ADVERTENCIAS: La historia de Hetalia y sus personajes, le pertenecen a Himaruya Hidecaz.
Latin Hetalia, a la comunidad de Latin Hetalia.
* Canción: Da Ya Thing I'm Sexy – Rod Stewart.
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COLABORACIÓN DE DOS AUTORES, HISTORIA CREADA PARA DOS ONE – SHOT.
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Ennegrecida: Canción cantada.
Corsiva: Palabras en otro idioma (diferente al castellano y al chileñol).
Normal: Narración
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Capítulo 1. FIESTA A LA MEXICANA.
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Ocurrió de pronto, el silencio casi hermoso de una linda noche de primavera, se vio sacudida violentamente por la explosión de unos fuegos artificiales, que en el cielo, dibujaron la bandera mexicana, el único país hispano hablante, residente en la América del Norte, abría su fiesta de independencia con estruendo, y unos mariachis cantándoles los felices cumpleaños al estilo más alegre y ruidoso que conocían los mexicanos.
― ¡Que hubo mis cuates! ― Aparecieron los hermanos México sobre un escenario.
― ¡Ay compadres! Que felices somos que estén aquí hoy ¡Y órale, que lo hacen por nosotros!
Siguieron hablando por un momento, y volvieron a agradecer a sus invitados por asistir. Para comenzar, México del Norte llevaba un elegante traje tradicional, pantalones negros con un bordado plata desde la cintura hasta la basta del talón, botas negras, una camisa blanca e inmaculada con un pañuelo rojo de adorno, una chaqueta sumamente elegante a la cintura y un sombrero negro, ricamente bordado. México del sur, Itzel, por el otro lado, tenía el cabello amarrado en dos trenzas, a su vez, atadas en dos orejitas de oso, y cada una adornada con flores, luego, una blusa blanca, como su hermano, de mangas cortas, genero de alta costura y bordado con rojo y plata, y una falda roja, con muchos holanes en las terminaciones, y bordada en borgoña con botas de tacón igual negras y un crucifijo de plata en el cuello.
― ¡Mis bebes! ― España comenzó a zarandear a Romano, abrazando al menor ― ¡Mira Romano ahí están mis bebes! ¡Vene-chan, mira, mira, mira mis bebes!
― Veh… Veh! Veh! Spain-nii-san… ― Veneciano estaba un poco mareado.
― ¡Suelta a Veneciano, tú, idiota bastardo! ― Y el buen hermano mayor lo arrebato de las manos del español, mientras el otro lo abrazaba en agradecimiento.
La verdad es que no se esperaban que el mismo 15 de septiembre a la noche, México celebrara su cumpleaños ¿Por qué a unos minutos de la media noche? Bueno, la respuesta estaba en otros cuatro países, hermanos suyos, que también habían estado de cumpleaños el mismo día, pero que lo habían celebrado de forma tranquila y pacifica: Nicaragua, Costa Rica, Guatemala y Honduras, sí, ellos también estaban sentados en una de las mesas para los invitados, vestidos con una elegancia casual, no iban a ir con denim, pero tampoco con un traje de tres piezas y corbata, menos aún, teniendo en cuenta que hacía un calor insoportable en la casa mexicana.
Cosa, que los residentes de las islas británicas aprendieron por la fuerza, sí… Ellos, los muy correctos caballeros britanicos, aceptaron la invitación por mera diplomacia y prepararon unos de sus mejores trajes para la ceremonia, estaban dispuestos y listos… cuando el escocés ya no dio más de calor y tuvo que obligatoriamente cambiarse, así, con uno de los hermanos mayores admitiendo que no podía lucir perfecto, los otros simplemente lo siguieron.
