Holaaa! ¿Qué tal habéis estado? Bien, espero ^.^
Para los que hayan leído mi "falso capítulo" sabrán que esta historia está en proceso de reforma. Una reforma enorme, debo añadir.
Sé que he dicho que no subiría ningún capítulo hasta tener la historia completa o casi completa, pero SORPRESA! He decidido ir subiéndola poco a poco. Como he visto que las ideas fluyen y que he estado escribiendo todos estos días, pues me he decidido a hacerlo de esta forma.
Espero que no sea como la primera vez que publiqué este fic y que tarde meses en publicar... Intentaré que eso no ocurra bajo ningún concepto.
Bueno, me he sentido en la necesidad de subir este capítulo para que veáis el inmenso cambio que ha sufrido este fic (y espero que para mejor :P)
Naruto y sus personajes no me pertenecen a mí, sino al maestro Kishimoto-sama, pero esta historia y algunos de sus personajes sí son MÍOS. Si alguien encuentra este fic publicado en otra página NO he sido YO.
DI NO AL PLAGIO!
Os dejo leer, muchas gracias por la comprensión ^^ Espero que os guste :)
LA VERDAD
Había estado esperando este momento durante toda su puñetera existencia. La hora de cumplir su objetivo y matar al asesino de su clan había llegado. Estaba eufórico e impaciente por acabar, por ganar esta dura pelea.
Ambos estaban jadeando, cansados y sudorosos por la batalla. Sus ropas echas jirones, quemadas y sucias, al igual que sus cuerpos.
Sasuke se enderezó pasando una mano por su frente para limpiar el sudor que le entorpecía la visión, y comenzó otro ataque. Este sería el definitivo.
Itachi por su parte, sabía que no podría resistir mucho más. Estaba demasiado cansado y sus heridas eran más graves de lo que él creyó en un principio.
Tosió sangre. Su enfermedad había avanzado más rápido de lo que los médicos le habían dicho. Miró a su hermano hacer sellos a toda velocidad mientras unas nubes de tormenta aparecían en el cielo. Rayos salían del cuerpo de Sasuke y se acumulaban por encima de su cabeza. Unos minutos después se pudo ver la silueta de un dragón eléctrico formarse en el cielo. Lo admitía, estaba impresionado. Su hermanito había crecido mucho y se había hecho poderoso, más de lo que se había esperado.
El dragón comenzó a moverse, avanzando a toda velocidad hacia su posición. Cerró los ojos, preparado para el impacto, para aguantar el dolor que sabía que vendría.
Los rayos desaparecieron, impactando contra un gran muro de cristal.
Sasuke no podía creerlo. ¿De dónde había salido ese muro? Sabía que Itachi no podía haber sido, puesto que lo había visto toser sangre violentamente. Además, estaba seguro que no le quedaba chakra para semejante jutsu. Entonces... ¿Qué demonios estaba pasando?
Sasuke se dejó caer en el suelo, completamente agotado, tratando de recuperar el aliento. Miró fijamente a las siluetas que estaban en la densa nube de polvo que se había levantado. Cuando esta se disipó, alcanzó a ver a dos mujeres que no recordaba haber visto antes.
Justo después... Cayó inconsciente.
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Abrió los ojos con gran dificultad. Le costaba enfocar bien, así que parpadeó varias veces.
"¿Dónde estoy? ¿Estoy muerto?"
Paseó su mirada a su alrededor, pero no reconocía nada. Estaba un poco oscuro, pero pudo identificar una especie de ventana, una silla y una pequeña mesa. Movió las manos y sintió lo que parecía ser una manta cubriéndolas.
Estaba en una cama. Pero... ¿dónde? Intentó sentarse para analizar bien el lugar, pero un agudo dolor en el abdomen lo detuvo. Soltó un quejido y bajó la vista para encontrarse con todo su pecho y abdomen vendados. Incluso su brazo derecho estaba totalmente cubierto de vendas, y se imaginó que sus piernas estarían en un estado similar.
― Yo de ti no volvería a intentar levantarme― una mujer de no más de 20 años entró por la puerta con una bandeja. En ella traía un bol lleno de agua, un trapo y vendas nuevas. Sasuke decidió ignorarla y se irguió de nuevo, soportando el dolor. La chica soltó un suspiro.― Eres tan cabezota como tu hermano― le ayudó colocando la almohada entre la dura pared y su espalda.
― ¿Que sabes tú de Itachi?― la fulminó con la mirada, antes negra y ahora carmesí.
― Tranquilo, yo sólo cumplo órdenes― dejó la bandeja en la mesa y metió el trapo en el bol con agua.― Ahora déjame cambiarte las vendas y revisar esas heridas, y sabrás todo lo que quieras de tu hermano.― Sasuke dudó, pero desactivó el sharingan.― Así me gusta, buen chico― sonrió burlona y comenzó a hacer su trabajo.
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― Sasuke acaba de despertar― miró a la chica que entraba por la puerta con una bandeja.― Toma, deberías comer algo― se acercó a la cama y lo ayudó a incorporarse, luego le dejó la bandeja encima de sus piernas.
