Advertencias: pues….que esto es un fic Yaoi (chico/chico) así que sí no te gusta no lo leas, luego no quiero quejas acerca del contenido.
Disclaimer: Bueno…los personajes de Naruto no son míos (más quisiera) y por lo tanto esto esta hecho sin animo de lucro. Eso si, la trama es mía ¡eh! (esta vez debo protegerla que para una vez que me la curro jajaja.)
Dedicatoria: Bueno…pues esto esta dedicado a la genial ero-senseiy gran creadora de historias fantásticas. Como era tu cumple pues…me dio por hacerte un fic, que quieres que le haga, se me va la pinza. No es lo que me pediste pero a ver si de premio de consolación vale xD. Espero que te guste aunque no esperes algo muy bueno, soy yo la que lo escribió u.u.
Sin nada más he aquí la historia:
ECLIPSE
By Aya K
CAPITULO I
El caluroso día estaba llegando a su fin y la mesa, antes llena de documentos, estaba ya vacía. La estancia permanecía en penumbra solo alumbrada por los últimos rayos de sol del día. El despacho del Kazekage apenas se parecía al del Hokage, solo se apreciaban dos igualdades: una mesa lo suficientemente grande para que cupiesen todos los documentos, y una silla cómoda para los largos días de trabajo.
En lo demás, no había ni una sola similitud. El despacho del kazekage era más amplio que el del Hokage, o al menos ese era el efecto óptico que causaba la ausencia de estanterías y mobiliario innecesario. Tan solo un mapa del país del viento se extendía por la pared sin ventanas y unos cuantos cojines en el suelo en el lado contrario que hacían las funciones de sofá; era todo el mobiliario que había en la habitación a parte de la citada mesa y silla.
Las grandes decisiones se tomaban en la sala del consejo por lo que era allí donde estaba la mayoría de los documentos importantes y demás cosas. El Kazekage tan solo se ocupaba de los asuntos de mediana relevancia que no eran suficientemente preocupantes como para exponerlos en el consejo. Cada día, a primera hora de la mañana, el consejo se reunía con su Kazekage para debatir temas de trascendencia; era su manera de padre controlar el gobierno de la nación y no caer en los errores del pasado.
Al anterior Kazekage aquello le disgustaba y acabo prácticamente con el consejo; sin embargo, al nuevo Kazekage no le importaba en absoluto que el Consejo quisiese poner sus reglas, ni llevar la voz cantante; por no importarle, no le importaba ni lo que decían o hacían. Él tan solo hacia su trabajo sin más. Quizás fuese una actitud algo pasota…pero todos sabían que aunque quisiese tener más voz, no le dejarían; el Consejo seguía sin fiarse un pelo de su Kazekage.
Por mucho que la amenaza que había representado Shukaku hubiese desaparecido; por mucho que su inestabilidad emocional hubiese desaparecido; por mucho que hubiese hecho por la Aldea y el país…seguían sin fiarse de Gaara. Y aquello, al susodicho, ya ni le importaba lo más mínimo.
El Quinto Kazekage se encontraba en uno de aquellos días de aburrimiento total en los que tan solo se dedicaba a ver como anochecía; o al menos eso hacia normalmente, en los últimos días había tenido unas fuertes migrañas justo a la hora del crepúsculo por lo que en aquellos instantes estaba recostado en su sillón, de cara a la ventana, con los ojos cerrados intentando que el dolor remitiese.
Así se lo encontró un miembro del Anbu. Había aparecido en el despacho del Hokage para darle el reporte de su última misión de reconocimiento y se había encontrado con el Kazekage en aquella extraña y desconcertante postura. Gaara por estar más pendiente de su cabeza que de lo que le rodeaba no sintió su presencia por lo que el ninja tuvo que hablar para llamar su atención.
-"Kazekage-sama, lamento interrumpirle pero traigo un informe urgente."-murmuro tras su mascara.
El pelirrojo abrió los ojos sorprendido al notar por fin al presencia de alguien más en la habitación y le miro interrogante. Ahora mismo el dolor de cabeza no era importante por lo que le miro y asintió dándole permiso para dar su informe.
-"Kazekage-sama, en mi última misión he descubierto unos movimientos extraños cerca de las montañas Nara señor. Los corrimientos de tierra y las tormentas se suceden casi al segundo cuanto más cerca de ellas se encuentra uno. Además de que se han encontrados testigos que afirmar oír chillidos de mapache en plena noche. Por eso nos ha parecido urgente informarle de ello señor. No sabemos la magnitud del problema ya que las ruinas de la antigua Aldea Ninja se encuentras en esas montañas y no todo el mundo puede internarse en ellas y salir ileso."
El ninja hizo una pausa, esperando quizás alguna represalia por parte del Kazekage por no haber investigado suficientemente aquel fenómeno. Gaara tan solo permanecía a la espera de que continuase. Segundos después el Anbu retomo su informe.
-"Las tribus nómadas que comercian por la zona afirman que aún existe gente al cargo del Templo del Viento que antes se erigía en la Aldea. Nadie lo sabe con seguridad. También nos han comentado que según sus leyendas populares las colinas Nara están poseídas por el espíritu del Dios del Viento y por eso nadie debe adentrarse en ellas. Esperamos sus ordenes sobre este hecho señor."-termino el ninja haciendo una profunda reverencia.
Gaara le miro unos instantes, meditando y asimilando lo que le acababa de decir. Después de unos segundos se dirigió al ninja ante él.
