Sinopsis: ¿Es posible volver a respirar tras haberlo perdido todo?
Draco ha perdido a su mujer y a su hijo. Hermione ha perdido a su prometido y a sus mejores amigos.
Ambos están vacíos.
Ambos están tratando de olvidar lo que paso.
Ambos buscaban una vía de escape.
Ambos querían juntar las piezas destrozadas de su ayer.
Son dos almas heridas que luchan por sobrevivir; sólo necesitan recordar lo que se siente al querer. Entonces, quizá, así podrán recordar cómo respirar.
Disclaimer: Todos los personajes, lugares y demás que reconozcan del mundo de Harry Potter le pertenecen a J.K Rowling, la trama está inspirada en la novela de Brittainy C. Cherry (The air he breathes)
N/A: Éste es mi primer Dramione, el cual surgió hace bastante rato mientras leía el libro de Brittainy, el personaje principal me recordó a Draco (para aquellas que deseen el libro háganmelo saber en un review junto con su correo para que se los envié), después de mucho decidí escribir este fic. Tengo que aclarar bastantes cosas... la primera es Post-Hogwarts eso no quiere decir que el epílogo es tal cual. Aquí vamos a ignorar el final que JK nos dio... sin más espero disfruten de este romance entre Draco y Hermione.
Volver a respirar.
"Ningun alma gemela deja el mundo solo;siempre toman un pedazo de su otra mitad junto con ellos" - The air he breathes - Brittainy C. Cherry
Prólogo.
-Draco, tienes que hablar con Lesath antes de marcharte – el nombrado observo a su castaña mujer. Se hallaban en el vestíbulo de Malfoy Manor.
-¿Qué ha hecho esta vez? – pregunto el rubio. Observo a Astoria sonreír un poco. Quizá en un comienzo su matrimonio había sido arreglado, pero después de unas cuantas citas con la pequeña Greengrass le tomo afecto y después amor.
Era afortunado de haberse casado con ella.
Astoria era bellísima, inteligente y amorosa con él y su hijo de tan sólo cuatro años. La amaba. A ella y a su pequeño.
Caminado hasta él, Astoria retiro una pelusa invisible de la túnica negra de su esposo.
-Ha hecho un berrinche en el Callejón Diagon – Draco enarco una ceja – Tu madre y yo nos negamos rotundamente en comprarle una escoba, lloró hasta que tu mamá lo amenazó con dejarlo ahí si no dejaba de llorar.
Sí. Lesath era todo un Malfoy, desde el cabello rubio platino, pasando por la piel pálida para acabar en los berrinches Malfoy de los que él estaba muy familiarizado.
-¡Lesath! – grito el nombre de su hijo, él niño entro arrastrando los pies, tenía un lindo puchero en su blanquecino rostro.
-¿Me has llamado, padre? – pregunto, deteniéndose justo al lado de su madre. Astoria tomo su pequeña mano.
-¿Has hecho un berrinche en el Callejón Diagon? – el niño asintió - ¿Se puede saber por qué?
-Quiero una escoba, papá – respondió el pequeño rubio – Pero mi abuela no ha querido comprarla y mamá piensa lo mismo que ella. Dile que me comprarás una, por favor.
-Lo siento, Lesath, pero eres demasiado pequeño para tener una escoba, ya lo hemos hablado. Te compraré una justo cuando cumplas seis años – prometió su padre.
-Pero falta muchísimo – gruñó. Draco y Astoria sonrieron.
-Tendrás que esperar – dando por terminada su conversación, Draco se arrodillo frente a su hijo.
Lo cargo como muchas veces lo había hecho.
-Ahora, sé un buen nieto e hijo. Nada de hacer berrinches, un Malfoy nunca tiene permitido hacer eso en vía pública – mintió. Su mujer enarco una ceja ante su mentira.
-Será mejor que te pongas en marcha, vi a tu padre parado junto a la chimenea con los polvos flu más que listos – tomando al pequeño Lesath de los brazos de su padre, Astoria se acercó a Draco para depositar un cálido y tierno beso en su mejilla.
-¿Qué harán hoy? – pregunto, ignorando la petición de su mujer.
-Tu madre quiere ir al mundo muggle. Recompensar a Lesath – Draco negó con la cabeza, su madre era una abuela alcahueta.
Después de la guerra y del juicio que su familia tuvo que enfrentar, su madre Narcisa había retomado su relación con su hermana mayor, Andrómeda Tonks, ésta le enseño a su hermana pequeña unas cuantas cosas del mundo muggle. Su madre quedo tan fascinada que se volvió amante de ir al mundo muggle cada que tuviera una oportunidad.
-Bien, saluden a la tía Andrómeda de mi parte – abrazando a su familia, Draco les dio un beso de despedida a cada uno – Sólo por el amor de Dios, no le compren otra mascota. Ya tengo suficiente con ese perro lleno de garrapatas.
Astoria rio.
-Veré que puedo hacer, pero Draco, ambos sabemos que amas a Cetus a pesar de todas las túnicas que te ha roto.
Draco le dedico una mueca.
-Cuídense, cuando lleguemos a Francia les avisaremos.
Sin más, el joven Draco Malfoy se encamino al despacho de su padre para transportarse a Francia.
-Draco, ¿ya estás listo? - pregunto Lucius Malfoy. Como bien había dicho su esposa, su padre lo esperaba a un lado de la chimenea con la mano a unos centímetros de donde se hallaban los polvos flu.
-Lo estoy, padre. Espero que no tengamos que tardar más de tres días en Francia - dijo, caminando hasta la chimenea.
-Quizá lleguemos el sábado por la tarde. Este es un negocio importante para las empresas Malfoy - el rubio asintió ante las palabras de su padre - Ahora marchémonos. Odio llegar tarde.
-Te dije que todo saldría bien - Lucius dio un sorbo a su whisky de fuego - Sólo otro día más y podremos regresar a Londres.
-Eso pondrá de buen humor a Astoria - Draco imito a su padre, se sirvió una copa de aquel líquido que tanto le gustaba.
-Deberías hacerles saber que ya hemos llegado a Francia y que saldremos para allá mañana. Ya sabes cómo es tu madre cuando...
-¡Draco! - su padre callo su discurso cuando la voz de su madre salió del fuego de la chimenea - ¡Draco!
Narcisa volvió a gritar.
Con un mal presentimiento, su único hijo se acercó al rostro en llamas de su madre.
-¿Madre? ¿Qué sucede? - Lucius observo a su mujer. Lucia cansada y asustada - ¿En dónde está Astoria y Lesath?
El rostro rojo de su madre desapareció por unos segundos.
-Hemos... hemos tenido un accidente en el mundo muggle. Astoria y Lesath se encuentran en mal estado. ¡Deben regresar ahora mismo!
Draco no supo en qué momento sus piernas cedieron a su peso. Tampoco se percató cuando su padre acerco su rostro al de su madre ni mucho menos cuando Narcissa desapareció apresuradamente.
-Levántate Draco, tu madre nos espera en San Mugo.
