DISCLAIMER: los personajes pertenecen a JK Rowling, sin embargo, la historia sí que es mía.
Este fic ha sido creado para los "Desafíos" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black"
PD: Es un Universo Alternativo por lo que la magia no existe. Aquí Harry solo vive con su madre.
Gracias a CrisMatsumoto26 por betear la historia.
Era una calurosa tarde de verano. El sol calentaba más que nunca cuando Harry Potter terminaba su turno de ocho horas en el hospital veterinario donde ejercía como jefe de urgencias.
A causa de las altas temperaturas –cuarenta grados a la sombra-, tuvieron bastantes golpes de calor de animales e incluso, varios animales con deshidratación. Lo peor fue la muerte de un perro de raza Golden Retriever a causa de un fuerte golpe de calor, que le provocó la muerte una hora después de ingresar. Ésto le provocó una serie de recuerdos de su infancia, cuando tuvo por primera vez dos perros en su casa de la misma raza.
Cuando a llegó a su casa, decidió almorzar y tumbarse un rato en la cama con el aire acondicionado encendido. Gracias al aire fresco, se quedó dormido soñando con los recuerdos de cómo obtuvo sus primeros perros.
Tenía ocho años y era el primer día de las vacaciones escolares del pequeño Harry. Tras levantarse, vestirse y desayunar, su madre le dejó salir al parque que había en su urbanización. Llevaba un rato jugando en los columpios cuando, de repente, empezó a escuchar aullidos detrás de unos arbustos y decidió mirar.
Al acercarse a los arbustos, vio que había una caja con seis cachorros de perro muy pequeños que no dejaban de aullar. Así que, siguiendo su instinto, cogió la caja y entró corriendo en su casa para pedirle ayuda a su madre.
Cuando Lily vio los perritos en la caja que su hijo llevaba en las manos, los revisó como pudo, ella era pediatra, no veterinaria, pero enseguida se dio cuenta de que los cachorros estaban desnutridos, así que rápidamente se metió en el coche con Harry y los cachorros y se fueron inmediatamente a una clínica veterinaria.
Tras una revisión de los seis cachorros, el veterinario de guardia le comunicó a Lily Potter que si el niño hubiera tardado unos minutos más en encontrarlos, los cachorros probablemente hubieran muerto de inanición. Harry los había salvado a tiempo, y eso despertó algo en él. Decidió que si su amor por los animales iba a servir de ayuda, de mayor sería veterinario.
Dos semanas después, cuando ya estaban recuperados y, viendo que el dueño de los perros no aparecía, en la clínica decidieron darlos en adopción.
Entonces Lily decidió darle una sorpresa a Harry y adoptó a dos de los cachorros, un macho y una hembra que resultaron ser de la raza Golden Retriever. Cuando Harry los vio, se volvió loco y se puso a pensar en los nombres para los animalitos, decidió llamarles Xena y Hércules.
Despertó con la imagen de sus cachorros aún presente en la mente y una sonrisa ocupando sus labios. Sin embargo, una vez fue consciente de dónde se encontraba, la borró al instante.
La mirada perdida de aquel pobre animal al que no pudo salvar cruzó sus pensamientos, provocando un vacío desagradable en su interior. Sin duda, un amante de los animales como él nunca se acostumbraba a perder a uno de ellos, aunque no fueran propios.