-"Esta bien, habéis hecho bien en informarme. La misión se ha cumplido con éxito por vuestra parte, quedáis relegado de ella. No deberéis comentar nada de lo que habéis averiguado con ningún otro compañero. Podéis retiraros."-el Anbu volvió a hacer una reverencia y se acerco a la puerta con intención de salir.-"Antes de terminar vuestro turno, comunicadle al Comandante en jefe que deseo hablar con él. Es todo."
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Cuando Kankuro abrió las puertas del despacho del Kazekage, ya entrada la noche, no se esperaba encontrar lo que encontró. Libros, pergaminos, papeles, tinta, mapas…parecía que habían trasladado toda una sección de la biblioteca de la Torre Kazekage al despacho; o mejor lo parecería sino fuese porque estaba todo desperdigado por el suelo y la mesa del despacho.
Gaara estaba absorto mirando unos de los libros que había en la sala con un mapa extendido por toda la mesa. Kankuro elevo una ceja extrañado por aquel cambio de decoración. Entro y cerro la puerta tras de si. Gaara no levanto la mirada del libro cuando hablo.
-"…las montañas Nara son el lugar donde se encontraba la antigua Aldea Ninja de la Suna y donde se erigía el Templo del Viento; lugar donde un gran sacerdote, Oraga Nakashimu, sello al demonio Ichibi, Shukaku. Según la leyenda, el bijyuu mapache fue encerrado en la llamada "Tetera de la Cornamenta" para más tarde ser sellado en la Capilla del Viento, en el altar mayor del Templo del Viento de las montañas Nara…."
Kankuro quedo desconcertado al oír a su hermano recitar parte del libro que en aquellos momentos estaba leyendo. Gaara levanto la vista y clavo sus ojos verdes en los de su hermano. Un escalofrió recorrió la espalda de Kankuro.
-"Todos sabemos donde acabo el demonio Shukaku¿verdad?"
-"Si…pero no entiendo que tiene esto que ver con que me hayas llamado Gaara."
-"Cierto."-afirmo el Kazekage dejando el libro abierto en la mesa y recostándose contra la silla sin dejar de mirar fijamente a su hermano.-"Te he llamado porque esta tarde me ha llegado un informe urgente de un Anbu. Al parecer cerca de las montañas Nara se suceden los corrimientos de tierra y las tormentas de arena con demasiada frecuencia. Esto no seria de gran relevancia sino fuese porque hay testigos que afirmar haber oído los chillidos de un mapache en plena noche. ¿Me sigues?"
-"Te sigo. Pero no puede ser posible. Cuando se produjo la batalla contra los miembros de Akatsuki hubo una unidad especial encargada de sellar de nuevo a los nueve bijyuu de manera que no fuesen capaces de romper sus sellos. No puede ser que Shukaku haya roto el sello de su prisión. Además, nadie sabe exactamente donde se encuentra sellado ahora."
-"Cierto. Eso es justamente lo que trato de averiguar. Nadie sabe con certeza si los monjes que atendían el Templo del Viento siguen ejerciendo su trabajo, pero he encontrado justificantes de venta de varias caravanas a tribus nómadas cercanos a las montañas Nara y siempre se repite un nombre a la hora de poner el comprador; Mamoru Nagasi. El nombre no dice mucho, la verdad; pero es extraño que siendo una tribu nómada en un mismo mes se produzca la venta al mismo hombre y en el mismo sitio."-Gaara le tendió un libro de cuentas a su hermano abierto justo en la pagina donde se explicaba aquel extraño suceso.-"Sea como sea, me parece que se debe investigar a fondo este asunto.
-"Ya veo. Tan observador como siempre Gaara. Ciertamente, es un suceso extraño y no aislado."-El marionetista se acerco a la mesa donde estaba extendido el mapa del país del Viento.-"No lo comente antes porque me llegaban los informes como hechos sin mucha relevancia pero es cierto que desde hace tiempo varios terremotos asolan las regiones cercanas a las montañas Nara. Sin ir más lejos hace un par de semanas en un pueblo a unos cincuenta kilómetros se produjo un terremoto que dejo parte del pueblo destruido."
-"¿Y por qué nadie me informo de dicho terremoto?"-pregunto mordazmente el Kazekage.
-"Nadie te informo porque acabo de llegar de ese lugar. Debido a que el pueblo quedo tan devastado mi equipo y yo decidimos quedarnos más tiempo para ayudar a reconstruir parte de las casas. Hemos llegado hace un día escaso y por eso aún no habías recibido el informe."-respondió Kankuro mientras marcaba varios pueblos de los alrededores de las montañas.
-"Ya veo. En ese caso, es comprensible. Una decisión bien tomada."-alabo el pelirrojo.
-"Tuve un buen maestro."-respondió Kankuro con una sonrisa divertida. Gaara bajo la vista de nuevo al mapa.
-"Eso significa que no es un hecho aislado. Quizás el sello se haya vuelto inestable con el tiempo. Hace un par de años que se sello y como fue el primer bijyuu que se sello, la técnica podía no estar muy bien desarrollada. Esta claro que debemos mandar una partida de reconocimiento."-dijo Gaara convencido mirando el área que abarcaban los pueblos que había señalado Kankuro anteriormente.-"¿Qué aconseja usted Comandante?"
-"¡Dios! No me llames así, odio ese nombre."-se quejo cansado Kankuro.-"Que sea el jefe de los Anbu no quiere decir que me guste ese rango."
-"Lo se, pero es el que tienes."-contesto divertido Gaara.
