Jojojo mi primera historia con el anime de Naruto *-* en fin creare un historia con una de las parejas que mas me a gustado de este anime NARUHINA :D pues me encantan son mis personajes favoritos y pienso crear una historia con estos dos personajes (Naruto y Hinata) tratare con todo el esfuerzo del mundo poder actualizar los capítulos lo mas rápido posible de verdad tratare
pueden dejarme preguntas, comentarios, consejos lo que ustedes quieran lo tomare en cuenta en esta historia
como ya saben los personajes no me pertenecen son del maestro Masashi Kishimoto-sensei :3 en fin espero que disfruten el primer episodio :D
Un placer conocerte
Uzumaki Naruto joven alto piel morena excelente físico y personalidad carismática, con tan solo 22 años era el indicado para ser el nuevo jefe de las empresas Uzumaki en Japón, pero vaya sorpresa tenía que competir con su perfecto hermano Menma Uzumaki, no era de esperarse su rivalidad, pues desde que eran jóvenes de tan solo 12 años siempre se mostraban competitivos.
Naruto estudiaba Contaduría y Administración, quería irse por ciencias políticas pero sabía que en algún momento de su vida tendría que hacerse cargo de la empresa así que ya tendría tiempo para estudiar otra carrera.
No tenia novia, a tratado de conquistar a la perfecta y sensual Sakura Haruno desde que estudiaban en secundaria pero esta mujer nunca tuvo ojos para el rubio pues siempre tenía ojos solo para su mejor amigo Sasuke Uchiha, oh ese hombre era su eterno rival pero aun así su mejor amigo casi un hermano para el.
Su vida amorosa es lo que menos le preocupaba, en realidad sus objetivos siempre lo mantienen concentrado y a la expectativa. Aunque claro su familia ya se estaba preocupando desde hace ya un tiempo, este no tenía una novia ni siquiera una amante y eso era algo sumamente extraño ya que era todo un casanova en la materia de seducción.
–Naruto podrías venir un momento– Dijo una mujer te largos cabellos rojizos era nada menos que su preciosa madre Kushina uzumaki – Necesito que me hagas un favor–
El uzumaki se encontraba acostado en su alcoba con suma relajación que ni se percató del llamado de su madre.
La hermosa mujer subió las escaleras hasta llegar a su habitación, abrió la puerta con sumo cuidado y se percató que su hijo se encontraba profundamente dormido, ella sonrió dulcemente adoraba ver a su no tan pequeño hijo tan relajado después de todo lo que se ha tenido esforzar.
Se acercó con sumo cuidado y susurro que debía levantarse para ir a la universidad, este solo fruncía el ceño con un poco de fastidio pues no quería levantarse de su cómoda cama.
–NA-RU-TO–Levanto la voz la mujer de cabellos rojizos y apretó una de las mejillas de su hijo. –Deja de andar de flojo debes ir a ser tus deberes jovencito–
Este abrió los ojos sorprendidos, bostezo y se levantó de la cama, estiro sus brazos para luego alzar a su madre en un fuerte y caluroso abrazo.
–Jajaja deja los juegos por favor hijo apresúrate– sonrió feliz.
–Lo sé, lo se tranquila estoy a tiempo aun– La coloco en el suelo y se dirigió a tomar una ducha.
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Hyuuga Hinata hermosísima mujer de 21 años de edad, de ojos perlados figura increíblemente esbelta, tímida pero sumamente optimista ante cualquier circunstancia, la chica era una increíble artista y bailarina, la mejor de todas sin duda, aunque para los ojos de su padre eso no le serviría para nada pues ella era la próxima heredera a lo que se refiere de la imponente empresa Hyuuga, algo que a ella realmente no le interesaba en absoluto pero deber es deber ¿no es así?
La chica estudiaba administración y literatura, era sumamente buena en sus calificaciones, pero eso realmente no le motivaba mucho lo que ella realmente quería era ser una artista profesional, sus pinturas eran asombrosas sobreto de paisajes, personas, dimensiones cualquier cosa que quisiese hacer era impresionante. Sus pocos amigos sin contar a su primo Neji (que prácticamente era como su hermano mayor), eran nada menos que Kiba Inozuka, Shino Aburame y obviamente su querida mejor amiga Tenten.
