Historia basada en los personajes de pokémon como principales Gary y Ash, historia que contiene amor hombre x hombre, si no te gusta eres libre de no leerlo.
Pokémon NO me pertenece, le pertenece a su creador Satoshi
Una apuesta, un amor
Capítulo 1
Apuesta
Gary Oak es un joven de dieciocho años que en toda su vida sólo se ha dedicado a ir a fiestas, disfrutar de su juventud, algunos dicen que su actitud se debe a la muerte de sus padres cuando apenas tenía ocho años, afortunadamente para el chico, el fue a vivir con su abuelo quien era una persona muy amable y conocido por muchos por ser un buen investigador. Gary a pesar de tener la fama del apellido Oak no se molestaba en esforzarse en conseguir un buen futuro, sólo deseaba disfrutar de su vida, estar de fiesta en fiesta y divertirse al lado de su amigo Trip un chico rubio igual de vago que él. Este día, Gary y Trip se encontraban fuera de la casa del castaño mientras tomaban cerveza que obtuvieron con dinero de los padres de Trip. A lo lejos pudieron observar a varios autos y gente pasar cerca de ellos.
–Vaya, esto es muy aburrido, lo mismo de siempre –mencionó Gary dando un bostezo.
–Sí, ahora todos los jóvenes están perdiendo el tiempo en la escuela, así no es divertido ya que sin ellos no tenemos a quien molestar –explicó Trip dándole un sorbo a su cerveza.
Pasaron las horas y todo seguía igual hasta que a lo lejos un pequeño muchacho de cabellos negros y piel morena pasó, llevaba consigo una pequeña mochila verde e iba vestido con un chaleco azul y blanco y pantalón de mezclilla azul, Gary le observó a lo lejos, Gary no lo pensó dos veces, tomó una botella de vidrio vacía y se la aventó para asustarlo, afortunadamente esa botella no le golpeó, el chico le observó enojado, tomó la botella y se acercó a ambos jóvenes.
–Fíjate en donde lanzas basura –mencionó el chico y soltó la botella en la caja de las cervezas.
–Sí, ajá –dijo Gary burlándose y Trip sólo se limitaba a reírse.
El joven le miró enojado, gracias a eso Gary pudo observar los ojos de color rojo del joven y por un momento le dio curiosidad ese color.
–Vaya, no sabía que aún existían personas inútiles –mencionó Ash para retirarse.
–¿No lo sabías?, ¿qué nunca te has visto en un espejo? –rió Gary por su respuesta acompañado de Trip.
El chico se alejó de ellos para ignorarles.
–¿Quién era ese? –preguntó Gary.
–Se llama Ash, vive en la calle de mi casa, acaba de llegar con su madre, al parecer está estudiando en la preparatoria número 3 de aquí, que yo sepa tiene dieciséis años –contó Trip mientras tomaba otra cerveza.
–Vaya, un puberto presumido, típico –mencionó Gary–. Se ve que ha de ser un idiota.
–De hecho, siempre se la pasa leyendo afuera de su casa, me molesta –mencionó Trip–. Me gustaría hacerle algo para que deje de sentirse el superior.
Gary le miró.
–¿Qué puede ser? –preguntó el castaño con una mirada de complicidad –. ¿Te gustaría que fuéramos a su casa a grafitear sus paredes y arrojarle huevos?
–Suena tentador, pero eso es muy infantil –respondió Trip–. Tengo una mejor idea, ¿quieres ayudarme en hacerlo sufrir?
Gary sonrió y dijo que sí.
–Bueno, ¿qué te parece si hacemos una apuesta? –preguntó el rubio.
–¿Apuesta?
–Sí, mira, sé que te gusta mucho la cámara que me compraron mis padres, ese sería tu premio si logras derrotarme en la apuesta –dijo Trip.
Gary le miró sorprendido, la cámara de Trip le gustaba mucho, era una buena cámara.
–De acuerdo, ¿de qué apuesta se trata? –preguntó Gary.
–Bueno, la apuesta será que enamores al chico y… –
–¡¿Estás loco?! –exclamó Gary levantándose.
–Déjame terminar, enamora al chico y acuéstate con él, si lo haces, ganarás –mencionó Trip con una sonrisa–. Ambos sabemos que eres de ese lado.
Gary no supo que decir, estaba algo sorprendido por el tamaño de esa apuesta, recordó al pequeño joven y la cámara de Trip.
–Si lo hago, no se lo contarás a nadie, ¿de acuerdo? –exigió Gary.
–Claro, será nuestro secreto, y si lo logras te llevarás mi cámara, pero sino, tendrás que pagarme cerveza durante dos meses enteros sin excepción –pidió Trip.
–De acuerdo, lo haré pero, no perderé, ese chiquillo se enamorará de mí y tu cámara será mía.
Gary y Trip chocaron las botellas que tenían en señal de que habían cerrado un trato.
