más fantasiosa y completamente más dramática de lo que la gente quiere recordar. Se olvidan del verdadero origen de los elfos, de que los humanos nunca fueron totalmente inocentes e indefensos y que Sina fue la mente maestra que puso a varios reinos en discordia, los unos contra los otros. Ellos no hablan acerca del príncipe elfo con extremidades demasiado largas y ojos demasiado verdes que hizo una noble promesa a los humanos; quien en primer lugar, mereció la corona de rey más que cualquier otro. Que se enamoró y tuvo que ver a su amor envejecer y morir. También se olvidan de que el capitán murió de anciano en su cama y que el príncipe elfo se quedó con él hasta su último aliento.
Ellos olvidaron sus nombres.
Sus nombres eran Eren y Levi. El príncipe elfo y el soldado humano, destinados a enamorarse pero a no estar juntos. Al menos no en esta vida.
Pero, para poder contar la historia del príncipe de los elfos y el soldado humano, al que se le conoció como el hombre más fuerte de la humanidad, tenemos que remontarnos a demasiados siglos atrás. Hubo un tiempo en que las criaturas mágicas fueron nómadas, no había linajes, coronas, palacios, reinos ni naciones. Todas las criaturas mágicas pasaban sus días buscando un lugar seguro en donde las horribles bestias no se comieran a sus hijos, hacían nidos en los troncos de los árboles, en pequeñas madrigueras, en la copa de un frondoso árbol o en la oscuridad de las cuevas.
Había criaturas mágicas dispersas por todas partes, tratando de sobrevivir, tratando de conseguir comida y un lugar seguro para pasar las noches. Sin embargo, de entre ellas, existió un elfo con su pequeño clan de apenas veinte elfos bajo su mando, a diferencia de las demás criaturas, ellos compartían la comida y se cuidaban las espaldas entre sí. Todavía eran nómadas en busca de un lugar para establecerse, pero eran menos susceptibles a los ataques de las feroces bestias. Con el tiempo más elfos escucharon de este clan y poco a poco, se fueron uniendo a él.
Venían de todas partes y lo que en un inicio había sido sólo un puñado de elfos, pronto se convirtió en un clan lo suficientemente grande como para formar un pequeño reino. Su líder los guió para combatir a las bestias que pudieran encontrarse en su camino, ganando de esta forma más tierras y un lugar seguro para habitarlo. Se hicieron con vastos bosques verdes, montañas y cascadas impresionantes que desbocaban en preciosos ríos de aguas cristalinas. Pronto, aprendieron a cazar, a cultivar, a escribir y leer. Aprendieron las artes de la guerra y construyeron pequeñas chozas para resguardarse del frío. Más elfos escucharon las noticias y se unieron al enorme clan, todos ansiosos por ser como sus hermanos y aprender a escribir, leer, cultivar y ser guerreros formidables.
Lo que fueron chozas sencillas y campestres, se transformaron en casas más sofisticadas de madera resistente a los fuertes vientos del norte, plantaron árboles, plantas y flores. Algunos construyeron sus casas en lo alto de los árboles gigantes, y otros permanecieron en tierra. Trabajaron juntos y de esa forma, se hicieron de muchos recursos, oro, plata, diamantes y el granito para construir casas aún más fuertes. Se hicieron caminos de piedra fina en los senderos más lodosos, fuertes puentes que cruzaban los ríos y pronto, el pequeño pueblo tomó forma de una impresionante ciudad.
Entonces, al pasar de las generaciones el hijo mayor del elfo que unificó a todo una raza, fue nombrado rey por el pueblo. Y su modesta casa en la cima de un risco, con la imponente cascada de fuego a espaldas de su casa como su guardián, se convirtió en un enorme palacio real, menos impresionante que los que vendrían para generaciones futuras, pero todavía muy grande. Y el pueblo dejó de ser un pueblo y se convirtió en un reino, el primer reino que este mundo conocería. Lo llamaron Nórdian, por su posición privilegiada en el norte y sus orígenes reales en él.