― No deberías haberlo hecho.
La mujer suspiró con cansancio.― ¿Otra vez con eso?― él no levantó la vista de la sopa y empezó a comer.― Ya te lo he dicho, no podía dejar que murieras ahí, no como un delincuente.
― Fue mi decisión, no tenías derecho a entrometerte.
― Sabes por que lo hice― dejó de comer.― Y lo volvería a hacer otra vez, y otra, y otra, hasta que se te quite de la cabeza esa estúpida idea y pienses con claridad― levantó la mirada y vio esos ojos que tanto le gustaban llenos de determinación y algo de rencor.― Deberías habérmelo contado desde el principio, sabes que yo te hubiera ayudado sin pensarlo― un ligero toque de dolor bañó sus palabras.― Soy tu novia, maldita sea, estoy harta de que me dejes fuera de tus estúpidos planes.
Se quedó mirándola fijamente. Sabía que tenía razón, tendría que haber compartido su dolor con ella. Pero no quería hacerla sufrir, no con todo el sufrimiento que ya cargaba. Ella no tenía la culpa de lo que pasaba en su familia, ni siquiera era de su aldea, así que no tuvo valor de decírselo. No hasta varios años después.
Suspiró resignada.― Termínate la sopa― ordenó mientras se levantaba. Pero una mano agarró la suya.
― No se lo digas― ambos cruzaron miradas.― Lo haré yo.
Asintió y se dirigió a la puerta.― Termínate la sopa― repitió saliendo de la habitación.
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― Ya está, he acabado― recogió las vendas usadas y las puso en la bandeja.― La mayoría de tus heridas están casi curadas. Las más graves están cerradas, pero te recomiendo que no hagas movimientos muy bruscos y que te lo tomes con calma― sonrió y se dirigió a la puerta.― Tranquilo, ya viene― y dejando a un anonado Sasuke, salió de la habitación.
El pelinegro soltó un gruñido. ¿Cuántas personas estaban aquí? Una extraña imagen pasó por su mente. En la niebla... dos figuras... y luego todo negro.
No se le pasó por alto que la chica que lo había curado no llevaba banda de ninja. Por lo tanto... ¿Era una renegada como él? ¿Pertenecía a Akatsuki? Se dio una bofetada mental por no preguntar su nombre. Ni siquiera se había fijado en su aspecto.
De repente el sonido de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos. Otra mujer entró y caminó tranquilamente hasta sentarse en la silla a su lado.
― ¿Qué tal estás?― preguntó con calma. El pelinegro no contestó, sólo se le quedó viendo, analizando su situación.
― ¿Dónde estoy?― preguntó serio.
― Eres un poco impaciente― soltó una risilla. Se oyó un gruñido como respuesta.― Veo que ya estás bien. Has estado inconsciente durante tres días y medio. Tu estado era lamentable, pensamos que habías muerto. Rina ha hecho un buen trabajo.
¿Rina? Así que ese es el nombre de la mujer de antes.― ¿Dónde estoy?
Soltó un suspiro cansada.― Estamos en una cabaña abandonada en un bosque al oeste del País del Fuego― el pelinegro se puso en alerta, estaba más cerca de Konoha de lo que desearía.
― ¿Quiénes sois?
Sonrió.― Lo único que te diré, es que no somos tu enemigo. No somos ninjas de Konoha, ni renegadas, ni formamos parte de Akatsuki― Sasuke entrecerró los ojos, sin relajarse.― Tranquilo, no vamos a matarte ni entregarte― se puso de pie.― Estamos aquí para ayudarte. Para ayudaros a ambos.
Sasuke se quedó pensando. ¿Ambos? ¿Quién más...? Pero el sonido de la puerta al abrirse de nuevo interrumpió sus pensamientos.
Miró a quien había entrado y la furia se apoderó de él. Activó el sharingan y se dispuso a saltar de la cama para atacar. Pero algo se lo impidió. Miró a su derecha y clavó su mirada furiosa en la mujer, la cual lo miraba tranquila después de realizar unos sellos.
― Deberías quedarte quieto o tus heridas empeorarán. Escucha lo que tiene que decirte― ordenó yendo hacia la salida. Se paró frente al recién llegado y le susurró― volveré dentro de 10 minutos. Buena suerte― cruzó fugazmente la mirada con él y desapareció cerrando la puerta.
Ambos pelinegros se mantuvieron la mirada fijamente durante varios minutos.
Negro contra rojo.
Amor contra odio.
Itachi suspiró y se adentró en la habitación hasta quedar frente a la ventana, a la izquierda de Sasuke.
― Tenemos que hablar.
― Yo no tengo nada que hablar contigo― escupió con odio, aumentando la ira en su mirada.
― Baka ototo, siempre has sido muy temperamental― comentó tranquilo, sin ninguna expresión en su rostro. La furia de Sasuke parecía no tener límite, seguía revolviéndose en la cama para intentar atacarlo y matarlo definitivamente.― Te aconsejo que le hagas caso y te quedes quieto, tus heridas aún no están del todo curadas. Además, ella tiene muy mal genio cuando se enfada.
