Fairytail es de hiro mashima.
I
–Levy…–
–oye Levy –
–enana plis –
De seguro la tercera era la vencida. Dos semanas para graduarse y sólo quedaba ese examen que el curso completo debía dar. Separaron las mesas, guardaron celulares, y todo lo que fuera posible arma de copia y "comparación de respuestas". Todo el salón en extraño silencio, se sabía bien por los maestros que el curso del cuarto grado A era el más bullicioso de toda la escuela. Ni a los talones les llegaban en orden al cuarto grado B, estudiosos, trabajadores, con un par de gemelos bastante atractivos y sofisticados.
Media hora faltaban para terminar el examen final, Natsu dormía frente al papel que ya había contestado gracias a su rubia amiga con derechos. Gray le lanzaba bolitas mojadas con saliva a la ventana, Juvia le copiaba las respuestas, Erza comenzaba a abrir un paquete de gomitas con sabor fresa, las hermanas Strauss se limaban las uñas, Levy Mcgarden ponía el punto final a la ultima de sus respuestas y Gajeel;
Gajeel suplicaba por la ayuda de la enana de piernas gordas.
Levy trataba de contener el nerviosismo con el tic repetitivo del ojo, mientras los pedacitos de papel le chocaban en la cabeza irritándola un poco. No era que todo el año dependiera de ese examen, más bien, ella tenía el primer lugar y mantenerse ahí era una de sus metas. De hecho, el examen no tenía mucha importancia. Sólo para Gajeel, que lingüística si dependía de esa calificación.
Y Mcgarden era la mejor en cuanto a libros se tratase.
Miró por sobre su hombro para toparse con el nerviosismo de Gajeel, haciéndole musarañas con sus manos en un trozo de goma de borrar con "anótamelas aquí".
Respira levy. La muchacha se colocaba un poquito tensa en cuanto de calificaciones se tratase.
El Redfox le arrojó la maldita goma. De no ser porque Levy, una pequeña que estimaba en cantidades exuberantes y de pocos aires de sólo una amistad a Gajeel, esté se queda sin año y sin graduación. Porque la peliazul le había salvado el trasero en prácticamente el noventa por ciento de los exámenes. Sin contar que el otro diez por ciento eran tareas en "dúo".
Letra minúscula sobre una goma celeste con olor a chicle que le había robado a su prima Loxar. Alcanzó a anotar la última respuesta cuando sintió el hombro acompañado.
Siento el parfum de la copia señorita Mcgarden–
P-Profesor N-no es lo que parece – dijo la chica botando todo lo que tenía en sus manos. Rayos, la habían descubierto.
Páseme eso alumna–
Levy bajó el rostro y le entregó la goma al profesor Ichiya. Ahora lo único que quería era llorar bajo su almohada favorita o sólo salir rápido de ahí.
Todo el salón estaba pendiente de lo que sucedía. Levy, la chica alumna perfecta era regañada por primera vez.
¿Para quién es esto Mcgarden? –
Ho vamos, hasta el profesor sabía que a veces los exámenes de Gajeel tenían hasta la letra de Levy. Pero ella una vez más apretó los puños sobre su minifalda y respondió.
Para nadie, es mío–
Y entonces me podría explicar el "anótame las alternativas aquí" –
La chicha trago saliva. Respiró fuerte, miró directo a los ojos al culpable de ese bochornoso momento y contestó.
Está bien, era para Rufus, del cuarto grado B– bufó, y el profesor sabía perfectamente que mentía, tomó el examen de Levy y lo llevó hasta su escritorio. Lo marcó con lápiz rojo y señalo un cero gigante en medio de la hoja.
Gajeel estaba condenado a la orca.
Levy miraba su examen perfecto arrugando la nariz llorando de rabia. Se levantó de su asiento golpeando la mesa con ambas manos.
¡Es injusto, soy su mejor alumna, le pago el sueldo por ser la única que toma atención en sus clases! –
Entonces señorita dígame la verdad, ¿para quién eran las respue…? –
¡Ya le dije que Rufus me las pidió! –
El sudor en la frente de Gajeel era la mínima obra de reacción ante las miradas de todos los presentes, hasta Dragneel que estaba sentado delante de él despertó y se dio la vuelta para mirarle con cara de "di la verdad maldito gusano".
La coneja y Juvia lo colgarían de los huevos.
Estaba en aprietos.
Tsunderismo nivel "debo pasar el jodido ramo".
¡Levy Mcgarden vaya inmediatamente donde el Director! –
¡Uuuuuy! – gruñó furiosa, tomó su celular y salió sin dirigirle ni un solo segundo la mirada al culpable. Portazo final y la escena perfecta de Gajeel no tan afectado, anotando lentamente las respuestas que ahora se las había visto a natsu alias salamander.
¿Cuántas veces los profesores le habían dejado pasar las obvias ayudas a Gajeel? ¿Acaso ya pasó los límites? ¿Por qué no lo delató? El año perfecto se condecoraba con un cero final que le daba color a la libreta de notas. Estúpido Gajeel– era lo único que repetía mientras golpeaba la puerta de Maracov el director.
Ho señorita Mcgarden, me acaban de informar de lo ocurrido – decía éste mientras colgaba el teléfono, sentado sobre la mesa, miraba de frente a la estudiante.
¿Por qué? –
¿Por qué, que? – miraba el suelo evitando llorar.
