Epilogo.
Capítulo 1: Los Placeres de la Monotonía.
Ojos rojos, brillantes y pálidos se abrieron cansadamente cuando la luz del sol entro por la ventana. Un semi-gruñido y un latido fue el único margen de tiempo que le tomo a cierta mujer darse cuenta de que esta era la primera vez en semanas en la que era el sol lo que la levantaba, y no la alarma que su esposo y ella meticulosamente preparaban cada noche.
Al no sentir una fuente inmediata de calor al lado suya para abrazar inmediatamente—léase: esposo—la mujer no tuvo más opción que acurrucarse más contra las sábanas blancas y rodar sobre sí misma en un intento de que el frio matutino se dispersara. Solo para encontrarse cara a cara con un reloj de mesa.
Sorprendentemente la mujer no salto inmediatamente de la cama al ver que la hora apuntaba las 8:40 a.m. —las frazadas de tela se sentían suaves contra su piel y a pesar de estar a mediados de verano la habitación estaba fresca y acogedora— y ella sabía por experiencia que su cuerpo estaba cansado, probablemente mancha y satisfactoriamente adolorido tras las actividades de la noche anterior.
Pero el deber llamaba, así que con último bostezo Seishirou Ichijou—Si, Ichijou—decidió levantarse de agradable cama que compartía con su esposo.
Aun que siendo honesta, aun prefería que la llamaran Tsugumi.
Al sentarse sobre el colchón matrimonial Tsugumi capto la pequeña nota de papel que reposaba al lado del despertador. Umm, raro que no la haya visto antes, debe seguir un poco dormida.
Parecía que necesitabas dormir, ya les prepare el desayuno a los muchachos. Asegúrate que Yukina esté lista, a partir de hoy es una estudiante de segundo año.
Raku.
La firma de la pequeña nota la hizo sonreír y el cuerpo logro sacarle una pequeña risita, hasta que las piezas de información cayeron juntas, el primer día del segundo año de clases de Yukina, ¡y únicamente faltaban 20 minutos para entrar! ¿Qué estaba pensando? ¿Dejándola dormir hasta tarde? Un bondadoso idiota, eso es lo que es su esposo.
Tsugumi se levantó rápidamente—tal vez demasiado—por qué un pequeño dolor entumecido corrió por su pierna derecha y casi la hizo frenar, pero, de nuevo, solo tenía 20 minutos.
El armario de la habitación fue…bueno, fue integrado a la misma por orden de Tsugumi, tal vez los demás miembros del Shue-gumi estaban bien con tener sus ropas, vendas y armas acomodadas en un dormitorio común, pero Tsugumi era una mujer y como tal, se reusaba a guardar sus cosas donde alguien más pudiera verlas…tal vez solo Raku.
Escogió un par de jeans sencillos y una camiseta igual de común,—la cual tuvo que quitarse y volverse a poner al momento de darse cuenta que no tenía sostén— nada tan extravagante o elegante como los diseños que Chitoge de vez en cuando le hacía llegar por correo. Y para terminar acomodo y su largo cabello azul en una simple cola de caballo que descansaba en su hombro derecho, un poco de maquillaje natural, una pinza azul claro en su cabello para que el flequillo no le molestara sus tareas y estaba lista para el día y ya bajando las escaleras.
Si el traidor- Ahem el reloj, si el reloj no mentía significaba que para esta hora Raku ya estaba en el trabajo (en serio, Tsugumi nunca pensó que ser un servidor público fuera tan cansado, no importa cuántos clanes yakuza manejase al mismo tiempo, pero al parecer los horarios de Raku podían ser o muy apretados, o prácticamente inexistentes.) y la nota que este dejo indicaba que los miembros del Shue-gumi ya estaban desayunados, movilizados y listos para golpear rufianes al mismo tiempo que remediaban la patita de un cachorro enfermo.
Si, esa era la clase de mafia que el Shue-gumi—y por ende Raku—trabajaba, como era que estos conseguían un lucro tan grande aún era un misterio para Tsugumi, no importa las veces que Raku se lo explicara.
Al llegar a la sala principal de la mansión japonesa lo primero que recibió a Tsugumi fue un coro de "¡Buenas días, señorita!" por parte de los miembros del clan, encabezados por un sonriente Ryuu.
"¡Señorita! ¡Se ve hermosa el día de hoy!" exclamo el tatuado yakuza.
"Buenos días, Ryuu" Saludo Tsugumi "¿Hace cuánto que Raku se fue?" pregunto ella.
"¿El joven maestro? Salió hace-"
"Espera ahí, ¿A quién estas llamando joven maestro?" Interrumpió Tsugumi con una sonrisa "Saben cómo se pone cuando lo llaman así" explico con los brazos cruzados.
"O-Oh, lo siento" se sonrojo Ryuu, a Tsugumi aún le daba gracia ver a personas con rostros tan peligrosos actuar como niños abochornados, le recordaba a los miembros de La Colmena "El Segundo salió hace un par de horas, después de preparar el desayuno" explico Ryuu.
"¿Ya despertó Yukina?" Pregunto Tsugumi.
"No lo creo" aporto otro yakuza "Creo que sigue dormida"
Tsugumi suspiro y se despidió de los guardaespaldas—porque al final eso eran, guardaespaldas de una ciudad entera—y se dirigió a la habitación de Yukina. Pasando por los pasillos de la tradicional mansión y recordando momentos de su vida antes y después, mientras que uno que otro miembro del Shue-gumi la saludaba y se inclinaba con respeto.
Al poco tiempo llego a la habitación que en algún momento le perteneció a Raku y entro.
