Título: Ya no importa.
Palabras: 490
Summary: ¿Incesto? ¿Temor? ¿Heridas? Ya nada de eso importaba.
Notas: Uso de nombres humanos. Rusia (Iván), Belarús (Natalia), Ucrania (Irynia).
Disclaimer: Ni Hetalia ni sus personajes me pertenecen, no hago esto con fines de lucro, etc., etc., etc. Ustedes saben cómo sigue.
Dedicado a Lady Yami, Yami-chan, Rusia-san, o, lo que es lo mismo, esa persona que estará ahí para mí cuando yo la necesite. Aquí está lo que me pediste, que si no, no escribo hetero =P Espero que te guste.
Una escena cotidiana volvía a repetirse en aquella casa llena de sirvientes. ¿Cuántas veces iban ya? Irynia había dejado de contar cuando llegó a mil. Alzó la vista de su diario, alcanzando a notar a su hermana menor pasar corriendo enfrente suyo, persiguiendo al que apenas un puñado de segundos antes había pasado por ese mismo pasillo, sollozando de miedo. ¿Miedo? Tal vez no debiera llamarlo así, meditó serena la ucraniana antes de volcarse una vez más en la escritura.
Rusia está huyendo de Belarús. Belarús está pidiéndole matrimonio. ¿Acaso no se aburren de hacer siempre lo mismo? ¿No se cansan?
Suspiró, resignada. Miró por la ventana, el cielo estaba despejado. Era de un azul celeste clarito, como el de la jardinera que solía usar cuando trabajaba en el arado. Y el sol, dorado suave, como sus cabellos. Era un bonito día, pensó entonces, sonriendo. Mejor saldría a tomar un poco de aire fresco. Ya seguiría escribiendo a la noche.
Las relaciones románticas entre hermanos nunca son bien vistas antes los ojos de los demás. Por ello, se hace necesaria la actuación, la mentira. Fingir ante los demás algo que no es real, pero que bien podría asemejarse a la realidad…Y dar rienda suelta a los sentimientos en la intimidad, en una habitación solitaria, muda testigo de un amor extraño e incomprendido.
Natalia se inclinó hacia adelante, rozando los labios de Iván con los suyos, sintiendo esas grandes manos acariciar su cabello con ternura.
Tal vez Rusia sí tenía miedo de Belarús, pero eso sería antes. Y no creo que fuera por la manera de amar de Natalia. Sí, podría ser un amor obsesivo, posesivo, hasta agresivo; pero, admitámoslo, si Rusia amara, ¿no sería así también su amor? Después de todo, ambos sólo saben de emociones violentas; están más allá de lo trivial. Como quien dijera: pocos sentimientos, pero muy intensos. ¿Por qué habría de ser diferente, entonces, su manera de amar? Y por eso era tan compleja. Y por eso, también, era tan fuerte.
Ambos sentados en la amplia cama, con las cortinas corridas y la puerta con llave, besándose lentamente, dándose tiempo de explorar cautelosos el cuerpo del otro, separándose por breves instantes sólo para cruzar las miradas, entre sonrisas cómplices.
Rusia temía el compromiso. No, temía que no fuese verdad, que fuera sólo una obsesión; temía que Belarús le dejara una vez alcanzado su objetivo. Sí, Rusia temía ser lastimado si se entregaba a ella. Cual niño caprichoso, prefirió la soledad a tomar el riesgo de la compañía. Por eso la rechazó tantas veces, tantas… ¿Qué habrá sido lo que cambió esa última vez, que te hizo darle una oportunidad? Y, apenas la dejaste entrar en ti…supiste que no podrías hacerla salir.
Pero eso ya no importaba. No hoy, no ahora.
— Hermano…
— Sí, lo sé, Natasha. Yo también.
Ni volvería a ser importante.
Irynia cerró el diario, sonriendo. Era bueno volver a tener paz en la casa.
OK! Terminado! He aquí mi primer intento de hetero! (?) Suavecito, lo sé, y con Ucrania de colada narradora xD pero quería armar la pareja sin romper del todo el canon Belarús-stalker-única persona a la que Rusia teme. Espero que te haya gustado, Yami-chan, me costó encontrar una idea para desarrollar el fic (?) ¡y a ustedes también!
Bueno, sin más que agregar, me despido
Ja ne!