-"A veces odio tu sentido del humor hermanito"-contesto entrecerrando los ojos y remarcando la última palabra.-"En mi opinión deberíamos mandar un equipo de cuatro o cinco ninjas a reconocer la zona de las montañas, y puede que hasta las ruinas de la Aldea y el mismo templo si se consigue encontrar. Así podríamos tener más datos al respecto para poder averiguar que sucede."
-"No es mala idea, pero a parte del reconocimiento del lugar deberíamos centrarnos en encontrar a los miembros del templo. Nos seria de gran ayuda que nos dijesen donde esta encerrado el espíritu de Shukaku y la información que tengan sobre el sello."
-"Gran idea Gaara. Haré ahora mismo un equipo para la misión; yo mismo iré en él. Nunca se hay que fiar del todo de los informadores; y además quiero ver por mi mismo las ruinas."
-"Muy bien, dejo en tus manos que busques otros dos ninjas."
-"¿Cómo que otros dos? Serán otros tres…. ¡Ah no¡Tu no iras!"-exclamo cuando entendió a lo que se refería su hermano. Poso las manos sobre el mapa de la mesa mientras se acercaba a Gaara.-"Tu debes de quedarte aquí para cuidar de la Aldea."
-"Tienes mucha razón."-el pelirrojo se acerco también a él quedando los dos frente a frente con la mesa de por medio.-"Pero Shukaku es asunto mío y me concierne personalmente. Además…esta el tema de las migrañas."-termino volviendo a la posición anterior.
-"¿Migrañas¿Qué migrañas?"
-"Desde hace unas semanas tengo unas terribles migrañas que casi no me dejan ni trabajar. He tenido que dormir con somníferos desde que aparecieron; y tengo la corazonada de que puede ser algo relacionado con Shukaku."
-"¿Tenias migrañas y no se lo has dicho a Temari?"-pregunto asombrado el mayor.
-"Si se lo dije. Es ella la que ha estado pendiente de mí desde entonces, pero no ha podido hacer mucho más. Es mi deber averiguar que me sucede. Además, si esta relacionado con Shukaku siempre puede haber una posibilidad de que me vuelva inestable; y en ese caso estaré mejor lejos de la Aldea¿verdad?"
-"Touche."-refunfuño entre dientes el castaño.-"Esta bien, iras. Pero deberás de dejar a Temari a cargo de la Aldea y ya sabes que eso al Consejo no le va a gustar."
-"Tranquilo, solo tengo que nombrar "Shukaku", "peligro", "inestabilidad" y "descontrol" en la misma frase y me dejaran irme tan lejos como desee."-Una sonrisa maligna curvo sus labios. Kankuro suspiro derrotado.
-"Como quieras. Tardare un día y medio en prepararlo todo. ¿Será suficiente para usted Kazekage-sama?"-pregunto sardónico.
-"Me sobrara tiempo para darme un baño relajante."-contesto pícaro.
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-"¡Ni hablar¡Es demasiado peligroso Gaara¡No puedes arriesgar tu vida así como así!"
-"Temari…deja de sacar las cosas de quicio, hermana. El consejo ya ha aceptado. Si te lo pido a ti es porque eres la única en quien confió plenamente para pararles los pies."
-"Lo se Gaara, pero sabes que es demasiado peligroso. Llevas semanas con las migrañas y cada día estas más débil, lo se; lo noto. No puede ser seguro que te embarques en semejante viaje solo por curiosidad."-decía la chica mientras caminaba por la habitación como un león enjaulado.
-"No es simple curiosidad Temari; se que tiene algo que ver conmigo."-dijo convencido el pelirrojo.-"¡No me seas tu más tozuda que Kankuro, hermana! Si sucede algo, estaré mejor lejos de la Aldea. ¿Qué sucederá si pierdo el control sobre mi mismo? Puedo hacer daño a gente inocente."-se levanto del sofá y se acerco a ella.-"Los dos sabemos que es lo mejor. Por favor, di que lo harás…"
-"¡Esta bien tu ganas!"-suspiro derrotada.-"Me haré cargo de la Aldea mientras tu no estés."
-"Gracias hermana."-dijo antes de dirigirse a la puerta.
-"Pero que sepas que algún día esos ojitos de cordero degollado dejaran de servir conmigo."-gruño enfadada.
-"Lo se; pero hasta ese día…déjame usarlos un poco más."-sonrió para luego salir de la estancia.
-"En menudos líos me metes Gaara."-murmuro poniendo los ojos en blanco.
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Kankuro había terminado de hacer los preparativos para la misión de reconocimiento. Había reclutado a dos de sus mejores hombres y las instrucciones habían sido fáciles y sencillas: si por alguna razón se separaban en medio del desierto debían de encontrarse en la falda de la montaña y poner una señal para saber que estaban, o habían estado allí; el símbolo de la Suna grabado en las paredes de piedra de la montaña. Además tenían que hacer voto de silencio y no contar nada de lo que averiguaran o viesen. Por ultimo, si Kankuro les ordenaba irse, lo harían sin más; sin preguntar, ni poner trabas.
Los dos ninjas habían asentido sin una sola duda; pero Kankuro sabia que no iba a ser una misión fácil para ninguno. Tendrían que recorrer todo el desierto del Nara así como tener cuidado de los peligros que podían encontrase: animales, tormentas de arena, sol abrasador y demás. El castaño tan solo esperaba que todo saliese bien.
Llego a la casa del Kazekage y entro. Como su hermana él tenia una copia de las llaves de la casa para emergencias y demás. Dejo las llaves en el mueble que dominaba la entrada; no las iba a necesitar en pleno desierto, además Temari se encargaría de cuidar la casa de Gaara mientras no estuviesen. La casa de Gaara siempre le había parecido un poco simple comparada con como la tenia antes decorada su padre. Le decían la casa de Gaara precisamente porque había hecho quemar todos los muebles que tenia antes, cuando era la casa de su padre.
