Historia basada en el mundo pokémon, como personajes principales Ash x Serena, amourshipping.
Pokémon no me pertenece, le pertenece a su creador Satoshi
Capítulo 1
Reencuentro
La hora había llegado, tenía que entrenar de nuevo en la carrera de los rhyhorn, su madre era campeona de esas carreras y por ser hija única tenía que seguir con la tradición a pesar de que no le gustara; Serena colocó su cabello castaño en una cola de caballo para evitar despeinarse de más al intentar dominar el pokémon de la familia, se vistió con su traje de competencias y el día empezó con un duro entrenamiento y duras caídas mientras escuchaba a su madre exigirle mayor empeño.
–¡Mamá, odio esto! –exclamó Serena en el suelo.
–Vamos, no te quejes, que la carrera de los rhyhorn será mañana y debes estar en excelentes condiciones –respondió su madre.
Serena prefirió terminar con el entrenamiento más pronto que antes para poder bañarse y descansar, al terminar su ducha se sentó frente a su tocador para peinarse y ahí ver un pequeño pañuelo azul con una pokebola en él, eso le hizo recordar cuando fue al campamento de Kanto del profesor Oak, ese momento en que se había perdido en el bosque y fue ayudada por un chico de piel bronceada y cabello tan negro que le recordaba a los cuervos quien le protegió su herida con ese pañuelo y la llevó de vuelta al campamento con sus amigos. Eso había ocurrido cuando tenía nueve años, habían pasado ocho años y Serena estaba por cumplir los diecisiete en pocos días. Desde ese momento, Serena observó al pequeño en todo lo que hacía y le admiró, era un chico muy valiente y decidió en todo lo que hacía, intentaba en todo momento devolverle el pañuelo pero nunca pudo y cuando llegó el final del campamento y Serena no pudo devolverle el pañuelo al chico, se lamentó por no haberse podido despedido de él ni de siquiera agradecerle por su ayuda; a pesar del tiempo transcurrido no olvidaba a ese niño, siempre lo tenía presente, ni siquiera sabía su nombre.
OOOO
Al día siguiente, Serena se levantó temprano para la carrera, desayunó y se colocó su vestuario especial, salió junto a su madre para llegar a la carrera de los pokémon, ahí vio a varios competidores, hombres y mujeres.
–Vaya Serena, tienes mucha competencia –dijo su madre.
Serena se limitó a sonreír, sólo esperaba que eso terminara pronto para irse a casa y descansar, si tan solo su madre supiera que ella prefería quedarse en casa a realizar postres y diseñar vestuarios, pero no, ella tenía que seguir con la tradición familiar.
–Les pedimos a los competidores que se coloquen en la línea de salida para dar inicio a la carrera de rhyhorn –voceó el encargado de la carrera.
Serena fue al lugar dicho y vio a varios competidores cerca ya usando sus trajes y casco y gafas para protegerse mejor.
–Buena suerte en todo, espero que ganes –dijo una chica cerca.
Serena volteó y vio a una chica de cabello azul y piel blanca como la leche apoyando a un competidor de traje azul marino, ella decidió colocarse su casco y gafas.
–No te preocupes, ganaré está competencia –dijo el muchacho.
Serena por unos momentos deseaba tener la misma actitud que aquel competidor.
Todos subieron a los pokémon para dar inicio.
–Buena suerte –escuchó Serena al mismo competidor de traje azul, ella le miró, le había deseado la suerte a ella.
–Gracias –respondió la chica.
La carrera dio su inicio, todos los competidores presionaron a sus rhyhorn y salieron lo más rápido posible, Serena hizo lo mismo, la carrera era muy entretenida para varios menos para la chica que sólo quería llegar a la línea de meta e irse pronto de ahí, iba en tercera posición, probablemente si lograba tener una medalla de bronce su madre no la molestaría tanto con las carreras, de repente llegó al segundo lugar gracias a que el segundo corredor se cayó de su pokémon. Serena miró detrás de sí y se dio cuenta que ya no había rastro de los otros competidores, probablemente lograría el segundo lugar, a unos cuantos metros de ella se encontraba el otro competidor, el de antes. Serena tenía que ganarle, si obtenía oro su madre la dejaría en paz por fin, debía ganar, presionó más a su rhyhorn y este obedeció, así llegaron cerca con el otro competidor.
–Vaya, si que das buena pelea –dijo el chico a Serena.
Serena no respondió, estaba muy concentrada en ganar, más cuando vio la meta ya cerca, era ahora o nunca, Serena presionó más a su pokémon pero este ya estaba cansado y disminuyó su velocidad provocando que quedara en segundo lugar. Todos los espectadores felicitaron al primer lugar al bajar, la chica de cabello azul se acercó al joven para felicitarle con un abrazo al igual que varios más.
–Felicidades Serena, obtuviste el segundo lugar –dijo su madre dándole un abrazo a su hija.
Serena se limitó a sonreír y quitarse las gafas y su casco para descubrir su rostro, por unos momentos quiso obtener el primer lugar. El chico ganador se acercó a ella y le dio la mano.
–Excelente carrera, me divertí mucho –mencionó el joven.
Serena le saludó igual.
A continuación el joven se quitó el casco para revelar su cabello negro como la noche y las gafas para mostrar sus ojos color avellana y sonreírle a Serena.
–Espero poder competir en el siguiente año –mencionó el joven.
Serena por otra parte se sorprendió, ¿acaso se trataba del chico del campamento?, ¿el que le había ayudado en su niñez?, le observó bien, tenía que comprobarlo.
–Disculpa –dijo Serena con pena.
–¿Sí? –preguntó el chico.
–Tú… –
–¡Ash! –exclamó la chica de cabello azul–. Es momento de que les entreguen las medallas, ve.
–Tienes razón Dawn –dijo Ash–. Vamos, también te entregarán la tuya.
Serena le observó alejarse junto a la otra chica, la entrega de medallas fue rápida para Serena ya que se concentraba en observar a quien había obtenido el primer lugar, tenía que ser él, no había duda, era él, lo recordaba muy bien y a pesar de que ya eran grandes, él tenía la misma sonrisa, esa sonrisa que le hizo eliminar su tristeza.
–Fue muy divertido –dijo Ash al segundo y tercer lugar.
–Ash, tu mamá me llamó, me dijo que necesita que vuelvas a casa –dijo Dawn mientras guardaba su celular para acercase al chico.
–De acuerdo, es momento de irnos –dijo Ash alejándose junto a la chica de cabello azul.
Serena recordó cuando era niña y su madre ue por ella al final del campamento, recordó que ella era la única que vivía en Kalos y que los demás niños eran de Kanto, probablemente Ash volvería a su hogar y nunca más le volvería a ver, nunca más.
