Mi primer fanfic en el fandom :D realmente estoy muy emocionada por compartir esta historia con ustedes, se subirán uno o dos capítulos por semana ya tengo varios escritos así que pienso que no tendré atrasos, sin mas ¡empecemos!
Star Wars y sus personajes no son propiedad mía sino de Lucas Films, lo único de mi intelecto es la historia aquí presentada.
Despertó con el quiquiriqueo de un gallo, a pesar del cantar se quedó un rato mirando por la ventana, aún no salía el sol y su día apenas empezaba, hizo una lista mental de lo que haría en el día: cosechar algo de su huerto y cambiarlo por otras cosas en el mercado, hablar con Finn acerca del nuevo cultivo qué plantarían por el inicio de temporada, escuchar la platica de Leia Organa en la comida y cabalgar en la tarde con Poe.
Pero primero iría por agua al pozo del pueblo - sonrió ante ese pensamiento - era verdad que la hacienda donde vivía tenía su propia noria donde se podía sacar agua para regar los cultivos, lavar el ganado y poder realizar las necesidades personales de cada uno de los asistentes, pero aquel pozo tenía un agua mucho más limpia ideal para beber, por lo que se debía de ir diario por ella, o al menos eso le decía a todos los que le preguntaban por su ímpetu de ir todas las mañanas al pueblo.
La razón era otra.
-Kylo - susurró aun con la sonrisa en su rostro y se alistó para su quehacer diario.
No tardó mucho, una falda larga lisa beige de franela y una blusa de manga también beige debajo de un corsé color café estaban en su cuerpo mientras peinaba su cabello dividido en tres bollos, el conjunto mostraba un atuendo típico de una campesina.
Cogió su chal y salió de su pequeña habitación qué estaba cerca de los establos, no muy lejos de la hacienda principal ni de las cabañas de los demás peones, partió hacia la salida no sin antes tomar un gran bastón más alto que ella y dos cubetas de madera donde pondría el agua, al pasar la gran puerta de madera y metal la saludo el fiel velador de la familia que ya sabía su hora de salida.
-Qué tenga buen día señorita Rey-
-Qué tenga muy buen día C-3PO - Saludó educadamente mientras se dirigía rápidamente a la calle, sabía que si se quedaba un segundo más el respetable portero empezaría a hablar de muchas cosas que la mayoría de las veces no iban al caso, le agradaba la conversación, si, pero en ese momento tenia cosas más importantes que hacer, al llegar a la acera solo pudo escuchar como le gritaba qué no llenará mucho las tinas para que no se lastimará la espalda, algo que a su edad no era nada conveniente. Sonrió nuevamente mientras se alejaba, ese sujeto no cambiaba incluso con el pasar de los años, aun así le agradaba saber que alguien se preocupara por ella, en esa hacienda todos eran su familia y se había encariñado con cada uno de los trabajadores que vivían ahí.
Siguió su camino con apenas la luz de las velas en las paredes de las casas que pasaba, pasado un corto momento sintió que alguien la estaba siguiendo, no se detuvo y continúo caminando ignorando aquel presentimiento que se volvía con cada segundo más real ya que escuchaba claramente como unos pasos estaban detrás de ella, estaba a punto de lanzar las cubetas y tomar su báculo como arma para defenderse de aquella persona pero ésta fue más rápida, en una fracción de segundo la tomo de los brazos poniéndolos bajo su espalda mientras tapaba sus ojos. Contuvo la reparación mientras el desconocido se acercaba a su oído y susurraba
-¿No es demasiado temprano para que una bella dama como usted ande sola por las calles? - No contestó, la voz era masculina y por la sensación que le daba el hombre, era por mucho más alto que ella. Se quedó estática, por lo que el sujeto se acercó más a su piel haciendo qué se erizara -Debe de saber cuidarse señorita, ¿qué tal si un loco se acerca y la secuestra en medio de la nada?-
-Le gritaría como loca al caballero que está detrás mio para que me ayudara- Al contestar, las manos la soltaron mientras sentía un suave beso en la mejilla, eso fue suficiente para hacer sonrojar toda su cara, al voltear pudo ver como un encapuchado se agachaba para recoger las cosas que dejo caer.