Temari y él habían decidió independizarse hacia unos años; más por rebeldía que por necesidad pero para desgracia de Gaara, él tendría que vivir en la residencia de los Kazekages sin poder oponerse. Por eso mismo, lo primero que hizo en cuanto le dijeron donde viviría fue quemar todos los muebles. El consejo se escandalizo; pero Gaara había argumentado que si seria su casa, seria totalmente suya; sin nada del anterior Kazekage. El consejo acepto sin poder llevarle la contraria.
Y así fue como Gaara descubrió que no se le daba mal la decoración. Temari se había maravillado al descubrir el buen gusto de su hermano pequeño y había hecho que Gaara decorase también su piso. Kankuro tan solo se rindió ante la evidencia; aunque no le gustaba que sus hermanos se pasasen horas hablando de muebles y decoración en las cenas familiares, debía de reconocer que Gaara tenía muy buen gusto. Quizás demasiado oscuro para su gusto, pero buen gusto después de todo.
Lo que a Kankuro le parecía demasiado oscuro, no era otra cosa que la fascinación de Gaara hacia las maderas oscuras que podía combinar con colores claros y hacer sus habitaciones tan luminosas y grandes como quisiera. Por ello gran parte de los muebles de la casa del Kazekage eran de madera oscura, sobresaliendo la gran cama que ocupaba su enorme habitación. Según Temari la habitación de Gaara era la máxima expresión de su gusto; según Kankuro era guapa sin más; y según Gaara era su propia personalidad reflejada en ella.
Una cama grande de madera oscura, con un cabecero de la misma madera que se unía a las mesitas haciendo un cabecero amplio y aprovechable como mesita de noche en si mismo. Una moqueta de color rojo sangre capricho del Kazekage al que le gustaba sobremanera andar descalzo por la casa. Un armario empotrado en madera oscura también; unas cortinas dobles en crema y blanco que daban toda la luz que podían a la estancia y luego un gran baño recubierto de mármol azul oscuro; otro capricho de Gaara. Capricho que Temari no aceptaba y no solo por lo que había costado el mármol; sino porque tenía una envida terrible a Gaara por poseer aquel baño.
Temari había aceptado cuidar de la Aldea, a parte de por ayudar a su hermano; por el trato que había hecho con Gaara. Le dejaría toda su casa a su total disposición; así como su cuarto y su baño. A Temari le había gustado lo de la casa; lo de la habitación le había entusiasmado, pero en cuanto oyó el tema del baño se había puesto eufórica.
Kankuro suspiro resignado mientras terminaba de subir las escaleras hasta el cuarto de Gaara. Debían de partir en seguida aprovechando la oscuridad de la noche; para tener un buen trecho andado cuando el sol saliese de nuevo y empezase a ser una molestia. Como por las noches la temperatura del desierto bajaba considerablemente, Kankuro iba preparado para soportar esas bajas temperaturas. Unos pantalones largos y oscuros de una tele especial que guardaban bien el calor corporal; una camiseta de manga larga del mismo color y tela; por ultimo unas sandalias cerradas y una mochila al hombro con la ropa que usaría de día y las cosas que necesitaría en el viaje.
Sus marionetas iban guardadas en unos pergaminos en un bolsillo accesible de la mochila; la capucha que solía llevar hacia no tantos años ahora tan solo la usaba en casos extremos; como aquella misión seria uno, estaba en la mochila con el resto de su ropa de día. De lo que si se había librado era de la antiestética, en opinión de Temari, pintura que solía usar para pintarse la cara. Como miembro activo y responsable del escuadrón de asesinos de la Suna; solía llevar la mascara correspondiente a ellos; por lo que la pintura solo había sido un engorro hasta que decidió dejar de usarla.
Tan solo fue por comodidad, pero debía de reconocer que desde que ya no la usaba ligaba mucho más. No se lo explicaba, pero hacia años que había desistido en entender a las mujeres por lo que le daba ya igual. Recorrió el pasillo hasta la habitación del Kazekage preguntándose si habría metido lo necesario. Entro sin llamar, como muchas veces hacia; más por costumbre que por otra cosa. Fue entonces cuando lo vio. Gaara tenía su mochila apoyada contra la cama y su ropa extendida por encima de las sabanas de seda roja de la cama. El pelirrojo tan solo llevaba encima una toalla anudada en la cintura y se secaba el pelo con otra más pequeña. Kankuro se quedo congelado en la puerta; Gaara se giro cuando oyó la puerta abrirse.
-"Hola Kankuro; estaba terminando de prepararme. ¿Esta todo listo?"-pregunto mientras se giraba de nuevo hacia la mesita y revolvía en los cajones buscando algo.
El aludido no contesto, es más casi no podía ni coordinar una frase entera. No hacia más que mirar a su hermano de arriba a abajo sin saber muy bien el motivo por el que no podía apartar la vista de él y del recorrido que hacían las pequeñas gotas de agua que se escapaban de su pelo bajando por su espalda hasta la toalla anudada en su cintura. El marionetista trago saliva y intento sacarse los pensamientos que le acaban de venir a la mente; ¿Cómo podía ser posible que hubiese deseado ser una de aquellas gotitas?
-"Ah…si…lo tenemos todo ya….solo faltas tu….te espero abajo Gaara."-nada más terminar de decir eso salio de la habitación cerrando la puerta tras él y apoyándose en la pared del pasillo. Aquello era muy raro.
