Bueno, este es un fic que le dedico a Burbujas de Colores. Espero que te guste.
Tengo que agradecer también a doshi-san por ayudarme a pensar la trama de la historia. Muchas gracias, de verdad.
Lo que esté en cursiva indica flash back.
Finalmente, decir que Soul Eater no me pertenece. Es de su creador Atsushi Ōkubo.
Juego de amor.
7 y media de la mañana. Era sábado y Soul estaba en su cama, mirando el techo, sin poder dormir. Estaba dándole vueltas al asunto de Black Star. ¿Quién iba a decir que, siendo como es, conseguiría una novia? Y nada más y nada menos que Tsubaki. Aunque Soul ya se lo habría imaginado. Hacía ya dos días que su amigo se había declarado a Tsubaki, y de una forma que no se habría esperado viniendo de él.
Soul y Black Star iban caminando por los pasillos del Shibusen, hablando de cosas triviales, hasta que Black Star se paró de golpe. Soul se paró también y le miró extrañado.
-Black Star, ¿qué pasa?
-Soul. -contuvo el aire antes de continuar- Hoy vas a ver algo grande, amigo.
-... ¿Eh? ¿De qué hablas? -Soul le miró todavía más extrañado-
-Ya lo verás.
Black Star empezó a andar de nuevo, mientras un intrigado Soul le seguía. Llegaron a la clase de "Crescent Moon" y vieron que Maka y Tsubaki ya habían llegado. Ambos chicos se acercaron a ellas.
-Buenos días -les saludó Maka- Menos mal que ya llegáis. Tenéis suerte de que el profesor Stein no hubiese llegado todavía, o ahora mismo estaríais a punto de ser diseccionados.
-Buenos días- Tsubaki les regaló una tierna sonrisa.
-A mí eso no me asusta. Puedo con él. -Soul le respondió con una de sus sonrisas de tiburón y Maka le lanzó una mirada de "Sí, claro, como digas."
Black Star se acercó a Tsubaki y la miró fijamente.
-¿Sucede algo, Black Star?
-Tsubaki, hoy tengo que decirte algo muy importante. -le miró seriamente y eso sorprendió a los presentes-
-¿Sí?
-Tú sabes que mi objetivo es superar a los Dioses. Bueno, yo ya soy un Dios, nadie es más fuerte que yo y blablablablá- soltó una gran parrafada de cosas que todo el mundo sabe y que normalmente dice siempre gritando- Pero he confesarte que este Dios sin ti no es nada, Tsubaki. -ella le miró sorprendida y luego sonrió.
-Gracias, Black Star, no sé qué te ha dado hoy, pero eso es muy boni... -él puso un dedo en sus labios y la detuvo. Ella le miró todavía más extrañada.
-Todavía no he acabado, Tsubaki. Lo que quiero decirte, es que yo Te amo. Y quiero que pases conmigo el resto de mi vida. Tú eres mi diosa, Tsubaki. Ahora sí, tu magnífico y perfecto Dios ha terminado.
Ella le miró estupefacta. Unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
-Black... Black Star... yo... -Black Star se acercó a ella y le limpió las lágrimas. Acto seguido, se acercó a ella y la besó.
Fue un beso tierno y dulce -que Soul tampoco se esperaba viniendo de Black Star- y que para ellos, duró una eternidad. Cuando sus cuerpos le pidieron oxígeno, se separaron y Tsubaki abrazó a Black Star.
-Yo también te amo, Black Star -le susurró al oído, y éste sonrió.
Sonrió al recordar aquello. Ahora que Black Star estaba con Tsubaki, él y Kid eran los únicos solteros. Tal vez iba siendo hora de conseguir una novia, como su amigo, pero primero... ¿quién sería?
