LA PROMESA QUE NUNCA SE CUPLIO
ESTA ES UNA HISTORIA UN POCO FUERA DE LO COMUN SE TRATA DE LO QUE HUVIERA PODIDO SER EN OTRA EPOCA CON SERENA Y DIAMANTE NO SE LO PIERDAN POR QUE AQUI SE HABLA TAMBIEN DE OTRAS PAREJAS COMO PETSAIT Y ZAFIRO
PRIMER CAPITULO
POR EL BIEN DE LOS DEMAS
Escrito por: Vanshie
La Princesa se encontraba muy nerviosa pues este seria su primer baile y no- solo eso si no que también hoy conocería al Príncipe de Némesis su planeta vecino, se decía por todo el castillo que era muy atractivo y que de desposarse con él vendría la paz para los dos reinos. Esto preocupaba un poco a la Princesa, pues aunque ella sabía que su madre no la obligaría a aquel matrimonio, ella se vería forzada a hacerlo, puesto que la felicidad de los habitantes de su reino estaba en juego. Por lo tanto rogaba a dios que él fuera agradable.
En Némesis.
Se ve una sombra corriendo en un enorme pasillo, aquel personaje misterioso se veía desesperado por encontrar algo, después de una ardua búsqueda por fin lo encontró, frente a él se encontraba un joven, que le resultaba muy familiar, este era alto de tez blanca, con unos ojos azul profundo como el mar, estaba vestido con un traje blanco, y una gran capa que se movía de un lado a otro cuando caminaba, junto a él se encontraba la sombra de un hombre que estaba cubierto de una gran capa azul.
-Hermano
-Qué pasa Zafiro -responde el muchacho junto al hombre de la capa azul- Hermano que bueno que te encuentro -el muchacho que llamaba a su hermano era un chico de quince años era muchacho de tez blanca y ojos azules, en la frente llevaba la marca de la familia blak moon, al igual que su hermano, él era uno de los sucesores al reino black moon, (se le llamaba así a la familia real que vivía en Némesis puesto que en la frente llevaban una luna creciente de color negro, esto era por que ellos habitaban del otro lado de la luna, en este lugar no había luz por lo tanto era un reino muy pobre en vegetación.) El muchacho de la capa blanca veía al muchacho con una calidez en sus ojos sabia que el era su única familia desde que sus padre habían muerto en aquel trágico accidente, todo lo que hacia era por él, por su felicidad así que se acercó y parándose frente él, puso una mano en su frente-que pasa Zafiro.
- Hermano yo........ necesito hablar contigo
- que sucede Zafiro ¿es que a ocurrido algo malo?-decía él muchacho, preocupado de que hubiera ocurrido algo grave.
-¿no, no es eso, es solo que...?-dijo el muchacho dirigiéndole una mirada de reproche al monje que se encontraba junto a su hermano, a él nunca le había agradado esa persona, todo el mundo lo llamaba el gran sabio, desde la misteriosa muerte de sus padres él se había hecho cargo de tomar a su tutela al Príncipe Diamante pero al chico no le agradaba en lo más mínimo.
Al ver que la reacción de su hermano, Diamante volteo la mirada al monje y le hizo una señal, e inmediatamente el monje desapareció del salón.-Ahora si Zafiro cuéntame que es lo que te preocupa.
-Hermano por favor dime, quiero saber si lo que escuche es cierto-dijo esto mirando muy fijamente a su hermano, en su mirada se veía reflejado una suplica. Diamante se acercó a su hermano y lo miró con una mirada llena de decisión -¿qué es lo que escuchaste? -¿Dime es verdad que te casaras con la princesa del milenio de plata?-el Príncipe se separo un poco de él y lo miro a los ojos, sabia que no podía mentirle- Es verdad me casare con la princesa del milenio de plata-El muchacho cerro sus ojos para abrirlos después de unos cuantos segundos-¿Por qué hermano? Si ni siquiera la conoces ¿Acaso el gran Sabio tiene algo que ver en tu decisión?- él Príncipe lo miró con una mirada llena de reproche lo cual hizo que su hermano
retrocediera hacia atrás-Lo siento hermano, no quise molestarte-el muchacho solo bajo la cabeza y salió del salón. Pero al seguir por ese oscuro pasillo se topo con una figura familiar era una hermosa dama de cabello largo de color verde oscuro qué después de una reverencia miró con tristeza al príncipe-acaso le sucedió algo alteza-él muchacho que miraba a la hermosa chica frente a él respondió junto con un pequeño suspiro de frustración -Por favor Petz ya te he dicho que me llames por mi nombre.-
-Discúlpeme mi señor pero usted sabe que no puedo hacer eso-
-Porque es que acaso no me tienes confianza-
-Usted sabe que no es eso... es solo que no es correcto-
-Hay Petz tu siempre tan educada, por eso es qué me gustas tanto-el Príncipe tomo la mano de Petzait muy fuertemente pues no quería que se le volviera a escapar, ya que siempre que él le confesaba sus sentimientos ponía cualquier pretexto y huía del lugar.