Lo observó detenidamente en silencio, él al levantarse junto con las cosas que estaban en el suelo solo la miró, levantó su brazo ofreciéndole los artículos, ella vio su mano y después su cara (qué no se podía apreciar muy bien debido a la poca luz y la capucha oscura qué lo cubría), al acercarse a tomar las cosas otra vez fue asaltada por él ya que ahora le robaba un abrazo, aún sin soltarse le respondió.
-Sabes que yo no estaré en todo momento, debes de saber defenderte, no se que haría si algo te pasa-
-Estuve a punto de hacerlo, no lo dudes, sabes que puedo - apretó más el abrazo- simplemente el saber que posiblemente seas tu el sujeto detrás mio hace qué mi cuerpo se paralice - Escucho un suspiro de orgullo, ella sonrió satisfecha, se deshizo el abrazo rápidamente al escuchar como un carruaje se acercaba, se quedaron en silencio nuevamente y ella intento tomar sus cosas, él al ver que ella quería aquellos objetos simplemente la ignoró y siguió adelante, ella lo siguió detrás para ponerse frente a él.
-Eso es mio- Puso su cara sería y sus manos en sus caderas
-No por hoy señorita, le ayudaré en algo, puede que con eso se ponga más atenta en las personas que la rodean - le puso dos dedos en la frente mientras seguía su camino.
-¿Me toma por débil acaso? - Él se paro en seco, volteó nuevamente hacia ella y al ver aquellos ojos miel llenos de determinación solo pudo contestar.
-Hoy es mi último día - lo dijo con triste sinceridad, pero inmediatamente lo cambió - ¿No puedo hacer algo por la dama que causa mis desvelos? -
-Claro que si, valla con ella y hágalo, a mi déjeme en paz con mis tinas -
-¿Enserio? -
-Enserio - Dijo con la cara más severa qué podía poner, no iba a dejarse intimidar tan fácilmente a pesar de que obviamente la razón por la que estaba en ese lugar y a esa hora era él.
-Entonces seguiré mi andar jovencita, porque mi amada esta en frente mío- Se quedó callada, lo dejaría ganar - solo esta vez- se dijo mientras seguía caminando ahora con él acompañándola al pozo, era algo que le gustaba mucho de su persona, la discusión que tenían y a la vez que no tenían, ya que su andar fue sin decirse más palabras.
Usualmente en aquel pueblo se consideraba qué una mujer sumisa era la indicada para todo hombre, ella en sus apenas 17 años estaba totalmente en desacuerdo con esa mentalidad, no le encontraba lo romántico a eso, ser solo obediente sin tener tu propia personalidad no era algo que le gustase, siempre se sintió un alma libre y odiaba la sensación de sentirse atada, por eso ella misma creyó qué seria una señorita toda su vida.
Cual fue su sorpresa que al cumplir sus 18 años su destino haría que se topará con ese forastero, con ropas extrañas perteneciente a cualquier otro lugar menos su pueblo, tan enigmático como atrayente, ya sea por su gran altura y una piel pálida como ninguna, cuando lo vio por primera vez decidió evitarlo como a cualquier hombre que se le cruzara, sin embargo había algo extraño en él, algo que la llamaba y que la dejaba sin aire cuando sentía que él la observaba.
Por una semana estuvo vigilandola a todos los lugares públicos a los que iba, al molino, al almacén, a la iglesia, agradeció internamente qué nunca la siguió hasta su casa.
