Manos rotas
Por Ruby P. Black
Un dolor sobrehumano. Algo que sobrepasaba cualquier límite que existiera entre la naturaleza. Caminó lejos de todos, claro, Hermione decía que debía hacer algo al respecto y decirle a alguien lo que Umbridge había hecho con él, mostrar esas marcas que aún estaban frescas.
Se dejó caer a un costado del lago, en profundo silencio, había escapado de una de las clases, y ciertamente no quería estar allí. No quería estar en ningún lugar en particular, sólo vivir en el interior de una burbuja eterna que le hiciera olvidar de Lords Oscuros, de visiones, de oclumancia, de una bruja loca que disfrutaba dañándole.
- ¿Cómo te sientes?
Giró y se encontró con los ojos color miel de su amiga, ella tenía una sonrisa suave que tranquilizó de pronto sus temores.
- Ya veo – murmuró ella sabiendo cómo se sentía él. Hermione era así, le miraba a los ojos y averiguaba todo lo que intentase ocultar.
No es que supiera Legeremancia ni tuviera dotes adivinatorios sino que para ella él era muy transparente; a veces se interrogaba si era su culpa porque dejaba que los demás notaran con un vistazo lo que le afectaba pero luego ella venía y todas sus suposiciones se iban al infierno. Hermione le conocía como ninguna otra persona.
- ¿Duele aún? – cubrió sus manos marcadas por las heridas con las suyas, sintiéndolas suaves y cálidas. La calma le abrigó el corazón – todo estará bien, Harry.
- ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que lo estará sino podemos asegurar que mañana estaremos con vida?
- Porque sé que estaremos el uno para el otro, tienes que entenderlo. Los tres estaremos juntos, siempre.
Harry Potter era inseguro, porque nunca nadie le había inculcado una confianza desmedida en sí mismo pero cuando estaba a su lado Harry sentía que podía creer en el universo, en bestias, en poderes sorprendentes, en capacidades que aunque no tuviera encontraría en algún lugar.
- Tienes razón.
- Claro que sí – susurró ella ocultando una sonrisa con sus cabellos mientras le acariciaba con suavidad las manos.
- No puedo creer que te hayas saltado una clase, Herms.
- Pensé que me necesitabas... la clase de adivinación podía esperar.
- Vamos, dí la verdad, no se te da bien mentir, odias esa clase – él rió. Por primera vez, en mucho tiempo, de verdad.
- Esa fue la segunda razón. Sr. Potter, ¿está listo para regresar?
Fue un segundo, se perdió en esa sonrisa amable, en sus ojos color miel que le llenaron de paz y en la mano extendida de su mejor amiga. La sujetó sintiendo una fortaleza renovada que antes no había sentido y se puso de pie. Listo para todo, con una sonrisa totalmente genuina.
- Gracias.
Hermione asintió y comenzaron a caminar de regreso al castillo, pero Harry Potter no volvió a pensar en lo que había sucedido y en la explosión que había sentido en su pecho ante el contacto suave de la mano de su amiga, ni mucho menos recordó el barullo que se había producido en su estómago o los escalofríos que le recorrieron llenándole de alegría.
Olvidó todo lo que había sentido y su vida transcurrió como, quizás, no debía de haber sido.
FIN
Bueno, me estoy poniendo al día con One-shot. Saben ustedes que Harry Potter no me pertenece... ya estoy cansada de decirlo, jaja.
En fín, ojalá haya sido de su agrado, por mi parte me ha encantado hacerlo, estoy preparando un par de fics largo pero hasta entonces... tenemos esto.
Besos, espero sus mensajes.
Ruby P. Black (BLAck Rules!)
