(n/a) : nota del autor

—"blando" –pensamientos de los personajes

—eso es lo que tú quieres — : dialogo de los personajes

Ventus Rilva —Hechizos

Espero que les guste. XD

Nota: Este fic es un regalo especial para Mikan18 ¡Que lo disfrutes!

Disclaimer: Yugioh! no me pertenece, (sino los hubiera hecho sufrir muaja.. jaja XD) sino que le pertenece a Kazuki Takahashi, yo solo utilizo los personajes para una linda historia.

"El Poder de las Almas"

Capítulo I: El poder de la dualidad


El encanto de la magia que reside en los corazones de las almas elegidas…


—¡Vamos hermano! –exclamó un pequeño de doce años corriendo por el parque, de cabello tricolor en forma de estrella, pequeños mechones que sobresalían a cada lado de su rostro junto a unos inocentes ojos púrpura que brillaban de emoción al ver como su hermano intentaba alcanzarle.

—¡Yugi! Espera –El mayor tenía un parecido muy fuerte con el pequeño, de la misma forma estrellada en su cabello tricolor junto a mechones rubios más definidos. Sus ojos carmesí mantenían su aspecto serio y retador en un claro reflejo de molestia ante el juego del pequeño, más que eso, le preocupaba su bienestar.

—Aquí es, ven rápido –Saludó Yugi con la mano para que pudiese verle. Al ser alcanzado, señaló una pequeña lápida de piedra, donde tenía una sencilla palabra grabada.

—Aimus –Pronunció el mayor, agachándose para verla mejor. —¿Qué es lo que querías con esto?

—Nunca me pones atención –Hizo un mohín intentando mostrarse ofendido, para suspirar en rendición –Aquí enterraron un perrito pero este quiere ver a su ama antes de irse –resumió.

—Eso pudiste hacerlo sin mi ayuda –recriminó con una sonrisa, para levantarse y estirarle las mejillas –Solo querías estar con tu hermano mayor, ¿verdad? –se mofó mientras el pequeño balbuceaba enojado, se soltó sobándose las mejillas.

—Siempre tienes que ser tan malo, Yami –Se hincó juntando sus manos, viendo de reojo a su hermano –Sabes que solo no puedo encontrar nada –El aludido sonrió en respuesta, alzando su mano a la altura de su rostro, levantando el dedo índice, esperando a que continuara.


Son guiadas a través de los caminos trazados por los antiguos dioses…


—Ven, pequeño que naufraga entre mundos, aquel que posee el último deseo de su corazón, otorgo el límite para cumplir su petición, Aimus ¡Ven! –Sus palabras levantaron una ventisca que los rodeó fiera, para desaparecer al traer a un pequeño perro chiguagua, de color blanco.

—¡Oh lazo del destino! –Yami fijó su mirada en el pequeño, quien ladró feliz —¡Da a tu esperanza la oportunidad de volver para despedirse, concede su pequeño deseo! –Un haz de luz hizo desaparecer al canino, para quedar ambos en silencio mientras se estiraban más tranquilos.

—Bueno, está hecho –Yugi sacudió sus pantalones al levantarse. El mayor colocó una mano sobre su cabeza, pensativo. —¿Qué haces?

—Si que eres enano –Escuchó como le reclamaba, le gustaba molestarlo. Era su preciado hermano menor. Lo levantó como saco de papas para echárselo al hombro y caminar a casa así. –Vamos, mamá espera que lleguemos a tiempo a cenar.

—¡no me cargues! ¡Y tú también eres un enano más alto que yo! ¡Ya te voy a alcanzar! –Pataleaba molesto, siempre le molestaba cuando podía. Sabía que a sus doce años lo poco que había crecido no ayudaba en nada a que siguiera viéndose como un pequeño de ocho años, su hermano si era más alto, pero para el promedio seguía siendo bajo de estatura.

—Eso espero –rio Yami.


Dictadas por los movimientos de su voluntad, por sus latidos ante la adversidad…


—¿Cómo sabremos si lo logró? –preguntó Yugi al ser bajado en la entrada de su casa.

Yami se detuvo a pensar una buena respuesta para agregar un no sé qué hizo bufar a su hermano. Ambos entraron a la casa tienda que era atendida por su abuelo y su madre, quienes velaban por ellos.

—Ya estamos en casa –anunciaron ambos, pasando a la sala donde su madre de unos treinta años de cabello liso negro recogido en una coleta, de ojos púrpura, zurcía unos calcetines. Se levantó para besar su frente y hacerlos irse a sus habitaciones para que se cambiaran para la cena, que ya pondría después de llamar a su abuelo.

Las habitaciones de ambos estaban contiguas, ambos con diferentes estilos al decorarla aun cuando las paredes tenían el mismo color de fondo; verde limón. Yugi tenía un armario para sus libros, cuadernos y demás cosas escolares, pero muy en especial para los juegos. Él y su abuelo solían divertirse los fines de semana que le acompañaba en la tienda, ya que entre semana siempre tenían inconvenientes.

Lo sobrenatural era atrayente, problemático.

