N.T: Esta historia es una traducción al español de s/8113860/1/Metamorphosis con el permiso de su autora, la creación de personajes y el argumento le pertenecen en su totalidad a ella.
N.A: ¡Hola a todos! Bienvenidos a mi historia. No poseo nada a excepción de mis propios personajes y argumento. Gracias a todos por leer; ¡espero que lo disfruten!
"Disculpe, la Señorita Potts está en la línea esperándola. Dice que tiene algo importante que decirle."
"Dame 5 minutos," respondió una segunda voz. Así, la puerta de esa gran habitación se cerró. La ubicación: La sala de conferencias del New York Times. La hora, 9 AM. ¿Por qué estaba ocurriendo esa junta?
Bueno, la mañana del día anterior, la mitad de los edificios de New York habían sido destruidos en la costa oeste debido a actividad alienígena. Cuando la editora y CEO de la compañía leyó el diario matutino, se sorprendió al no encontrar nada del claro y aparente horror que había ocurrido el día anterior.
¿Por qué? ¿Por qué un evento tan horrible y prominente no había sido incluido en el mejor diario de New York?
"Puede por favor alguien responder," dijo la editora desde su gran silla negra. Un par de ojos profundos, fríos y de color chocolate contemplaron a los hombres y mujeres con ojos abiertos de par en par sentados alrededor de una gran mesa de roble. Cada uno de ellos observaba a sus propios inquietos pulgares, incapaces de responderle a su jefe. De pronto, todos ellos saltaron cuando su jefa golpeó sus manos contra el borde de la mesa y se paró.
"Esta mierda no será tolerada por más tiempo. Tengo cientos de grandiosos trabajadores superiores a ustedes, incompetentes lame botas, que matarían por su posición. Ahora, espero una completa reimpresión de esas historias, porque la gente merece saber qué carajos pasó ayer," gritó la figura, su cara transformada con ira y enojo.
No era justo, ¿verdad? ¿Ocultarle a la gente la forma de salvarse del peligro? Todas esas personas, sentadas alrededor de la mesa estaban aterrorizadas de imprimir artículos sobre el evento, simplemente porque no querían que "personas malas" fueran tras ellos. Eran todos como niños pequeños. La puerta se abrió de vuelta y un hombre se asomó, diciendo, "Señorita Lawrence, la Señorita Potts insiste en que le hable ahora mismo."
Rebecca Lawrence ojeó por encima del hombro, asintiendo a la notificación. La puerta se cerró de vuelta. La mujer se volvió a sus empleados. Sus uñas perfectamente manicuradas agarraron el diario. De esa forma, lo lanzó hacia la mesa mientras los papeles volaban por todos lados.
"Arréglenlo. Ahora."
Rebecca abandonó el lugar furiosa.
"Tengo un montón de simios trabajando para mí, Pepper," Rebecca suspiró al teléfono. La mujer se sentó en su grandiosa oficina de cristal que era la definición de hermosura. Alrededor del escritorio central había gigantes libreros que parecían torreones u obeliscos. Detrás del escritorio mismo se podía ver claramente a Manhattan, de alguna forma todavía maravillosa a pesar del desorden. Delante de ella, había un escritorio de cristal con grandes pantallas LED para computadoras. La habitación misma estaba decorada con premios y figuras centradas colgadas. En el centro de la habitación había dos sofás de cuero rodeando una mesilla de café que tenía las últimas ediciones del New York Times sobre ella.
Rebecca estaba reclinada en su silla negra de oficina, con sus pies apoyados sobre el borde del escritorio y sus problemas lentamente diluyéndose.
"Haces lo que tienes que hacer," respondió Pepper, su voz clara.
"Suenas preocupada."
"Tony se está recuperando, eso es todo."
Por supuesto. Virginia "Pepper" Potts era la asistente de Tony Stark. "Asistente" era un término holgado.