Pero en el séptimo día muy temprano en la mañana de regreso de ir por agua al pozo, sintió como alguien la seguía, decidió caminar más a prisa para llegar rápidamente a la hacienda, pero al ver que un sujeto en una túnica marrón qué lo cubría de pies a cabeza se acercaba peligrosamente, lo único que pensó fue en lanzarle el agua mientras intentaba correr, el plan funciono y empapó al objetivo, pero con la adrenalina no se dio cuenta que dejó caer la otra tina y se tropezó con ella, haciendo que cayera torpemente al piso. Su miedo fue mayor cuando el desconocido se acercó para quitarse la capa, quiso gritar, salir corriendo, hacer un escándalo para que alguien se acercara sin embargo no pudo hacer nada, asombrosamente el desconocido solo se quito su prenda más grande para evitar mojarse más, e inmediatamente después de tirarla al suelo, estiró su mano en señal de paz, la ayudo a levantarse y le preguntó como estaba, vio su tobillo y tomo su pierna para verla más de cerca, la cara de ella se puso totalmente roja al sentir como su pie tocaba aquella pierna para apoyarse mientras él la veía con más detenimiento, ella afirmó que estaba bien ya que fue una caída leve, sabía que el dolor se curaba con hierbas medicinales y podía caminar bien, pero él pareció ignorar sus comentarios haciendo que pasados unos segundos ella se quedara muda, era extraño ver a un hombre que la auxiliara, en la mayoría de los casos se burlaría de ella o en el peor de los casos la tomaría, pero la estaba ayudando en su pequeño tropiezo, ignorando completamente el hecho de que estaba mojado por su culpa, cuando la revisión termino se prestaron.
-Kylo -
-Rey-
-¿ Y su apellido? -
-¿Por qué le debería decir el mio si usted no me dio el suyo? - Se arrepintió internamente por decir eso, no lo pensó solo lo dijo, ya le habían dicho que su boca era el mayor impedimento que tenia con los hombres, lo miró expectante buscando su reacción, ahora que recordaba en todos sus recuerdos de la semana se veía serio, pero en ese instante una pequeña sonrisa salio de sus labios.
-Valla una chica inteligente, aún así se nota que no sabe quien soy - hizo una pequeña pausa - Kylo Ren, trabajador del gobierno del país, a su servicio.
-Rey Kenobi, campesina y trabajadora de la finca Skywalker un placer - hizo una pequeña reverencia. Él la observó por un momento.
-Interesante... una campesina se ha tomado el atrevimiento de lanzarme a mi un balde de agua helada -
-Por supuesto, es lo que toda joven haría si un desconocido la empieza a acosar por una semana entera -
-¿Acosar? Yo diría... admirar, una señorita con una belleza que es digna de los dioses no pasa desapercibida en un pueblo como éste-
-¿Piensa que soy una diosa? -
-Un ángel - su respuesta fue rápida como si no necesitará pensarla, la dejo sin palabras y él se encaminó nuevamente al pozo a llenarle las cubetas, al término de la labor ella seguía impactada en el mismo lugar que antes, nunca había conocido a nadie como él, no le reclamo por sus comentarios, sino le siguió la corriente, era algo que nunca le había pasado con nadie, cuando le dio sus tinas y sus dedos se tocaron lo miro horrorizada, sintió una corriente de fuerza que pasaba a través de sus dedos, Kylo también lo sintió ya que la miro con un deje de devoción.
-No se preocupe mi ángel, este demonio ya no la molestará más hasta dentro de 2 meses - por primera vez en aquella conversación pensó en qué debería decirle, ¿cuestionarle por decirle SU ángel? ¿por tacharse a si mismo de demonio? ¿o el porqué ya no la molestaría más? Él se le adelanto a las palabras que apenas se formulaban en su boca - Este demonio - se volvió a auto nombrar - trabaja en muchas ciudades, debe de visitar la mayor parte de ellas y también la capital, por el tiempo de traslados solo me quedo aquí una semana cada 2 meses, mi semana se acaba en unas cuantas horas, por eso vine a despedirme-
-Qué galanura, me pregunto a cuantas mujeres les ha dicho lo mismo -
-Un par tal vez, si, pero después de conocerle le juro por las estrellas del cielo qué ya no más -
- Eso espero caballero, me destrozaría el alma que un distinguido caballero como usted no sea tan distinto de todos los hombres del lugar-El tomo su mano entre sus dedos y le dio un dulce beso en la palma, otra vez la enigmática corriente volvió a invadirlos.
-Así será - Y después de eso se retiró del lugar.
Ella siguió con su rutina de extraer el agua de dos veces a la semana, a tres veces, después a cuatro y así hasta llegar a 7, cuando los 2 meses acordados llegaron el primer saludo fue igual que en la despedida, en la mañana cerca del pozo, solo que esta vez ella llevaba un bastón, así que cuando sintió qué alguien la seguía lo embistió rápidamente, la sonrisa de ambos no se hizo esperar al ver que ella había mejorado su defensa y él había cumplido su palabra.