Yami no se dedicaba a coleccionar juegos, eso ya lo hacía su pequeño hermano. Sus tardes eran para estudiar sobre antiguas culturas, lo cual podía platicar con su abuelo ya que este de joven había participado en varias expediciones en Egipto, específicamente.

Pero lo que más le gustaba de esa habitación era la ventana que daba al techo y por la cual, podía salir en noches de luna llena o luna nueva a observar el cielo nocturno, a veces en compañía de Yugi. Platicaban hasta altas horas de la noche sobre su día, sobre sus poderes, sobre su ser.

Su secreto.

Ambos poseían un poder extraordinario que a menudo los metía en problemas, y que, sin tener ninguna referencia, habían estado experimentando con lo poco que encontraban en la biblioteca de la ciudad. No tenían idea del porque eran así, y eso les empujaba a buscar sobre ello. Su familia no lo sabía, ambos habían prometido guardar el secreto.

Por el bien de todos.


Nacen aquellos que forjan las alas de un futuro próspero, iluminado…


¿Y si somos adoptados? –No había querido exteriorizar algo tan drástico, pero las respuestas no llegaban y cada vez necesitaban de mayor conocimiento, astucia y valor.

—No lo somos –rio Yami –Pero no te preocupes, verás cómo resolvemos nuestro enigma.

¿Por qué estaban tan afanados en saber su origen? En el ¿Por qué eran magos u hechiceros o lo que fuese? ¿Por qué poseían magia? Todo sucedió desde el momento que demostraron sus dotes, pero más por la nota que les habían dejado esa misma noche.

"El poder de cada alma conlleva el mayor pecado de todos, pequeños sin luz"

¿Su poder era parte de una maldición? Se lo preguntaron desde entonces. Intentaron averiguar si alguien más poseía tal don, pero nadie en su familia lo tenía y eso incrementaba la incertidumbre en ellos.

—A veces tengo miedo de ello –Reveló Yugi, intentando relajarse con la vista de la luna en esa noche. Sabía que podía exteriorizar sus dudas con su hermano, no por gusto compartían un excepcional don —¿Y si encontramos algo que puede dañarnos? O… —Yami torció la boca, intentando no sopesar esa misma inseguridad.

—Debemos averiguarlo, aún si es malo –Razonó, no podían dejarlo atrás. El sentimiento devastador aparecía en sus corazones cada vez que abandonaban la búsqueda; sucedían percances que no podían evitar y algo extraño dañaba a otros que no podían detener. La búsqueda les mantenía inquietos. –Verás que todo saldrá bien.


Aquellos que tienen el poder de cambiar con acciones que sobrepasan la oscuridad…


Yami hacía una pequeña lista de ambos, comparándose mutuamente. Quería encontrar una relación o por lo menos entender cómo funcionaban sus poderes. Era un sábado, en plena madrugada. Frotó varias veces el borrador del lápiz en la hoja, colocando nombres al azar que salían de su conocimiento de películas de ciencia ficción.

Si su vida pudiese ser algo real.

Aún recordaba con detalle la primera vez que demostró la magia que llevaba en él, curiosamente sin presencia de nadie. No había sido accidental, sino que fue mientras jugaba solo.

Saltaba en su cama, intentando llegar más alto. En eso, en el último salto lo hizo con tal fuerza que chocó con el techo con fuerza, pero sin caer. Dejó de sobarse para quedar impactado al ver que no estaba sobre su cama, sino flotando sin más.

Con el tiempo, aprendió a flotar a su antojo. Yugi también poseía el don, aunque tuvo que hacer mil malabares para que su madre no se diera cuenta. Rio levemente ante el recuerdo.

Anotó el segundo poder de Yugi; el poder de llamar a los espíritus. Eso había comenzado hacía dos años, cuando el padre de su amigo había muerto. Sin saber, pasó hablando con él por más de un mes, con tal de que lo ayudase a dar el mensaje que tanto deseaba dar y que no lo dejaba irse.

Anotó el siguiente, su poder de apoyo. Curiosamente funcionaba mejor en los espíritus que en las personas; cada vez que necesitaban materializarse para cumplir su último deseo, él podía otorgarles el tiempo para ello, una sola vez, claro está. Tenía que ser específico para que funcionara, cosa que pasaba en raras ocasiones.

Ambos poseían el poder de levitar objetos, aunque el objeto más grande que podían elevar era un libro. Habían estado practicando hasta el cansancio, sin mucho éxito. En ocasiones, el poder desaparecía sin más. Inútil, completamente.

Arrugó la hoja para lanzarla al basurero, otra vez. El recuento comenzaba a desesperarlo y seguía con sus dudas de nuevo. Sabía que no dormiría de nuevo ese sábado.


Aún con su manto férreo, buscan la tan anhelada luz…


Luego de tanto, había encontrado la primera pista que los conduciría a otras más. En la biblioteca central de la ciudad había encontrado un apartado sobre magia.

