PoV Victor
¡Por fin lo había hecho! ¡por fin había besado a Yuuri!, a pesar de que fue frente a todo el público y los periodistas y no en algún lugar solitario e íntimo como había pensado, por fin había probado los labios de la persona a la que tanto amaba, y sin embargo no lo podía disfrutar del todo porque se sentía incómodo con su propio cuerpo.
Desde las entrevistas y conferencias de prensa empezó a sentirse indispuesto, comenzó con mareos leves y siguió con un calor que empezaba desde la parte baja de su estómago y que poco a poco comenzaba a subir y bajar por todo su cuerpo. Se desató un poco la corbata, debía apoyar a Yuuri en ese momento, a pesar de que ya no estaba tan nervioso como antes de realizar su presentación, este se encontraba en las duchas mientras Víctor lo esperaba, sintiéndose cada vez más incómodo con el calor su cuerpo.
El alfa estaba de pie afuera de los vestidores, no podía soportar el calor o el vapor y empezaba a inquietarse.
"tal vez tengo fiebre, aunque no me siento resfriado... solo mucho calor en el cuerpo, casi como si... como si fuese a empezar un celo"
Víctor se empezó a preocupar, sus celos suelen ser muy regulares, cada 6 meses exactos, duraban 12 horas y eran cada vez más dolorosos ya que nunca los había pasado con nadie, temía que su alfa se fuera a descontrolar y marcar a alguien, por lo que se encerraba en una habitación especial para esos momentos y aguantaba las 12 horas con estoico (pero no mucha dignidad). Pero habían pasado 4 meses desde el ultimo celo, aún faltaban 2 meses, por lo que no podía ser eso ¿verdad?.
Sacudiendo su cabeza en un intento de despejarse, se puso de pie al sentir la presencia de Yuri saliendo del baño, tenían una extraña conexión, a veces podía sentirlo antes de venir, a pesar de no ser capaz de olerlo ya que Yuuri era un beta.
-¡Yuuri! Pensé que moriría esperando-dijo Víctor con dramatismo haciendo un mohín con los labios y acercándose para abrazarlo.
Yuri volvía a llevar los lentes puestos y el pelo húmedo hacia delante, se sonrojo levemente, aun no del todo acostumbrado a la cercanía del alfa, pero al menos ya no se alejaba de él.
'"mientras antes te acostumbres mejor, con el tiempo ya no podrás vivir sin que te toque cerdito" pensó
-Víctor, te dije que no era necesario que me esperaras- Comenzó a caminar aun con el brazo de Víctor en sus hombros
- ¡por supuesto que debo esperarte!, soy tu entrenador, tenemos que estar siempre juntos-
Yuuri se sonrojó levemente ante el comentario pero desvió el tema.
-¿es necesario que vayamos a la fiesta?, no se me da mucho el tema social-
-ganaste el segundo lugar Yuuri, por supuesto que debes ir- suspiró Víctor- ¿acaso no quieres ir a compartir con tu queridísimo amigo Pichit?-
-mmm... supongo que si esta Pichit no hay problema - dijo Yuuri con tranquilidad, parándose afuera del ascensor. Habían avanzado un par de tramos por lo que ya no habían periodistas merodeando por esa zona.
Víctor sintió una punzada de celos, su alfa se removió mucho más fuerte de lo usual ante la forma en la que Yuuri hablo de su amigo, con tanto cariño y confianza en que la compañía de este sí le haría sentirse cómodo ¡como si la de Víctor no fuese suficiente!, no se dio cuenta de las feromonas de celos que empezó a soltar hasta que vio a Yuuri removiéndose incómodo. Ya habían subido al ascensor por lo que su olor a alfa se concentraba más fuerte aún.
-emm, Víctor ¿pasa algo?-el nipón lo miró de reojo, como si temiese preguntar
-por supuesto que no, ¿por qué lo dices?-soltó de forma seca
-hueles enojado, ¿te molestó que no quisiese ir a la fiesta?-
Víctor lo miró sorprendido, era raro que un beta pudiese oler las feromonas de alfas y omegas, no imposible pero si raro, aunque solía darse en casos donde los padres sean alfa y omega como en el caso de los padres de Yuuri, aun así el japonés parecía percibir casi todas las oleadas de feromonas que Víctor emitía y, aunque no se lo mencionara, Víctor veía las reacciones que Yuuri tenía con él, por lo que muchas veces llegaba a preguntarse si Yuuri era un omega. Pero sabía que no podía preguntarlo de nuevo.