Por otra parte, México le envió una invitación especial a Rusia, que sonrió complacido y llegó a la fiesta sin siquiera sudar, con un elegante traje azul marino, corbata incluida, o eso se estima, porque la bufanda larga de varios metros le cubría el cuello. Sólo para molestarlo, Estados Unidos le dio un sombrero tradicional que se asemejaba a aquellos que eran de hojas de palma, pero estaba hecho de masa de nachos y en las orillas tenía la salsa especial de México: el guacamole. Varios países lo encontraron totalmente ridículo y querían reír del ex soviético, pero él creyó ciegamente en lo que Estados Unidos le decía y se lo terminó poniendo. Así, fue a felicitar a México…
― Felicidades por independizarse, México, eso hace feliz a la madre Rusia, Da ― Dijo un poco confundido con el español… tal vez.
― ¡Muchas gracias pues! ― Pedro le dio un apretón de manos.
― ¿Qué llevas en la cabeza, ruso deschavetado? ― Itzel sonrió.
― ¿Esto? ― Sonrió, sacándole un pedazo al sombrero, untándolo en la salsa y comiéndolo ― Es muy delicioso.
Momento de tensión, la cara de los mexicanos no estaba explicita. Estados Unidos lo había hecho con el propósito que México se molestara un poco por burlarse de ellos y así alejarlos un poco de su "ex" enemigo, pero…
― ¡Oye, sí está muy chido! ― Gritaron a dúo.
― Híjole compadre, sea muy bienvenido con esa actitud pues, se agradece que se haya tomado hasta la molestia de impregnarse de nuestra cultura ― Pedro le sonrió
Estados Unidos también sonrió, su plan había sido un fracaso.
Pero… ¿Dijo impregnarse de su cultura? Oh, sí, Estados Unidos tenía un súper plan. Así que mejor salió como un alma que se lo lleva el diablo, oh sí, el diablo que a México le parecía tan común. Bueno, bueno, él sería el alma de esa fiesta y le daría el mejor regalo que jamás le hubieran dado a sus vecinos, claro…
― Joyeux anniversaire! ― Dijeron a dúo dos rubios en francés, mientras sonreían.
― Alles Gute zum Geburtstag! ― Gritó un albino mientras hondeaba una banderita mexicana.
― ¿Eh? ― Ambos mexicanos no entendieron lo que le decían, pero aun así sonrieron.
― ¡Feliz cumpleaños! ― Los tres comenzaron a reír.
Francia y Prusia se sintieron en la obligación de acompañar al adorable Canadá, por alguna razón, parecía menos tímido y bastante más diferente a lo que era Estados Unidos ¿Sería porque estaban cerca de su casa? No importaba mucho, los dos mayores se sentían un poco solos, España los había abandonado, y bueno, alguien tenía que aguantar sus excentricidades ¿Quien mejor que Matt?
Todos fueron saludando al país, los hermanos México parecían estar muy felices, aun así, Itzel se extrañó que Ciertos sujetos del sur de América no hubiera siquiera llegado, la fiesta ya había comenzado y Argentina, Paraguay y Uruguay no aparecían por ningún lado, de Argentina, lo esperaba, ¿Pero de Uruguay? ¡De Uruguay! Bueno, estaba bien. Para Pedro Sánchez, lo que le sorprendía era que, claro, la mafia del mate no había llegado, pero faltaba la chica que él si esperaba, la guapa, dulce y fuerte… ¿Dónde estaba Chile?
― Oh, mon amour L'Anglaterre está aquí ― Francia inmediatamente se fue a molestarlo.
― Kesesesesese ¡El grandioso yo se trajo a sí mismo como regalo! ― Cerró un ojo, los cumpleañeros lo ignoraron.
― Que ruidosos… ― Itzel dijo, pero entonces comprendió algo ― ¿Ruidoso? Órale Pedro… ¿No está como que muy tranquilo? Y eso que invitamos al gordo…
― Oye sí carnala, a todo esto… ¿Dónde se metió el Yankee? ― Preguntó inocentemente mientras miraba a Francia, que volvió hacia ellos.
― ¿Vieron ustedes a Canadá? Oh, mon petit… ― Francia se preocupó.
A la distancia, Romano se sentía como un verdadero sujeto relajado, incluso Veneciano le estaba poniendo unas frutas en la boca para que su hermano mayor no se molestara en hacerlo por sí mismo, se sentía tranquilo, aliviado…. Un momento….