Hinata se encontraba en su habitación pintando un hermoso cuadro donde se refleja un hermoso paisaje de la época antigua de Japón, sus perfectas líneas y pinceladas eran un trabajo asombroso esa chica tenia talento sin duda alguna aunque la joven se menos preciaba cruelmente, podía crear cientos y cientos de cuadros con los mejores dibujos y aun así se sentiría insatisfecha.
–Hinata ¿Hoy no vas a ir a la universidad? – Pregunto una pequeña chica de mismos ojos perlados que los de ella, claramente era su hermana Hanabi –Ya es tarde–
–¿Eh? ¿Qué hora es? – Pregunto mientras volteaba a ver a su pequeña hermana– Lo siento es que me deje llevar por…–
–Si ya lo sé, es un trabajo asombroso Hinata pero sabes que debes cumplir con tus obligaciones o si no papá se molestara de nuevo– Dijo preocupada la menor de las hermanas.
–Tranquila, ya estoy terminando– Dio los últimos toques para terminar su obra de arte la miro detalladamente –Bueno hasta aquí voy a la ducha y luego me iré a la universidad–
–Es hermoso…Hinata es realmente precioso– Dijo sorprendida viendo aquel trabajo de su hermana mayor –Los detalles y colores son realmente asombrosos– culmino.
–¿Tu crees? Realmente lo veo y siento que le faltan algunas cosas, creo que debí cambiar el color por uno más oscuro, y no me agrad…–
–Realmente eres un caso perdido– Interrumpió Hanabi
Hinata se limitó a sonreír y se fue al baño para luego alistarse e irse a la universidad.
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El tráfico en la ciudad era realmente espantoso y sumamente agotador, las multitudes de gente pasar una y otra vez por las calles, el estúpido semáforo que en ciertos días podía ser el más rápido pero en los peores momentos el más lento, amaba muchas cosas de la ciudad pero también habían malas cosas de las cuales odiaba bastante. Naruto era realmente un chico que le encantaba la puntualidad o mejor dicho llegar temprano en momentos adecuados, del resto podría ser el joven más perezoso de todos.
Sentado en su auto se dedicó a encender la radio para no fastidiarse o mejor dicho a no hartarse de ese endemoniado tráfico de ciudad, al encenderla se escuchó una melodiosa canción en la cual no supo al instante de quien se trataba, al prestarle más atención a la melodía supo enseguida que se trataba de la banda Imagine Dragons, su banda favorita.
Cantaba dentro de su auto con aquella fascinación, realmente adoraba esa banda pues a veces podía identificarse en algunas de sus canciones, mientras escuchaba se percató por la ventana del piloto que cruzaba una mujer que hizo que mirara impresionado por la belleza de esta.
–Pero que preciosidad– Dijo para sí mismo.
La chica distraída cruzo la calle sin darse cuenta que unos ojos azules posaban su mirada en ella.
–Esta chica…– volvió a decir el rubio Uzumaki –La he visto antes…–
No se limitó a seguir observando pues el sonido de los autos que estaban atrás de él le indicaba que ya el semáforo tenía luz verde y que podía avanzar, este sin pensarlo dos veces siguió su camino pero con esa duda aun presente.
Por otro lado la chica que acababa de cruzar aquella calle hace unos instantes se limitó a seguir caminando hasta llegar a la estación de trenes.
–¡Rayos necesito mi auto cuanto antes ya no aguanto estas caminatas! – dijo para sí misma mientras esperaba de pie el tren que la conduciría a su destino de llegada.
Al llegar el dichoso tren, esta entro con rapidez y se sentó cerca de la ventana saco su cuaderno de dibujo y empezó a dar los primeros trazos para su siguiente creación, miraba atentamente la hoja de papel de aquel cuaderno entre sus manos, mientras dibujaba con aquella devoción. Aquel dibujo reflejaba un hermoso paisaje donde se podía observar un mar y un par de rocas donde brevemente la chica en aquella roca dibujaba una aleta que poco a poco se transformaba en una hermosa sirena los detalles y sombras eran perfectas era increíble lo que podía llegar a ser con tan solo un lápiz en su mano.