-Esta vez no podrás escapar de mí, por favor dime por qué siempre te vas cuando abro mi corazón así ti -Petzait no sabia que hacer a ella le gustaba mucho el Príncipe Zafiro pero sabia que no era lo correcto, lo suyo nunca podría ser, ella solo era una cortesana más, pero ya no podía resistirlo quería decirle que lo amaba con todo su corazón, pero una vos en su cabeza
le decía que no lo hiciera puesto que solo empeoraría las cosas, así que se armo de valor, y mirando al príncipe -No se de que me habla majestad-el corazón de Zafiro se detuvo no se imaginaba como ella podía ser tan fría y a la ves seguirse viendo tan hermosa, así que por fin lo comprendió la soltó y se dio la vuelta-Así que Amas a otro-Petzait sintió una punzada en el
corazón al oír esas palabras, no podía creer que su Príncipe pesara eso, pero tampoco podía decirle lo que de verdad sentía, así que cerro los ojos he hizo lo que habitualmente solía hacer y desapareció del pasillo dejando al Príncipe volteado de espaldas hacia ella, esté solo cerro su puño y lo golpeo contra la pared lleno de rabía no podía creer lo que acababa de pasar primero su hermano, él cual se iba a casar con la Princesa del milenio de plata solo por el bienestar del país, sin ni siquiera conocer a la princesa, y ahora esto, él no comprendía el despreció de su amada Petzait pero lo que si sabía es que no dejaría las cosas así,-Bueno al menos saldrá algo bueno del baile del milenio de plata, podré tener la oportunidad de hablar de una ves por todas con Petzait sin que pueda escapar-dijo esto viendo su puño lleno de sangré y caminado hacia su habitación para poder prepararse para el baile.
En el milenio de plata.
La princesa se encontraba de pie frente al espejo, aunque su cuerpo se encontraba ahí su mente seguía pensando en el gran acontecimiento de esa noche, y de cómo cambiara su vida de casarse con el príncipe, pero lo que más le preocupaba era que si el Príncipe se fijaría en ella, pero una voz familiar la hizo regresar-Sereniti princesa ¿ya estas lista? Los invitados ya están apunto de llegar-ella volteo y le sonrió a su hermosa madre-si ya podemos irnos.-así pasaron por un hermoso corredor que daba a un jardín lleno de flores de distintos colores, este jardín era el predilecto de la princesa ya que desde ahí se podía apreciar el hermoso planeta tierra, se detuvo para mirarlo como si fuera la ultima vez que pudiera hacerlo, no sabia porque pero cada vez que lo veía sentía que era parte de ella, como si alguien la llamase, de repente sintió una suave brisa junto con un aroma a rosas quiso saber de donde provenía tan bello aroma pero su intento fue interrumpido por el ruido de una puerta que se habría a lo lejos, era su madre la cual ya había llegado al final del corredor para entrar al gran salón de fiestas, al ver esto camino hacia ella y entraron las dos juntas al salón, al entrar la música se detuvo para poder anunciarlas. Después de un leve movimiento de mano de la reina la música volvió a escucharse, todos los invitados estaban contentos con tan extraordinario evento, todo era un muy hermoso lleno de paz, aunque existía una gran expectativa, todos se preguntaban como iba a reaccionar la Princesa cuando viera al Príncipe Diamante, todos querían que ellos se casaran para que así los dos reinos por fin vivieran en paz, pero también todos querían mucho a la Princesa y esperaban lo mejor para ella. Todos bailaban y sonreían, asta que fueron interrumpidos por el ruido de las trompetas que anunciaba la llegada de su alteza real el Príncipe Diamante. Todos los invitados hicieron una caravana respetuosa a su alteza y a su séquito, él Príncipe siempre iba acompañado de sus más leales asistentes, el más importante era el gran sabio, aunque este nunca se dejaba ver siempre estaba escondido en las sombras por cualquier situación que se presentara, después le seguía una hermosa joven, con unos grandes ojos negros y largo cabello color esmeralda(al igual que su nombre), junto a ella se encontraba un joven alto de tez morena y grandes ojos color rubí, haciéndole honor a su nombre Rúbeus, este estaba a cargo de cuatro jóvenes las cuales eran la escolta de Príncipe Zafiro, pero aunque todavía eran muy jóvenes ya contaban con un enorme poder, ellas eran las hermanas de la persecución (Petzait era la mayor de todas, Llevaba su cabello muy largo esté era de un color verde oscuro, sus ojos verdes hacían juego con su hermoso vestido el cual llevaba un poco entallado reluciendo así su hermosa figura. Havia algo muy curioso en ella, aunque contaba solo con quince años ya era muy madura para su edad, era toda una dama, su comportamiento admiraba a todas las personas que la conocían, por esté motivo era la encargada de estar siempre al lado del Príncipe Zafiro, así ella se convirtió en una parte muy importante para él, no había lugar en donde ella no estuviera y sobre todo en los bailes ella siempre iba del brazo del príncipe lo cual era un poco extraño ya que solo las de la realeza podían hacerlo, pero a ella le era permitido por petición del Príncipe Zafiro.
