Disclaimer: Obviamente ni los personajes ni los lugares son obra mía, todo fue escrito por la gran JK Rowling. Yo juego con su creación y no obtengo nada de esto, solo diversión.
Advertencia: Esto es slash, una relación chico-chico, Drarry… si no les gusta, no lo lean. Espero que les guste
Ifubrobeno
Abro la puerta de la entrada y me sorprendo de lo oscuro que está todo. Normalmente, cuando Harry vuelve pronto, enciende toda nuestra decoración navideña haciendo que el Gran Comedor parezca soso comparado con nuestra casa.
Sin embargo, hoy no hay villancicos ni esos trineos tintineantes que Harry conjura a la menor oportunidad. Y no es que yo sea un paranoico, pero no puedo evitar preocuparme un poco. En Navidad, Harry es como un niño otra vez. Todo es diversión, risas y luces. Esta tranquilidad no es nada normal.
Subo a la planta alta y veo luz en la habitación. Cuando abro la puerta encuentro a Harry. Está tumbado en la cama, agarrándose la cabeza con ambas manos, como solía hacer durante la guerra, cuando tenía ese maldito vinculo con Voldemort.
-¿Harry?
-Buenaas noches, cariño.-ni siquiera levanta la cabeza.
-¿Qué…?
-Solo es un pequeño dolor de cabeza-me mira un instante y antes de que me dé tiempo a decir nada más añade- y no, no tiene nada que ver con la cicatriz.
Pero yo le conozco perfectamente, y sé que él no estaría así si se tratase de un "pequeño dolor". Después de todo lo que le ha pasado, Harry tiene un umbral de dolor bastante elevado.
-¿No te has tomado nada?
-No queda.
-Podría ir a comprar más…-digo sin mucha convicción. Ambos sabemos que eso no es posible, siendo un exmortifago, no me venderán jamás ni pociones ni elementos para prepararlas. Y ya de entrar a una farmacia muggle a comprar ifrubobeno, cuando no sé ni siquiera cómo manejar ese dinero o cómo hablar con la dependienta.
-No te preocupes, Draco. No es necesario-Harry me sonríe con mucho esfuerzo.-si ya casi no me duele.
-Mentiroso.
Me tumbo en la cama y le hago señas para que se acueste encima de mí. Me hace caso, y cuando su cabeza está apoyada en mi pecho empiezo a masajear sus sienes con mucha delicadeza. Él se relaja de inmediato.
-Quien hubiera dicho que un Malfoy podría tener tan buena mano para los masajes.
-shhhh, silencio-me inclino y le beso suavemente en la frente. El sonríe un poquito y cierra los ojos. Aprovecho el gesto para besar también sus parpados y la parte alta de sus mejillas. Al final termino recorriendo su cara a besos, hasta llegar a sus labios. Harry no responde, pero sigue sonriendo ligeramente. Nos quedamos un rato tumbados hasta que él rompe el silencio.
-Tengo que añadir algo más a tu interminable lista de virtudes, Malfoy.
-¿Sí?
-Me has quitado el dolor de cabeza, eres un analgésico excelente.
-Todo lo que hago es excelente, no sé cómo puedes tener dudas sobre eso.
-Obviamente-dice rodando los ojos.
-No me ha gustado ese tono, Potter. Le pongo de espaldas al colchón y le vuelvo a besar.-Además, tú mismo lo has dicho. Soy tu ifubrobeno particular.
Harry se ríe y yo no entiendo el motivo, pero me da igual. Porque Harry parece lleno de energía y feliz otra vez, y para mí no hay nada mejor que eso.