― ¿Dónde está el español bastardo? ― Veneciano alzó los hombros ― Mehh… ¡A quién le importa!
Así que, mientras eso sucedía, en un lado alejado de allí, Canadá intentaba cerrarle el botón de los pantalones a Estados Unido de América, mientras España le sujetaba de los brazos.
― ¡Pero hombre, mete la panza! ― Le gritaba mientras intentaba estirarlo hacia arriba.
― But… but… I Can't… ― Decía complicado.
― ¡Respira, aguanta el aire! ― España no se daría por vencido.
― Ni siquiera sé por qué estoy haciendo esto… ― Canadá sacaba toda su fuerza de leñador, pero no había caso.
― ¡Vamos, no seáis pendejos! Esto es por México, así que mete la panza Estados Unidos ¡Más fuerza Canadá! ― España ya se veía nervioso.
Y milagrosamente, el botón cupo en la pequeña abertura, Canadá sentía que no había luchado tanto desde la segunda guerra mundial. Él y España se secaron el sudor. Estados Unidos sonrió con brillo en la mirada, y sin importar ninguna otra cosa, buscó varios instrumentos y así, se hizo de un micrófono y subió al escenario, acompañado del Sonriente España y Canadá, que parecía no estar ni cómodo, ni convencido de estar en ese lugar.
― *EJEM *EJEM ¡NAjajajajajajaj! ― Gritó sobre el escenario ― ¡Tus grandiosos hermanos norteamericanos y España te van a homenajear México! Espero que te guste…
Todos, todos, todos, pero exactamente todos quedaron con la póker face marcada, Pedro tuvo un tic nervioso en una ceja, e Itzel se golpeó la frente, juraba que mataría al gringo… A ver, para hacernos una idea, los tres vestían unos trajes de mariachis, totalmente exagerados, de color coral, con bordados rojos y botones dorados. España no se puso uno de los amplios sombreros de mariachi, pero Sí Estados Unidos, que además tenía un bigote falso pegado, y Canadá intentaba esconder la vergüenza que sentía en ese momento, eso, hasta que cierta muchacha de cabello negro llegó cerca del escenario, la morena le sonrió, y él, al ser el único que podía verla, también sonrió y se dio más valor de hacer ese ridículo. Por sí no saben quién es la chica, es Chile, acaba de llegar, y partirá dándole ánimos a Canadá, así como él había hecho cuando ella necesitó de su ayuda.
La música sonó por parte de Estados Unidos y una trompeta, sí, era simple, era música mexicana, mariachi, todo iba bien, hasta que España se pegó uno de los "Ahajaaaahayyy" de charro, mientras tocaba la guitarra y el pobre Canadá recibió la trompeta de Estados Unidos que comenzó a cantar.
― ¡Nena! ¡Nena! ¡Nenaaa! ― Gritó "cantando".
Enserio ¿Qué clase de música era esa? Canadá mirando a España, y España sin saber que decir, ellos estaban tocando mariachi, y Estados Unidos aparecía con una canción pop… Pero adecuándose a la música, o intentando adecuarse… Ya no estaban entendiendo.
― Esto es con todo mi cariño a mi vecino ― Dijo dándose la vuelta y cantando ― ¡Sí tú quieres mi cuerpo y piensas que soy sexy…! ―Esquivó una maseta de Itzel ― ¡Vamos nena, házmelo saber! Si realmente me necesitas ¡Simplemente tómame y TOCAME! Vamos cariño dímelo… ― Pedro no pudo evitar y le tiro otra maseta, esta vez le llego a Matthew que cayó del escenario.
No se hizo daño, porque, como ya dijimos antes, cerca de allí, había una chica lo suficientemente fuerte como para evitar que el americano cayera de narices al suelo, que se cayó y se hizo daño, lo hizo, pero digamos que ella intentó frenar la caída, y después le ayudó a levantarse, ambos… Agradezcamos que no le cayó encima el otro angloamericano, o queda como tortilla… literalmente como tortilla. Daba igual, incluso sin trompetista, Alfred no paraba de cantar, pese a los abucheos, por su no melodiosa voz, y pese a que seguían cayéndole masetas, él no paraba.
