-eres realmente insoportable-

-pues yo no te encuentro nada interesante-

-porque de todos los chicos de Japón mina te tuvo que escoger a ti, no lo entiendo-

-¿no entiendes? Vaya novedad, pues yo tampoco se que vio Seiya en ti, solo mírate, eres de lo mas ordinaria-

-y tú eres un niño prepotente, engreído, insoportable y de lo más desagradable-

Sin darse cuenta el ya la había acorralado contra el mostrador, apenas habían unos cuantos centímetros entre sus cuerpos y el seguía acercándose, ella levando la mano y puso su pulgar en el pecho de el tratando de sostener la distancia.

-puedes creer lo que quieras sobre mi, no me interesa- trato de que su voz sonara firme e indiferente a aquella situación, pero por aquel brillo en la mirada de el sabia que no había sido lo suficientemente convincente.

-pues no conejo, nunca me resigno a quedarme con la duda y ahora no será distinto. Voy a saber que vieron en ti seiya y Chiba ahora mismo- fue una amenaza… de muerte.

Tomo bruscamente su mano atrayéndola aun mas a el, rozo finamente el cuello de la chica con su nariz, aspirando profundamente su aroma, jazmín… era extraño, era su aroma favorito, le había regalado un frasco de perfume con esa fragancia a mina, pero el olor de aquella chica era mas suave y natural, como si en verdad fuera el aroma de su piel.

Levanto el rostro rozando suavemente su mejilla, acariciándola con su respiración hasta llegar a sus oídos.

-¿soy tan desagradable?- ella nunca imagina que la voz ronca de el fuera tan sexy y que le causara aquel erizamiento de piel.

-y de lo mas insoportable- trato de contener la respiración, y hablar alto para que el no oyera los latidos de tu corazón.

-entonces mi segunda misión será cambiar la mala opinión que tienes sobre mi- su voz fue tan perturbadora que no puedo evitar soltar un pequeño gemido, su aliento era tibio, su aroma embriagador… ¿era este el mismo tipo insoportable que ella conocía?

No supo como, solo lograba recordar los labios de el sobre los suyos, aquel beso fue radical, demandante, posesivo, su lengua viajo alrededor de su boca, visito lugares nunca antes tocados, sus manos la exploraron… su cintura, su espalda, sus pechos.

El puso sentir la aceptación de la rubia, los latidos de su corazón contra su pecho, incluso temblaba ligeramente con cada nueva maniobra de sus manos. Quiso enloquecerla aun más y coloco la mayor de su excitación contra el bajo vientre de la chica, la respuesta fue la esperada, ella gimió contra su boca aforrándose aun más a su cuerpo. La boca de la chica era dulce, sus labios pequeños y suaves, piel debajo de su camiseta se sentía como seda, la respuesta involuntaria de su cuerpo lo excitaba aun mas, sintió la gloria al sentir la frágil línea de su brazier

-Mina ya cálmate!!!- como si una corriente eléctrica los atravesaran se separaron, ella se sentó junto a la mesa con un libro en las manos y el se acomodo a un rincón de la habitación.

-amor aun estas aquí, lamento llegar tarde- acentuó con un beso mientras se colgaba de su cuello –hola serena- abraso al chico de la cintura hundiendo el rostro en su pecho.

-que tal mina, hola lita-