Los personajes de Naruto no son míos, son de Kishimoto
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CAPÍTULO 01
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¡ESA ES LA PALABRA!
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En un bello día soleado, en el que los pajarillos cantan sus hermosas melodías, se podía observar a una bella joven de aproximadamente 19 años, de tez morena y de castaños cabellos recogidos graciosamente en dos molotitos que se encontraba real y completamente…
—¡FURIOSA! —gritó aquella chica haciendo un gran estruendo. — ¡Estoy realmente… FURIOSA!— volvió a gritar. Y es que, en definitiva, furiosa era la palabra que la describía perfectamente en ese momento.
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Estaba furiosa, sí, y motivos tenía de sobra. Estaba furiosa con su novio, por tenerla tan olvidada siempre, furiosa con su sensei, por acaparar siempre su atención. Pero por sobre todo, estaba furiosa con sigo misma por permitir que todo aquello pasara, sin hacer nada al respecto.
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Aun no podía comprender como era posible que el imbécil de su novio prefiriera entrenar con su "GRAN" maestro en lugar de estar con ella, y que siempre la estuviera dejando plantara. Quizás, parte de todo el problema era su culpa, pero las cosas no podían continuar así, ella ya había soportado demasiado.
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Ella quería… venganza.
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En un arranque de furia, en el que ya había, literalmente, destruido toda su habitación, decidió que era hora de actuar. Aun no había logrado calmar su instinto asesino, quería venganza, la necesitaba. Además, no por nada era ella una gran kunouchi, y ya era hora de demostrarlo.
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Decidió citar a todas sus amigas para que la ayudasen a trazar un plan para "destruir" a su queridísimo novio Lee…
Ese mismo día, en otro hogar de Konoha, una encantadora jovencita de cabello rosado se encontraba hecha una fiera, desquitando su ira con todo lo que encontrara en su camino, y de paso, haciéndolo pedazos. Y es que esta linda chica se encontraba verdaderamente molesta.
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No podía entender cómo era posible que los hombres fueran tan IMBECILES. Sí, imbéciles, esa era indiscutiblemente esa es la palabra perfecta para describirlos. ¿Cómo rayos podía creer, aquel pedazo de estúpido que se había conseguido como novio, que ella le era infiel? Y encima, ¿con semejante ANIMAL? ¿Y precisamente, con él?
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Tenía que admitir que alguna vez estuvo locamente enamorada de Uchiha Sasuke, pero de eso ya había pasado muchísimo, además actualmente lo veía el ególatra que realmente era. Y justo en ese momento, cuando ella tenía únicamente ojos para el IMBECIL desconfiado ese, se le ocurre sacar semejante idiotez. Claro que el muy idiota de su novio no quiso aceptar ningún tipo de explicación cuando la encontró conversando con "YO SOY EL MEJOR", cuando realmente al muy egocéntrico se le había ocurrido utilizarla como plato de segunda mesa, incluso menos que eso. Sasuke solo quería utilizarla para consolarse, según le había entendido, ya que la chica con la que él realmente quiere estar lo mandó a volar.
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O sea, encima de que su novio ni la escucha y le hace tremenda escena de celos por nada, tenía que aguantar al "SOY EL REY DEL MUNDO" que la andaba buscando como premio de consuelo.
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Pero eso no se podía quedar así. Decidió convocar a una reunión con sus amigas y compañeras kunouchis para solicitar su apoyo y que le ayudaran a destruir a su amorcito: Naruto. Si, el muy idiota se arrepentía dolorosamente de lo que le había hecho. Y como su furia podía para más, de paso también iba a vengarse del engreído de Uchiha Sasuke…
Mientras tanto, en otra residencia de la ciudad, en una enorme habitación con el decorado típico de una adolescente, se encontraba una despampanante rubia de ojos azules como el cielo dando vueltas, echando humos de ira, y maldiciendo al frío e INSENSIBLE de su novio, del cuál estaba más que cansada.
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Sí, esa es la palabra que mejor describía a su novio, insensible.
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Ella sabía que su novio era bastante frío, pero que no fuera capaz de decirle al menos una palabra tierna, agradable, cariñosa, o al menos que fuera amable con ella, era demasiado.
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Pero el colmo de la frialdad llegó el día que cumplieron los dos años. Tampoco es que fuera una chica muy cursi, pero al menos esperaba un mejor trato de él. Al menos un abrazo, una palmadita en la espalda, o por último una sonrisa a medias. Pero cuando llegó el momento, no recibió ni las gracias. Para variar, justificó su actitud diciendo que él no sabe de ese tipo de sentimientos. Ese día, su novio se portó como un completo témpano de hielo.
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Eso ya había sido demasiado. Soportó la frialdad durante el primer año, adjudicando todo eso a su personalidad, pero llegado el segundo año las cosas no mejoraron en nada. Es decir, dos años, para NADA.
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–¡Pero bien que encuentra su lado sensible a la hora del sexo! – gritó enfurecida. Claro, en la cama su novio se convertía en el hombre más expresivo del mundo.