-Así que puedes olerme estando enojado, pero no puedes darte cuenta de por qué lo estoy-
Sentía como su alfa cada vez se despertaba más mientras el calor comenzaba a subir por su cuerpo.
Yuuri lo miró sorprendido ante su respuesta tan brusca.
-pues, ya que dices ser mi entrenador, al menos podrías decirme que te molesta no?- soltó Yuuri con un deje de inseguridad mientras bajaban del ascensor y se dirigían a la pieza que ambos compartían, por insistencia de Víctor obviamente.
Víctor lo miró indignado ante esa respuesta y abrió la puerta de la habitación para entrar como un huracán a la pequeña sala de estar que esta tenía.
-pues pasa que te invito a ir a la fiesta de celebración y no quieres ir conmigo, pero en cuanto menciono a tu amigo alfa tailandés adora hámsters dices que sí! - Víctor comenzó a sacarse la chaqueta, sentía cada vez más calor, tiro la corbata por los aires mientras se paseaba por la pequeña sala.
Yuuri lo miró sorprendido por un segundo, se giró para cerrar la puerta y comenzó a recoger la ropa que Víctor lanzó por los aires.
-para empezar tu no me invitaste, la fiesta es obligatoria, al menos para los que consiguieron una medalla y solo te mencione que no quería ir, no es necesario hacer un drama de esto Víctor-Yuuri dijo con algo de molestia -es necesario que siempre seas una reina del drama-soltó de repente sin darse cuenta.
Se hizo un silencio de repente en el cual Víctor lo miraba con un nuevo nivel de indignación.
-¿por qué no le dices eso a tu amigo? ¡El sí es una reina del drama con sus estúpidas fotos y su estúpido Instagram y su estúpida cercanía contigo!,¡¿de qué va ese tío que siempre tiene que estar abrazándote?!-
-¿pero qué rayos te pasa hoy con Pichit? ¡pensé que te agradaba! Y es cercano conmigo porque es mi amigo, vivimos juntos 5 años en Detroit y lo sabes-
Víctor cada vez sentía más calor, comenzó a sacarse los zapatos y calcetines mientras seguía dando vueltas indignado. Nunca había discutido así con Yuuri pero hoy no podía evitarlo, se sentía molesto, celoso, posesivo con el beta, su alfa por alguna razón necesitaba escuchar que Yuuri sentía algo único por él, no una amistad simple que era incluso menos de lo que tenía con el alfa tailandés.
Iba a replicar un comentario pasivo - agresivo mientras comenzaba a desabrocharse la camisa cuando de pronto lo sintió.
El calor comenzó a subir por todo su cuerpo y luego a bajar concentrándose en una parte en especial entre sus piernas. Sintió como su alfa comenzaba a golpear en su mente por tomar el control de su cuerpo y poseer a la persona que estaba mirándolo ahora con expresión preocupada, mientras se arrodillaba en el suelo sosteniéndose la cabeza, tratando de calmarse antes de que perdiera la cordura por completo.
-¡Víctor!- Yuuri hizo intento de acercarse preocupado.
-supresores... ve... farmacia- apenas podía hablar, comenzó a sentir el deseo de poseerlo por todo su cuerpo, una dolora erección se formó en sus pantalones y sentía como poco a poco su olfato se intensificaba. Oler a otros alfas a pesar de que estaban en otras habitaciones era muy irritante, sobre todo considerando que él no tenía un omega con quien pasar su celo.
El calor de su cuerpo lo agobiaba, se sentía terriblemente afiebrado, su mente comenzaba a nublarse mientras su olfato se hacia cada vez mas sensible, por alguna razón el tener a Yuuri ahí solo hacia que su alfa se descontrolara aun mas, provocándole un fuerte dolor de cabeza al intentar controlarlo.
Comenzó a sentir otro olor, al principio leve, pero este empezó a hacerse cada vez más fuerte, envolviéndolo todo a su paso y haciendo estragos en su mente de una forma casi intoxicante, llenándolo en cada poro y llevándolo al borde de la locura.
El olor venía de Yuuri.
-¡espérame! iré corriendo- Yuuri salió corriendo atropelladamente de la habitación, cerrando de un portazo y sin darle tiempo a Víctor para responder, mientras este comenzaba a casi arrastrarse a la habitación, tirándose en la cama mientras se retorcía de dolor, con solo una certeza en su mente.