― ¡El que lo derribe tiene barra libre hasta el amanecer! ― Gritó Itzel furiosa.
El cuerpo "sexy" y "fibroso" de Estados Unidos se movía de un lado al otro mientras bailaba.
― Come on honey let's spend the night together! Now hold on a minute before we go much further… Come on Baby! Sugar! Ohhh yess… oh yes… Sugar! ― Cantaba el rubio sin que lo pudieran callar ― Al fin puedo decirte, lo que mi corazón siente… Si tú quieres mi cuerpo y crees que soy sexy, Mamita dímelo ya… Si realmente me necesitas tómame y tócame…
Pero a ese paso, Estados Unidos ni se había percatado que ya se habían quedado sin masetas que tirarle, y que la canción había sido traducida por España, y que ahora en vez de un guitarrista fabuloso, tenía a "papi" España con un aura aterradora y con su sonrisa de sobreprotección a flor de piel… Oh, Estados Unidos, no deberías meterte con uno de los bebes de España.
La guitarra terminó en el cuello de Estados Unidos y por fin recibieron el apreciado aplauso, ah, y al final, igual se le terminó soltando el botón. Antonio se lo llevó a las rastras, no es como si lo quisiera cargar para sacarlo de allí… Nadie quiere cargar a Estados Unidos.
Inmediatamente, después de tamaño espectáculo, unos brillos extraños inundaron la habitación y les hicieron girar la mirada a la novedad que estaba cerca de allí… Los tres se encontraban allí, haciendo una entrada completamente triunfal y llamativa, ya habían llegado, la mafia del mate en gloria y majestad, Romano sonrió, Veneciano corrió a su encuentro.
― He's an idiot! ― Inglaterra se cruzó de piernas mientras se masajeaba la cabeza.
― ¿Y de quien crees que es la culpa? ― Gales bebió un poco de tequila ― Yo te lo dije, no lo consientas tanto, trátalo con más cuidado… Pero no…
― ¡Que bebida tan apetecible! Vamos Bonny bebe, If you drink alcohol, you believe in the fairies… Maybe not… ― Escocia estaba totalmente ebrio.
― Could do you close the fucking mouth? Oh, please, go another place! For the all holy shit! You stay quiet and shut up! ― Inglaterra se había dicho a sí mismo no beber y ser tolerante.
Canadá apareció de la nada hablando con Chile. A México casi se le detiene el corazón, se fijó si estaba bien peinado, sí, lo estaba, su traje perfecto, sin arrugas, miró a su hermana y ella le dio una sonrisa. Pero inmediatamente, antes que la chilena hiciera su aparición ante él, porque se vio detenida a saludar a los otros países, los rio platenses y el pequeño Paraguay se acercaron a saludarlo ¿Cómo se podían vestir tan bien con ese calor? Es que parecían modelos de Armani.
― ¡Che, viejo, Feliz cumple! ― Martín, el argentino, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla a Pedro, y se volvió y saludó a Itzel con dos besos, uno en cada mejilla ― ¡Feliz cumple Itzi!
― Feliz cumpleaños ― Uruguay los abrazo a ambos, a ella le beso la mejilla, a él, solo le dio la mano.
― ¡Muy feliz cumpleaños! ― Paraguay hizo lo mismo que Uruguay, pero más afectivo.
― Muchas Gracias ― Ambos sonrieron.
Itzel los condujo hasta una mesa que había sido reservada para ellos. Pedro se quedó allí, porque el próximo ser que Chile saludaría, era él, lo sabía con solo verla caminar hacia sí. Se quedaba de pie ¿No debería ir a su encuentro? Sonrió como solo él sabe hacerlo, y la chilena se paró frente a él, con ese cabello negro ondulado hasta la cintura, esos ojos color miel, esa piel blanca con toques dorados, ese cuerpo pequeño y delgado, esa silueta que lo hacía soñar, esas pestañas ennegrecidas, espesas y largas, y esos labios color del vino, y ese vestido negro elegante y conservador… Solo verla a la distancia le había hecho temblar las piernas.
