Capitulo 1: Criatura viscosa.
Estaba oscuro, tenía miedo, nadie sabía que estaba ahí oculto, escuchaba los gritos de tía Ginny cada vez mas agudos, necesitaba saber que pasaba, se armó de valor y abrió solo un poco la puerta del aparador donde se había ocultado; logró ver la espalda de la abuelita Molly que estaba de frente a la mesa del comedor, no entendía que pasaba por que tía Ginny gritaba, por que abuelita tenía las manos manchadas de sangre, parecía una de esas horribles películas de horror que tío George lo llevaba a ver sin que tía Hermione se enterara, cuando de pronto ante un grito particularmente agudo de Ginny, Molly se corrió y le permitió ver a su tía sobre la mesa, que entre las piernas tenia un gran agujero y como una si fuera agua de una canaleta abierta salía un bulto rojizo cubierto de sangre y viscosidades para aterrizar firmemente en las manos de su abuela, de pronto todo se quedo en silencio para ser interrumpido por el fuerte llanto de aquella criatura, Molly lo acunó en sus brazos y con un estridente grito como solo ella podía dar se escuchó -¡Harry ya nació, es un varón!- pudo observar a su padrino acercarse presuroso y con ademán nervioso acunar al bulto, lo acercó a su tía Ginny que aun tenia lagrimas en los ojos -es un varón - le decía mientras besaba su frente sudorosa.
Nadie se percató que él estaba ahí oculto viéndolo todo, se había escondido mientras jugaba con Harry, pero cuando Ginny llegó de improvisto sujetándose la gran barriga todos se pusieron tan nerviosos que lo olvidaron.
Cuando lo llamaron a conocer al nuevo integrante de la familia, le sorprendió que aquel bebe tan bello, que ahora dormía en su cuna vestido con un traje azul, hace un rato hubiera sido la amorfa criatura, tan pequeña, rojiza, húmeda, fea, viscosa, que había salido de entre las piernas de su tía. La mano de Harry en su hombro lo alejó de sus pensamientos –él es James, Teddy- lo volvió a observar, tan suave, calido, tranquilo, el bebe abrió sus grandes ojos, aun de un color indefinido, fue como si todos en la habitación desaparecieran, el bebe solo lo miraba a él, nunca había visto nada tan pequeño y sintió un deseo irrefrenable de protegerlo se prometió así mismo que nunca dejaría que nada le pasase, ni que nadie le hiciera daño, algo tan pequeño había que cuidarlo mucho, se prometió así mismo ser el mejor guardián del mundo, lo cuidaría tanto o mas que al dragón de peluche que abuelita Andrómeda le había regalado para su tercer cumpleaños, desde hoy James sería su mas preciado tesoro.