― No me vengas dando consejos a estas alturas― siguió forcejeando.― Como si te importara lo que me pase. Por ti mejor si me muero.
Una punzada de dolor llegó a Itachi. Su rostro era inexpresivo, como siempre, pero si uno se fijaba bien, se podía notar el dolor en sus ojos. Sasuke lo notó, pero desechó rápidamente la idea de que sus palabras hubieran podido provocar esa reacción en su hermano.
Los minutos pasaron y ninguno dijo nada. Sasuke seguía mirando con odio a Itachi e Itachi intentaba encontrar la mejor forma de empezar con la historia.
― ¿Recuerdas aquel día en el que padre me regañó por estar jugando contigo en vez de asistir a la reunión del clan?― Sasuke no dijo nada. Pero sí, recordaba ese día, a partir de ese momento su hermano se distanció de él y casi nunca lo veía.― Ahí fue cuando empezó todo...
·
La habitación se sumió en silencio total. Itachi acabó de contarle todo a Sasuke: los planes del clan para el golpe de estado, su misión como agente doble, la decisión del consejo de exterminar su clan, como él había negociado dejarlo con vida y la idea de hacer que lo odiara para que pudiera regresar a la villa como un héroe y además vengar a su familia...
Todo este tiempo había vivido una mentira. Todo en lo que se basaba su vida era una enorme red de mentiras. Todos lo habían manipulado para hacer lo que ellos querían.
¿Y todo para qué?
Para nada...
Lo había perdido todo.
Había perdido a quienes consideraba amigos en la villa.
Había perdido la felicidad y orgullo de ser un ninja al servicio de su aldea.
Había perdido su infancia y los momentos felices junto a sus compañeros.
Había perdido sus sentimientos.
Había perdido la capacidad de pensar por sí mismo, sin dejar que nada ni nadie lo desviara de su camino ni lo influenciara.
Había perdido su vida.
¿Y qué es lo que queda ahora? Nada... Un cuerpo vacío. Una mente perdida y confusa.
Por primera vez en su vida... No sabía qué hacer. Qué decir. Qué pensar. No sabía nada.
¿Esa historia es real? ¿Puede ser real? ¿Quiero que sea real?
― No... Mientes― murmuró sin despegar la mirada de sus manos vendadas.― ¡Mientes!
Itachi miró a su hermano con sentimiento de culpabilidad. Él sabía lo confuso y furioso que debía estar en estos momentos. No sabía si decir algo o simplemente quedarse callado. Se decidió por esto último y esperó a que Sasuke lo asimilara todo.
Los ojos se le nublaban, pero se negaba a llorar. Apretó fuertemente la manta en sus puños para controlar el batiburrillo de sentimientos que lo inundaban.
― Sé como te...
― ¡Tú no sabes nada!― siguió sin levantar la mirada.― No sabes lo que he tenido que soportar todos estos años. No sabes la cantidad de cosas que he dejado atrás por tu culpa― lo fulminó con la mirada.― Todo el dolor que he tenido que cargar... Todo el odio... ¡Y me dices que es mentira! ¡Maldita sea!― las lágrimas se le acumularon en los ojos, a punto de caer.― Toda mi vida ha sido una mentira detrás de otra. ¿Por qué debería creerte?
― Porque dice la verdad― contestó una voz femenina desde la puerta.
Los dos Uchiha dirigieron su mirada hacia ella, viéndola entrar con tranquilidad cargando una bandeja con comida, la cual dejó en la mesilla a la derecha de la cama.
― Asuka no...
― Ya basta Itachi. Estoy harta de que te traten así, no lo mereces― dijo seria.― Toma― le lanzó una carpeta negra a Sasuke, el cual la cogió al vuelo.― Ahí están las pruebas de todo lo que te ha dicho.
Al principio dudó, pero comenzó a leer palabra por palabra, punto por punto.
― ¿Cómo has conseguido esto?― preguntó al terminar.
― Eso no te importa― Sasuke frunció el ceño.― Ahora que ya está todo aclarado, tú― mirando a Itachi― deberías volver a la cama, tus heridas no están curadas aún. Y tú― miró ahora a Sasuke― tómate la sopa y a descansar, que tus heridas no son mejores que las suyas.
Ambos decidieron obedecer y dejarlo por hoy. Sasuke tenía hambre y mucho en que pensar. Itachi estaba cansado y adolorido, el simple hecho de estar ahí de pie ya le suponía un gran esfuerzo.
Continuará...
Y bien... ¿Qué os ha parecido? Sasuke e Itachi no están tan fuera de sus caracteres originales, ¿no?
Por favor... contadme qué opináis en un review ^^ Se agradecería mucho :P Sobre todo los que hayáis leído la primera versión del fic. Por favor, por favor, por favor, por favoooor! XD
Espero que de verdad mi trabajo y esfuerzo por mejorar no sea en vano y de verdad os guste :)
Nos vemos! Un beso!
Arya Uchiha
