es la historia de komo murio el ministro... io lo invente,,,,... obvio
Se
acercaba. Hacia bastante tiempo que estaba esperando este momento y,
por fin, había llegado. No habrían oportunidades más
fáciles que esta y aun con muchos mortífagos
supervisando el ministerio, nada lo complicaría. Todo
estaba preparado. Solo habría pocas cosas que improvisar. Cada
vez estaba más cerca de la puerta. Decidió ser cortés.
Levanto su mano con sus dedos deformemente largos y con la varita en
mano toco suavemente la puerta donde había una placa que
rezaba "Ministro Rufus Scrimgeur"
-Adelante-
dijo un hombre.
Entonces
Voldemort entro con una sonrisa en sus escasos labios. Entro en una
sala muy amplia con muchos estantes y archivos puestos en carpetas
parecidas a las de los muggles. Había también u n
escritorio muy extenso en donde descansaba un viejo mago de aspecto
enfermo y con la cara muy apagada. El piso estaba cubierto por una
alfombra negra y roja. Los estantes se movían constantemente
donde se depositaban, por arte de magia, los libros y hojas. Al lado
del ministro había una chimenea grande, donde podía
caber sin problemas una persona.
-
- Buenas tardes señor ministro- susurro voldemort mientras
Rufus, con los ojos como plato y su melena de pelo grisáceo
agitándose, le respondía.
-
- p… p… pero… q… que…- tiritaba de pies a cabeza y esto le
hacia mucha gracia a Voldemort, el cual levanto la varita y con un
ademán la agito y atrajo una silla de la nada.
-
- Tengo unos asuntos pendientes que hablar con usted, ministro. Por
favor tome asiento- dijo Voldemort, impaciente pero, al mismo tiempo,
excitado.- necesito su renuncia y su baja del ministerio para así
tener una alzada sin problemas.
-
- Se… señor… a que se refiere con…
-
¿una alzada? ¿no le es obvio señor ministro?
Necesito como todo buen mago (rió entre dientes) un aumento
de… poder y gloria. Necesito que renuncie para yo tomar el puesto
del ministerio. Quiero ser ministro Rufus.
-
Señor… es… disculpe mi insolencia… pero es… emmm…
casi imposible...- Rufus esperaba una represalia o alguna maldición
asesina por parte de Voldemort, pero, en ves de esto, surgió
una sonrisa y un pequeño brillo en los ojos de voldemort.
-
Lo se… lo se… pero yo no necesito los votos de los representantes
del ministerio ni la constancia de los del Wizengamot, Rufus. Si yo
quiero ser ministro lo haré… claro. Pero si tú te
opones tendré que acudir a otros medios…
-
No… no me opongo… es solo que no dejare que toda Inglaterra quede
en malas manos… y tampoco traicionare la confianza de todos los del
ministerio. Si es necesario morir… lo haré…
Y
dicho esto se armo la pelea… Voldemort agito la varita y
desaparecieron todas las cosas de la amplia sala. La sala sin tantas
cosas se veía más extensa. Rufus había recobrado
todo el color de la piel y todo su valor lo depositaba en su varita
levantada apuntando a Voldemort.
- Solo renuncia Rufus y nadie saldrá herido…- dijo Voldemort
aparentando una voz tranquila.
- No Tom… no lo haré…
- ¿Te atreves a llamarme con mi sucio nombre muggle?...
¡PUM!
Voldemort había lanzado un hechizo centellante hacia el
ministro, el cual con un movimiento muy agitado de su varita lo
esquivaba lanzándolo hacia una esquina.
-
¡expelliarmus! – Grito Rufus. Pero como era de esperar la
varita de Voldemort no salio disparada. Al contrario.
-
¡impedimenta! – y la varita del ministro cayó al
suelo. Este con los ojos muy abierto dijo…
-
Si quieres el puesto tendrás que matarme. Aunque ya hacia
tiempo que los mortífagos estaban entrando. Quieren
apoderarse. Los he visto. Buscan a Potter- dijo el ministro viniendo
a su memoria la torta de snitch gigante que le había preparado
Molly Weasley para su cumpleaños.
-
¿Donde esta Potter?- susurro Voldemort mirándolo a los
ojos- ¿Dónde esos traidores a la sangre?...mmm… el
chico estuvo de cumpleaños y tu fuiste… que inoportuno darme
toda esa información Scrimgeur… veo que eres tan traidor
como esos Weasley. Mis mortífagos se entretendrán…
casi lo olvido… me has hecho utilizar un hechizo muy básico
Rufus… eso me enoja mucho…- miro con desprecio su varita como si
el hechizo que lanzo antes hubiese sido una gran insolencia.
-
¡Crucio! – Rufus Scrimgeur gritaba en el suelo retorciéndose
de dolor agitando sus miembros sin parar. Voldemort paró.
-
Párate sucio traidor. Te seré compasivo… ¡Avada
Kedavra! - de la varita de Voldemort estallo un rayo de luz
verde el cual envolvió el cuerpo de el ministro. Voldemort se
acerco a este y lo miro. Su melena estaba empapada en un sudor que le
llegaba a las cejas. Sus ojos y sus labios representaban una mueca de
un miedo penetrante. Típico de una maldición asesina.
Entonces Voldemort rió con una carcajada fatal, cruel y fría.
Sabía que esto significaba el fin. Y desapareció.
Con
una explosión se abrió la puerta. Era Kingsley
Shaclebolt, miro aterrado el cuerpo del ministro.
-
¡Expecto Patronum! – y de la varita de Kingsley salio un
hermoso y reluciente lince plateado dejando atrás una voluta
de vapor. Y a este el mago le dejo un mensaje con el propósito
de enviárselo a la madriguera; "El ministerio ha caído.
Scrimgeur esta muerto. Están viniendo". Y el lince salio
disparado por la puerta. Kingsley miro al ministro, o mejor dicho al
"ex ministro". Ya que junto a el caía el ministerio. Y
toda Inglaterra estaba ahora en peligro.
La historia no la escribi yo…
Fuen una gran amiwo ke kieroo
Muchísimo y de verdad q es lindo él!!
Me pidio un favor y akii esta!!
Asi ke dejen lindos rewiess para él y yo se los
Hago llegar!!!
Adios!!
Los kieroo!!