-Hemos llegado -
-¿Eh? -
-oh mi ángel no me diga que dios se comunicaba con usted en este preciso momento -
-Puede ser- Le contestó mientras regresaba de sus pensamientos, ya había pasado un año desde su primer encuentro.
-¿Será eso? ¿O acaso me oculta algo? -
-No se si usted es... - Una chica de la misma edad de Rey también se acercó al lugar, se callaron al instante de notarla, vieron que el sol estaba saliendo lo que ocasionaría qué más gente se reuniera, Rey lleno los baldes mientras él observaba, no los lleno mucho gracias al consejo dado unos minutos antes, tomó sus cosas y partió a su regreso dejando al forastero detrás, después de doblar una calle él se puso nuevamente muy cerca de su espalda.
-La veré cuando salga, la vigilaré como su perro guardián -
-Querrá decir como un depredador a su próxima presa - Se detuvo pero continuó con la vista al frente - su mirada no es muy discreta qué digamos-
-Mejor para mi, así se sabrá que usted me pertenece -
-No se confíe caballero, soy un espíritu libre y nada me ata a usted-
-Eso lo veremos -
-¿Disculpe? -
-Hoy la veo donde siempre, a la misma hora, no llegue tarde-
-Yo nunca llegó tarde-
-Lo sé - Y al decir eso él partió tomando el camino opuesto al de ella, después de contar unos segundos dejo salir un gran suspiro, le encantaban esos encuentros, a pesar de que no decían mucho su corazón siempre palpitaba tan rápido y su mente se dejaba guiar por sus sentimientos, sentía que aquellas conversaciones eran las únicas donde podría ser ella misma, se motivó, partió directo a su hogar.
La hacienda Skywalker era merecedora de una pintura, una poesía e incluso una trova, regalada por el dirigente Anakin Skywalker a su mujer Padmé Amidala al término de la primera guerra civil, él se encargó de que su hogar fuera digno de alguien de la realeza ya que su esposa pertenecía a tal, los espacios eran enormes, todas las tierras detrás de la enorme casa eran propiedad de ellos y todos los colores que se pudieran imaginar estaban ahí, en el lugar crecieron sus 2 hijos qué eran gemelos.
Padme la madre de ellos murió cuando eran solo unos niños y su padre Anakin pereció cuando eran adolescentes, al comienzo de la segunda guerra civil. Luke el hijo mayor y único hombre se encargó de entrar a la batalla y su hermana Leia entro a la política de la región reclamando su título como princesa, todo bajo la tutela de un gran amigo de su padre, Obi Wan Kenobi.
Pasada la guerra Luke quiso seguir peleando y entrenando nuevos reclutas (también nombrados padawans), Leia por su parte buscaba más tranquilidad: en el tiempo que estuvo activa conoció a un hombre con el que se casó, Han Solo, y juntos habían tenido un hijo, Ben Solo.
Pero de eso habían pasado casi 30 años, ahora Leia ya era una persona de edad, viuda, con un hijo siendo entrenado por su tío desde su adolescencia, y sin saber realmente de ellos por 7 años, lo único que le reconfortaba en su soledad era la casa de su madre. Al pasar por tantas cosas aprendió de la humildad, sencillez y perseverancia, y ahora en su hacienda hacia qué todos los trabajadores, peones, jornaleros o quien fuera se sentará en su mesa, y pudieran no sólo disfrutar de la comida que les servían sino de la compañía de tener a alguien a su lado que los apoyará, descubrió que eso era regularmente la clave del éxito, en cualquier lado, la guerra, la sociedad e incluso la familia, lastima que lo aprendió demasiado tarde.
Leia estaba con las cocineras en un amplio comedor, casi era la hora de la comida y tenia que verificar que todo estuviera en orden, le encantaba organizar y planear cosas por más mínimas que fuesen, de la nada llegaron 2 jóvenes al lugar con un montón de fruta de temporada platicando alegremente, se acercó hacia ellos al momento de reconocerlos.