Después de ella le seguía Karaberas la cual tenia su cabello hasta la cintura de color café claro, le gustaba mucho jugar y arreglarse para verse como su hermana Petzait, ella la admiraba mucho y soñaba con ser como ella algún día, Beruchie era una hermosa niña de tez blanca de grandes ojos
azules, su cabello era muy largo de color blanco, le gustaba mucho jugar ajedrez junto con la gente de la servidumbre, no había nadie que pudiera ganarle en todo el reino, ella era muy lista y la más pequeña de todas Coan era una pequeña de tez blanca y grandes ojos negros los cuales hacían combinación con su hermoso cabello, ella era la que mas seguía a Rúbeus aun con su corta edad se había enamorado de él, y este por su parte le tenia mucho cariño se podría decir que era su preferida.).
El Príncipe se acerco a la reina que se encontraba sentada frente a él y haciendo una caraba,
En seguida la reina volteo hacia su izquierda -esta es mi hija la princesa Sereniti-el Príncipe volteo con discreción y al ver a la Princesa quedo boquiabierto por su gran belleza, así que se acerco tomo su mano y la puso entre sus labios tiernamente.-es un gran honor conocerla -que bella es, esos ojos me hacen sentir como en el mismo cielo.
La Princesa por su parte no sabia que hacer, no podía decir que no era atractivo, pero habia algo en sus ojos que la preocupaba, se veía demasiada tristeza en ellos -es un placer conocerlo.
-Muy bien ahora que todos estamos presentes será mejor que pasemos a cenar-
-Será un placer después de ustedes-e hizo una caravana para que la reina pasará delante, le ofreció su mano a la Princesa que después de sonrojarse un poco la acepto. Ya todos en la mesa, comenzaron a hablar de eventos políticos pero a decir verdad la Princesa no ponía mucha atención pues seguía muy impresionada con el Príncipe, el cual cada vez que podía la miraba de entre ojo, era algo mágico nunca habia conocido una persona como aquella chica, es que era tan hermosa, no podía creerlo. Todos habían terminado de comer pero esperaban que los príncipes tomarán la iniciativa para comenzar de nuevo el baile, así que el Príncipe Diamante se paró y se
dirigió hacia la princesa-Me concedería esta pieza-la miraba con un singular brillo en sus ojos que no podía disimular. Ya en la pista de baile comenzó la música, un vals muy suave, así que después de hacer una caravana comenzaron a bailar.
-Sabe para serle honesto, había escuchado rumores respecto a su hermosura, pienso que son injustos, ya que usted es mucho más hermosa de lo que dicen esos rumores.
-Muchas gracias pero creo que exagera-aunque la princesa había respondido amablemente no sabía como reaccionar a tan encantadoras palabras, claro ella sabía los modales de etiqueta, pero esto era muy diferente, ella no podía controlar lo que sentía físicamente, para ser honesta se sentía halagada pero muy nerviosa.
-Si no es molestia me gustaría preguntar ¿en qué piensa su alteza?-A él no le gustaba que estuviera tan callada, aunque acababa de conocerla extrañaba el sonido de su voz, esa voz mágica que lo hacia caer dentro de un sueño del cual no quería salir, no podía comprenderlo se sentía muy a gusto con la Princesa, sentía una paz en su interior que no había sentido hace mucho tiempo.
-No, no pensaba en nada-dijo la Princesa agachando la cabeza, no podía decirle lo que pensaba, no era correcto. Solo sentía sus manos acariciarla junto el ritmo de la música no entendía como era posible amar a alguien solo por deber. Él era muy cariñoso pero sentía que el no era su Príncipe.
