-Estás muy….limpia- dijo Scorpius mientras una radiante Rose bajaba sonriente la escalera de los dormitorios, gesto que se desvaneció al captar el no muy claro saludo que le había dado su novio. Volvió a repasar rápidamente las palabras en su mente, y después de una consistente y confusa exploración, se dio cuenta de que el realmente había dicho…

-¿Limpia?- le preguntó con una mueca de poco entendimiento, quedándose en el primer escalón hacia las habitaciones de las chicas Gryffindor- ¿Es todo lo que tienes que decir?

-Bueno, sí estás limpia- dijo el chico con un tartamudeo nervioso, inesperado en un Slytherin de la categoría de Malfoy- Además, vamos a Hogsmade, no necesitabas arreglarte tanto…- más confusión para Weasley, la expresión de miedo de Scorpius no concordaba con su tono algo… insultante (?) para el orgullo de la pelirroja.

-¿Estás diciendo que no estoy arreglada?- otra vez el tono amenazante que hacía que el rubio pensara dos veces en entrar de intruso a la sala común de los leones.

-No no, no, no, no. - Malfoy acabó diciendo tantos No's que parecía que quería asegurarse a él y a su novia de que pensaba que Rose sí estaba arreglada- Es sólo que traes los zapatos que te regalé para tu cumpleaños-

-Si- dijo cortante- ¿acaso ya no te gustan? ¿O es que lo que no te gustan es como se me ven puestos?- ahora el tono de voz no era lo único de miedo en Rose, si no que su cara se había transformado de radiante sonrisa a una mueca amenazadora.

-Se te ven geniales- se apresuró a contestar- pero es…Hogsmade no es el mejor lugar para usar esos zapatos…

-¡Yo los quiero usar!- de repente todas las personas, animales y demás, voltearon casi con desesperación a observar la pelea, su entretenimiento fue tal que no se dieron cuenta que estaban siendo invadidos por un Slytherin, que aparentemente estaba atacando a un miembro de su casa.

-Sabes, la gente nos ve- susurró para continuar con un tono casi imponente, casi, porque con la mirada de la Weasley era difícil sonar con algo de dignidad- Esos zapatos son caros, no puedes ir al pueblo con ellos.

-¡Así que caros!- era la gota que derramó el vaso, seguramente Malfoy no pensó bien lo que dijo, el temperamento Weasley no era el más adecuado para algún tipo de reclamos, quejas o sugerencias- La próxima vez cómprame alguna baratija de Honeydukes, eso sí lo podré llevar a Hogsmade.

-No sólo son caros, me costó mucho encontrarlos y…- otra vez había metido la pata, más aún.

-Y no crees que los merezco demasiado como para usarlos sin tu permiso- era poco coherente, sin argumento y prepotente de parte de Rose, pero todo se hubiera evitado si Malfoy hubiera saludado con un Que linda estás y se hubiera guardado sus comentarios para sí mismo.

-¡Claro que los mereces! Pero debes comentarme…-

-¡Sabes qué Malfoy!- Rose estaba roja de la furia y sin mucho control de sí se quitó las bonitas zapatillas a tirones y antes de que Scorpius pudiera reclamar se las tiró justo en la cara y gritó con todas sus fuerzas- ¡QUÉDATELAS! ¡MÉTETELAS POR DONDE TE QUEPAN!- se despidió con un molesto y exagerado ¡CON TU PERMISO! y subió a zancadas a su habitación.

Las Weasley eran las criaturas más difíciles de tratar, cualquier cosa que dijeras, definitivamente la usarían en tu contra.