Nueva historia!, espero que comenten, critiquen y den su opinión!

Y sobre todo sobre todo que les guste ;)

Como tod s ya sabéis los personajes son de E. Meyer (qué más quisiera yo que fueran míos!) , el resto es invención de una servidora.

LA HEREDERA

CAP 1

BELLA

El sonido de mis pisadas reverberaba con eco en la noche, empezaba a sentir pinchazos en el costado derecho pero no me detuve, seguí corriendo entre las calles intentando poner la mayor distancia posible entre aquellos tipos y yo. Tuve que frenar en seco cuando un coche de policía frenó ante mí cortándome el paso, con el corazón latiéndome a mil por hora miré a ambos lados en busca de alguna ruta por la que poder escabullirme y giré a la derecha por una callejuela apenas iluminada. Continué mi carrera girando mi cabeza de vez en cuando para asegurarme que nadie me seguía hasta que choqué de bruces con una pared y caí al suelo.

¿estás bien?- me preguntó una voz profunda.

Al levantar mi mirada unos ojos verdes me observaban, no había chocado contra una pared si no con el duro pecho de aquel hombre que tendía su mano para ayudar a incorporarme justo cuando oí los pasos de aquellos que me perseguían. Inmediatamente me puse en pie con la única idea de escapar de allí lo más rápido posible pero el dueño de aquella voz cogió mi mano y volvió a preguntar

¿te encuentras bien? ¿necesitas ayuda?

Intenté soltar su agarre, desesperada rogué porque me dejara ir aquellos tipos estaban cada vez más cerca pero él no parecía entender lo que le decía, no era consciente de que las lágrimas empañaban mi cara y que en aquel estado era difícil hacerme entender. Aterrorizada vi que los tipos nos dieron alcance y todo mi cuerpo se puso a temblar.

Nos has hecho correr demasiado zorra- escupió uno de ellos acercándose hasta mí.

Sin mediar palabra el dueño de ojos verdes lo tumbó de un puñetazo sin soltar aún su mano de la mía. El otro tipo sacó un arma del bolsillo interno de su chaqueta y nos apuntó

Vaya! Parece que tenemos a un héroe entre nosotros!- dijo jactándose por llevar la pistola.

Ojos verdes se tensó y con un suave movimiento me colocó detrás de él mientras susurraba:

Quédate detrás de mí.- y yo no sé si fue por la intensidad de su mirada, por su voz ronca o por que el miedo me paralizaba que le hice caso.

Con una patada inesperada el arma de aquel tipo voló de su mano a varios metros para acabar deslizándose sobre el suelo. Acto seguido se enzarzaron en una pelea en la que puños y llaves de alguna disciplina desconocida para mí chocaban en sus cuerpos, en un momento dado el tipo sacó de la pernera del pantalón otra arma y apuntó a ojos verdes se quedó inmóvil por la sorpresa. El sonido del disparo sonó como un trueno, el aire se llenó del olor de la pólvora.

Lentamente ojos verdes se dio la vuelta mientras el tipo caía como un fardo en el suelo, mientras yo seguía sujetando la pistola con las dos manos. Avanzó hacia mí con cautela, como un felino ponderando a su presa, yo seguía inmersa en una espiral de llanto y tensión y no era capaz de reaccionar, hasta que noté cómo sus manos sujetaban suavemente las mías, entonces pude salir de mi estupor y le oí cómo me pedía que bajara el arma. La solté de golpe, asustada, jamás había utilizado una pistola y mucho menos contra alguien. El estómago me dio un vuelco y la bilis llegó a mi garganta, tuve que hacerme a un lado para vomitar cuando se empezaron a oír las sirenas. Me enderecé como pude y miré asustada a mi alrededor en busca de algún sitio por el que poder escabullirme. Ojos verdes me cogió por los hombros intentando tranquilizarme

Tranquila, seguramente será la policía, no te preocupes ha sido en defensa propia.- dijo con su cara magullada por la pelea.

Pero aquello lejos de tranquilizarme hizo que tuviera taquicardias. Lo último que recuerdo es que todo empezó a darme vueltas y que caía. Nunca llegué a tocar el suelo, unos fuertes brazos me sujetaron, en el límite de mi inconsciencia alcancé a oír: "mierda!".