La música por fin se detuvo y todos aplaudieron a los príncipes quienes con el sonido de la música despertaron del trance en el que estaban y se dirigieron a la mesa de honor, después de que los Príncipes se sentaron a la mesa comenzó otra pieza y todos los demás comenzaron a salir a bailar, en ese momento fue el turno del Principe Zafiro el cual no desperdicio la oportunidad de sacar a bailar a Petzait la cual quedo muy sorprendida de esta petición, pero como Zafiro ya lo habia predicho no pudo negarse pues no sería lo correcto así que tomo la mano que Zafiro le ofrecía y enseguida se dirigieron a la pista de baile ya en la pista Petzait se encontraba muy nerviosa pues no podía ver al príncipe a los ojos, así que trato de poner su vista al frente pero se topo con la mano derecha del Príncipe la cual llevaba un vendaje que no habia notado cuando la había sacado a bailar, Petzait puso una mirada de preocupación al ver que el vendaje sangraba, Zafiro noto que Petzait veía su mano y después lo miraba con preocupación en sus ojos, así que para tranquilizarla la tomo más fuerte de la cintura y le dijo con ternura,
-No te preocupes no es nada grave
-Como no va a ser nada grave le esta sangrando-Petz dijo esto con algo de dificultad al sentir la cercanía de su cuerpo con la de Zafiro así que pensando en como poder apartarlo de ella antes de perder los estribos, vio un balcón cerca de ahí, así que tomo por el brazo al Príncipe y lo llevo hasta el balcón, ya estando ahí se dio cuenta que lo que al principio habia pensado que era un balcón era la puerta a un jardín el cual se encontraba lleno de flores de todos colores que estaban alrededor de una hermosa fuente.
En el salón de baile.
Las tres hermanas de Petzait se preguntaban dónde estaría ya que después de verla salir a bailar con el Príncipe Zafiro no la veían mas, aunque a decir verdad no se preocupaban tanto ya que sabían que estando con el príncipe nada podía ocurrirle, ellas sabían del amor que le tenia el príncipe a su hermana pero también sabían de las razones de su hermana para despreciarlo. Coan admiraba mucho a su hermana ya que no sabia como era capaz de ignorar sus sentimientos por el bienestar de ellas, pues bien sabía que el castigo era el destierro y eso significaba que las desterrarían a todas si ella llegaba a relacionarse con el Príncipe Zafiro, era muy triste que ella se tuviera que olvidar de la persona que tanto amaba por esa razón y lo peor aún tener que estar con el todo el tiempo disimulando que no lo quiere. A decir verdad le daba mucha tristeza ver a su hermana así. Ella por su parte nunca podría olvidar a su amado Rubeus, al pensar en él se imagino bailando con el toda la noche.
-hay como me gustaría poder bailar-dijo esto seguido de un suspiro el cual fue interrumpido por una vos que la saco de su sueño.
-¿y por que no has de poder bailar?-ella salto del susto y estaba apunto de reprender a la persona que la persona frente a ella, pero cual fue su sorpresa que el que se encontraba frente a ella era el mismo Rubeus, al ver este que ella no respondía le volvió a hacer la misma pregunta -¿y porque no has de poder bailar? ¿Acaso te duele algo?
-he yo no.....
-Te comió la lengua el ratón
-No es solo qué... bueno es que no tengo pareja
-Bueno si ese es todo el problema baila conmigo
-¿Cómo dice?
-Bueno yo sé que no soy nada comparado con el Príncipe Zafiro pero creo que tendrás que conformarte.-y diciendo esto le ofreció su mano, ella por su parte la recibió encantada muchas veces había soñado con ese momento y le preocupaba un poco que fuera solo eso, un sueño.
-¿En que piensas? Me sorprende que estés tan callada.
-¿Estoy soñando?-pero al darse cuenta de lo que había preguntado se puso roja y bajo la mirada no podía creer lo qué había dicho.Rubeus por su parte coloco su mano muy suavemente en el mentón de Coan, y le hizo subir la mirada inmediatamente acerco su cara a la de ella y la beso
suavemente en la mejilla.
-Espero que con esto sea suficiente
-¿cómo dice?-decía Coan muy confundida y a la ves emocionada.
-Que espero que así te des cuenta de que no estas soñando
Coan no podía creer que su querido Rubeus la hubiera besado, así que siguió bailando sin pensar en nada más que en ese mágico momento.
¡Hola! Mi nikname es Vanshie y espero qué les halla gustado mi historia.
Sé que es fuera de lo común pero usualmente me gusta hacer historias acerca
de los personajes que sufren, este fanfic es el primero que publico así que
espero que me tengan mucha paciencia.
Y espero qué no se pierdan del siguiente capitulo pues estará muy emocionante.
