¡Hola! Acá les dejo el primer capítulo de un nuevo fic. Espero que les guste. Sory que lo haya subido tres veces, es que tuve que cambiar un par de veces…
Capítulo 1: Regreso a Hogwarts
Con la guerra ya terminada, muchas cosas habían cambiado en el Mundo Mágico. La Caída de Lord Voldemort supuso una nueva era y el fin de una etapa oscura, pero también el vivo de recuerdo de la pérdida de muchas vidas importantes.
El colegio de magia y hechicería inglés, Hogwarts, había sido reconstruido y todos los alumnos de séptimo año fueron obligados a regresar para repetir el año que no pudieron cursar y para poder rendir los "Éxtasis". Por supuesto que aquello no fue del agrado para algunos, sin embargo otros se mostraron muy entusiasmados con la idea.
Draco Malfoy sostenía en su mano derecha la carta que su búho le había traído unos minutos atrás. ¿Para qué leerla si ya sabía lo que decía? Esa misma mañana su madre le había contado lo que iba a suceder, dejándole bien en claro que era una oportunidad que no podía desaprovechar. El muchacho dio vuelta su antebrazo izquierdo, y subiéndose la manga se lo observó. La marca tenebrosa que antes estaba impregnada en su piel, se estaba borrando. Había comenzado a desaparecer desde la caída de su creador. Cerró los párpados con fuerza para evitar que una lágrima rebelde desembocara de sus ojos. Toda aquella situación lo había hecho cambiar en serio: se había vuelto mucho más maduro a nivel interior y había conseguido abrir los ojos que mantuvo cerrados por tanto tiempo. Aquellos dos años de sombra que habían pasado parecían cercanos y distantes a la vez. Extrañaba a Crabbe. Si bien nunca lo había considerado un amigo, con el pasar de los años había aprendido a tomarle aprecio. Desde su muerte, Goyle no hablaba con él, pensaba que él era el culpable de lo sucedido. Solo tres personas eran sus verdaderos amigos y le habían mostrado un infinito apoyo incondicional: Blaise Zabini, Theodore Nott y Pansy Parkinson. Agradeció que ellos también volviesen a Hogwarts, el colegio sin ellos hubiera sido un condenado infierno.
Tomó un pergamino de su escritorio, y luego con la pluma en mano comenzó a escribir "Querido padre…".Desde que los dementores no custodiaban más Azkaban, varias cosas habían sido modificadas en la prisión de magos. Los Aurors permitían visitas familiares y se habían encargado de mejorar las celdas. Draco ya había perdonado a Lucius. Después de un largo debate mental, había decido hacerlo. A diferencia de su padre, Narcisa no había sido tomada prisionera. Si bien ella había sido una mortífaga, no le fue del todo fiel, y fue en parte gracias a ella que Potter pudo vencer a Voldemort.
Se preguntó como sería el año, que cosas serían diferentes. Sin duda algunas, muchas cosas cambiarían, pero había algo que tuvo siempre y que no estaba dispuesto de cambiar: su aire aristocrático y la capacidad de mantener siempre-o casi siempre-su cabeza en alto.
Sería un año largo y duro.
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Hermione soltó un chillido de felicidad. Ella ya tenía pensado pedirle completar sus estudios a la nueva directora, Minerva McGonagall. Sin embargo, aquella carta significaba que no solo volvería al colegio sino que también lo harían sus amigos. Aquello sería extraño porque tendrían que compartir el curso con los de sexto año, lo que significaba que estaría con Ginny y Luna, dos de sus mejores amigas.
En la cómoda de su cuarto había una foto suya con Harry, Ron, Ginny, Neville y Luna, Todos sonreían y se veían alegres. Los extrañaba mucho y estaba ansiosa de volver a verlos. Según tenía entendido Harry continuaba su noviazgo con Ginny. Ella y ron en cambio, habían decido ser amigos. Ambos se dieron cuenta de que se querían mucho pero no como novios. Sonrió levemente al recordar el beso que le había dado en plena guerra: fue como besar a su hermano, y seguramente él había sentido lo mismo. El pelirrojo había entablado una relación con Padma Patil. Después de todo eran tal para cual: alegres, entusiastas e inteligentes-aunque Ron a veces no lo demostrara.