Yuuri era un omega, todo este tiempo había sido un omega ¡tenía razón desde un comienzo!, cuando le preguntó por su segundo genero este reaccionó a la defensiva, no negó ni afirmo nada por lo que Víctor asumió que era un beta ya que no despedía ningún olor, por un momento creyó que era un omega por la inequívoca atracción que sintió hacia él de forma casi arrolladora, pensó que usaría inhibidores de olor como muchos hacían pero al recibir una respuesta ambigua de su parte asumió que era un beta.
¡Pero era un omega! y tenía un olor delicioso, como un caramelo a punto de volver a fundirse, si usaba inhibidores era probable que se hubiesen desactivado por las feromonas de celo de Víctor, lo que significaba que por fin podía olerlo, incluso cuando había salido de la habitación su simple olor provocó que su erección creciera aún más (si es que eso era posible), agradeció mentalmente que este hubiese salido de la pieza, si no, no habría podido contenerse y se lo hubiese cogido ahí mismo, probablemente hasta marcado. Tuvo que sacar sus pantalones y agarrar su miembro con una de sus manos para sentir un poco de alivio ante el olor tan atrayente, y de pronto se dio cuenta de algo.
Yuuri iba a volver a la habitación trayendo los supresores que él le había pedido.
Y no podría controlarse.
Mierda.
PoV Yuuri
Víctor lo había besado. Frente a todo el mundo y en televisión en vivo lo había besado. Yuuri seguía dándole vueltas y vueltas a esto, después de salir del hielo muchos periodistas se acercaron, pero el japonés solo habló de su programa libre evadiendo las preguntas acerca de Víctor, el alfa solo sonreía al lado suyo con una mano apoyada en su hombro dando respuestas de vez en cuando. A medida que pasaba el rato pudo notar que Víctor se removía incomodo, estaba levemente sonrojado, adorablemente sonrojado – pensó Yuuri, así que trató de zafarse de los periodistas para ir a ducharse de una vez y así poder retirarse a descansar.
-Me ducharé rápido, te vez cansado mejor ve a la habitación, no es necesario que me esperes - Yuuri miraba preocupado a Víctor, se dio cuenta que su olor estaba más concentrado.
Víctor solo sonrió con galantería y le guiño un ojo.
El Nipón entró a los vestidores y cerró la puerta, era raro que Víctor no le insistiese en ducharse con él, al parecer sí estaba cansado.
-mejor así, la última vez intento entrar a ducharse conmigo y apenas fui capaz de echarlo del cuarto- pensó Yuuri avergonzado, había momentos en los que aun no se creía que su ídolo era su entrenador, Víctor Nikiforov, un ejemplo de alfa, alto, guapo, exitoso y jodidamente atractivo, entrenado a alguien tan simplón como Yuuri. Al principio sentía que había una barrera entre ellos dos, más que nada por su intenso fanatismo a Víctor, pero poco a poco fue dejándola de lado dando paso a una relación mucho más cercana, que iba creciendo día a día. Y Yuuri sabía bien por qué.
Su fanatismo hacia Víctor fue reemplazándose por su amor hacia él. Si, estaba enamorado de Víctor, pero él sabía que no sería correspondido, el solo era un omega más, tenía la suerte de que fuese su entrenador, pero también sabía que Víctor debía volver al patinaje cuando acabe esa temporada, a pesar de lo mucho que deseaba ser egoísta, acapararía a Víctor solo por este tiempo, sus ojos estarían sobre él por esta temporada y luego lo dejaría libre para que siguiese brillando y sorprendendiendolo.
Mientras se secaba luego de la ducha comenzó a sentirse un poco inquieto, de alguna forma sabía que Víctor estaba afuera, su lado omega lo sabía, a pesar de que nunca le dijo a Víctor directamente que él era un beta, trato de causar esa impresión en él, no quería que lo viese como un omega que se ruborizara por el o que necesitase protecció. Él quería que lo viese como un igual, como compañero de pista, por eso mismo usaba inhibidores de olor, así todos asumían que era un beta, o simplemente no se preocupaban de su segundo genero porque no lo olían, si bien a los omegas ya no se les trataba como antes, él no quería sentir esa discriminación, ya lo había sufrido de niño al ser el único omega del curso y eso lo había marcado, más aún porque las burlas crecieron al entrar al patinaje artístico. Había gente que aun pensaba que los omegas debían dedicarse al hogar y la familia en vez de una carrera, pero él nunca seria así.
Pero ahora se sentía un poco culpable por ocultárselo a Víctor y no sabía como decirle casualmente que él era un omega. ¿Cómo podría tener esa conversación después de todo el tiempo que llevan juntos entrenando?