-Veo que les ha ido bien en el mercado-
-Así es - dijo la muchacha - Finn uso sus talentos para hacer que la chica de las frutas nos diera un bono extra por clientes frecuentes -
-Oh Rey no me des todo el crédito - el joven de piel oscura se sonrojó- El señor que vende quesos la adora, nos dio una porción más debido a que acaba de pasar su cumpleaños, ya llevamos así 2 semanas- Las mujeres se rieron, Leia vio como la juventud brotaba en ellos, estaba tan orgullosa de quienes eran.
-Muy bien, pero ¿y Poe? - Cuestionó al no ver al tercer individuo que siempre estaba con ellos.
-En el establo, fue a dejar a los caballos, ya sabe el mejor jinete puede controlarlos mejor que uno -
-Vamos Rey también eres buena- animó el chico
-Lo se, pero prefiero que él los guarde - Le guiñó el ojo a su amigo mientras la señora mayor se volvía a reír discretamente
-Vale jóvenes, vallan a dejar todo lo que han traído, con la fruta se podrá hacer un agua fresca, dense prisa para que todo este a tiempo - ordenó a los muchachos y ellos obedecieron animadamente aun con su platica, estaba feliz, esos chicos no conocían la maldad del mundo, así que inspiraban confianza, determinación y osadía, le recordaba tanto a ella y su hermano en su juventud, sonrió tristemente y volvió a sus asuntos.
La comida paso sin contra tiempos, Leia contaba anécdotas del pasado con C-3PO interrumpiendo en cada momento agregando más detalles, todos convivían armoniosamente, unos escuchaban las experiencias y otros tenían sus propias pláticas, era el momento más ameno del día, la gran mesa se extendía por todos los jardines de lugar, ahí había aproximadamente 100 personas, Rey se encontraba cerca de Leia junto a Finn y Poe sus amigos más cercanos, hablaban acerca de su la sandía era la mejor cosecha qué podrían hacer ya que no tardaba mucho en crecer, sin embargo Poe afirmaba su gusto por lo cítrico en vez de lo dulce, terminaron de comer y las cocineras empezaron a recoger los trastos, los amigos se separaron: Finn regresaría a los cultivos y Rey y Poe irían a cabalgar, era una vida sumamente sencilla la qué tenían sin embargo estaban satisfechos con ella.
Los amigos fueron al establo a tomar sus caballos, eran bastantes sin embargo cada quien tenía una relación especial con uno en especifico, Poe con BB-8 y Rey con R2-D2, los prepararon y no esperaron más tiempo para dedicarse a correr por todos los pastizales que había, hicieron carreras, pasaron obstáculos, todo mientras reían y sentían las horas pasar disfrutando de la compañía mutua, casi agotados cabalgaron más allá del horizonte hasta llegar a un lago para que los caballos bebieran agua y ellos pudieran tomar un suspiro, para llegar ahí era obligatorio hacer una carrera final, siempre ganaba Rey a pesar de que Poe era el mejor jinete de todos, caminaron un rato dejando descansar a los animales, estar en aquel lugar era muy grato.
-No entiendo como Finn se rehúsa a venir a este lugar - exclamó ella al acostarse en el césped, Poe la imitó.
-No le gustan los caballos ya sabes, la velocidad lo pone nervioso, el prefiere las herramientas, dice que son sus armas -
-Aun así es hermoso este lugar-
-Nadie ha negado eso - Fue toda su conversación, cada uno admiraba el bello pasaje que tenia enfrente, Rey se relajó tanto que su acompañante pensó que se había quedado dormida, al acercarse más a ella ésta se movió rápidamente gritándole "buu" haciendo qué él retrocediera ocasionando que se cayera bajo su espalda, ella se paro y lo miro desde arriba.
-Nunca debes de acercarte demasiado a una mujer, pueden pasar cosas terribles- Él solo se rió mientas se paraba.
-Vayámonos, ya va a anochecer y al ver tu cara se que dormirás temprano -
-Me conoces muy bien- Ella contesto mientras montaba a R2-D2.
El regreso fue tranquilo disfrutando la brisa de la primavera y la música de los grillos, cuando llegaron al establo cepillaron a sus amigos y los alimentaron.
Al término de su labor se dirigieron al comedor, se veía hermoso bajo la luz de las velas, ahí se encontraba Finn con una chica que era una de las encargadas de la cocina, Jessika Pava, se sentaron con ellos sin pensarlo.
