Existo desde hace mucho tiempo. Mi nombre es Jack Frost. Y soy un guardián.

Una vez al año, vengo de visita para traerles un día nevado a todos los niños del mundo.

Era algo que solía hacer para mi propio entretenimiento y debido a esto, la gente comenzó a llamarme el espíritu de la travesura. Pero todo eso cambió hace ya un par de años cuando finalmente encontré mi centro.

Desde entonces, los días nevados se convirtieron en algo más que bolas de nieve y momentos de diversión. Era la oportunidad de traer alegría a todos los niños del mundo. Y fue todo gracias a mi primer creyente.

Jamie.