"hey Víctor, bonita corbata, por cierto, he sido un omega todo este tiempo y no te lo dije para que no notaras como mis feromonas colapsan por ti"
No, sonaba demasiado directo, mejor seguía planeándolo.
En eso pensaba cuando salió de los vestidores y se encontró con Víctor esperándolo.
-Yuuri! Pensé que moriría esperando-dijo Víctor con dramatismo haciendo un bonito gesto con los labios mientras se acercaba excesivamente a él.
Su olor siempre lograba embriagarlo y su cercanía hacía que se siguiera sonrojando en su presencia, a pesar de que a esta altura ya se había acostumbrado un poco.
-Víctor, te dije que no era necesario que me esperaras- Comenzó a caminar por el pasillo muy consiente de como Víctor lo abraza por los hombros -no te ilusiones, él está acostumbrado a tocar a las personas-
- ¡por supuesto que debo esperarte! soy tu entrenador, tenemos que estar siempre juntos-
Se ruborizó ante ese comentario, se puso nervioso así que trató de desviar el tema.
- ¿es necesario que vayamos a la fiesta? no se me da mucho el tema social-
-ganaste el segundo lugar Yuuri, por supuesto que debes ir- suspiró Víctor - ¿acaso no quieres ir a compartir con tu queridísimo amigo Pichit?-
Yuuri no noto el retintín en el tono de voz de Víctor por lo que respondió más relajado.
-mmmm... supongo que si esta Pichit no hay problema - dijo Yuuri con tranquilidad, parándose afuera del ascensor, su mejor amigo sabía como comportarse en las fiestas, por lo que si estaba allí Yuuri sabía que podría relajarse.
De pronto sintió un olor distinto, era el olor de Víctor pero un poco más... acido, como si estuviese molesto, se giró a mirarlo y lo vio con el ceño fruncido y los labios apretados. ¿Qué había dicho?
-emm, Víctor ¿pasa algo?-
-por supuesto que no, ¿por qué lo dices? - respondió cortante
-hueles enojado, ¿te molestó que no quisiese ir a la fiesta?- pregunto Yuuri con cautela, talvez Víctor se había enojado porque pensaba que se escaparía de sus responsabilidades.
Víctor lo miró sorprendido por un momento, en el que su olor a enojado disminuyó, pero aun así respondió con prepotencia.
-Así que puedes olerme estando enojado, pero no puedes darte cuenta de por qué lo estoy-
Yuuri lo miró sorprendido ante su respuesta tan brusca. Se veía y olía más molesto aun, además de que cada vez estaba más sonrojado ¿tendría fiebre? ¿O simplemente era por enojo?, aun así no era necesario que fuese tan grosero, Yuuri no había dicho nada malo.
-pues, ya que dices ser mi entrenador, al menos podrías decirme que te molesta ¿no?- soltó el nipón con un deje de inseguridad mientras se dirigían a la pieza que ambos compartían, no quería pelear más pero no pudo evitar el reproche en sus palabras.
Víctor lo miro indignado ante esa respuesta y abrió la puerta de la habitación para entrar como un huracán a la pequeña sala de estar que esta tenía.
-pues pasa que te invito a ir a la fiesta de celebración y no quieres ir conmigo, pero en cuanto menciono a tu amigo alfa tailandés adora hámsters dices que sí! - Víctor comenzó a sacarse la ropa y a lanzarla por la sala provocando un sonrojo en Yuuri, dios, Víctor enojado era tan jodidamente sexy que tuvo que desviar la mirada, recogió la ropa que lanzo para evitar mirarlo a los ojos... o más abajo.
Pero sexy y todo no le gusto la forma despectiva en la que se refirió a Pichit-kun.
-para empezar tu no me invitaste, la fiesta es obligatoria, al menos para los que consiguieron una medalla, y solo te mencione que no quería ir, no es necesario hacer un drama de esto Víctor- dijo Yuuri con algo de molestia - ¿es necesario que siempre seas una reina del drama? -soltó de repente sin darse cuenta. De verdad amaba a Víctor pero solía tener unas reacciones dignas de un drama queen.
Se hizo un silencio de repente en el cual Víctor lo miraba con un nuevo nivel de indignación.
Genial, la había cagado más con ese comentario, solo esperaba que no se pusiera a llorar, como la vez que no lo dejo dormir con él, o como cuando le dijo que tenía la frente más ancha que en sus posters, esa sí que fue una pataleta en toda regla, tardo días en consolarlo y que dejase de hacerle pucheros.