-Hola Jess - Saludo el moreno a la chica.
-Hola Poe, Rey buenas noches - Saludo amablemente mientras se paraba - Iré por leche fresca, mientras tomen un pan y cenen, no tardo - Dio indicaciones mientras les acercaba una charola repleta de pan recién hecho.
Los jóvenes tomaron el pan sin dudarlo, estaban hambrientos y el olor les llego desde antes de llegar a la mesa, Finn estaba comiendo una manzana tranquilamente mientras veía como sus amigos se convertían en bestias al devorar su cena, los miro extrañado y ellos solo lo vieron acusatoriamente.
-A nosotros no nos engañas - Empezó Rey
-Sabemos que ya te comiste la mitad de la charola, Jessika siempre te trata mejor que a nosotros - Finn soltó una carcajada al escuchar la afirmación de Poe.
-Amigo ella es así con todos, pero deberías ver como te trata a ti - No pudieron decir más ya que la nombrada se acercaba, les dio al par de recién llegados un vaso junto con una jarra con leche, pero antes de que Poe se sirviera ella misma lo hizo.
-Has de estar cansado, deja te sirvo yo, solo come y no te agotes tanto ¿Vale? - Rey y Finn se dedicaron una mirada de complicidad, Poe se limitó a obedecer mientras Jessika se sentaba a su lado y empezaba a platicar con normalidad - ¿Y que tal su día? Yo me la he pasado en la cocina, por lo que no me he enterado de mucho, ya saben lo normal, un tipo que roba una gallina, una niña que tira una charola de quesos, un encapuchado qué se pasea por ahí - Rey desvío la mirada ante eso último - lo único interesante es que a la señora Leia le han llegado más cartas que de costumbre, quien sabe si tengamos noticias de algo muy pronto -
-Pues yo me he enterado de que últimamente se ha visto una silueta por la iglesia, dicen que es un mal presagio - Jessika se percinó al escuchar las alarmantes palabras de Poe.
-Es verdad, este año las cosechas se han levantado más rápido de lo normal, eso significa que se avecina una calamidad - Apoyo Finn - La naturaleza nos está preparado para algo grande ¿El fin del mundo tal vez? -
-Puede qué aparezcan fantasmas en todos lados- Siguió Poe al ver el susto en la cara de la chica
-Yo no creo en eso - Dijo Rey, Jessika parecía menos asustada al escuchar sus palabras.
-Es porque no los has visto, en el río siempre se escuchan lamentos, dicen que son de una mujer que perdió a sus hijos en ese lugar, y que va a ir penando por todo el largo y ancho de la zona hasta encontrarlos- Le contestó Finn.
-Es verdad, yo también los he escuchado cuando voy a darle de beber a los caballos y es de noche- se detuvo - Justo como ahora ¿Lo escucharon? -
-No- Contesto Jessika temerosa. Rey ya sabía lo que se avecinaba, un truco de Poe para asustar a alguien, le había funcionado con ella cuando tenía 12 años sin embargo pasado el tiempo aprendió a distinguir cuando usaría ese truco, inhalo y exhalo, cerró los ojos.
-Si, justo lo acabo de oír, mira quédate en silencio - Le indico Poe a Jessika mientras Finn giraba su cabeza para disimular su risa - ¡AHHH! - Gritó mientras golpeaba la mesa con sus manos haciendo que retumbara todo lo que estaba ahí, las velas, el vidrio y la madera, Jessika grito del susto y empezó a temblar.
-¡Eso no es divertido Dameron! - Rey abrió los ojos para ver como su compañera tenia los ojos brillosos, había nombrado a Poe por su apellido lo que significaba qué estaba enojada, pudo escuchar la risa mal oculta de Finn lo que ocasionó que también quisiera reírse pero a la vez entendía a la mujer que tenía enfrente y sabía que la iba a ofender más con su burla, igual no tuvo que pensar en que cara poner porque la chica salio directo a la cocina mientras gritaba - ¡Última vez que me haces eso! - Finn empezó a reírse más fuerte hasta que la mirada de su amigo lo calló, trato de tranquilizarse mientras se limpiaba una pequeña lágrima de su ojo izquierdo.
