Amor más allá del tiempo.
No supo cómo había terminado de esta forma, tal vez ambos lo necesitaban o sólo había sido un vil egoísta. Lo que sea que fuera ya estaba hecho, su pecho subía y bajaba varias veces, intentando regular su respiración. Sus labios aun se encontraban húmedos, sus cabellos caían por encima de sus pectorales, lo tenía que cortar, pero en definitiva era un rasgo característico que lo diferenciaba de su homologo actual, por lo que claramente aquella persona que se encontraba durmiendo encima de su pecho, sabía de forma clara y concisa quien era él.
¿Cómo había iniciado todo? En aquellos años donde volvió al pasado para avisar sobre la amenaza de Black. En aquel momento, su otro yo tenía al menos trece años, y un carácter claramente egoísta. A pesar que logró congeniar en ese momento y construir una hermosa relación, las cosas habían cambiado bastante ahora que Trunks era un adolescente y él ya era un adulto con todas las letras.
Su relación con Mai se fue enfriando, probablemente con la llegada de nueva población humana a la tierra y la falta de actividades comunes. Un apocalipsis hace que te enamores de las personas incorrectas. Aun así, Mirai, como lo habían nombrado para no confundir con el Trunks actual, seguía siendo tan compañero de ella como el primer momento, dándole consejos, ayudándola y también siendo "el tío" de sus hijos. No por nada, Trunks ya era tío de dos niños que Mai había tenido con un novio, del cual se enamoró al terminar la relación con él.
Pero Mirai no se sentía solo, él sabía que en el mundo caótico había alguien para él, y llegar a los treinta y siete años no lo hacía diferente.
Entonces, ¿cómo fue que se enamoró de él? Sí, de él, pues su corazón le pertenecía a ese joven hombre de cabello azabache, que no llegaba ni a los diecisiete años y mantenía su ritmo de respiración pausado y tenue. Claro, también fue cuando conoció a su homologo, pues él era su mejor amigo:
Son Goten.
Goten le abrió su corazón desde el primer momento, acompañándolo, apoyándolo y abrazándolo cuando lo necesitaba. Apenas era un niño, pero su corazón era bondadoso y amable, además de entender la situación con una finitud exacta como si fuera un adulto. La última vez que lo vio, fue cuando lo saludaba desde abajo, con una hermosa sonrisa mientras las mangas bajaban hasta la mitad de su brazo, le quedaba demasiado grande la ropa y era de esperar, lucía tan pequeño y frágil. Pero cuando volvió, luego de de recordarlo, ya el pequeño Goten no era tan pequeño, sino que se había convertido en un adolescente algo amargo, de ojos tristes y mirada puntillosa. ¿Dónde estaba el pequeño alegre que había conocido años antes?
–Trunks….. –susurró con la calidez que lo había caracterizado. Fregó sus ojos mientras levantaba su cabeza, que aun se encontraba en el pecho del joven adulto–. Lo…lo siento…..–profundizó.
–No tienes que sentirlo, soy yo el responsable –como siempre, cargando con la culpa de cualquier hecho, Mirai se levantó, sentándose en la cama que se encontraba desarreglada, luego de una noche que quedaría allí.
–¡No! En serio, lo siento –indicó con la mirada triste, aquella mirada que había visto momentos antes de iniciar el acto sexual. Mirai creyó ver en esos ojos la verdad del acto que había ocurrido–. Soy muy egoísta, tú no te mereces eso.
–Sí tú eres egoísta, yo soy mil veces peor –formuló nuevamente, bajando de la cama y buscando una cinta para atar su cabello. La luna alumbró el escultural cuerpo del hombre mientras permanecía parado.
–Me declaré a Trunks –dijo, casi con desdén. Mirai giró su cabeza para volver a ver esos ojos vacíos y carentes de sentimiento–. Él me rechazó, como era de suponer, ¿cómo pude tener esperanzas?
–No digas eso….
–¡Es verdad! –bufó y se sentó, aun le dolía bastante el cuerpo, pero no le importó–. Él me dijo que no quería arruinar nuestra amistad, no pude seguir escuchándolo porque salí huyendo de allí, él me siguió un par de kilómetros, pero luego bajé a tierra e hice desaparecer mi ki para que no pueda encontrarme.
–Lo sé, yo estaba tratando de buscar a Trunks y te detecté salir huyendo de su lado, me pareció raro cuando ya no te sentí –se da la vuelta para mirarlo, Goten se sonroja al ver el tamaño que tenía el miembro de Mirai y cubrió su boca–. Pensé que te había pasado algo.
–Fui a una cantina, me agarre con unos ebrios de allí que me gritaron maricón, estaba tan enojado que usé una parque de mi fuerza, lo suficiente para romperle la cara a ese sujeto. De repente vinieron todos contra mi y no me quedó de otra que encender mi ki.
–Sí, por eso logré detectarte, gracias a dios estaba cerca del lugar –Mirai se sienta en la cama–. Te vi golpeando a esa gente y te intenté detener, pero estabas realmente enojado.
–Creí que eras Trunks –se muerde el labio–. Prácticamente me lancé a ti como un idiota, creyendo que Trunks se había arrepentido. Cuando me di cuenta que eras tú, ya estaba demasiado avanzado como para acabar allí.
–Lo siento, no debí….
