PRÓLOGO

La noche se esparció pronto por el campamento, y con ella, la lluvia. La hoguera se apagó, y quedaron en poco tiempo a la interperie.

Los tres hombres se aferraban firmemente a sus rifles, dispuestos a usarlos contra cualquier amenaza potencial que surgiera en cualquier momento de la noche.

Y entonces, llegó el frío. No el frío que causaba la humedad, sino un verdadero ambiente helado comparable con la propia muerte.

-¡Se me están congelando las pelotas! – dijo Logan, tratando de disipar de sus compañeros todo posible terror y distraerlos.

Ante esto, John no pudo más que reír a pleno pulmón, de forma casi paranoica y obsesiva. Tenía miedo, e intentaba camuflar los gritos con aquella risa.

Chris era el tercero, el más joven y el más valiente. En su rostro no había rastro alguno de duda. Estaba allí porque debía estar allí, tenía algo que hacer, y no pararía hasta cumplir su objetivo.

El chico, de apenas dieciséis años, se encontraba sentado contra el tronco de un árbol, con el rifle apoyado sobre el hombro, y mirando de forma fría y distante a sus dos compañeros, como si estuviera tratando de analizarlos a ambos solo con mirarles.

Y entonces, lo vio. Fue solo un instante, fugazmente, pero fue capaz de ver una figura envuelta en una túnica pasar por delante de él. El frío aumentó considerablemente.

No tardó demasiado en pasar. Empezó por John. De pronto, empezó a revolverse. Y a gritar. Chillaba con toda la fuerza de sus pulmones.

Chris no iba a dejar que aquello le sucediera a él. Se puso rápidamente de pie, y pudo volver a ver por unos segundos la figura de la capa. Pero esta vez, estaba apostada encima de John, con su rostro encapuchado cerca de la cara del hombre, que luchaba inútilmente para zafarse de aquella tortura.

Empezó a correr, pero no hacia los árboles que había a su espalda, sino hacia delante. Hacia la figura encapuchada. Hacia John. Hacia Logan. Hacia el río que había a sus espaldas.

Se movió ágilmente, e incluso golpeó a John durante su carrera, apartándole de las garras del enemigo. De nuevo, pudo ver al encapuchado un instante, girándose hacia él. Y al momento, persiguiéndole.

Se desplazaba de forma extraña, parecía deslizarse por el suelo, y lo hacía a una velocidad vertiginosa.

-¡Al río! ¡Corred al río! – no sabía qué habría en el río, y no tenía ninguna seguridad de que el agua fuera a protegerlo de aquello. Sin siquiera mirar a lo que estaba apuntando, disparó su fusil hacia delante, como si aquello fuera a asegurarle un camino limpio.

Sus compañeros reaccionaron con similar rapidez, y le imitaron al disparar. No por nada eran todos miembros de la misma escuadra.

Aquellos flashes que le mostraban la localización de su enemigo aparecían cada vez con mayor frecuencia, y actuaba en consecuencia, dando también instrucciones a Logan y John.

Otro flash, de nuevo. Esta vez no vio solo a un enemigo, sino a varios arremolinándose en torno a ellos. El terror que sentían se disparó ahora, y Chris, al parecer el único que podía verlos, corrió aún más rápido si cabía.

Poco le importaban ya sus compañeros. Lo único en lo que pensaba era en su propia supervivencia.

El agua estaba congelada cuando Chris finalmente pudo saltar a ella. La corriente que azotaba sus piernas y le instaba a dejarse llevar por la corriente. Pero si hacía caso, sería arrastrado, y posiblemente moriría.

-¡Vamos, Lily! ¡Corre! – la voz de un hombre llegó hasta sus oídos, y pronto vio a una pareja llegando junto a él.

El hombre era alto, de aspecto fuerte y con gafas. Llevaba en una mano, aferrada con fuerza, una especie de palo de madera, y con su otra mano, agarraba la de ella, una mujer pelirroja y bastante atractiva.

En cuanto vieron a Chris, ambos frenaron durante unos segundos. Después, el hombre le apuntó con el palo que llevaba en la mano.

-¿Quién eres? – parecían apurados, ellos también estaban huyendo de algo.

-¿Quiénes sois vosotros? – Chris no tenía tiempo de pararse allí. Se giró, pero no fue capaz de ver nada. Tampoco vio a John y a Logan. Seguramente les habrían cogido, y no desaprovecharía el tiempo que les habían dado sus amigos.

-¡Expecto Patronum! – gritó él, de pronto, sin contestar a su pregunta. Del palo de madera surgió una figura plateada, un ciervo, que iba en dirección hacia Chris y pasó de largo.

El chico se giró justo a tiempo para ver como aquellos encapuchados se arremolinaban en torno a él. ¿Iba a morir allí? Y todo por culpa de aquellos dos desconocidos.

Y entonces, pasó algo. El ciervo acometió contra las figuras y las fue haciendo desvanecerse una a una.

-Me llamo James Potter – empezó el hombre -, y soy un mago.

* * * *

Notas finales: Bueno, este prologo es EXCESIVAMENTE corto. No me ha gustado nada. Pero quería hacer una introducción diferente, sin empezar con Harry, y creo que esta es una buena manera. Pendiente de edición.

Sentiros libres de dejar reviews, un servidor estará agradecido ^^

DISCLAIMER: La mayoría de los personajes y las localizaciones son obra de J.K Rowling y dle universo Harry Potter. Son empleados por mí sin ningún ánimo de lucro.