EDWARD

No tenía ni idea de quién era aquella chica ni porqué la perseguían, tampoco había pasado por alto lo nerviosa que se puso al mencionar a la policía y aunque por un momento estuve tentado en esperar a los agentes de la ley fue su aterrada mirada la que me hizo cambiar de opinión, tras llevarla en brazos hasta mi coche arranqué el motor y salí zumbando de aquel lugar.

Mientras conducía no podía dejar de dar vueltas a todo lo ocurrido y las preguntas se acumulaban, miré de soslayo al asiento del copiloto que ella ocupaba. Su cara estaba pálida aunque dadas las circunstancias no me sorprendió, llevaba el pelo recogido en una coleta alta aunque algunos mechones se habían soltado y encuadraban su cara ¿en qué lío estaría metida? Aceleré por la autopista hasta llegar a casa. Cuando detuve el coche aún no había despertado. Le tomé el pulso, sus constantes eran estables por lo que me relajé, se había quedado dormida, no llegaba a imaginar lo exhausta que debía de estar. La cogí en brazos y la metí en casa depositándola en mi cama, me la quedé mirando por un largo rato sin saber muy bien qué debía de hacer a continuación, la castaña se revolvió aún dormida y el vello de los brazos se le erizó, me acerqué hasta ella y cogí la colcha para taparla, cerré la puerta y me metí en el baño para darme una ducha. Cuando hube terminado salí al comedor y me tumbé en el sofá, aquella iba a ser una noche muy larga.

No serían más de las dos cuando oí cómo se habría la puerta de mi dormitorio, me quedé quieto fingiendo dormir, quería ver qué era lo que pretendía hacer mi invitada. Andaba de puntillas y se había quitado los zapatos que sostenía en una mano, la vi merodear por el comedor , estaba intrigado ¿qué era lo que buscaba?. Cuando estuvo de espaldas hacia a mí me levanté silencioso y me quedé detrás, ella estaba anotando algo en un trozo de papel que halló encima de la mesa, no pude evitar aspirar el dulce olor a fresas que emanaba su pelo y quise divertirme a su costa:

¿Puedo ayudarte?

Con un respingo se soltó el bolígrafo y se giró deprisa, su pecho subía y bajaba acelerado por el susto.

Yo… yo.. solo…

Balbuceaba nerviosa, miré de reojo lo que había estado anotando y cogí el papel

¿Gracias por salvarme pero es mejor que me marche? – leí formulando implícitamente la pregunta- ¿pensabas irte sin más? – pregunté

Ella se quedó callada, pude ver como aspiraba y expiraba intentando relajarse, cómo se armaba de valor e intentaba concentrarse.

Yo … de verdad lo siento, pero es mejor así.

Espera un momento, por favor- con un rápido movimiento se deslizó detrás de mí con la intención de dirigirse hacia la puerta de la calle. Al girarme siseé dolorido aún por la pelea con aquel tipo, seguramente me habría roto un par de costillas. Parece ser que aquello le llamó la atención.

¿estás herido?- me preguntó nerviosa acercándose a mí. Puso sus pequeñas manos en mi pecho escrutando, buscando alguna evidencia de mis heridas, sus manos suave como la seda recorrieron mi pecho y luego mi cara tanteando cada moratón y herida, volví a sisear

¿te duele mucho, no? – preguntó, desconocedora de que el siseo había sido un acto reflejo en respuesta a aquellas caricias. Tuve que contenerme y cogí sus manos para que detenerlas porque no creía que pudiera contenerme si seguía así.

Tranquila, no es nada- le dije – y ahora por favor, vamos a sentarnos y me explicas quién eres y por qué te perseguían aquello tipos. Se me quedó mirando indecisa, inconscientemente su atrapó su labio inferior con sus dientes mientras parecía pensárselo tuve que tragar saliva y pasear hasta el sofá para ocultar un pequeño problema que había comenzado a despertar entre mis piernas.

Con un suspiro de resignación asintió y tomó asiento junto a mí.

Si, es cierto, después de todo creo que te lo debo- dijo más para sí misma que para mí, tomó aire y comenzó.

Mi nombre es Bella, ummm Isabella Swan- y alzó su vista esperando mi reacción.

¿Swan?- pregunté, el entendimiento se abrió paso a través de mí.

Las noticias aquella semana no hablaban de otra cosa: Charlie Swan, el mayor narcotraficante hijo de puta que había sobre la faz de la tierra había sido detenido y encarcelado y yo tenía a su hija sentada expectante en el sofá de mi salón.

Buenoooo!, ¿qué os ha parecido?

Espero vuestros comentarios!

Bsos