Se detuvo pues ya había llegado a su destino guardo todo rápidamente en su mochila y salió como estrella fugaz, sabía perfectamente que llegaría tarde y que obviamente su profesor no la dejaría pasar al menos de que tuviera una excelente excusa que decir.
Al llegar a la universidad se tranquilizó un poco para no demostrar lo apurada y angustiada que estaba por llegar a clases así que poco a poco camino tranquilamente hasta el aula 43 se asombró al ver que había un chico rubio recostado en la puerta, debía admitir que ese hombre era excesivamente atractivo ante sus ojos, el aún no había notado su presencia, eso la alegro un poco pues así podía observar ese maravilloso perfil y esas extrañas pero lindas marcas que tenía en su mejilla, poco a poco sus mejillas se tornaron rosadas al detallarlo cada vez más así que se limitó a soltar unas palabras.
–¿D-disculpa a-acaso e-el profesor no s-se encuentra? – Dijo con cierto nudo en la garganta, ella se había alejado de esa desesperante forma de tartamudear pero al verlo no pudo hacerlo.
El voltio a verla con cierto asombro ‹‹Es esa mujer›› pensó.
–Si el esta allá dentro pero, no me deja pasar pues dice que mi excusa por llegar tarde no es una buena ''excusa'' que digamos.– Dijo esto con una sonrisa amigable y despeinándose aquellos cabellos rubios. –¿Cuál es tu excusa? – fijo su mirada en los ojos perlados de ella. ‹‹Es hermosa››
–Umm pues lo mío más bien fue distracción por así decirlo.– Dijo con una sonrisa nerviosa mientras jugaba con sus dedos índices.
–¿Ah sí, explícate?– Miro juguetón a la mujer –Imagínate que soy Kakashi y que necesitas ganarte la entrada a una de mis clases–
La chica lo miro con sus mejillas ruborizadas, ¿Cómo debía empezar? Quería ser amigable así que no debía sonar cortante y mucho menos una chica tímida como siempre suele dar esa impresión, no, esta vez quería ser diferente con aquel chico que tenía en frente, quería ganar su amistad, ese hombre era un ser que ansiaba conocer y descubrir más a fondo.
–Bien digamos que tuve una inspiración en hacer una obra de arte y bueno…me inspire a tal punto que no le tome debida atención a mi reloj– Fue honesta pero ¿acaso eso será suficiente para llamar la atención de aquel rubio? Era obvio que no le gustaba mentir, por más que pudiera simplemente no lo lograba –¿Y bien? –
–Muéstrame aquella inspiración que te hizo despreocuparte de tu reloj– sonrió el rubio.
Oh vaya no era la primera vez que alguien veía sus dibujos pero a veces sentía vergüenza de ellos que se limitaba a solo hacerlo con sus profesores de arte o amigos cercanos, pero nunca a desconocidos.
–No creo que le guste– Susurro ella pero notablemente audible para el rubio.
–No lo sabré si no lo veo ¿No crees? – Mostro una mirada retadora, era claro que le divertía un poco la actitud de aquella joven, quería de cierta forma acercarse más a ella poder conocerla un poco más le intrigaba demasiado esa mujer, la estudiaba con la mirada atento a cualquier movimiento o expresión que ella hiciese.
Ella saco su cuaderno de dibujos y le mostro un dibujo que ya había terminado desde hace algunas semanas, pensó que ese era uno de los pocos que le gustaba de su trabajo al fin y al cabo en lo que se refiere a sus dibujos siempre les busca un ''pero'' o un ''tal vez''
El tomo su cuaderno y al mirar aquel dibujo miro sorprendido y atento era una obra de arte sin duda alguna, aquel dibujo era un zorro combatiendo un majestuoso dragón, la textura, las sombras, los contrastes, el diseño, todo era sumamente genuino y merecía estar en los mejores museos de arte según la opinión del rubio.
–increíble…–susurro asombrado. –¿Tú lo has hecho?.