"Salvó el mundo; creo que se lo merece," rió Rebecca iluminadamente, con sus tersos labios color cereza ensanchándose. Pepper Potts era la mejor amiga de Rebecca. Se habían conocido en la secundaria y habían crecido juntas. Casi hermanas. Pepper continuó con los avances tecnológicos con su novio, el Señor Tony Stark, mientras Rebecca se dedicaba a exponer la verdad en el diario.
Había duda, antes de que Pepper dijera, "Tony necesita irse para ayudar. Va a volver a S.H.I.E.L.D. para pruebas de último minuto y para ayudar a reconstruir la ciudad."
Rebecca bufó, "¿Ahora?"
"Sí… Quiere que me quede contigo," respondió Pepper, finalmente llegando a lo que quería decir,
"Sabe que estaré más segura contigo que con nadie más."
La editora asintió, "Entiendo. Está bien por mí."
Hubo otra pausa antes de que Pepper dijera, "Deberías decirles. A S.H.I.E.L.D. ¿Qué pierdes? Estarías salvando vidas y-"
"No," interrumpió Rebecca cortantemente. "Eso no es lo que yo decidí ser. No soy nada más que lo que soy ahora. Tú eres otra cosa; mi mejor amiga. Rompería todos los límites para asegurarme de tu bienestar. ¿Miles de vidas? Los ayudo diciéndoles que simplemente nosotros no estamos solos en esta Tierra a través del texto."
Rebecca escuchó a Pepper riéndose sobre el recibidor. Su cara se suavizó cuando escuchó a su amiga responder, "Sí, sí. Un día lo verás. Te veo esta noche, cerca de las 7."
"Nos vemos, Pepper."
El tono de marcado sonó.
Este tenía que ser uno de los planes de Stark. Desde que descubrió las habilidades de Rebecca, había estado realizando pruebas. Había intentado descubrir qué era ella y de dónde provenía toda esta energía que emitía. Stark había servido de ayuda, enseñándole cómo controlar lo que hacía e incluso ayudándole a que sus únicas cualidades florecieran. Pepper sabía de la singularidad de Rebecca desde la universidad, pero ella no había podido resistirse a contarle a su amante.
Y ahora, cuando Stark salía, sólo confiaba en Rebecca para cuidar a Pepper. Sólo Rebecca. Si ellos iban a una base militar, Rebecca iría también. Esa era la razón por la cual Rebecca había tenido tan poca supervisión en el diario cuando el reporte salió esa mañana. Ella se había ido con Pepper.
Ahora, ella había alineado fuera de su oficina a los pronto-a-ser-despedidos. Rebecca se arregló en un momento, se deslizó hacia atrás sobre sus zapatos negros que combinaban con su falda negro lápiz y se sentó derecha. Peinó su cabello chocolate hacia atrás en su alta coleta que definía su uniforme tono de color y sus altos pómulos.
La primera mujer entró. Era muy delgada y poseía brillantes rizos caoba. Tímidamente se sentó en una pequeña silla negra. La editora jugó con los botones en su camisa blanca, doblándolos casi como si no le importara nada en el mundo. "Um, ¿quería hablar conmigo, señorita?"
Rebecca era bastante intimidante, especialmente cuando sus fríos ojos se encontraron con los de la chica. Rebecca simplemente susurró, "Estás despedida."
"13 personas. ¿Estás loca?" rió Pepper, con sus pulcros mechones rubios colgando de sus hombros. Rebecca entró a la habitación vistiendo un largo pantalón negro de yoga y una camiseta de un talle mayor al suyo, con su cabello marrón como una cascada ondulada en su espalda. La editora se dejó caer sobre la cama con Pepper, alcanzándole una copa de champagne.
"Pueden conseguir empleo limpiando escombros," carcajeó Rebecca, con una sonrisa doblándose en el extremo de su boca mientras que la copa tocaba sus labios. Sí, Rebecca había despedido a 13 de sus empleados que se habían rehusado directamente a escribir artículos sobre la demolición. Estaba cansada de los que se negaban a escribir debido al miedo.