–¡No! Mirai, no te eches la culpa de todo, demasiados problemas tienes que cargar como para también cargar este. La culpa que tuvimos sexo fue mia y lo peor, es que…–suspiró–. Siento que te usé de una manera descarada para estar con Trunks…..
–Goten….
–¡Lo lamento, lo lamento! –mira para otro lado, intentando evitar cruzar miradas pero el mayor le toma del brazo y lo da vuelta hacia él.
–Goten, aquí hay un pequeño mal entendido –sonrió el muchacho–. Yo soy Trunks.
–….s-si…bueno….
–No soy el Trunks que conoces pero no dejo de ser el Trunks que amas, lo que hiciste es lo que piensas y sientes con respecto a mí mismo, bueno, tal vez Trunks no soy yo exactamente, porque estoy más viejo que él, tal vez porque viví cosas peores, no soy el Trunks que se crió contigo, pero sigo siendo el Trunks que amas…–le toma la mano y la besa suavemente–. Lo que hicimos aquí no está mal….sólo, probablemente, pensaste en ese Trunks que conociste, pero no lo engañaste con nadie, no soy un gemelo de aquel hombre que amas, soy el hombre que amas.
–…es confuso –susurró Goten, un poco mareado. Mirai se le acerca y lo besa–. Hueles como él.
–Porque soy él…..
–No sé…tú no tienes los recuerdos de nuestra juventud, tú no piensas como él, no me miras como un fenómeno, tú aceptaste esto a pesar que no eras tú al que pensé…..–se separa lentamente y toma su cabeza–. Eres tan bueno….
–Está bien Goten, está bien –le acarició la cabeza–. No te esfuerces tanto, lo siento, si hay algo que pueda hacer por ti, lo que sea, pídemelo.
–…hm…no sé qué decir –suspiró–. Él no me ama, él quiere ser mi amigo, él quiere estar con una mujer…..
–Lo sé.
–¿Cómo lo sabes? –preguntó confundido.
–Soy él Goten, creo que no entendiste esa parte –rio con dulzura, Goten sonrió también y se dio un respiro para reírse de su ingenuidad–. Me gusta que te rías….
–Ay Mirai…..como me gustaría que fueras Trunks…..–cuando supo lo que dijo se golpeó suavemente con la palma en la frente–. Lo siento.
–No, está bien, cuesta acostumbrarse….–se coloca un poco encima de él, haciendo recostar a Goten–. Debo decir que yo también estoy en falta contigo.
–¿Hm? ¿Por qué? –susurró bajito, recibiendo las caricias de los labios de Mirai.
–Porque también soy egoísta –comentó suavemente, relamiendo los labios de Goten, sintiendo ese placer que lo hizo vivir momentos antes.
–¿Hm….? –Goten cerró los ojos y abrió sus piernas instantáneamente.
–Yo quería tener sexo contigo…..–acarició suavemente los cabellos oscuros, mientras sonreía muy cerca y colocó todo su escultural cuerpo encima del hijo de Goku–. Lo deseaba hace bastante tiempo, y cuando te vi en aquel bar de mala muerte, completamente vulnerable, no pude conmigo mismo, tenía que estar a tu lado…..
–Mi….Mirai –Goten abre sus ojos lentamente–. Duele lo que me dices.
–Más duele estar solo como estoy yo, Goten. Sin nada ni nadie a quien recurrir, con la mirada perdida en el firmamento pensando ¿por qué dios me castiga de esta forma? –susurró, con su mano libre comenzó a acariciar la mejilla de Goten mientras frotaba su cuerpo con el ajeno–. Creí que estaba destinado a morir en soledad, pero, cuando volví para ver a mi madre y te vi allí, en la computadora junto a Trunks, jugando a esos juegos de carta tan raros…..–volvió a sonreír–. Me di cuenta que hice bien en volver.
–Somos de dos dimensiones diferentes, Mirai –comentó en voz baja, intentando persuadirlo, pero era imposible, las caricias eran cada vez más fuertes y profundas, además, que sentía el fuerte y duro miembro del mayor acariciándolo.
–Sí, lo sé….y me vuelve loco no poder ser parte de tu mundo –susurró, usó sus manos para flexionar las rodillas de Goten y dejar la entrada de este expuesta–. Qui…quiero que vengas conmigo al futuro…..
Las palabras de Mirai Trunks no fueron respondidas, dado que el miembro ingresó bruscamente en el interior, logrando que los sentidos se perdieran en cada embestida. El sexo empezó más fuerte que nunca, logrando por primera vez alcanzar el super saiyajin 2 en ambos amantes. La cama nuevamente crujía por los golpes, más dolorosos que una pelea. Pues el sexo entre saiyajines era así, duro, fuerte, completamente embriagador.
Goten no pudo siquiera pensar en la propuesta de Mirai, pues su cuerpo pedía que el placer continuase. Apenas y había quedado en el olvido su primera vez, perdida horas antes. Ahora el miembro entraba y salía con una furia abismal, logrando que el aura dorada se mezclara.
No muy lejos de allí, Trunks, el del presente, sentía la presencia de Goten y su homologo del futuro, no podía comprender porque el ki vibraba junto y de forma armoniosa. Creyó que probablemente estaban luchando, pero algo le decía, que esto no era una simple pelea entre dos viejos conocidos. Era algo más.