La miro incrédulo, nunca se imaginó que ella pudiera hacer dibujos asombrosos no se limitó a ver solo ese, movió varias páginas para seguir viendo aquellos dibujos, cada uno de ellos diferente al anterior, se maravillaba como si fuera un niño pequeño leyendo un cuento de aventuras con dibujos de cada uno de los personajes.
–Si no son muy buenos pero realmente me encanta dibujar– Dijo con una tímida sonrisa observando como este miraba aquel cuaderno.
–¿Cómo puedes decir que no son tan buenos? – Se molestó un poco por aquel comentario de ella pero aun así no lo entendía –Son una obra de arte, por Dios incluso me tatuaría en mi piel alguno de estos dibujos sin duda alguna–
Eso la asombro demasiado, era la primera vez que alguien le decía aquello, de cierta forma hizo que su corazón se acelerara y sus mejillas se enrojecieran aún más.
–Gracias…– Fue lo que pudo decir la chica de ojos perlados –Soy Hinata por cierto– extendió su mano asi a el
–De nada, Soy Naruto un honor conocerte Hinata realmente estoy maravillado por tus dibujos– Estrecho su mano con delicadeza he incluso la acaricio.
Se quedaron unos instantes observándose el uno al otro, sus ojos azules miraban aquellos ojos perlados y esos ojos perlados se maravillaban con los azules, sus manos aún estaban estrechadas y ninguno se disponía a soltarla, esta emitía un cierto calor que confortaba el uno por el otro.
–Creo que mejor nos vamos ya que obviamente el profesor no nos dejara entrar– Sonrió este mientras acariciaba la mano de ella con su pulgar.
–Creo que tienes razón, Naruto–
Escuchar la voz de ella diciendo su nombre le dio una satisfacción enorme y cierta emoción que realmente desearía escucharlo más a menudo de sus labios.
–Te gustaría ir a una cafetería cerca de aquí para conversar, claro si gustas– Se notaba cierto nerviosismo al decir esa palabras por el rubio, era la primera vez que le ocurría pues ni siquiera con Sakura había experimentado tal sentimiento.
–No quisiera molestar– Soltó su mano y se la llevó al pecho.
–Créeme lo que menos haces es molestarme– Sonrió con dulzura mientras le entregaba el cuaderno de dibujos a su respectiva dueña –¿Y qué dices?
Ella lo pensó por unos instantes cerro sus ojos y lo miro una vez más, ella acepto
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La joven Hyuuga se encontraba en el puesto del copiloto, mientras que Naruto era el conductor, este hablaba animadamente mientras que ella escuchaba atentamente lo que decía este, él hablaba acerca de lo aburridas que eran las clases con el profesor Kakashi, Hinata solo se reía y la daba la razón, Naruto le pregunto qué cuanto tiempo llevaba estudiando administración y ella le respondió que desde hace 6 meses, él se preguntaba miles de veces de cómo era posible de que no se haya percatado antes de su presencia quizá lo hacía pero tenía demasiadas cosas en que pensar, nunca le mantuvo la debida atención a sus compañeros pues era lo de menos en realidad aunque él se arrepentía pues le hubiera encantado haberse topado mucho antes con esa hermosa mujer.
–¿Y dime por que no te enfocas más en el arte que en la administración?– Pregunto el atento a su respuesta. –Por favor no me vengas a decir de que eres mala porque realmente eso me disgustaría y te haría entrar en razón fuera como fuera–
Ella rio y él le encanto esa melodía.
–Supongo que tengo otros asuntos más importantes las cuales me obligan a estudiar administración –Dijo animadamente aunque no lo pareciera este se conformó con su respuesta.
No dijeron palabra alguna hasta llegar a la dichosa cafetería. Al entrar Naruto busco un lugar apropiado para poder seguir conociendo aquella jovencita, vio un lugar disponible al final cerca de la ventana y le pareció perfecto. Se acercaron rápidamente, Hinata se sentó y este la siguió pero esta vez él se sentaría frente a ella.
–C-cuéntame de ti– Dijo ella mientras este miraba como ella le regalaba una sonrisa con cierta ternura, le estaba empezando a gustar esa sonrisa.