-Ve tras ella campeón - Y como si fueran palabras mágicas el jinete se dirigió a la cocina - Parece que mañana si va a haber un buen chisme - Ahora fue Rey la qué no pudo disimular su carcajada, quería quedarse más tiempo con Finn pero tenia otras cosas que hacer.
-Ya veremos, ¿Quieres apostar? -
-No gracias, siempre que apostamos raramente ganas tu, así no es divertido - le contestó mientras cruzaba sus brazos.
-Entonces iré a tomar un baño y me iré a la cama - Se paro del lugar en el que estaba - Buenas noches -
-Buenas noches - Y con esa cena fue directo a su alcoba, afuera dos tinas llenas de agua caliente la esperaban, - su boca se curvo mostrando sus hoyuelos - eso siempre era gracias a C-3PO, las tomó y se dirigió a darse una ducha.
Era casi media noche y pudo notar por un hueco en su ventana que la mayoría de las velas ya estaban apagadas, era su momento, tomó una pequeña lámpara de petróleo con su vestimenta del día de mañana ya puesta y salió disimuladamente, se acercó a una pared que separaba la hacienda de la calle y levanto unas ramas, ahí había una ranura que se podía atravesar, pasó sin problemas cruzando la pared dejando su hogar a sus espaldas, acomodó todo para seguir manteniendo oculta su puerta, siguió con paso cauteloso unos metros fuera del poblado, estaba oscuro y casi no podía ver nada, sin embargo conocía el camino de memoria, al ver que la villa se veía diminuta de donde estaba supo que había llegado a su destino, un jardín de rosales, un lugar que ella descubrió cuando era una niña, decidió hacerlo su lugar secreto para estar a solas cuando quisiese, nunca a nadie le había compartido su ubicación excepto a Ren.
Entro con cuidado al centro evadiendo ágilmente las espinas, cuando pasó totalmente la gran muralla de arbustos puso la lámpara en el centro del lugar que estaba libre de las plantas y el suelo era liso, se quito su chal para sacudirlo y en eso escucho como alguien se acercaba, volteo hacia el lugar y vio como un hombre entraba sin nada de sutileza.
-No entiendo como puedes entrar como si nada-
-Perdóneme pero usted fue el que eligió este lugar en primer momen...-Fue interrumpida por aquel hombre y sus brazos qué la envolvieron totalmente, se dejó llevar y los 2 se sentaron en el suelo sin soltarse, él se acercó a su oído.
-Cierra los ojos- No dudo y lo hizo, en eso sintió como el abrazo se separaba y se sintió incompleta, ese hombre le estaba causando una adicción, no pudo divagar mucho ya que la voz de él la saco de sus pensamientos - Ahora ábrelos - Con la mínima luz que tenían vio como el sostenía una muñeca de trapo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-No debiste, no era necesario - Dijo mientras la tomaba: era hermosa, se veía que fue hecha por manos habilidosas ya que las costuras junto con los listones estaban acomodados de forma impecable, en si toda la elaboración era magnifica, para ella la muñeca era perfecta solo porque él se la había dado, siguió observando cada detalle de ésta para después observarlo a él, su pelo negro y largo se notaba más ahora que no había prenda que lo cubriera, sus rasgos faciales lo hacían intensamente atractivo ya que nunca había visto a alguien así, y a pesar de que se notaba qué aquel hombre era mayor qué ella aproximadamente 10 años sentía que nunca se había sentido tan cómoda con alguien a su lado como lo era con él, éste al sentir su mirada desvío la suya, eso la alarmó - ¿Qué ocurre? - le dijo mientras sujetaba la muñeca sobre su pecho.
-Nada, me alegro que te gustará, te la traje de mi último viaje a Coruscant, aún me arrepiento de no haber pasado tu cumpleaños 19 contigo, pero al darte esta muñeca se que me recordarás todos tus días - Eso la conmovió, no necesitaba ningún objeto para recordarle, siempre pensaba en él, quería volver a darle un gran abrazo, pero al acercase notó qué aun no le miraba a la cara.