¿Por qué mientes Levy? –
¡No estoy mintiendo! ¡Rufus igual me había pedido las respuestas! – Sus ojos miraron de frente al director mientras se cristalizaban – ¡al final nunca se las doy! ¡Siempre terminamos apostando si respondimos lo mismo o no!
¿Con qué Rufus igual eh? ¿Igual a quien? –
Ho Levy planeaste mal. Se tapó la cara con ambas manos y no dijo ni una sola palabra.
Me temo que debo suspenderte unos días – y esa frase entregó el llanto secó a la pequeña Mcgarden. Anotó una citación para sus padres mientras las lágrimas comenzaban a secarse y la guardó en su bolcillo del polerón para salir de la sala. Quedaba poco más de diez minutos para que el timbre sonara y terminaran las clases por el día. Un sol radiante para un día de mierda se alumbraba por el pasillo.
Todos entréguenme el examen – fue la última frase del profesor, previamente a marcharse cinco minutos antes de que el timbre sonara.
¡Juvia está furiosa, furiosa, drip, drip drop! – gritó colocándose su mochila celeste tras su espalda. Gajeel eres un idiota–. El nombrado se desabrochó la camisa y miró a su prima quien lo regañaba con los cachetes inflados. Al round se le sumó Gray, Natsu y Lucy. Y todo el resto salía del lugar.
¿Sabes lo que tienes que hacer ahora cierto? – dijo fullbusten.
Cállate tú, baboso adicto a los granizados …–
¡Por lo menos no soy un idiota sin cerebro!–
¿Quieres pelear? – amenazó Gajeel.
¡Kya! – entró Natsu con una patada voladora. Lucy y Juvia se sentaron sobre la mesa mientras la rubia marcaba el número de Levy sin mucha respuesta. A lo que Juvia saco una de sus botellas de agua mineral y se la lanzó sobre Gajeel deteniendo la pelea.
En serio, ¿nunca te has disculpado con alguien? –
¿tch, por qué debería disculparme? – respondió mirando con cierta rabieta a las mujeres.
De verdad me sorprendes cabeza de tachas, yo puedo ser un idiota sobre protector, pero si a Luce le quitan un examen por mi culpa yo entrego el mío también–
Segundos de silencio tras la incógnita declaración de amor de Natsu.
Y Levy ni siquiera dijo tu asqueroso nombre para delatarte – remató Gray.
aahg, suspiró Lucy moviendo la nuca. – Yo creía a Gray era el princeso del tsunderismo pero, tú Gajeel ¿de verdad no te das cuenta de nada sobre Levy? –
La mente del redfox comenzó a divagar pestañando lenta y sigilosamente. Poco escuchaba lo que su prima y la coneja que lo acompañaba a los karaokes le reprochaban. Arrugó las cejas y sólo escuchaba palabras suelas.
Levy, cuando decían ese nombre le era bastante difícil pensar en otra cosa que no sea en la enana bonita que le esperaba todas las mañanas sentada a su lado con una enorme sonrisa. Ella se había ganado ese lugar. Hasta a veces compartían un audífono cuando les daba por escuchar música, o las clases en donde no llegaba el profesor, ella se dormía en su hombro. Y el perfume de su cabello, sus manos tan frágiles, las risas que en ocasiones le sacaba con sus tonterías. Y sobre todo las innumerables veces en que ella se desvelaba haciendo una tarea de los dos. Si, le debía más de unas disculpas, y más de alguna muestra de agradecimiento.
¿Gajeel estás escuchado? –
A lo que Lucy habló, por la puerta se asomaba la ya suspendida pequeña Levy, mirando a todos con total indiferencia. Juvia le atajó mientras la pequeña metía todas sus cosas en su bolso rojo armándose para irse.
Levy que pa…–
Me suspendieron hasta el otro viernes, grandioso, podré ver el matinal – ironizó dirigiéndose a la puerta. El cerebro del Redfox entró en sinapsis mientras ella se iba. Le miró de espaldas, si cruzaba la puerta antes de que el articulara alguna palabra sinónima de perdóname la vida merezco morir, la perdería por completo.
¡Camarón espera! – levanto el brazo dirigiéndose hacia ella.
Ho cómo odiaba que le llamará así. De espalda, empuño sus dos manos tan fuerte cómo pudo y no siguió con su camino. Respiró hondo, y sus hombros se arquearon buscando donde depositar tanta ira junta; y pasó. Se dio la media vuelta topándose de frente con el principal inculpado y le susurró;
–Ve-te-al-de-mo-ni-o-Ga-jeel-Red-fox. –
Y el día en que Levy perdió la paciencia, fue el mismo en el que Gajeel había sobrepasado todo los límites de cualquier relación pre noviazgo; su cerebro procesó y entendió todo. Se había enamorado de la enana del porte de un camarón. Si se iba, el moría solo y humillado. Y lo notó, justo ahí, al oír cómo lo mandaban directo a la mierda.
Petrificado, dolido en el orgullo, con los ojos blancos, miró cómo su enana, que nunca la había sentido tan lejos, pasaba por la puerta del salón y se marchaba con sus piernas que hoy se veían más radiantes que nunca.
Los cinco que hay quedaban en completo impacto, se miraban mientras el timbre sonaba para dar fin a la jornada de clases.
Le-levy, ¡levy! – comenzó a correr Juvia junto a Lucy tras su amiga enojada.
…
Esta historia Continuará c:
Espero sus reviews, opiniones, tooodo para seguirle, con amors Junne c: que viva el Gale y que salga el manga pronto que ya estamos muriendo de ansiedad :c :c