Para ser recibida con una despeinada y recién vestida Yukina.
"¡Mamá!" se sorprendió la muchacha "Buenos días" dijo rápidamente antes de volver a prepararse para correr de nuevo.
"Yukina, Buenos días, ¿Qué sucede?" Tsugumi le llamo la atención, causando que su hija se parara en seco y volteara a su madre con una media sonrisa apurada.
"Hehe, T-tal vez dormí un poco de mas, tengo que llegar a tiempo a la escuela" explico Yukina.
"¿Ya desayunaste?" Inquirió Tsugumi.
Tsugumi la miro por un momento, como todas las mañanas se tomó un segundo para apreciar a su hija. Su primogénita. Su pequeña.
Bueno, excepto que no era tan pequeña ahora, tal vez no heredo la figura madura que su madre poseía a esa edad pero lo cierto era que ella ya no era una niña.
Yukina era una chica linda, y Tsugumi no lo pensaba únicamente por que era su hija, si no que era obvio, había heredado el cabello—y mucha de su personalidad—de su padre, pero todo el resto era todo ella. Ojos rojos claros y ese rostro que bien podría ser considera como "atractivo" por ambos chicos y chicas. En ese momento este rostro estaba hinchando las mejillas ante su madre y hasta Tsugumi podía admitir que era linda, su hija.
Aunque su cabello era el de su padre, esto era más que obvio. Corto hasta antes de los hombros sin contar un lacio que marcaba su cara, sobre el cual colgaba un delicado listón azul con un valor sentimental que Tsugumi nunca podría olvidar.
Pero la razón de melancolía de Tsugumi era el uniforme de su hija, y más específicamente, la corbata naranja que lucía de este día en adelante, justo como la que ella vistió en su momento.
"Tomare una tostada de camino" explico Yukina, y antes de que Tsugumi pudiera contestar le dio un pequeño beso en la mejilla y comenzó a correr "¡Tengo que irme! ¡Te quiero, Adiós!"
Tsugumi suspiro de nuevo, su hija tenía la costumbre de hacer un par de cosas de la misma manera que su padre las hacía. Temerarias, apuradas y desesperadas. Justo como aquella vez en la que todos tuvieron que atender a la boda de Marika en una clásica obra barbárica y "robar a la novia"
Tsugumi masajeo suavemente y con melancolía el pequeño anillo dorado que encajaba perfectamente en su dedo.
¿En serio ya habían pasado 19 años?
Fin del Epilogo.
Siguiente capítulo: Asuntos de Madres.
Notas del Autor:
¡Hola, hola, hola, hola, hola! (léase como si se estuviera en drogas), solo vengo a dejar este pequeño proyecto que comenzó al leer el último capítulo del manga, más que nada para liberar un poco de presión de lector al haber visto el desenlace que todos esperábamos.
Lo cierto era que no tenía sentido vivir en la ilusión de que Raku se quedaría con cualquiera de las otras chicas. Todos sabíamos que los únicos pairings posibles serian Onodera o Chitoge. Y aun así una parte de nosotros esperaba que hubiera un giro de 360 grados y Raku se quedara con la chica con menos posibilidades de todas (lease: Yui).
Pero bueno, el manga estuvo lleno de cliches, repeticiones, predicción obvias y ningún riesgo tomado por el autor de manera que el final del manga se podía ver desde el capítulo #1 y aun así aquí estamos, llorando que uno de nuestros mangas semanales desapareció y que no hubo un puto beso en toda la maldita socialización.
En fin, el capitulo final me dio un par de cosas con las que jugar, El trabajo de Chitoge, Claude como jefe del Beehive, El embarazo de Yui (lo vi venir cuando la rechazaron, pero aun asi fue un gancho al corazón para mi…tengo un fetiche por las mujeres maduras…Y por las lolis…y por las amigas de la infancia…y por prácticamente todo excepto los traps y el NTR…lo sé, soy asqueroso…Oh, ¿tú también tienes uno? ¡Abrazame hermano!) Y cómo olvidar la relación de Shuu y Ruri…los cuales tendrán un papel muy grande en esta historia! (espero).
Así que me despido con un par de recomendaciones para aquellos que se quedaron si manga semanal para leer!
Reincarnation no Kaben. (Muy entretenido, apenas 25 capitulos y una historia solida)
Horimiya (mensual, pero muy tierno y lleno de comedia)
Fuuka (Predecible, lleno de cliches y momentos incomodos…parecido a Nisekoi, solo un poquito más maduro y menos harem…)
Seishun Pop (Incesto…Es todo lo que diré)
Jitsu Wa Watashi Wa (Probablemente uno de los mangas más chingones (perdonen la jerga) y comicos jamas dibujados)
Ajin (Un Death Note un poco menos thriller y más intenso)
Domestic Na Kanojo (¿Sexo en el primer capítulo? ¿Queeeeee?)
Renai Boukun (Otro Nisekoi mas para la lista…)
Tenkuu Shinpan (Hardcore!)
Iris Zero (Super-recomendado, este manga probablemente fue escrito por un maldito psicólogo!)
Aphorism. (¿Has leído Battle Royal? Ahora combinalo con Legend of Zelda y tienes este manga)
Dolly Kill Kill (Meh, me llamo la atención lo suficiente para empezar a odiar los peluches)
Hare Kon (*Se ríe maniáticamente y se aleja*)
Velvet Kiss (La cereza del pastel…No lo leas si tienes esa enfermedad que te impide no llorar cuando los protagonistas no terminan en una adorable casa de campo con 20 hijos y un perro…)
Nos vemos pronto!...Muy pronto…
HD.