-Algo me ocultas, ¿Qué es? - No quería pensar en nada malo, pero millones de posibilidades le inundaban la mente, tal vez ya nunca la volvería a ver, quizá tendría que hacer un viaje largo y peligroso, tal vez cambiaría su trabajo o quizá él estaba casado y ella solo fue una aventura, empezaba a perderse en su mente hasta que el la tomo por la barbilla, ella lo miro y no supo que hacer ya que miraba la cara más triste de todas, acercó su cara a la suya sin rozarse y dio un largo suspiro
-La guerra está cerca - Anunció, ella se quedo helada ¿Guerra?, hubo una hace más de 30 años, no creía posible que ocurriera otra en tan poco tiempo, su mente empezó a recordar, calculando los años que separaban a la primera de la segunda guerra civil fueron muy pocos, o realmente fueron normales y este evento ya estaba pospuesto.
¿Pero porqué se peleaban? el gobierno estaba bien, había empezado la democracia y todos parecían conformes con la igualdad que se empezó a fomentar... todos menos los altos mandos que ya no tenían tanto poder como antes, eso era, se preocupó inmediatamente por sus amigos, tal vez era verdad lo que Poe y Finn habían dicho en la cena, la inquietud empezó a invadirla, su mente empezó a ser un caos pero aún no entendía como afectaba la relación que tenía con Kylo, eso fue lo que le recordó que aun lo tenía enfrente, le acarició el rostro para darle ánimos de que continuará con su charla, seguramente él sabia más detalles - No se si valla a poder venir tan seguido como antes, dentro de 2 meses es seguro pero después el futuro es incierto, debemos prepararnos y estoy seguro que me van a necesitar -
En ese momento que sus pensamientos se volvieron a tranquilizar la incertidumbre la envolvió, ella solo sabia que él trabajaba para el gobierno pero no sabia exactamente en qué, quizá por sus visitas a muchos lados pensaba que era algún tipo de embajador qué verificaba a los pueblos y sus necesidades, por eso siempre ocultaba su identidad, pero ahora también veía la posibilidad de que fuera alguien del departamento de planificación de logística y armas, buscando información de lo que pasaba en las ciudades para reportar sus descubrimientos al ejército, el ejército
-Escápate conmigo - la saco de sus pensamientos - Ven conmigo y tengamos nuestro futuro juntos - no captaba lo que escuchaba estaba demasiado aturdida- No se lo que depara el destino pero si se que quiero que en él estés tu - ¿Era verdad lo que decía? cada palabra llenaba su alma de algo que no sabia que tenía necesidad, estaba a punto de decirle que si ya que era algo que deseaba, pero no en ese momento: recordó su hogar, sus amigos, la señora Leia y el simpático C-3PO, sus caballos, sus huertos, tenía toda su vida hecha allá, no podría dejarla, aun no con la amenaza fantasma que tenían enfrente.
-Yo... Tengo una vida, en la hacienda, con mi familia, te amo - fue la primera vez que se lo decía - pero no puedo dejar todo atrás, no tan pronto, más si llega la guerra que tu me dices y ellos me necesitan, no se que haría si sé que algo les pasa, son todo lo que tengo desde mi infancia no los puedo abandonar - no supo en que momento sus lágrimas salieron, estaba hipeando mientras sujetaba la muñeca con más fuerza, se sentía tan desamparada en ese momento, él la abrazo mientras miraba el pueblo a la lejanía.
-Entiendo entiendo, no pasa nada, ¿me escuchas? - La consolaba mientras sus ojos buscaban la hacienda, no quería dañar a la chica que tenía en sus brazos.
-Pero quiero estar a tu lado, tu me haces sentir lo que nunca había sentido, yo, yo, - decía entre lágrimas - no se que hacer, no se que hacer - se lamentaba en apenas un susurro, no sabía porque lloraba, si era por la inminente guerra qué se aproximaba o el hecho de que nunca pensó que tendría que elegir entre su familia o su pareja.
-Yo si se que hacer- lo había decidido.
-¿Qué? -
-Cásate conmigo -
Espero les haya gustado el primer capitulo, es algo largo pero realmente quiero que se abarquen todos los puntos clave, los demás serán mas cortos pero eso si más interesante.
Criticas, opiniones, dudas, amenazas de muerte, todos en los reviews
Nos leemos ~~