El pueblo de elfos que pertenecía a las montañas blancas se anexó a Nórdian después de años de reticencia y fueron conocidos como elfos albinos, por su clara diferencia con los elfos que habían venido del norte. Hubo un pueblo de elfos al sur que se negó a anexarse a Nórdian y en cambio, forjaron su propio reino y lo llamaron Eather. El reino de Nórdian se negó a reconocerlos y en su lugar, los llamaron elfos salvajes del sur, pero esa es una historia aparte. Las demás criaturas siguieron el ejemplo de los elfos y crearon sus propios pueblos modestos. Sólo fue cuestión de tiempo para que nacieran grandes reinos, no tan poderosos ni impresionantes como el de los elfos, pero lo suficiente para que fueran reconocidos.
Esa fue la historia de como nacieron los reinos y de como los elfos lograron colocarse en la cima de todos ellos, con un imperio tan brillante como el reluciente oro de su ciudad y tan formidable como sus salvajes cascadas. Todo esto nos lleva a un par de siglos más tarde y a un joven príncipe elfo llamado Grisha, destinado a ascender al trono cuando el momento llegara. Se destacó por ser un excelente príncipe guerrero que protegía a su reino, haciéndole honor a su título. Sin embargo, como suele suceder en todas las historias, el príncipe se enamoró perdidamente a primera vista de Diana, una elfa campesina de las montañas blancas.
Fueron amigos por casi medio siglo y el príncipe cayó aún más profundo de la elfa de piel pálida, cabello como la nieve de diciembre y ojos de un azul metálico que no había visto en otros ojos. Él había querido cortejarla por un largo tiempo, sin embargo, el día de su coronación estaba cerca y su padre, el que aún era rey, le prohibió cortejar a una elfa campesina que no tenía sangre real. En su lugar, comprometió al joven príncipe con Carla, una princesa ninfa.
Ninfairheim se había convertido rápidamente en un pueblo próspero y casi tan grande como el propio Nórdian. El rey de las ninfas y el padre de Grisha habían llegado a un acuerdo fructuoso para ambos reinos, forjando la primer alianza que se conocería entre las criaturas mágicas. Entonces, el rey de las ninfas ofreció la mano de su hija en matrimonio al príncipe para estrechar el acuerdo que ya se había hecho con los elfos. Y el padre de Grisha aceptó sin dudar.
Grisha y Carla se casaron al poco tiempo en una ceremonia sin precedentes, con el reino elfo y el de las ninfas celebrando por dos semanas enteras la unión de sus pueblos. Fue así como Grisha ascendió al trono, amargado e infeliz por haber sido obligado a casarse con alguien que no amaba. Fue así como Carla, princesa de las ninfas, se convirtió en la gran esposa real y reina de los elfos, toda inocencia e ingenuidad, como sólo una ninfa podía ser.
Esta unión por supuesto que trajo beneficios para ambas naciones, las ninfas vinieron desde su reino para asentarse en Nórdian y con ellas trajeron las artes mágicas, y enseñaron a los elfos a usar la propia magia que por tantos años habían desconocido tener. Les enseñaron los hechizos curativos y los elfos perfeccionaron cualquier tipo de magia y hechizos que se les enseñaba. Al mismo tiempo, algunos elfos emigraron a Ninfairheim y les enseñaron a las ninfas las artes de la guerra, a construir acueductos para llevar el agua a sus ciudadanos y cualquier fortaleza que protegiera al pueblo de las invasiones.
Ambos pueblos fueron un balance perfecto entre los usuarios de magia y los guerreros. Eso los volvía formidables frente a otros reinos.
Entonces Valbour, el reino de los duendes, también se decidió a forjar una alianza entre Nórdian y Ninfairheim. El rey de los duendes le dio a Grisha a su única hija para que la tomara como consorte y formara parte del harem del rey. Así fue como Valbour, Nórdian y Ninfairheim estrecharían vínculos. Luego, vendría el reino del Bosque verde a unirse a esta alianza y una dríada de la nobleza pasaría a ser parte del harem del rey elfo. Cuando Nórdian se hizo aún más poderoso y próspero con sus múltiples alianzas, Grisha por fin pudo tomar a Diana como su última consorte, sabiendo que su padre ya no podría negarse a esta unión, pues ahora Grisha era el rey.