–Pues no tengo un talento tan bueno como el tuyo, pero me destaco en las artes marciales y de cierta forma me gusta la política aunque por ahora eso lo estoy dejando a un lado por los momentos– Sonrió este mientras le hablaba con toda confianza.
–¿Cómo así? – Pregunto Hinata.
–Veraz por ahora mi objetivo es ser parte de la empresa de mi padre y poder seguir otorgándole prestigios y de alguna forma ayudar a la sociedad con nuestra empresa ¿no sé si me explico? – Respondió él.
–Te entiendo, eso es lo que también estoy tratando de a ser con mi padre aunque este no me vea preparada para la empresa– Esta mostro una sonrisa un tanto triste que no pasó desapercibida para el Uzumaki
El tema de lo de las empresas era un tanto fastidioso y no era algo que les permitiera acercarse más. Una camarera llego a tomarles la orden, el rubio pidió un café negro cargado y la morena un chocolate caliente al terminar de tomar sus órdenes, Naruto decidió dejar el tema de las empresas a un lado y seguir con algo más básico y por así decirlo menos deprimente.
–¿Qué música escuchas? – Pregunto el Rubio
–Oh bueno la verdad me gusta de todo un poco aunque me voy más hacia el rock, aunque es algo extraño para algunas personas pues suelen decir que no pareciera que me gustara ese tipo de música– Dijo esta mientras explicaba y de cierta forma observaba con atención los dulces gestos que le daba el Uzumaki.
–¿Qué bandas te gustan? –
–Me encanta Imagine Dragons, One Republic, ColdPlay–
–¡Vaya vaya! Pero si tenemos los mismos gustos musicales– Dijo este sorprendido y alegre a la vez.
–¿Hablas en serio? Realmente eso es increíble– Le sonrió con dulzura y asombro.
Mientras seguían hablando de las cosas que les gustaba y las que no así como que Naruto odiaba los días de lluvia y Hinata no toleraba las alturas, las ambiciones de ambos, sus libros favoritos, sus comidas entre otras de las miles de cosas que salían de sus mentes.
Alegres de que ya por fin tenían sus bebidas y podían degustar de estas, Hinata fue la primera en dar un sorbo seguido de Naruto, el sabor del chocolate le encantaba a Hinata pues eso es lo que podía notar el chico rubio.
–Delicioso– Dijo Hinata mientras dejaba la taza en la mesa.
Naruto la miro con ternura y una dulce carcajada salió de su boca pues Hinata llevaba un dulce bigote de chocolate debido al sorbo que le había dado hace unos segundos, ella pregunto que sucedía mientras sus mejillas se ponían en tenue rosa el solo la admiraba cada vez más. Acerco su pulgar en la comisura de los labios de Hinata para poder limpiar el exceso de chocolate, el simple tacto hizo que Hinata se estremeciera unos instantes era sumamente vergonzoso pero a la vez era tan tierno su gesto que simplemente solo pudo observarle con sus enormes ojos pelados
–Puedo dibujarte– Dijo esta algo apenada pero esperando la aprobación del joven rubio que estaba en frente de ella con un rastro de sorpresa.
El solo sonrió con suma dulzura y fascinación, salió un sí de sus labios. Ella volvió a sacar su cuaderno, sus lápices y empezó a dar los primeros trazos.
Miraba una y otra vez al joven que no paraba de sonreírle, ella se fijó en cada detalle, la curvatura de su sonrisa, su expresión en la mirada, sus lindos rasgos en las mejillas, su sensual y tentador cuello, los fuertes brazos cruzados, y como olvidar ese lindo cabello rubio semi largo que atraía la mirada de cualquier dama. Hinata estaba inspirada en aquel dibujo se esforzaría en lo absoluto para volver apreciar una y otra vez esa dulce mirada que se posaba en ella y únicamente en ella en ese lindo momento.
Poco a poco sin darse cuenta aquellos dos jóvenes estaban uniendo sus lazos para que con el tiempo este fuera irrompible ante cualquier adversidad que el destino les pudiera ofrecer.
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Continuara…