Ya saben cualquier comentario es buen recibido a: vanshie@hotmail.com
ESTA ES UNA HISTORIA UN POCO FUERA DE LO COMUN SE TRATA DE LO QUE HUVIERA PODIDO SER EN OTRA EPOCA CON SERENA Y DIAMANTE NO SE LO PIERDAN POR QUE AQUI SE HABLA TAMBIEN DE OTRAS PAREJAS COMO PETSAIT Y ZAFIRO
PRIMER CAPITULO
POR EL BIEN DE LOS DEMAS
Escrito por: Vanshie
La Princesa se encontraba muy nerviosa pues este seria su primer baile y no- solo eso si no que también hoy conocería al Príncipe de Némesis su planeta vecino, se decía por todo el castillo que era muy atractivo y que de desposarse con él vendría la paz para los dos reinos. Esto preocupaba un poco a la Princesa, pues aunque ella sabía que su madre no la obligaría a aquel matrimonio, ella se vería forzada a hacerlo, puesto que la felicidad de los habitantes de su reino estaba en juego. Por lo tanto rogaba a dios que él fuera agradable.
En Némesis.
Se ve una sombra corriendo en un enorme pasillo, aquel personaje misterioso se veía desesperado por encontrar algo, después de una ardua búsqueda por fin lo encontró, frente a él se encontraba un joven, que le resultaba muy familiar, este era alto de tez blanca, con unos ojos azul profundo como el mar, estaba vestido con un traje blanco, y una gran capa que se movía de un lado a otro cuando caminaba, junto a él se encontraba la sombra de un hombre que estaba cubierto de una gran capa azul.
-Hermano
-Qué pasa Zafiro -responde el muchacho junto al hombre de la capa azul- Hermano que bueno que te encuentro -el muchacho que llamaba a su hermano era un chico de quince años era muchacho de tez blanca y ojos azules, en la frente llevaba la marca de la familia blak moon, al igual que su hermano, él era uno de los sucesores al reino black moon, (se le llamaba así a la familia real que vivía en Némesis puesto que en la frente llevaban una luna creciente de color negro, esto era por que ellos habitaban del otro lado de la luna, en este lugar no había luz por lo tanto era un reino muy pobre en vegetación.) El muchacho de la capa blanca veía al muchacho con una calidez en sus ojos sabia que el era su única familia desde que sus padre habían muerto en aquel trágico accidente, todo lo que hacia era por él, por su felicidad así que se acercó y parándose frente él, puso una mano en su frente-que pasa Zafiro.
- Hermano yo........ necesito hablar contigo
- que sucede Zafiro ¿es que a ocurrido algo malo?-decía él muchacho, preocupado de que hubiera ocurrido algo grave.
-¿no, no es eso, es solo que...?-dijo el muchacho dirigiéndole una mirada de reproche al monje que se encontraba junto a su hermano, a él nunca le había agradado esa persona, todo el mundo lo llamaba el gran sabio, desde la misteriosa muerte de sus padres él se había hecho cargo de tomar a su tutela al Príncipe Diamante pero al chico no le agradaba en lo más mínimo.
Al ver que la reacción de su hermano, Diamante volteo la mirada al monje y le hizo una señal, e inmediatamente el monje desapareció del salón.-Ahora si Zafiro cuéntame que es lo que te preocupa.
-Hermano por favor dime, quiero saber si lo que escuche es cierto-dijo esto mirando muy fijamente a su hermano, en su mirada se veía reflejado una suplica. Diamante se acercó a su hermano y lo miró con una mirada llena de decisión -¿qué es lo que escuchaste? -¿Dime es verdad que te casaras con la princesa del milenio de plata?-el Príncipe se separo un poco de él y lo miro a los ojos, sabia que no podía mentirle- Es verdad me casare con la princesa del milenio de plata-El muchacho cerro sus ojos para abrirlos después de unos cuantos segundos-¿Por qué hermano? Si ni siquiera la conoces ¿Acaso el gran Sabio tiene algo que ver en tu decisión?- él Príncipe lo miró con una mirada llena de reproche lo cual hizo que su hermano
retrocediera hacia atrás-Lo siento hermano, no quise molestarte-el muchacho solo bajo la cabeza y salió del salón. Pero al seguir por ese oscuro pasillo se topo con una figura familiar era una hermosa dama de cabello largo de color verde oscuro qué después de una reverencia miró con tristeza al príncipe-acaso le sucedió algo alteza-él muchacho que miraba a la hermosa chica frente a él respondió junto con un pequeño suspiro de frustración -Por favor Petz ya te he dicho que me llames por mi nombre.-
-Discúlpeme mi señor pero usted sabe que no puedo hacer eso-
-Porque es que acaso no me tienes confianza-
-Usted sabe que no es eso... es solo que no es correcto-
-Hay Petz tu siempre tan educada, por eso es qué me gustas tanto-el Príncipe tomo la mano de Petzait muy fuertemente pues no quería que se le volviera a escapar, ya que siempre que él le confesaba sus sentimientos ponía cualquier pretexto y huía del lugar.