Acto seguido una pequeña lechuza entró por la ventana, revoloteando con entusiasmo sus pequeñas alas. Pigwedton, la mascota de Ronald, sostenía una carta en su pico. La muchacha le agradeció y tomó el sobre que sostenía. La castaña sacó el pergamino que había dentro y se dispuso a leerlo. Los señores Weasley la invitaban a ella y a Harry a pasar una semana en la Madriguera antes de su regreso a Hogwarts. Se preguntó como andaría la familia. Sabía que la muerte de Fred seguía latente entre ellos, y como era de esperar el más afectado era George. Ella también lo extrañaba, después de todo los mellizos le habían demostrado lo divertida que podía llegar a ser la vida. Rápidamente escribió la respuesta confirmando que allí estaría y le dio un sickle de plata a la lechuza para que enviara de vuelta la carta. Luego apagó la lámpara de su mesita de luz y acurrucándose sobre la cama, se durmió.
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El 1° de septiembre ya había llegado y como consecuencia una gran masa de alumnos se hallaba en la plataforma 9 ¾ , dispuestos a abordar el Expreso Hogwarts.
Draco estaba junto a Blaise, Theo y Pansy quienes parecían muy decididos a apoyar a su amigo. Una vez dentro del tren, un alumno de su mismo año de Ravenclaw, Terry Boot, le murmuró algo a Malfoy al pasar a su lado.
-Oye, capullo ¿por qué no eres tan valiente de acercarte aquí y repetirlo en voz alta?-le gritó Theodore.
Terry volteó su cabeza ligeramente y se metió dentro de un compartimento.
-Déjalo, Theo. No tiene importancia-susurró Draco.
Blaise quien estaba riendo por la reacción de Nott, se puso serio y le dijo.
-Ah, no. Eso no. Nadie te molestará ni se pasará de listo contigo mientras nosotros estemos cerca.
-Busquemos un compartimento-sugirió Pansy.
Los tres muchachos la siguieron. Una vez que consiguieron uno, se sentaron Theo y Draco en un sillón, y Blaise y Pansy en frente, abrazados. Desde la guerra se habían puesto de novios, y Malfoy no podía alegrarse más por ellos.
-¿Cómo ha estado tu verano?-le preguntó el muchacho de piel negra al ojigris.
-Bien, supongo. Me he ido con mi madre unos días a Francia y lue…-pero se le trabó la lengua cuando vio a Hermione Granger pasar con sus amigos por el pasillo.
-Draco…Draco…DRACO-exclamó Theo chasqueándole los dedos delante de sus ojos.
-Lo siento-respondió el rubio sacudiendo la cabeza-Bueno, la realidad es que no ha sucedido nada interesante ¿Ustedes como la han pasado?
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En su compartimento, Hermione charlaba entusiasmada con sus cinco mejores amigos.
-¿Así que tu y Hanna, eh?-le preguntó a Neville.
-Sí, es raro ¿no?-le respondió sonriendo-pero la realidad es que la quiero mucho.
-Vaya Neville, felicidades-soltó Luna.
-¿No están felices de volver?-preguntó Hermione
-Oh, sí, por supuesto que sí-respondió Ron sarcásticamente. Luego agregó- La realidad es que si me pone contento volver.
-Yo si estoy feliz. Ahora que puedo finalizar los estudios tengo la posibilidad de convertirme en un Auror-señaló Harry, abrazado a Ginny.
-A mi solo me gusta regresar por el hecho de volver a compartir un año con ustedes-dijo Neville encogiéndose de hombros.
-Para nosotras es lo mismo-contestó Ginny-de todas formas teníamos que cursar este año.
-¿No será raro que estemos todos juntos?-inquirió luna con una sonrisa.
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Después de unas horas, cuando estaban por llegar, los alumnos apresuraron a vestirse. Cuando el tren arribó a la estación de Hogsmeade, todos se pararon para salir del tren. Hermione sin darse cuenta chocó contra un muchacho.
-¡¿Podrías tener un poco más de cuidado?-gritó.
-Disculpa, lo siento mu…oh, eres tú-dijo entre dientes la castaña.
-Sí, soy yo. Veo que sigues tan inteligente como antes, Granger.-respondió Malfoy con una sonrisa sarcástica.
-Imbécil-refunfuñó la castaña mientras salía con el ceño fruncido del vagón.
Draco se quedó observando entre desconcertado y sorprendido como ella se iba corriendo para alcanzar a sus amigos. Luego esperó a que Zabini, Nott y Parkinson dejaran su compartimento para dirigirse con ellos hacia las carrozas tiradas por los T hestrals.
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