"… se ha visto la línea de magia que mantiene a la humanidad dentro de una estabilidad neutral que no contribuye ni a la guerra ni a la paz. Son los sabios, amos y señores de una tierra bendecida con la energía del universo, y que esta, a la vez, da vida a otros universos. Muchos nacen con el poder del cambio, de una revelación, de la naturaleza, de la solemnidad, del infinito, de la fortaleza y de la discreción. Cada ser con la capacidad mágica innata en él tiene una tarea importante que completar, una que determinará el rumbo de cada mundo, lugar y tiempo y que dará la bienvenida a la luz. La responsabilidad de cada mago, hechicero y brujo es de salvaguardar el bienestar del destino, interviniendo o no en la vida del universo.

Los poderes se darán a conocer, paso a paso en cada línea de tiempo, unos para quedarse, otros para irse. Pero lo importante será que, deberá conocer su real vida, la que llevará a las estrellas con todo su potencial…"

Cerró el libro con violencia, eso no se lo esperaba. Eso explicaría el por qué habían nacido de esa forma, pero ¿Por qué ellos? ¿Qué más tendrían que hacer para revelar lo que eran?


Y con ello, una nueva historia nace en el mundo…


Yami se había quedado en el techo luego de cenar. Veía al cielo distraído, trayendo a su mente las dudas que intentaba resolver desde hacía años. Se volvería loco si recapitulaba sus dudas una y otra vez, a pesar de haber encontrado ese libro aún surgían más y la búsqueda se hacía inútil en algunos momentos.

Ellos tenían poderes.

Desde que tenía memoria, había podido hacer cosas que otros no, por lo menos no habilidades de un humano normal. Al principio tuvo miedo, pero luego conforme crecía comenzó a utilizarlos a espaldas de su familia, el terror de pensar que podían rechazarlo solo por ello lo obligaba a callar. Lo que lo orilló a revelarse fue su hermano, quien mostró sus dotes de magia a la misma edad que él, pero fue en un mal día.

Sacudió su cabeza, intentando alejar ese macabro recuerdo. Había buscado en varios lugares intentando saber por qué poseían magia, una muy extraña. Se suponía que el mundo se establecía con normas dentro de las cuales la normalidad era una ley sobre todos, no había conocido a nadie que poseyera magia o don que les ayudara a entender cuál era su destino al final.

—¿Yami? –Yugi flotó hasta sentarse a la par suya, este no volteó a verle —¿estás bien?

—¿Te vio mamá? –Yugi negó levemente. –Estoy bien, solo meditaba.

—¿Te preocupa nuestro origen? Pero si… —El mayor advirtió con la miraba de proseguir, luego vio a las estrellas –Sé que ser lo que somos provoca algunos problemas pero…

—Me gustaría que fueras normal, tal vez así no verías…

—¿Y tú qué? –Le recriminó –También deseo que seas normal, por mi te has metido en más problemas de los que puedo contar y saliste herido varias veces ¡No te excluyas! Por algo ambos tenemos magia –Si creía que no pensaba en él, estaba equivocado. La última vez que lo vio caer por su imprudencia prometió velar por él, aunque le faltase poder para ello.

—No te exaltes, solo expresé nuestro deseo –le abrazó de lado, colocando su cabeza sobre la de él –Lo siento, sé que hemos llevado una vida tanto entretenida como problemática, pero no quiero que pase algo más.

—Hicimos un pacto ¿No? –Sonrió Yugi –Pase lo que pase, iremos descubriendo lo que somos, juntos. Si estamos unidos podemos lograr todo lo que nos propongamos –Yami se separó de él para agitarle el cabello mientras le sonreía —¡Hey!

—Lo sé enano, lo sé.

Sin percatarse, una nota apareció en su escritorio, escrita con sangre.

"La decisión está tomada, su camino ha sido revelado, magos del infinito"


Una con el poder de cambiar a la humanidad.


Hola a todos:

Las historias más encantadoras nacen de los lazos de hermandad y fraternidad; de las uniones de espíritus en comunión de paz y felicidad. De todas las palabras que sobresalen de los labios de las personas que han pasado por los años sin detenerse por el pesar del tiempo, esbozando una sonrisa como nadie ante la increíble hazaña de un emotivo cuento de magia y luz.

Y con ello, entre las narraciones bendecidas por las estrellas nace la historia de los pequeños hermanos que viven en un mundo moderno en el cual no existe la creencia de la magia, pero si la existencia de la oscuridad que reina en todo corazón. Aún así, intentan pasar el desafío de descubrir el secreto de su poder, el cual los llevará por los caminos más inciertos de todo el universo.

Este es el proyecto más ambicioso que pude haber concebido gracias a la petición de Mikan18, quien esperó pacientemente a que escribiera sobre esta historia, así que espero que os guste tu regalo y a ustedes que se asomaron a leer este inicio, espero que les atraiga y les guste para que la sigan con felicidad. De fans para fans.

Me da gusto que a pesar de mis tardanzas aún sigan mis historias, y más si están terminadas. Les agradezco por darle una oportunidad a esta autora que con afán escribe con toda la dedicación que su alma puede dejar acá.

Les espero en el siguiente capítulo. Dejen bonitos reviews.

Ya ne!.