-Esta vez no podrás escapar de mí, por favor dime por qué siempre te vas cuando abro mi corazón así ti -Petzait no sabia que hacer a ella le gustaba mucho el Príncipe Zafiro pero sabia que no era lo correcto, lo suyo nunca podría ser, ella solo era una cortesana más, pero ya no podía resistirlo quería decirle que lo amaba con todo su corazón, pero una vos en su cabeza
le decía que no lo hiciera puesto que solo empeoraría las cosas, así que se armo de valor, y mirando al príncipe -No se de que me habla majestad-el corazón de Zafiro se detuvo no se imaginaba como ella podía ser tan fría y a la ves seguirse viendo tan hermosa, así que por fin lo comprendió la soltó y se dio la vuelta-Así que Amas a otro-Petzait sintió una punzada en el
corazón al oír esas palabras, no podía creer que su Príncipe pesara eso, pero tampoco podía decirle lo que de verdad sentía, así que cerro los ojos he hizo lo que habitualmente solía hacer y desapareció del pasillo dejando al Príncipe volteado de espaldas hacia ella, esté solo cerro su puño y lo golpeo contra la pared lleno de rabía no podía creer lo que acababa de pasar primero su hermano, él cual se iba a casar con la Princesa del milenio de plata solo por el bienestar del país, sin ni siquiera conocer a la princesa, y ahora esto, él no comprendía el despreció de su amada Petzait pero lo que si sabía es que no dejaría las cosas así,-Bueno al menos saldrá algo bueno del baile del milenio de plata, podré tener la oportunidad de hablar de una ves por todas con Petzait sin que pueda escapar-dijo esto viendo su puño lleno de sangré y caminado hacia su habitación para poder prepararse para el baile.
En el milenio de plata.
La princesa se encontraba de pie frente al espejo, aunque su cuerpo se encontraba ahí su mente seguía pensando en el gran acontecimiento de esa noche, y de cómo cambiara su vida de casarse con el príncipe, pero lo que más le preocupaba era que si el Príncipe se fijaría en ella, pero una voz familiar la hizo regresar-Sereniti princesa ¿ya estas lista? Los invitados ya están apunto de llegar-ella volteo y le sonrió a su hermosa madre-si ya podemos irnos.-así pasaron por un hermoso corredor que daba a un jardín lleno de flores de distintos colores, este jardín era el predilecto de la princesa ya que desde ahí se podía apreciar el hermoso planeta tierra, se detuvo para mirarlo como si fuera la ultima vez que pudiera hacerlo, no sabia porque pero cada vez que lo veía sentía que era parte de ella, como si alguien la llamase, de repente sintió una suave brisa junto con un aroma a rosas quiso saber de donde provenía tan bello aroma pero su intento fue interrumpido por el ruido de una puerta que se habría a lo lejos, era su madre la cual ya había llegado al final del corredor para entrar al gran salón de fiestas, al ver esto camino hacia ella y entraron las dos juntas al salón, al entrar la música se detuvo para poder anunciarlas. Después de un leve movimiento de mano de la reina la música volvió a escucharse, todos los invitados estaban contentos con tan extraordinario evento, todo era un muy hermoso lleno de paz, aunque existía una gran expectativa, todos se preguntaban como iba a reaccionar la Princesa cuando viera al Príncipe Diamante, todos querían que ellos se casaran para que así los dos reinos por fin vivieran en paz, pero también todos querían mucho a la Princesa y esperaban lo mejor para ella. Todos bailaban y sonreían, asta que fueron interrumpidos por el ruido de las trompetas que anunciaba la llegada de su alteza real el Príncipe Diamante. Todos los invitados hicieron una caravana respetuosa a su alteza y a su séquito, él Príncipe siempre iba acompañado de sus más leales asistentes, el más importante era el gran sabio, aunque este nunca se dejaba ver siempre estaba escondido en las sombras por cualquier situación que se presentara, después le seguía una hermosa joven, con unos grandes ojos negros y largo cabello color esmeralda(al igual que su nombre), junto a ella se encontraba un joven alto de tez morena y grandes ojos color rubí, haciéndole honor a su nombre Rúbeus, este estaba a cargo de cuatro jóvenes las cuales eran la escolta de Príncipe Zafiro, pero aunque todavía eran muy jóvenes ya contaban con un enorme poder, ellas eran las hermanas de la persecución (Petzait era la mayor de todas, Llevaba su cabello muy largo esté era de un color verde oscuro, sus ojos verdes hacían juego con su hermoso vestido el cual llevaba un poco entallado reluciendo así su hermosa figura. Havia algo muy curioso en ella, aunque contaba solo con quince años ya era muy madura para su edad, era toda una dama, su comportamiento admiraba a todas las personas que la conocían, por esté motivo era la encargada de estar siempre al lado del Príncipe Zafiro, así ella se convirtió en una parte muy importante para él, no había lugar en donde ella no estuviera y sobre todo en los bailes ella siempre iba del brazo del príncipe lo cual era un poco extraño ya que solo las de la realeza podían hacerlo, pero a ella le era permitido por petición del Príncipe Zafiro.