Todas las reinas en el harem gozaban de los mismos privilegios, sin embargo, era la gran esposa real la que dirigía el harem y la que desde luego, sería la madre del heredero al trono, sin importar qué. Carla, después de todo, era la esposa legitima. A pesar de que el rey trataba de darles las mismas atenciones a todas sus esposas, sin duda, su favorita era Diana por razones obvias. Siempre había estado enamorado de ella.
Entonces, de todas las esposas del rey elfo, fue Diana la que se embarazó primero, trayendo al primogénito de Grisha y al príncipe mayor. Nórdian se alegró y festejó la llegada de su primer príncipe que fue llamado Zeke. Sin embargo, esperaban con ansias al hijo de la gran esposa real. El heredero al trono que sería el puente que uniría definitivamente a Nórdian y Ninfairheim, y consolidaría a estos dos reinos en una nación fuerte. Pero pasaron algunos años más y Carla no lograba embarazarse, en su lugar, fue Magnolia, la princesa de los duendes quien dio a luz a una princesa. A esa princesa la llamaron Isabel y Nórdian y sus reinos aliados se alegraron y festejaron la llegada de la princesa Isabel.
Dos años más tarde fue el turno de la duquesa del Bosque verde en dar a luz a la segunda princesa, a quien llamaron Gabi. Y Nórdian y sus tres reinos aliados festejaron y se alegraron ante la llegada de la tercer princesa, pero el pueblo de Nórdian aún deseaba a su príncipe que heredaría el trono... pero la gran esposa real no conseguía quedar embarazada. Tuvieron que pasar unos cuantos tortuosos años más para que por fin la reina Carla lograra embarazarse.
Y cuando el príncipe que heredaría la corona nació por fin, los cuatro reinos aliados se regocijaron y celebraron por semanas enteras la llegada del príncipe. Reyes y reinas de reinos que ni siquiera tenían alianza con Nórdian, viajaron desde sus lejanos palacios sólo para conocer al principito que estaba destinado a grandes cosas. Incluso la señora del universo se alegró ante su llegada y forjó la dorada corona que más tarde, ella misma se encargaría de poner sobre su cabeza. Ese príncipe fue llamado Eren.
Era una noche lluviosa del mes de julio, el verano estaba en todo su apogeo y eso significaba que las tardes lluviosas solían ser más fuertes que en otras épocas del año. El palacio estaba en silencio, todos dormían profundamente y los guardias resguardaban cada pasillo y entrada del enorme castillo que albergaba a la familia real. Los relámpagos alumbraban de vez en cuando las habitaciones con una luz blanca que desgarraba la oscuridad con un rápido flash y luego le seguía el espantoso rugido que haría sobresaltar hasta al más valiente.
Fue uno de esos los que provocaron que uno de los príncipes se despertara de su sueño y su llanto fuera escuchado en cada rincón del palacio. Carla se levantó casi enseguida para arrullar y calmar a su bebé que no cesaba de llorar, caminó hacia la enorme y ostentosa cuna al otro lado de la habitación real, en donde al príncipe se le permitiría dormir hasta que cumpliera los dos años élficos de edad. La reina se inclinó sobre la cuna y cogió al pequeño bebé que no dejaba de llorar y patalear. Ella de inmediato empezó a mecerlo y a hablarle con palabras suaves que pretendían calmar la angustia de su hijo. Pronto el bebé calló y miró a su mamá con sus enormes y llorosos ojos verdes, había una mata de cabello castaño en su cabeza y dos pequeñas orejas puntiagudas sobresaliendo que evidenciaban su herencia élfica.