Diez minutos después Gaara bajaba por la escalera de su casa en busca de su hermano. Este estaba en la cocina tomando un vaso de agua bien fría intentando calmarse con mayor o menor éxito. La voz de Gaara le saco de sus pensamientos.
-"Ya estoy listo."-le miro atentamente antes de preguntar.-"¿Estas bien Kankuro? Te veo pálido."
-"¿Qué?...tranquilo. Estoy perfectamente."-aseguro tratando de sonreír despreocupado. Gaara se encogió de hombros.
-"Como tu digas. ¿Nos vamos?"
-"Si, vamonos. Los otros dos nos esperan en la puerta norte."
-"Muy bien."
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-"Deberíamos parar ya Kazekage-sama."
El sol abrasador del mediodía les daba a los cuatro ninjas de la Suna achicharrándolos. Uno de los Anbu que había reclutado Kankuro abría la marcha seguido del Kazekage; Kankuro y su otro compañero cerraban la marcha. Llevaban ya cuatro días de viaje; un viaje que hacían por la noche (cuando la temperatura era más agradable) y de día hasta el mediodía. Cuando el mediodía llegaba descansaban en una especie de madriguera echa de arena que construía el Kazekage con su arena.
Aquel día era demasiado caluroso por lo que el sol ya pegaba tan fuerte como si fuesen las tres de la tarde a pesar de ser tan solo las doce del mediodía. Los Anbu y Kankuro pararon esperando la respuesta de Gaara. El pelirrojo asintió y convoco su arena para crear la extraña madriguera que les serviría de refugio durante unas horas.
El improvisado equipo de reconocimiento se adentro en el refugio y se coloco de tal forma que cada uno tuviese su espacio para poder dormir y comer tranquilamente. Nada más colocar sus cosas se dispusieron a comer algo. Traían provisiones para unos seis o siete días, tiempo en el que hipotéticamente alcanzarían un oasis cercano a las montañas y casi al final del desierto Nara. Como eran ninjas entrenados la travesía que podría durar cerca de un mes les estaba siendo muchísimo más corta.
Gaara dejo su mochila en su correspondiente esquina y se sentó cansado en la arena; apoyando su espalda en la misma y cerrando los ojos tratando de recuperarse. Desde hacia dos días se sentía demasiado débil y cansado. No le había comentado nada a nadie y sabia que los Anbu no sospechaban…sin embargo; Kankuro era harina de otro costal. Nunca sabía que pensaba su hermano, solía ser muy reservado (no tanto como él pero mucho más que Temari) y tenía una mente demasiado analítica para su gusto (cuando se trataba de descubrir algún problema con él).
Cuando los dos Anbus que les acompañaban se quedaron dormidos Kankuro se levanto de su sitio y se sentó al lado de Gaara, que se hacia el dormido.
-"Puedes dejar de fingir ya se que estas despierto."
-"Vale."-quito las mantas y se sentó al lado de su hermano con la espalda apoyada en la pared.-"¿Qué quieres?"
-"¿Cómo te encuentras hoy?"-pregunto mirando a la otra pared del refugio. Gaara suspiro antes de contestar.
-"¿Qué es que Temari y tu tenéis un detector para ver cuando estoy bien o mal?"-pregunto sarcástico.
-"Algo así. Es de tanto observarte de niños por si Shukaku se descontrolaba poder huir y eso."-respondió sin apartar la vista de la pared.
-"Hoy estoy más débil que ayer. El levantar el refugio me ha costado más de lo que normalmente me cuesta. Quizás sea algún efecto secundario de la extracción de Shukaku, no lo se."-contesto ignorando la última afirmación de su hermano.
-"Bien. En ese caso creo que deberías descansar. Cuando se despierten ellos les mandare que hagan una poción contra el cansancio."
-"No quiero que se enteren de mi situación."
-"Vamos hombre. Son de confianza."
-"Nunca se debe confiar en nadie; y menos en los que te dicen que son de fiar."-dijo mirando a Kankuro.
-"En ese caso tampoco deberías confiar en mi."-murmuro mosqueado el castaño.
-"Tu eres diferente Kankuro. Eres mi hermano."
-"Ya…pero no hace tanto que no me importaba lo que te sucediese."
-"Kankuro…era un monstruo en aquel tiempo; es lógico que te diese miedo tener el más mínimo contacto conmigo."-dijo apesunbrado.
-"Aún así no me siento orgulloso de esa época Gaara. De nada de lo que dije, ni hice en ella."
-"Pero el pasado no se puede cambiar¿verdad?"-pregunto mirándole fijamente a los ojos.
-"No…pero se puede crear un futuro nuevo en el presente."-contesto el marionetista mirándolo también fijamente.
Todo paso muy rápido. Una de las paredes de arena del refugio se abrió y por la grieta entro a raudales un viento tormentoso; había estallado una tormenta de arena en el exterior. El refugio normalmente servia para protegerse contra esa clase de imprevistos pero aquel día la debilidad de Gaara le había hecho inestable. El agujero fue agrietándose rápidamente y ampliando el agujero igual de rápido. Los Anbu se despertaron al sentir el viento.
-"¡Daos prisa¡Intentad taparlo!"-gritaba Kankuro desde la pared contraria sujetando a Gaara que convulsionaba en sus brazos. El pelirrojo se había desvanecido en el momento en el que el agujero se abrió y ahora se convulsionaba sin parar. Kankuro trataba de parar las convulsiones sin éxito.