Después de ella le seguía Karaberas la cual tenia su cabello hasta la cintura de color café claro, le gustaba mucho jugar y arreglarse para verse como su hermana Petzait, ella la admiraba mucho y soñaba con ser como ella algún día, Beruchie era una hermosa niña de tez blanca de grandes ojos
azules, su cabello era muy largo de color blanco, le gustaba mucho jugar ajedrez junto con la gente de la servidumbre, no había nadie que pudiera ganarle en todo el reino, ella era muy lista y la más pequeña de todas Coan era una pequeña de tez blanca y grandes ojos negros los cuales hacían combinación con su hermoso cabello, ella era la que mas seguía a Rúbeus aun con su corta edad se había enamorado de él, y este por su parte le tenia mucho cariño se podría decir que era su preferida.).
El Príncipe se acerco a la reina que se encontraba sentada frente a él y haciendo una caraba,
En seguida la reina volteo hacia su izquierda -esta es mi hija la princesa Sereniti-el Príncipe volteo con discreción y al ver a la Princesa quedo boquiabierto por su gran belleza, así que se acerco tomo su mano y la puso entre sus labios tiernamente.-es un gran honor conocerla -que bella es, esos ojos me hacen sentir como en el mismo cielo.
La Princesa por su parte no sabia que hacer, no podía decir que no era atractivo, pero habia algo en sus ojos que la preocupaba, se veía demasiada tristeza en ellos -es un placer conocerlo.
-Muy bien ahora que todos estamos presentes será mejor que pasemos a cenar-
-Será un placer después de ustedes-e hizo una caravana para que la reina pasará delante, le ofreció su mano a la Princesa que después de sonrojarse un poco la acepto. Ya todos en la mesa, comenzaron a hablar de eventos políticos pero a decir verdad la Princesa no ponía mucha atención pues seguía muy impresionada con el Príncipe, el cual cada vez que podía la miraba de entre ojo, era algo mágico nunca habia conocido una persona como aquella chica, es que era tan hermosa, no podía creerlo. Todos habían terminado de comer pero esperaban que los príncipes tomarán la iniciativa para comenzar de nuevo el baile, así que el Príncipe Diamante se paró y se
dirigió hacia la princesa-Me concedería esta pieza-la miraba con un singular brillo en sus ojos que no podía disimular. Ya en la pista de baile comenzó la música, un vals muy suave, así que después de hacer una caravana comenzaron a bailar.
-Sabe para serle honesto, había escuchado rumores respecto a su hermosura, pienso que son injustos, ya que usted es mucho más hermosa de lo que dicen esos rumores.
-Muchas gracias pero creo que exagera-aunque la princesa había respondido amablemente no sabía como reaccionar a tan encantadoras palabras, claro ella sabía los modales de etiqueta, pero esto era muy diferente, ella no podía controlar lo que sentía físicamente, para ser honesta se sentía halagada pero muy nerviosa.
-Si no es molestia me gustaría preguntar ¿en qué piensa su alteza?-A él no le gustaba que estuviera tan callada, aunque acababa de conocerla extrañaba el sonido de su voz, esa voz mágica que lo hacia caer dentro de un sueño del cual no quería salir, no podía comprenderlo se sentía muy a gusto con la Princesa, sentía una paz en su interior que no había sentido hace mucho tiempo.
-No, no pensaba en nada-dijo la Princesa agachando la cabeza, no podía decirle lo que pensaba, no era correcto. Solo sentía sus manos acariciarla junto el ritmo de la música no entendía como era posible amar a alguien solo por deber. Él era muy cariñoso pero sentía que el no era su Príncipe.
