Comodidad.
Hay cierta cantidad de cosas que a uno lo hacen sentir relajado o cómodo. Por alguna razón, hay una que, Shinobu no logra entender, le parece tan placentero.
— Hey, viejo, no te muevas tanto.
— Pues si eres tú quien no me deja acomodarme.
— No pretendo quitarme— Aclaró.
— No te pido que lo hagas— Dijo—, solo que debo moverme para poder estar más cómodo.
— Yo ya estoy lo suficientemente cómodo, gracias.
— No hablo de tu comodidad, sino de la mía, mocoso.
— Bueno, haz lo que quieras.
Removió un poco su cuerpo, haciendo tambalear el del menor, quien reclamó, iniciando una de sus pequeñas discusiones. Una vez él también encontró la manera de sentirse satisfecho, tomó uno de sus libros, que no le quedaba demasiado lejos, mezclando así dos de sus actividades favoritas en la vida: Leer y estar con Shinobu.
— Eres muy confortable, Miyagi— Declaró el más pequeño.
— Tu cuerpo es tan pequeño que ni siquiera tocas el suelo— Soltó una risa burlona.
— C-Cállate, tú eres un gigante, viejo.
— Lo soy, lo soy.
Una de las posiciones más relajantes para Shinobu era mantenerse encima del cuerpo de Miyagi. Sobre su espalda.
Y, aunque no lo admitiría en voz alta, Yoh amaba cuando él hacía eso.
Algo cortito. Amor para mis bebés.
Vi una imagen del manga en la que Shinobu está recostado encima de Miyagi, y se me ocurrió esto. ;;
Soy súper original, ya sé(?)
¡Gracias por leer!