Los Anbus intentaban sin éxito tapar el agujero pero no conseguían avanzar nada. De pronto todo el refugio se desvaneció y la arena cayo encima de ellos a la vez que el viento se mezclaba con ella. Se encontraban en medio de una tormenta de arena y no tenia pinta parar en pocos minutos.
-"¡Mierda¡Gaara¡Despierta¡Gaara!"
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Tenia el cuerpo totalmente adolorido, como si una manada de elefantes le hubiese pasado por encima. Además apenas podía mover ninguna parte de su cuerpo. Abrió los ojos intentando enfocar su vista, ahora nublada por la inconsciencia. Lo primero que vio fue algo marrón encima de él, luego reconoció aquello marrón como la tela de una tienda de campaña. Una pequeña luz iluminaba la pequeña tienda.
Estaba solo en aquel lugar y aquello le alarmo y desconcertó. Lo último que recordaba era los ojos verde oscuro de su hermano antes de desmayarse y luego su voz llamándole desesperado. Sin quererlo se sonrojo. ¿Qué demonios le pasaba últimamente? Debía ser cosa de las hormonas no podía ser otra cosa. Decidió desterrar los pensamientos filosóficos y morales acerca de aquello para otra ocasión; ahora debía averiguar donde estaba y quien le había llevado hasta allí.
Con verdadera dificultad consiguió sentarse sobre las improvisadas mantas sobre las que estaba echado. Sus huesos crujieron cuando intento hacer algún movimiento y un dolor agudo le atravesó la cabeza. Se cogió la cabeza con las manos mientras intentaba mitigar el dolor que era cada segundo más insoportable. Justo en ese instante la entrada de la tienda se había abierto y alguien había entrado. Gaara trato de mirar al intruso pero tan solo distinguía manchas difusas. Por segunda vez aquel día se desmayo.
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Aquella era la segunda vez que se desmayaba y Kankuro ya estaba al borde de la histeria. No había pensado que el problema podía ser tan grave. Después de que la tormenta se les viniese entera encima perdió el contacto con sus Anbu. Habían sido enterrados por la tormenta y estaba seguro que también arrastrados unos cuantos kilómetros más allá de donde les había sorprendido la tormenta. Lo malo es que no sabia en que dirección ni nada.
Cuando consiguió recuperarse del mareo y recobro plenamente la consciencia se encontró a si mismo medio sepultado en la arena con Gaara bajo él. Había intentado protegerle de la que se les venia encima en cuando el pelirrojo se desmayo. No podía permitir que el Kazekage muriese pero aún menos podía permitir que su hermano pequeño sufriese algún daño. Era primero su hermano que su Kazekage y ese era el único principio que no pensaba cambiar nunca.
Consiguió salir de la arena con dificultad y después de asegurarse de que Gaara había dejado de convulsionar y de que tan solo estaba inconsciente se encontró a si mismo con su hermano inconsciente en medio de la nada. Decidió mirar por la arena a ver si encontraba algo útil que podría haber arrastrado la tormenta. En un golpe suerte, suerte que había empezado a dudar que tenia desde lo ocurrido hacia unas horas; encontró su mochila y la de Gaara. A la de su hermano le faltaban cosas pero había lo suficiente para sobrevivir al menos una semana más. Tiempo en el que esperaba encontrar un oasis o una caravana de comerciantes.
Después de encontrar su mochila saco la tienda de campaña que había llevado para emergencias y la había montado tan rápido como le permitió el cansancio y la desorientación. Unos minutos después instalaba sus cosas y a su hermano sobre unas mantas improvisada. A la sombra de la tienda pudo examinar mejor a su hermano y encontrar una pequeña herida en el brazo izquierdo. Nada grave pero que seguro que le dolería durante unos días. Tras curar la herida y asegurarse de que no tenía convulsiones ni nada por el estilo salio en busca de algo extra para comer; no podían permitirse el lujo de acabar con las provisiones en poco tiempo.
Justo cuando volvía de la poca fructífera caza, apenas un par de serpientes, fue cuando se encontró a su hermano a punto de desmayarse. Intento que le mirase pero parecía ni oírle, ni conseguir enfocar la vista. Tras eso se desmayo. El marionetista se asusto pero controlo la situación tan bien como pudo. Al menos no convulsionaba y aquello ya era un comienzo. Kankuro se dedico a aplicarle un ungüento que le había dado Temari antes de salir por si sucedía algo. Tenia la propiedad de calmar un dolor no muscular como el que ahora tenía Gaara. Era lo que ella le había estado poniendo al pelirrojo desde que se empezó a quejar de sus migrañas y parecía que le funcionaba.
Un par de horas después y cuando ya era de noche Gaara comenzó a despertar por segunda vez aquel día. Esta vez le costo menos concentrar su vista y con menos dificultad se sentó sobre las mantas. Casi al segundo localizo a su hermano cerca de él mirando detenidamente un bote de sabe dios que.
-"¿Kankuro…?"-el aludido dejo la lectura y le miro rápidamente. Se levanto del suelo y se acerco a su altura para luego tomarle la temperatura con la mano sobre la frente.
-"¿Cómo te encuentras Gaara? Es la segunda vez que te desmayas…no sabes el susto que me has dado."-dijo con una medio sonrisa el castaño. Gaara se sonrojo sin quererlo.
-"¿Eras tu? Es que no distinguía nada, lo veía todo borroso….No se que demonios me esta pasando…"-murmuro afligido el Kazekage.
