No me dejes.

Rin había crecido, ya tenía 18 años, era una mujer verdaderamente bella, cintura delgada, abdomen plano caderas anchas, su cabello negro azabache le llegaba hasta la cadera, labios delgados pero bien definidos, pechos no tan grandes pero nada pequeños y una sonrisa encantadora e inocente llena de vida.

Era media noche se acercaba una gran tormenta, Rin no podía dormir, hace dos años que el amo Sesshomaru iba a visitarla y eso la tenía muy preocupada.

Salió a caminar un rato para tomar un poco de aire, estaba perdida en sus pensamientos, ¿Por qué el señor Sesshomaru no iba a verla? ¿Será que ya se había olvidado de ella?

Rin: Señor Sesshomaru ¿por qué no ha venido? ¿Es que ya no quiere verme? – dijo más para ella que para él.

-Yo nunca dije eso.- una voz la sacó de sus pensamientos, era él y estaba justo detrás de ella.

Rin: Señor Sesshomaru! ¿Me llevará con usted al palacio? Usted dijo que yo tomaría una decisión cuando fuera mayor, ya he cumplido 18 y mi decisión es permanecer con usted. – dijo con los ojos llorosos, rogaba por una respuesta positiva, su amo no había ido a visitarle durante mucho tiempo, al principio él iba cada mes, le llevaba obsequios como zapatos, kimonos, peinetas, caminaban por el bosque y pasaban días completos juntos pero él había cambiado su forma de ser con ella cuando la visitaba y al cumplir los 16 años dejo de verla y ni siquiera mandó a Jaken para saber de ella, no, ni una sola vez.

Sesshomaru negó con la cabeza lentamente y dijo: Lo siento.

Rin: No! No me quiero quedar aquí, por favor amo lléveme con usted, no me deje se lo ruego. – decía con lágrimas y sollozos, había temido eso durante mucho tiempo y ahora lo estaba viviendo.

Rin: Yo lo amo señor Sesshomaru, por qué me deja? – dijo abrazandolo, al fin había confesado su amor por él, tiempo atrás creyó que él correspondería a sus sentimientos pero en ese momento supo que no.

Sesshomaru: No Rin, no me amas estas confundida. – la tomó de los hombros y la apartó acción y palabras que fueron como una puñalada para Rin.

No lo entendía, necesitaba saber cuál era la razón de su abandono, ella lo amaba, al principio ella pensó lo mismo que él, que estaba confundida, pero no era así, con el paso del tiempo lo descubrió y las visitas, los regalos, los paseos, las charlas no ayudaban mucho a deshacer esa idea de amor. Ella lo conocía, lo conocía muy bien, sabía cada faceta de su rostro, sabía lo que cada una representaba aunque estas no mostraran cambio alguno ella sabía cuándo sí. Y ahora, ahora estaba tan dolida que ni siquiera trataba de descifrar lo que su rostro decía.

Sesshomaru no tenía palabras, cómo explicarle que se casaría con una youkai pura sangre? Sakura, ese era su nombre, una antigua amante, ella había vuelto y le sugirió casarse para unir el reino Oeste y el Sur, el reino de Sesshomaru estaba pasando por una crisis y bueno casarse con Sakura no era una mala idea, ella estaba interesada en Sesshomaru y no era una mujer fácil de rechazar mucho menos si se trataba de los reinos. A Sesshomaru le encantaba esa youkai era la mujer perfecta para él, poderosa, princesa de las tierras del sur, hermosa y sobre todo era una youkai. Él quería a Rin, no sabía a qué grado pero su orgullo no lo dejaba doblegarse tan fácilmente, ya habían pasado años de haber conocido a Rin, ella era una mujer realmente bella, por lo que no podía seguir viéndola, no sabía lo que sentía por esa humana, para él era mejor así, alejarse de Rin y permanecer a lado de Sakura, su futura esposa,

De pronto comenzó a llover, era una lluvia ligera que no tardaría en convertirse en una gran tormenta.

Rin no lo soportó más, el nudo en la garganta no lo podía parar y comenzó a llorar más fuerte y sin control.

Rin: Me portaré bien lo prometo amo, se lo suplico no me deje por lo que más quiera, no me deje.

Sesshomaru no demostraba nada pero por dentro se le partía el corazón (si es que lo tenía.) de verla así, ya había tomado una decisión y no daría marcha atrás, estaba confundido, no sabía lo que realmente sentía por Rin, pero sea como sea él era un Youkai y ella una humana, él no cometería el mismo error que su padre, no, eso jamás.

Sesshomaru: ¡Rin entiende! No puedo llevarte. – dijo con un tono de voz fría y autoritaria.

Rin no paraba de llorar, de pronto una ráfaga de viento los interrumpió y ahí entre los dos apareció una youkai hermosa de muy buen cuerpo, ojos morados y cabello largo sujetado en una coleta.

Sakura: Amor ¡al fin te encuentro! ¿Qué haces aquí?, está lloviendo. – Se acercó y lo abrazó, él no se opuso frente aquel acto.

Si Rin tenía una esperanza de un cambio de opinión de parte del mayor ahora se había desvanecido al ver tal escena.

Rin: ¿Por ella? – No podía creer lo que sus ojos estaban viendo. – No me llevará a su palacio por ella ¿No es así?

Sakura: ¿Qué? ¿Escuché bien? ¿Qué te hace pensar que mi prometido te llevará a nuestro palacio, humana? – la palabra humana la dijo con repugnancia.

Sesshomaru: Sakura ¿Qué haces aquí?

Sakura: Vine a buscarte, se acercaba una tormenta y me preocupé por ti amor. – después de decir eso lo besó y él correspondió.

Ahora todo estaba claro para Rin, su amo se casaría con una verdadera Youkai, él odiaba a los humanos, ¿Cómo podría hacerle caso a ella? Era una humana y eso no iba a cambiar, pero… él ¿la amaba? ¿Amaba a la mujer con la que se casaría? Viendo aquel beso para ella era obvia la respuesta.