Summary:
«En contra de su 'buen juicio', Wickham ayuda a la pequeña y plana Mary Bennet a atrapar al señor Collins, alterando para siempre el curso de sus vidas»
"¿Acaso piensa permanecer soltera toda la vida, señorita Bennet?"
Cuando Mary vio por primera vez al señor Collins supo que solo podría casarse con un hombre como él. William Collins la impresionaba con su altura y porte grave y majestuoso. Hablaba como ella creía que un caballero tenía que hablar. Sus modales le parecían correctos. Aun así no podía dejar de notar que había algo que le faltaba; no era tan inteligente y sensible como ella, aunque no era nada que un par de lecturas no pudiera arreglar. Se había llevado una grata impresión cuando él tomo aquellos libros de Fordyce, que usualmente solo ella leía, en vez de las novelas que Kitty leía a menudo. Sí, en definitiva solo podría vivir toda la vida con un hombre como el señor Collins... o eso creía ella hasta que se topó con un caballero en uniforme escarlata.
Capitulo
U N O
"Pobre Mary, hoy se ve más fea que de costumbre" susurró Lydia sentada en las escaleras.
Kitty, quien estaba a su lado, soltó una risilla.
Mary apretó la mandíbula pero fingió no haber oído nada, y siguió caminando por el pasillo.
"Una alma bella es mejor que un rostro bonito."
Rezaba una frase que había leído en algún libro.
"¡Mary, querida! ¿Y esas ojeras?" preguntó Jane "¿Otra vez te quedaste despierta hasta tarde leyendo?"
Llegó hasta la puerta del patio y salió de casa. Empezó a andar siguiendo el camino hacia un claro que estaba tan alejado de la finca que nadie más lo conocía. Ahí podía leer en paz lejos del ruidoso hogar.
Su familia era un grupo de gente estúpida, probablemente las únicas excepciones eran Elizabeth y su padre. Deseaba salir de aquella casa, la única manera era el matrimonio, y eso no parecía factible. El deseo era cada vez más fuerte, necesitaba estar con gente a su nivel intelectual en vez de rebajarse a oír conversaciones absurdas, risas molestas y gritos histéricos.
Hasta aquel momento no había tenido cómo salir de su prisión. Pero entonces llegó su salvación con nombre y apellido: William Collins.
Cuando lo vio por primera vez supo que solo podría casarse con un hombre como él. Se había llevado una grata impresión cuando él tomo aquellos libros de Fordyce, que usualmente solo ella leía, en vez de las novelas que Kitty leía a menudo.
William Collins la impresionaba con su altura y porte grave. Hablaba como un caballero tenía que hablar. Sus modales eran correctos. Pero aun así no podía dejar de notar que había algo que le faltaba: no era tan inteligente y sensible como ella, aunque eso se podía arreglar con un par de lecturas.
Pero la cuestión era, ¿cómo atrapar al señor Collins? Sus lecturas decían que podía cautivar a un caballero con sus conocimientos, y ella sabía mucho, pero ¿cómo hacérselo notar al señor Collins si él estaba tan distante de ella?
Al fin había llegado a aquel claro que había descubierto a los 8 años, cuando buscaba un lugar donde llorar cómodamente sin que Lydia o Kitty se rieran de ella. Se sentó bajo las ramas de su árbol favorito y suspiró.
¿Qué le impedía atrapar al señor Collins? Ciertamente no era tan bella como sus hermanas pero seguramente podía...
Oyó unos pasos y algunas maldiciones que hicieron que el color subiera a sus mejillas, jamás había oído a alguien expresarse de ese modo. Se puso de pié de un salto y se escondió detrás de un árbol. Le pareció ver algo rojo que se movía entre los árboles.
"¿Quién anda ahí?" preguntó con un hilo de voz.
Entonces la figura, en traje de oficial, apareció en el claro.
*música de suspenso*
¿Quien será? Ok, creo que ya lo saben pero al primero que comente de quién se trata ¡le dedico el proximo capítulo! :D *lanza confetti al aire*
Bueno bueno, ha sido un capitulo corto, pero ya entramos de lleno al asunto que nos atañe, espero que les haya gustado.
¡Nos leemos pronto!
Con amor,
Elizabeth (Nan)