Era un príncipe mestizo que tenía tantas características de un elfo, como de una ninfa. Él todavía no lo sabía, pero ahora era el príncipe de los elfos y las ninfas, y luego, cuando el momento llegara, sería el rey que unificaría a ambos reinos. Carla sonrió con ternura ante la mirada atenta del niño entre sus brazos, sabiendo que él ya era especial por el simple hecho de haber venido a este mundo. Otro fuerte relámpago cayó y el bebé hizo un puchero totalmente adorable, que amenazaba con traer consigo un nuevo llanto.
La reina, sin embargo, se adelantó y volvió a mecer al bebé con una ternura devota. Su bella voz cantó una canción para calmar y arrullar a su príncipe.
—Nunca estarás solo, estaré contigo desde el anochecer hasta el amanecer. Bebé, estoy justo aquí— Cantó con voz sedosa mientras arrullaba a su hijo con suavidad, los dorados ojos de la ninfa no podían apartarse del bello rostro del bebé.— Te abrazaré cuando las cosas vayan mal, estaré contigo desde el anochecer hasta el amanecer, desde el anochecer hasta el amanecer. Bebé, estoy justo aquí.*
La ninfa siguió cantando para calmar al niño, una y otra vez las mismas palabras cariñosas saliendo de sus labios. Los ojitos verdes pronto fueron cedieron y se cerraron con reticencia ante el canto de su madre, y más pronto de lo que la reina imaginó, su hijo ya estaba completamente sumido en el mundo de los sueños. Tronó un pequeño beso en la frente del infante y con mucho cuidado de no despertarlo, lo acostó de nuevo en su cuna.
—Ahora duerme, príncipe mío— Carla suspiró.— Grandes cosas aguardan para ti, ¿no es así?
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Notas del fanfic:
•Para la creación de esta historia y de este fanfic, he tomado varios aspectos, mitos y criaturas mitológicas de culturas antiguas como la egipcia, la de Grecia y la que más va a destacar en capítulos venideros, será la nórdica. Así que sí... va a haber un poco de todas ellas revueltas en este fanfic, y puede que con el tiempo vaya agregando criaturas mitológicas de otras culturas.
•Gran esposa real. "Según señalaba la ley, una princesa real, ya una simple noble que asociada a la creación de una nueva dinastía, se enfrentaba a unas circunstancias históricas concretas o incluso la elegida de un príncipe que la escogió entre todas, aquella que se convertía en Gran Esposa Real al lado del faraón parece haber representado un importante papel en el trono de Egipto y siempre fue asociada al origen divino de su esposo. Los herederos de la corona debían ser hijos de la Gran Esposa Real."
•Elfo."Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica . Originalmente se trataba de una deidad menor de la fertilidad y representados como hombres y mujeres jóvenes, de gran belleza, que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se los consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos. "
•1*: Fragmento de la canción Dusk till dawn de Zayn en colaboración con Sia. Creo que si le quitamos todo lo explicito y sexual, funcionaría bien como una canción de cuna (?).
¡Hola a todas! Espero que se encuentren muy bien. Pasaba por acá para traerles la tercera y última parte (ahora sí) de la serie Green love, éste fanfic tendrá una temática un poco más enfocada en la fantasía y ese tipo de cosas. Es la primera vez que escribo algo parecido, así que a ver qué tal me va. Ahora, como lo he mencionado antes, ésta es la tercer parte de la serie Gree love que abarca Querido Levi y Green eyes; si bien vendría siendo una tercera parte, no creo que sea como que muy necesario que leen las otras dos partes si no las han leído. Por otro lado, si ya leyeron Green eyes, sabrán que ésta historia esta basada en la historieta que Eren y Levi crean en Green eyes. Si bien la idea inicial será la misma, tengo que decir que estaré cambiando muchas cosas dentro del fanfic, pero serán detallitos. Así que de momento es todo lo que podría decir, espero no haber confundido a nadie con mis explicaciones, igual, si tienen alguna duda yo con mucho gusto estaré tratando de resolverla. Si llegaste hasta acá, muchas gracias por leer éste primera parte, deseo que haya sido de tu agrado y que continúes conmigo en ésta aventura. Ahora sí, sin nada más que agregar por el momento, nos andamos leyendo después, ¡saluditos!
Love you 3000, Dragón. 🐉🌹
