Mika decidió que ya está harta de que su esposo Touma no le haga caso, así que tomará medidas drásticas...
"¿Me amas?"
-¿Qué has dicho?
Touma no cupo en su sorpresa al escuchar esas palabras. La condena, el castigo, la única oportunidad de estar cerca de Eiri.
-Lo que oíste, me quiero divorciar.
-Pero... no puedes.
-Si puedo. Hablé con mis 15 abogados y todos están de acuerdo.
-Pero tus padres...
-No me interesa lo que ellos digan, me interesa mi situación.
-¿Y yo no importo?
Mika observó unos instantes a su esposo. Le amaba, pero le dolía que se preocupara más por los absurdos asuntos de la empresa y su hermano.
-No creí ser importante para tí, como aceptaste casarte conmigo para estar cerca de Eiri, ya no sé que pensar.
-¡Mika¿Estás dandome a entender que no me importas en lo más mínimo?
-Es lo que me has dado a entender todo este tiempo.
La mujer comenzó a empacar sus pertenencias con velocidad, mientras Touma pensaba de qué manera hacerla cambiar de parecer...
-¿Me amas?
-¿Qué dijiste?
-Mika¿realmente me amas?
La mujer volteó a verlo, no con amor, ni con rencor.
Solo un dejo de angustia se veía en sus ojos.
-Más de lo que te imaginas, Touma, pero ya no puedo seguir así.
Tomó su maleta, y se fue de ahí. Seguchi no pudo ni reaccionar hasta que el auto de ella se alejó por completo...
Continuará.