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Y encima de todo, luego de tanto esperar un poco de cariño de su parte, que la única demostración de sentimientos que le hiciera su novio (aparte de las que ya conocía en la cama) fuera una terrible escena de celos, solo por estar conversando con Sasuke Uchiha, había sido el colmo. ¿Qué acaso ya no podía siquiera conversar con un amigo? ¿O consolarlo? ¿O darle consejos? O…
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Es decir, encima de todo lo que ella le había aguantado durante esos dos años, que su novio se enojara con ella solo por conversar con otro chico y la dejara mal parada como si ella hubiera cometido el peor pecado, era el colmo.
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–Me las vas a pagar, Sai. –
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Fue lo último que pronunció Ino antes de tomar una decisión definitiva.
Al mismo tiempo, en la zona más alejada de la ciudad, y en la residencia más hermosa de toda Konoha, se había armado un gran alboroto. Algo que no se ve todos los días.
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Una de las habitaciones más amplias de la enorme residencia había sido despedazada por completo y había quedado irreconocible. Pero eso no era lo más sorprendente. Lo que nadie podía creer, era que la había ultrajado de esa manera esa habitación fuera la mismísima linda y tímida de Hinata Hyuga, la tan tranquila y, hasta entonces conocida como la más tímida y recatada de todas las kunoichis de Konoha.
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La delicada y dulce kunoichi de ojos perlados, quien ya había despertado la atención de más de uno, había llegado a su límite cuando el sobreprotector de su novio le había prohibido hablar con cualquier otro chico sin su consentimiento.
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Sobreprotector… bah, aunque él no lo quisiera admitir, estaba celoso. Sí, en definitiva, esa es la palabra, que lo describía a la perfección: CELOSO.
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Pero lo que realmente le irritaba era que él hubiese dudado de su amor. Después de todo lo que ya habían vivido, y después de las múltiples muestras de amor que le había dado, ¿Cómo era posible que aun se atreviera a dudar de ella?. ¿Y solo por abrazar a su amigo en señal de consuelo?
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Aquel día ella se había encontrado con viejo amigo Naruto, más desconsolado que nunca. Si, ella sabía que por años había confundido lo que sentía por su amigo, llegando a creer que era amor, pero eso ya había quedado en el pasado. Pero ver a su amigo en esa situación, devastado por pensar que su novia Sakura lo había engañado, no pudo evitar despertarle cierta pena por él, por lo que se le acercó para apoyarlo.
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Y ver la escenita no le cayó nada bien a su novio.
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Hasta ahí, podía incluso soportarlo, después de todo, se trataba de Naruto. Pero que luego le sacara en cara que ella andaba recibiendo propuestas e invitaciones de todos los chicos de la aldea era demasiado. "¿Cómo si no me conociera…?".
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Los celos de su novio la estaban torturando. Que no le dejara hablar con ningún otro chico, que le hiciera escenas cuando la veía con sus viejos amigos, que la siguiera a todas partes, casi acosándola, la estaban sacando de sus casillas.
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Luego de tanto soportar, Hinata decidió que necesitaba un cambio drástico. La dulce y tierna Hinata que todos conocían, la que siempre se mostraba débil y temerosa, iba a desaparecer. En su lugar, iba a dejar a una Hinata totalmente diferente, una que quisiera luchar por lo suyo, por sus derechos, y que no se iba a dejar pisotear.
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– Prepárate, Neji Hyuuga, que las cosas van a cambiar.
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Y para este cambio, iba a requerir la ayuda de todas sus amigas.
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Por último, lejos de todo el bullicio y alboroto que se estaba armando en Konoha, se estaba generando un verdadero tornado.
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En una lujosa residencia ubicada en Suna, el país de la arena, se podía admirar a una muy segura y orgullosa kunnouchi, de una fascinante cabello rubio y bellos ojos verdosos, la cuál ya había terminado de despedazar el ala norte de la residencia con su poderoso gran abanico.
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Su furia se debía a que estaba harta de que el holgazán de su novio, sí, esa es la palabra,el HOLGAZAN de su amante, novio y todos los demás títulos que pudiera darle, fuese tan descuidado con ella. Que el muy flojo ni siquiera se dignara ir a verla había sido el colmo, y aunque ella lo había aguantado por mucho tiempo, que la olvidara por tantos días (semanas, mese, años…) había sido demasiado.
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Ella misma se haría presente en Konoha para aclarar la situación. Lo había pensado tanto que incluso consideró pedir el apoyo de sus amigas de Konoha, a ver que consejo le daban. (Sí, consejos de cómo torturar a su novio Shikamaru)
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En fin… como acabamos de ver, todo eso les pasó a nuestras bellas y ya todas unas mujeres kunnouchis, sin sospechar que cada una de ellas tiene un motivo para hacer sufrir a los ninjas masculinos de la aldea de la hoja. Y nos quedan unas preguntas:
¿Qué tramaran cuando estén juntas?
¿Hasta donde serán capaces de llegar?
¿Sospecharan los ninjas lo que les espera?
Y sobretodo… no olvidemos que este solo es el comienzo… tardaran pero no desesperéis… los VERDADEROS príncipes no visten de azul y pronto rescatarán a las princesas atrapadas en la torre… aunque ellos no lo sepan.