6° año

Pisadas fuertes. Sollozos silenciosos, ojos llorosos. Se dirigía hacia la sala común pues era obvio que necesitaba refugio alguno de lo ocurrido. Habrá mucha gente ahí, sin pensar que te podrías topar con él, personas que vieron lo ocurrido probablemente también estén presentes, risas y burlas esperando, no gracias, se dijo así misma.

Pensándolo bien necesitaría pensar en otra cosa para que el enojo se esfumara de su mente, puede que un buen libro sea el mejor compañero en estos momentos. Para obtener uno necesitaría ir a la biblioteca, por supuesto, gente que probablemente la observe al entrar pues el ritmo que llevaba al caminar era imposible que pasara desapercibido. Si sus amigos se ponen a buscarla de seguro ese es el primer lugar al que acuden, ni de chiste, una mala idea. Otra le vino a la mente "tal vez la Torre de Astronomía este desocupada en estos momentos". Y allá fue.

-Hermione, ¡espera!- pero la susodicha no le prestó atención.

Idiota, ¿Cómo quieres que te preste atención si la acaban de ridiculizar enfrente de toda la clase? Mas por su carácter, ella es muy orgullosa, pero sin duda eso no importa porque es su amiga, debería de haber ido tras ella en lugar de intentar llamarla. Tal vez. Más bien debió de haber golpeado al bruto de su amigo por haberla hecho llorar, pero no, solo se quedó como cualquier testigo, inmóvil en su lugar. Oía las risas que estallaron, eso no lo podía detener pero al menos pudo haber traído un poco de paz, ja! No lo creo, ahora lo único que quiero hacer es que Weasley pague por las lágrimas derramadas. Ella no lo permitirá.

Y era cierto, jamás dejaría que lo lastimara, ella lo quería demasiado como para que aquello se convirtiera en el rompimiento de sus lazos de amistad. Ella lo quería demasiado como para que Harry Potter le hiciera daño a Ron Weasley, primero vendría Voldemort a conquistar todo Hogwarts antes de que ella permitiera que le tocara siquiera un pelo.

La única solución: encontrarla.

Ya más calmada decidió que iba a ignorar su comportamiento, pues era absurdo e infantil, se iba paseando por todo el castillo con ella tomada de la mano. Ella. Le revolvía el estómago solamente pensarlo, como es posible que con tan solo un beso y ya la quisiera como para ir a todos lados de su sudorosa mano, y lo peor de todo estarse besando como si fueran… ¡Ash! No podía darles el lujo de estar sufriendo por su culpa en esos momentos, se suponía que no. ¿Lo que más le dolía? Que de seguro Lavender era menos odiosa y orgullosa que ella, por eso la prefiere. Alguien que te ignora casi 6 años de tu vida y cuando empiezas a jugar bien Quidditch ya atraes toda su atención, que patético. Si una cosa no entendía de todo ese asunto, era la razón de que Ron Weasley tuviera pareja cuando ella se prometió así misma ya no sentir nada por él. Si, era absurdo. Más que siguiera teniendo sentimientos, era de cierta manera la costumbre, de que el pelirrojo atrayera su atención, ya sea a la hora de estudiar o cuando tenían que ayudar a su mejor amigo a salir de problemas, pero ella sentía algo casi incondicional hacia él.

Flashback

Si era cierto que la noche era hermosa, de eso no había duda, pues ella llevaba un hermoso vestido un complicado peinado y por qué no, salía con el más guapo atleta del momento, pero todo eso no impidió que la persona más importante para ella se fuera por completo de su mente: Ron.

Y hablando del rey de Roma, ahí viene.

-¿Qué tal Ron?

-Como ya no está tu pareja ya te dignas a hablarme, ¿verdad?

-No es cierto. Hace ratos fui a saludarlos y no entiendo tu actitud, deberías de estar menos gruñón, pero veo que ni una bonita fiesta logra quitarte lo amargado.

-Con que amargado, solo intento cuidarte, ya sabes lo que opino de Krum y tú.

- Lo sé, pero me puedo cuidar sola, no tienes de que preocuparte.

-Claro que sí. Me importas Hermione.- solo con esa declaración basto para que se quedara estática, no lo creía, ¿acaso Ron se le estaba declarando después de tanto tiempo?

-Si tanto te importara no me hablarías así. Sabes que también me importas, más de lo que te imaginas.

-Eres mi mejor amiga, es mi deber cuidarte.- la magia se rompió, todo lo que se había imaginado se desplomo en ese momento.

-¿Solo eso? Tu mejor amiga, ¿enserio?- había adoptado una voz un tanto sarcástica para su gusto, pero no le quedaba de otra, no lo creía.

-Debo cuidarte, enserio, así como un amigo lo haría o como… Es que no me gusta que salgas con otros chicos, mucho menos con alguien como Krum- tal vez la quisiera como mejor amiga o como algo más, pero no iba a dejar que jugara así con ella, dice que la quiere proteger y que no salga con nadie más pero no da suficientes razones para ello, eso era suficiente.

-Bueno, pues si no te gusta, ya sabes cuál es la solución, ¿no? -gritó Hermione, el pelo se le estaba desprendiendo de su elegante moño, y tenía la cara tensa de ira.

-¿Ah, sí? -le respondió Ron- ¿cuál es?

-¡La próxima vez que haya un baile, pídeme que sea tu pareja antes que ningún otro, y no como último recurso!- y esa vez supo que ya no podía seguir enamorada del pelirrojo. Ya no más.