― ¡Buena weon! Feliz cumple… ¿Cómo estaí? ― Le dio la mano, de forma bien diplomática y le abrazo casi fría, pero no evitaba que a él se le hiciera un nudo en el estómago.
― Órale Chile, gracias, gracias, yo estoy bien, mejor al saber que viniste ¿No? ― Sonrió.
― ¿Sí? Sorry por el atraso, es que el transantiago y… vo'h cachaí po'― Le cerró un ojo.
― Ehhhh… Sí, claro… ― ¿Entendió? No, pero daba igual.
― ¡Loco me hubieraí dicho que venía el Arthur po'! Y una aquí, to'a desastra', mírate a vo'h, impeque, butah que te veí bonito oh ¿Y la Iztel?
― Aquí estoy Adri ― La mexicana sonrió.
― ¡Feliz cumpleaños guachita! ― La abrazó con efusividad y cariño ― Igual que sean muchos años más po'. Te traje un vinito tinto ¡Un 10! ― Sacó el vino y se lo dio, luego sacó un envoltorio celeste y se lo tendió a Pedro ― Buta, igual, no cachaba na' que te podría gustar po', así que te traje un libro de poesía de mi casa, como la Itzel me dijo que últimamente andabaí medio poético… Te lo compré nomás, con harto cariño po'.
― ¿Para mí? ― Sonrió embobado, hasta que su hermana le dio un pisotón ― ¡Ah, claro, para mí! Po mi cumpleaños ajjajajajaj. Que cosas, ¿No?
― Ya… Entonces me voy a ir a sentar con el Tincho, ni loca me voy a sentar con Migue y Julio. Nos vemos amigos ― Se estaba yendo, pero Pedro la detuvo.
Se giró un poco, Itzel giró la mirada con molestia y suspiró, ya rendida. Ella le sonrió, y soltó la mano de su hermano, ofreciéndole asiento junto a ella, que sería divertido estar juntas, además de cuchichear y conversar, que Itzél se sentiría honrada de tener al lado, al país más Austral del Mundo (Porque sí, aún hay Islas más pequeñas bajo Tierra del Fuego que son de soberanía chilena, y sin contar las Islas Sandwish del sur que son de soberanía británica, Chile es el país más austral, claro, tal vez sólo por unos kilómetros, o incluso metros).
Pedro desapareció por unos momentos, pero hizo su entrada unos minutos después, sin chaqueta y con su traje típico un poco más deshecho, sin pañuelito, con la camisa abierta y dejando ver parte de su masculino pectoral y la cruz de plata al cuello, similar a la de Itzel… Se veía guapísimo, los rasgos de España y los rasgos nativos mezclándose en el chico por el que las chavas suspiraban por ahí. Con su sombrero bien puesto y cubriendo parcialmente su rostro, se dirigió a los presentes.
― Lamento lo de hace unos momentos ― Se refería al incidente de Estados Unidos, Canadá y España, solo pensarlo le hizo deprimirse ― Pero esta noche ¡México está de fiesta carnales! Así que así son las cosas, unos bailecitos no nos vendrían mal. ¡Música compadre!
Le aplaudieron, es que se veía tan convencido, además, ¿Para qué negarlo? El mexicano de por sí era guapo, atrevido y bastante atrayente, la atención fue robada en poco tiempo, y saltó del escenario, mientras sus mariachis le ayudaban con una cancioncita bien sabrosa. Estados Unidos le estaba aplaudiendo como loco, mientras él también se levantaba para bailar, pero Canadá y Francia lo tiraron del saco y lo hicieron que se volviera a sentar, con un puchero, pero obedeció.