-"Justamente de demonios estamos hablando."-dijo Kankuro tras retirar la mano de la frente de su hermano, no tenia fiebre en ese instante.-"Creo que la causa de todo esto es Shukaku."-Gaara le miraba atento esperando que continuara.-"Veras…se que no debería haberlo hecho pero….un día me colé en la habitación de Chiyo-sama y busque todo lo referente a Shukaku y la forma en la que lo traspasaron a tu cuerpo."-hizo una pausa para ver el efecto de su confesión; Gaara seguía mirándole atento.-"Bueno…pues resulta que se creo un vinculo muy fuerte entre tu y él; para que el traspaso tuviese más éxito…creo que aún mantienes ese vinculo con Shukaku y que es él el que te provoca todo esto…."
Gaara le miro atentamente sopesando lo que le acababa de contar su hermano. Tenia mucha lógica…demasiada…por eso Shukaku podía controlarle tan bien cuando estaba dentro de él; y por eso casi se vuelve loco. Además que eso explicaría la muerte de su madre…el demonio podía haber sido demasiado poderoso para que ella aguantase su fuerza…quizás por eso tenia aquellas migrañas…
-"Ya veo…pero… ¿Por qué demonios entraste en la habitación de Chiyo-sama? Si te llega a descubrir te mata."
-"Bueno….es que estaba preocupado por ti…"-admitió avergonzado mirando a otro sitio. Gaara se sorprendió y luego sonrió.
-"Gracias."-Kankuro no pudo dejar de admirar aquella sonrisa tan hermosa que tenia su hermano.
-"Si bueno…en fin…que sepas que no se donde estamos. La tormenta nos arrastro a algún sitio pero no se donde. Nos hemos separado de los Anbu y no tenemos muchas provisiones así que tendremos que ver lo que hacemos."
-"Pues si que estamos jodidos. Yo creo que mañana estaré bien, me encuentro mucho mejor así que podríamos intentar llegar a algún sitio mañana por la noche, si te parece bien."
-"Si, creo que será lo mejor; intentare orientarme por las estrellas ahora que es de noche y mañana cuando estés mejor intentaremos llegar a algún sitio."-acordó el mayor mientras se levantaba del suelo con intención de salir a mirar el cielo.-"Ahora descansa, te hará bien. Vuelvo ahora."
El pelirrojo le hizo caso y se acurruco entre las mantas; estaba claro que sus hermanos se preocupaban mucho por él; cosa que agradecía infinitamente. Para una persona como él, que nunca supo que era el cariño; el tener a personas que se preocupasen tanto por él le hacia muy feliz. Sobretodo que su hermano le hubiese aceptado como parte de su familia y se preocupase por él.
El Kazekage se durmió con una sonrisa en los labios y por primera vez en dos largas semanas pudo dormir bien.
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-"¿Seguro que vamos en la dirección correcta?"-pregunto con incredulidad el pelirrojo al tercer día desde que se habían perdido en la tormenta de arena.
-"Gaara no me toques los pies. Ya te he dicho que las montañas están al norte y he seguido la estrella polar para guiarme. Como no sabemos ni en que dirección, ni a cuanta distancia nos arrastro la tormenta de arena no puedo adivinar hacia donde vamos."-contesto molesto el marionetista. Llevaba ya dos días quejándose de cómo guiaba y le sacaba de quicio, como siguiese así le encerraba dentro de Kuroari.
-"Esta bien…pero sinceramente…creo que puedo caminar yo solo Kankuro."-repuso molesto el pequeño. Y es que desde aquellos dos desmayos en un mismo día Kankuro había insistido en llevar a su hermano a la espalda mientras las mochilas las llevaba Karasu a su lado.
-"No te quejes tanto pesado. Además el que tiene que cargar contigo soy yo; que por cierto, Gaara… ¿Has pensado en hacer dieta?"-el castaño no recibió respuesta pero si un coscorrón en la cabeza.-"Eso ha dolido Gaara. Que poco sentido del humor tienes."
-"Tengo sentido del humor. No es mi culpa que tu neurona no pueda comprenderlo."-contraataco el pelirrojo.
-"Gaara…te recuerdo que llevamos la misma sangre…mis neuronas son parientes de las tuyas así que…en algo tenemos que parecernos¿no?"
-"Idiota…"-refunfuño el Kazekage.-"¿Qué es aquello de ahí delante? Parece un oasis."
-"Si, eso parece…si no es un espejismo agradecería una barbaridad que fuese un oasis."
Los dos chicos caminaron hasta llegar al límite del oasis. En el linde del mismo Kankuro bajo a Gaara de su espalda y cada uno cogió su mochila. Tras eso el marionetista guardo a Karasu.
-"¿Crees que desaparecerá en cuanto lo toquemos?"-pregunto Gaara.
-"Si es un oasis posiblemente es lo que pasara."
-"¿Vamos?"
-"Que remedio. Esta en nuestro camino de todas formas."-suspiro el castaño antes de tocar el tronco de una de las palmeras cercanas. La palmera era sólida y no había desaparecido. Si era un oasis autentico.
-"¡Genial!"-exclamo el Kazekage.-"Estoy harto de viajar entre arena. Aquí podremos cargar agua y algo de comidan¿verdad?"
-"Si, eso parece. Pero debemos ir con cuidado."-dijo preocupado Kankuro.
-"¿Por qué?"
-"Muchas veces estos oasis son territorio de asaltadores y asesinos. Si descubren quien eres tendremos problemas y tu no estas en condiciones de luchar."
-"¿¡Como que no estoy en condiciones de luchar¡Puedo luchar perfectamente!"-exclamo enfadado el pelirrojo.
-"Si claro…y yo soy la reina de Saba."-contesto el mayor caminando hacia el centro del oasis dejando a Gaara muy enfadado.
