Disclaimer: Hey Arnold no me pertenece sino a Craig Bartlett y Nickelodeon

Hola Arnold –saludó Helga notablemente nerviosa bajo el marco de la puerta -qu... quería hablar contigo.
Se encontraban en la misma aula, la que recorrían día a día para asistir a sus clases, solo que con una diferencia, estaba completamente vacía a excepción de ellos dos. Todos prácticamente al escuchar el timbre se esfumaron y el único que quedaba era Arnold que aun continuaba guardando sus cosas de espaldas a la rubia, no pensaba hablar con ella ¿Para que? Todo ya estaba perdido o al menos eso pensaba Arnold.
-Oye... Arnold... -Helga seguía insistiendo, estaba desesperada, tenía que escucharla, o mejor dicho debía hacerlo. Pero esta vez se acercó y comenzó a tirar un poco de la manga de su camisa a cuadros que ahora llevaba por fuera a diferencia de cuando tenía nueve años.
Comenzando a impacientarse lo giro de una manera brusca y lo tomo por el cuello de la camisa, como hacia antes cuando era la abusona de la PS 118 y la persona a la que mas temían en cuarto grado
-¡Que rayos te ocurre! –reclamó Arnold malhumorado, digamos que… ver a la rubia esos días no le hacia ponerse de un humor muy agradable, o por lo menos… soportable.
-Nada Cabeza da Balón, no ocurre nada. Solo quiero que me expliques porque razón, motivo y circunstancias estas tan molesto conmigo.
-¿Quieres soltarme? -se veía realmente enojado, o al menos eso dejaba ver en la expresión de su rostro y el tono un tanto agresivo de su voz. Helga no logro levantarlo porque con los años, Arnold fue creciendo (hasta tal punto de ser mas alto que ella) y por resultado, mas pesado. Ella no se hubiera intimidado ni un poco sino fuera por lo que vio en esos ojos verdes que tanto amo desde los tres años… era algo indescriptible lo que provocaban en ella, aun entonces, eso no iba a cambiar aunque pasara todo el tiempo del mundo. Pero esta vez, lo que sintió fue diferente, su mirada había dejado de ser soñadora y alegre como tiempo atrás, ahora estaba... hueca. Así que derrotada lo soltó – ¿No vas a explicarme porque lo hiciste? –preguntó con un tono mas suave y calmado.
Helga lo miro esperanzada al escucharlo impasible, creía que podía ver la mirada de su antiguo Arnold… pero no fue así.

-Bueno... fue porque...
-¿Helga... ya... estas… lista? -Brainy estaba en la puerta, interrumpiendo la conversación de los rubios, ambos lo miraron.
-Si Brainy -la chica sonrió de medio lado, se dio la vuelta y se dirigió a la puerta donde su novio la esperaba. Pero antes de irse, se giro ligeramente para poder ver al rubio y le dijo –Porque no me dejaste otra opción –dicho esto, Brainy le paso un brazo por los hombros y la atrajo hacia él, para después desaparecer del lugar y dejando a Arnold aun mas confundido de lo que ya estaba.
-¿No quieres... decirle... la verdadera... razón?
-No, además lo que le dije es verdad... oh bueno, es una parte de ella.

-¿Helga... estas... segura?
-Si...
Ella había dudado por un momento pero... era mejor así, sin secretos ni engaños solo unas palabras que quedarían a medias y el resto... enterradas para siempre.

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