- ¿por qué no le dices eso a tu amigo? ¡El sí es una reina del drama con sus estúpidas fotos y su estúpido Instagram y su estúpida cercanía contigo! ¡¿de qué va ese tío que siempre tiene que estar abrazándote?!-
- ¿pero qué rayos te pasa hoy con Pichit?, ¡pensé que te agradaba! Y es cercano conmigo porque es mi amigo, vivimos juntos 5 años en Detroit y lo sabes- Yuuri estaba sorprendido, Víctor estaba actuando aún más extraño hoy.
Víctor comenzó a sacarse los zapatos y calcetines, lanzándolos mientras seguía dando vueltas indignado, Yuuri no pudo evitar tragar grueso ante lo que veía, Víctor solo con pantalones y la camisa media abrochada, estaba más sonrojado que antes y despedía un olor varonil y exótico que hacía que le temblaran las rodillas. Tremendamente sexy, demasiado para Yuuri, ese hombre le iba a dar un infarto un día de estos.
De pronto comenzó a desabrocharse la camisa con brusquedad girándose hacia Yuuri con intensión de hablarle cuando se frenó.
Sintió un olor fuerte, agresivo y muy erótico, por un momento fue tanta la sorpresa que se quedo mirándolo, sintiendo como ese olor lo llamaba a someterse, a dejarse poseer por él, su cuerpo entero se estremeció ante ese olor y con vergüenza noto como su entrada se humedecía. ¿Acaso Víctor había entrado en celo?
Se asustó cuando este cayo de rodillas al suelo y se sujetó la cabeza, por un momento olvido lo aturdido que se sentía y la preocupación lo hizo querer acercarse a ayudarlo.
-¡Víctor!-
-supresores... ve... farmacia- apenas podía hablar, pero logro hacerse entender lo suficiente, el dolor era tan evidente en su voz que Yuuri no se dio cuenta de las feromonas que lanzaba para calmarlo.
-¿espérame si? ¡iré corriendo!- Yuuri salió corriendo atropelladamente de la habitación, cerrando de un portazo y sin darle tiempo a Víctor para responder, el olor a alfa en celo lo había abrumado tanto que solo salió corriendo sin medir consecuencias de lo que había pasado. No había notado que sus inhibidores se habían inactivado por completo y ahora el mismo olía a alfa en celo.
Corrió escaleras abajo, quería llegar a la farmacia lo antes posible y buscar los supresores de alfa, sabía que eran más caros que los de omega por que se usaban menos y eran más fuertes, pero al menos llevaba la billetera en el bolso... Bolso que había dejado en la habitación.
Freno de golpe en medio del vestíbulo del hotel y sintió ganas de golpearse en la cabeza por su estupidez. No podía volver allí, Víctor estaba en celo y podría notar que era un omega, por lo que eso estaba descartado, buscó desesperado con la mirada pensando en qué hacer cuando vio a su amigo junto al logo del hotel que estaba en la entrada, sacándose una selfie.
-¡Pichit-kun!- llamó Yuuri con alivio.
-Yuuri, ven tomate una selfie conmigo - Yuuri no alcanzó a replicar cuando Pichit lo tiró de un brazo y saco una foto con su palo de selfie.
-Pichit-kun, necesito que me prestes tu tarjeta de crédito y que no me preguntes por qué, te devolveré el dinero mañana- Yuuri sabía que eso sonaba grosero pero confiaba en la reacción de su amigo.
El alfa tailandés lo miró sorprendido, para luego reírse mientras se encogía de hombros y le entregaba su tarjeta.
-no hay problema, recuerdo la última vez que te pedí un favor en el que no podías preguntar por qué –
-aun no entiendo por qué debía ponerme orejas de gatito para esas fotos – Yuuri aún estaba avergonzado por eso, pero en honor a su amistad lo había hecho y Pichit-kun prometió que solo se le mostraría esas fotos a un selecto grupo de personas por alguna razón que no le explico. – debo irme, te veo más tarde – grito mientras echaba a correr a la farmacia que estaba a dos negocios del hotel, compró los supresores aun respirando agitado, tecleo la clave a toda velocidad, (al menos se sabía la clave de su amigo) mientras el vendedor lo miraba con las cejas arqueadas, tal vez preguntándose por que un omega compraba supresores de alfa.
Corrió devuelta al hotel y tomo el ascensor para calmar su respiración. Su habitación estaba en el octavo piso por lo que le daba tiempo para tranquilizarse sin preguntarse qué haría una vez entrase a la habitación del alfa.
Solo llego a la puerta, entro y la cerró por dentro.
Gran error.
O tal vez no.