La mujer se inclinó hacia la cabecera de la cama mientras mostraba sus dientes, "Te daré mi puesto voluntariamente así puedes tratar con ellos."
Pepper sacudió su cabeza, recordándose a sí misma la horrible personalidad de su mejor amiga con otros. A veces le recordaba a Tony. Los dos no jugaban bien con los demás, sólo en general. Pero, Rebecca era siempre organizada. Todo lo que ella tocaba se volvía oro.
Las dos mujeres estaban en una grandiosa habitación negra y dorada. Sobre la pared había piedras negras sosteniendo pequeñas flamas naranjas, contrastando con los ricos muros dorados. La cama era oscura y aterciopelada y en el extremo de la habitación había más libreros, un escritorio y más pantallas flotantes. La suite estaba a unos pocos metros de las dos mujeres. Sí, estaban quedándose juntas toda la noche.
Las chicas solían elegir dormir en la misma cama y estar en la compañía de la otra. Era como en los viejos tiempos. Rebecca puso su copa sobre la mesita de luz, antes de suspirar, "Es raro. Saber que todo eso haya pasado y que ahora ya pasó. Los asgardianos se han ido, la ciudad está respondiendo… este evento va a cambiar la historia."
Pepper asintió solemnemente, "Estoy preocupada sobre eso."
"¿Stark?" preguntó Rebecca.
"Más trabajo, más desarrollo… Más peleas. Lo tuve por menos de una noche antes de que se tuviera que ir de vuelta…"
Rebecca lentamente se sentó, con la preocupación marcada en su cara. Extendió sus brazos, sólo para que Pepper cayera en el abrazo de su amiga. Pepper estaba tan asustada. Sabía que Iron Man era un poderoso y de alguna forma desafiante a la muerte súper héroe. Su armadura era increíble y proveía una tentadora forma de armas. Pero, eso es lo que hacía a Iron Man especial. ¿Un ejército de Iron Men? ¡Quién sabe si el gobierno llegaría a eso! Si había una guerra intergaláctica, los Vengadores no serían suficientes y otras medidas deberían ser tomadas.
Nada sería suficiente. El Teseracto era la clave para salvar la humanidad, pero esa no era la forma correcta. ¿Habría alguna forma correcta? ¿Había alguna forma de salvar a la raza humana en ese punto? Rebecca sabía todo; ella estaba en el círculo. Pero, aunque estaba consciente, poseía una clara perspectiva de afuera. Ahora, la Tierra se declararía a sí misma como un país que sería vencido en algún problema intergaláctico. ¿Qué podría decir o hacer eso?
De repente, sonó el tono de un teléfono. Pepper masculló por un momento antes de que lentamente se deshiciera del abrazo de su amiga. Sonrió por un momento antes de agarrar el teléfono. Con ojos rojos, observó al que llamaba. "Tony," dijo Pepper en voz alta, antes de contestar.
"Hola, ¿cómo- ¿Qué?"
El rostro de Rebecca observó al de Pepper transformarse en algo indescriptible.
"¿A qué te refieres?" dijo Pepper de vuelta, "No entiendo, ¿aquí? ¿Ahora?" Su voz tenía un tono de urgencia. Su lenguaje corporal era rígido y su cara demostraba completo horror. "Tony donde-"
Y entonces, el dormitorio explotó.
N.A: ¡Por favor lean y reseñen! Me ayuda a escribir el siguiente capítulo *cough y publicarlo cough* más rápido. Aunque, quizás ya tenga el segundo capítulo esperando...
N.T: Como dice la autora, por favor, lean y hagan reseñas. Sus reseñas serán enviadas en inglés a ella. También, si encuentran algún error de traducción, les pido que me lo notifiquen y lo arreglaré inmediatamente. ¡Gracias!