-"No te atrevas a dejarme atrás. Te recuerdo que me debes respeto y lealtad."
-"Gaara…"-se dio la vuelta encarándolo.-"Deja de portarte como un crío. Se quien eres y se que te debo respeto y lealtad; pero ante todo eres mi hermano pequeño y a veces te comportas como un crío. Y mi tarea como hermano mayor es hacerte entrar en razón."
El Kazekage le miro enfadado pero en el fondo aquello le había dolido. No se consideraba un crío y no pensaba que había dado alguna seña de portarse como uno. Siempre se había portado bien, dentro de lo que se esperaba de él; y su hermano nunca había sido tan frío, ni tan tajante con él como en ese momento. Sintió como si algo valioso se rompiese en mil pedazos en su interior.
El resto del camino hacia el centro del oasis lo hicieron en silencio cada uno con sus propios pensamientos. Gaara tratando de mantenerse firme y de no llorar como cuando era pequeño. Hacia años que no lloraba, pero también en aquella época no albergaba ningún sentimiento hacia nadie que conociese. Eso había cambiado, ahora sentía cariño por sus hermanos y que después de mostrarle el cariño de una familia Kankuro le dijese algo como aquello le había trastocado. No lo entendía pero le dolía. Kankuro tan solo pensaba si había sido correcto decirle eso a Gaara; estaba muy cansado del viaje pero aquello no era excusa para decirle algo así a su hermano. Tendría que hablar con él aquella misma noche.
En el centro del oasis encontraron un pequeño lago de agua y un pozo a su lado; que hubiese un pozo en aquel oasis significaba que había estado o estaba habitado. Los malhechores solían tener una señal para marcar su territorio. Kankuro busco por todos los sitios alguna de aquellas señales pero no encontró ninguna; por lo que, en principio, no tenían porque temer nada.
En unos minutos montaron la tienda donde dormirían aquella noche. Hicieron una pequeña hoguera para asar algún animalillo que habían podido cazar y que les sirviera de fuente de luz y calor.
Tras la cena, que trascurrió en silencio, no pudieron posponer más la conversación. Kankuro fue el primero en hablar mientras dibujaba en las cenizas de la hoguera con un palo de madera.
-"Siento lo de antes Gaara. Creo que me he pasado al hablarte de esa forma. Ante todo te debo respeto."
-"Es igual."-contesto distraído el pelirrojo, no quería oír una disculpa forzada por ser quien era.-"No importa quien sea, no debería portarme así. Y no es nada propio de un Kazekage ser así de tozudo y egoísta. Se supone que debe hacer lo mejor para su pueblo y mirar todas las opciones sabiendo cuales son sus debilidades y fuerzas. Me he portado como un idiota, no merezco respeto por ello."
-"No decía que te debía respeto porque seas el Kazekage…"-dijo el castaño mirándole y atrayendo la mirada de Gaara con aquella frase.-"Te debo respeto porque eres mi hermano pequeño y has sabido crecer y convertirte en el Kazekage de la Suna aún sin recibir ayuda, ni ánimos de nadie. Por eso te respeto Gaara."-el marionetista dirigió su mirada al lago; Gaara no dejaba de verle.-"Siempre te he admirado en secreto Gaara. Cuando volvimos la primera vez de Konoha había algo en ti que había cambiado y todo el miedo que podía tenerte desapareció…ahora empezaba a admirarte sinceramente."-hizo una leve pausa antes de volver a mirar a su hermano.-"No se si recordaras la charla que tuvimos cuando supimos que te iban a nombrar Kazekage…"-el pelirrojo asintió, claro que la recordaba.-"El caso es que allí fue cuando de verdad me di cuenta de lo mucho que habías cambiado…y de lo mucho que había llegado a admirarte. Ya no solo como ninja…sino como persona y como mi hermano. Estaba orgulloso de ti."-dijo mirándole con orgullo.-"Se que papa nunca te dirigió una palabra de animo, ni de cariño pero hace años que Temari y yo decidimos que íbamos a intentar compensarte todo lo que había sufrido. Esta claro que nunca lo lograremos del todo pero para nosotros eres lo más importante que tenemos Gaara. Eres nuestro hermano y estamos orgullosos de que así sea."
Gaara le miro con los ojos brillantes y lleno de emoción. Sus hermanos habían cambiado mucho su comportamiento hacia él, pero nunca le habían dicho tan directamente como ahora lo que sentían por él. La única aprobación que siempre busco, a parte de la de la gente en general, fue sobretodo la de su familia. Sus hermanos fueron educados para temerle y hasta odiarle. Sabía de sobra que les había costado mucho cambiar su manera de verle; pero siempre tuvo la esperanza de que al menos alguna vez le hubiesen querido como un hermano. Y ahora, Kankuro le confesaba que así era, que le veían como un hermano y se preocupaban por él.
-"Gracias."-susurro emocionado. Kankuro solo sonrió desde el otro lado de la hoguera.
CONTINUARÁ……..
N.de Autora: Bueno, este fic lo publique hace tiempo, concretamente el 2 de Noviembre de 2006, para el cumpleaños de Fati-chan. Lo publique en formato de one-shoot, aunque era demasiado largo para poder leerlo tranquilamente, lo reconozco. Eran 64 páginas así que decidí partirlo en varios capítulos para que fuese más fácil de leer. El final esta cambiado porque el de la primera versión era francamente malo. Este final por lo menos esta estructurado y más decente que el anterior. Espero que los que lo hayan leído la otra vez puedan decirme que tal el nuevo final y los que lo lea por primera vez espero que les guste.
Nada más. Nos vemos.
Aya K.