La música por fin se detuvo y todos aplaudieron a los príncipes quienes con el sonido de la música despertaron del trance en el que estaban y se dirigieron a la mesa de honor, después de que los Príncipes se sentaron a la mesa comenzó otra pieza y todos los demás comenzaron a salir a bailar, en ese momento fue el turno del Principe Zafiro el cual no desperdicio la oportunidad de sacar a bailar a Petzait la cual quedo muy sorprendida de esta petición, pero como Zafiro ya lo habia predicho no pudo negarse pues no sería lo correcto así que tomo la mano que Zafiro le ofrecía y enseguida se dirigieron a la pista de baile ya en la pista Petzait se encontraba muy nerviosa pues no podía ver al príncipe a los ojos, así que trato de poner su vista al frente pero se topo con la mano derecha del Príncipe la cual llevaba un vendaje que no habia notado cuando la había sacado a bailar, Petzait puso una mirada de preocupación al ver que el vendaje sangraba, Zafiro noto que Petzait veía su mano y después lo miraba con preocupación en sus ojos, así que para tranquilizarla la tomo más fuerte de la cintura y le dijo con ternura,
-No te preocupes no es nada grave
-Como no va a ser nada grave le esta sangrando-Petz dijo esto con algo de dificultad al sentir la cercanía de su cuerpo con la de Zafiro así que pensando en como poder apartarlo de ella antes de perder los estribos, vio un balcón cerca de ahí, así que tomo por el brazo al Príncipe y lo llevo hasta el balcón, ya estando ahí se dio cuenta que lo que al principio habia pensado que era un balcón era la puerta a un jardín el cual se encontraba lleno de flores de todos colores que estaban alrededor de una hermosa fuente.
En el salón de baile.
Las tres hermanas de Petzait se preguntaban dónde estaría ya que después de verla salir a bailar con el Príncipe Zafiro no la veían mas, aunque a decir verdad no se preocupaban tanto ya que sabían que estando con el príncipe nada podía ocurrirle, ellas sabían del amor que le tenia el príncipe a su hermana pero también sabían de las razones de su hermana para despreciarlo. Coan admiraba mucho a su hermana ya que no sabia como era capaz de ignorar sus sentimientos por el bienestar de ellas, pues bien sabía que el castigo era el destierro y eso significaba que las desterrarían a todas si ella llegaba a relacionarse con el Príncipe Zafiro, era muy triste que ella se tuviera que olvidar de la persona que tanto amaba por esa razón y lo peor aún tener que estar con el todo el tiempo disimulando que no lo quiere. A decir verdad le daba mucha tristeza ver a su hermana así. Ella por su parte nunca podría olvidar a su amado Rubeus, al pensar en él se imagino bailando con el toda la noche.
-hay como me gustaría poder bailar-dijo esto seguido de un suspiro el cual fue interrumpido por una vos que la saco de su sueño.
-¿y por que no has de poder bailar?-ella salto del susto y estaba apunto de reprender a la persona que la persona frente a ella, pero cual fue su sorpresa que el que se encontraba frente a ella era el mismo Rubeus, al ver este que ella no respondía le volvió a hacer la misma pregunta -¿y porque no has de poder bailar? ¿Acaso te duele algo?
-he yo no.....
-Te comió la lengua el ratón
-No es solo qué... bueno es que no tengo pareja
-Bueno si ese es todo el problema baila conmigo
-¿Cómo dice?
-Bueno yo sé que no soy nada comparado con el Príncipe Zafiro pero creo que tendrás que conformarte.-y diciendo esto le ofreció su mano, ella por su parte la recibió encantada muchas veces había soñado con ese momento y le preocupaba un poco que fuera solo eso, un sueño.
-¿En que piensas? Me sorprende que estés tan callada.
-¿Estoy soñando?-pero al darse cuenta de lo que había preguntado se puso roja y bajo la mirada no podía creer lo qué había dicho.Rubeus por su parte coloco su mano muy suavemente en el mentón de Coan, y le hizo subir la mirada inmediatamente acerco su cara a la de ella y la beso
suavemente en la mejilla.
-Espero que con esto sea suficiente
-¿cómo dice?-decía Coan muy confundida y a la ves emocionada.
-Que espero que así te des cuenta de que no estas soñando
Coan no podía creer que su querido Rubeus la hubiera besado, así que siguió bailando sin pensar en nada más que en ese mágico momento.
¡Hola! Mi nikname es Vanshie y espero qué les halla gustado mi historia.
Sé que es fuera de lo común pero usualmente me gusta hacer historias acerca
de los personajes que sufren, este fanfic es el primero que publico así que
espero que me tengan mucha paciencia.
Y espero qué no se pierdan del siguiente capitulo pues estará muy emocionante.
Ya saben cualquier comentario es buen recibido a: vanshie@hotmail.com