Un zapateo loco, y se acercó a la mesa de su hermana, pero hizo una reverencia más a la chilena que a su hermana… Ay muchachito loco, que con los pies demuestras cuan alegre es tu alma, muchachito intrépido, cuan travieso siempre has sido, ay mi muchacho feliz, de la sonrisa más grande, del más grande sombrero, que la piel morena se te ha curtido por el sol y la sangre que llevas dentro de las venas le rinde homenaje a tu pasado. Ay muchachito, ay muchachito, que con tu usual carisma haces que las miradas se centren en ti, en tus pies rápidos, en tus pasos de baile que te hacen sudar y quedar como un galán, los pies menos rápidos que España en el flamenco, pero ay muchacho ¡Ay muchacho! Que con cuan alegría celebras tu patria, celebras como siempre, y cuan feliz, te vez chamaco, cuando al son del Jarabe Tapatío, se te mueven esas piernas, ay mi chavo, ay mi chavo, que pareces no cansarte, porque mientras bailas, su mirada se pierde en tus movimientos, y más alegría te causa el exhibirte. Un paso más, el zapateo se hace intenso, no puedes evitar cansarte mi güero, mi chamaco, resbalas los pies con gracia, te acercas a la mesa y te sacas en sombrero ante ella, mientras del interior sacas una flor de genero blanco que no hace mucho preparaste, y se la pones en el cabello, mientras la miras con seducción.
― ¡Será hijo de puta! ― Martín se levanta totalmente enojado de la mesa.
― Sentáte Che, calmáte un poco Martín ― El uruguayo le tira del saco y lo obliga a calmarse.
― ¡Pero Seba! ¡Mirá, mirá a ese trabuco zarpado che! ― Intenta pararse otra vez, pero Daniel es ahora quien le pone un brazo encima.
― Es una danza Marti, tranquilo ― El menor le sonríe, el rubio se calma un poco.
Ella se sonroja, te has exhibido descaradamente, pero la música no acaba mi chavo, pescas el caballito de tequila más próximo, y sin dejar de mirarla, te lo bebes todo de una sola vez, te quema la garganta, como siempre, pero sabes que así es el tequila, en tu retirada, bebes otro, y sonríes.
― ¡Ayyyyyjaaaayaiii! ― Gritas desde el fondo de tu garganta, mi buen Pedro.
Y mi carnalito lindo, mi güerito, la música no termina, cuando sacas a tu hermana a bailar. Que la alegría es México, y México eres tú, México es tu hermana ¡Respiras y vives México! Y por la virgen que mira en el cielo, mi morenito lindo, que estás para celebrar, más zapateo, más suavidad, pero no dejas de mostrarte, bailas solo delante de ella, y esperas, que ella haya tenido una buena vista de tu anatomía. Porque el que diga que no eres macho, se va de trompadas ahí mismo.
― Celoso, mon amour? ― Pregunta el francés, al inglés que ha estado todo ese tiempo serio.
― NOT! Of course not! Shut up! Fucking wine bastard… ― Ok, se ha controlado toda la noche, un caballito de tequila no le hará daño, lo bebe de una sola vez.
― Mon ami… no tienes por qué tratarme de ese modo, yo sólo te quiero ayudar.
― ¿Ayudarme? ¿Ayudarme a qué? ¿De qué forma me puedes ayudar tú? ¡Por favor! ― Se cruza de brazos y siente una mano afirmarse en su rodilla e ir subiendo por su…
― De la forma que quieras… ― Listo, Francoise irá directo al hospital.
Todos les aplauden a los mexicanos, y ambos son los más felices, de la nada salen los bailarines más extraños, desde una Ucrania con un finlandés que deberá adaptarse a su compañera, un argentino, que no se quedará atrás y sacará a bailar a su hermana más nortina, la colombiana Catalina le acepta gustosa, y México y Rusia conversan aparte, mientras Canadá y Estados Unidos se acercan al más moreno de los tres norteamericanos. Por alguna razón sonríen de lo más bien.
― Oh! My old friend the communist and my bro! What's up? ― Pregunta sonriendo.
― Oh, Alfred… ― Itzel sonríe escondiendo un encendedor.
― Oh, Alfred, hablamos de ese tuvo de ahí… ― México le apunta una especie de cañón ― Rusia cabe allí adentro, y yo también… ¡Hasta Itzel! ¿Cierto mi carnala? ― Sonríe alegre.
― Cierto mi güerito ― Se pone las manos en la cadera ― Pero Estados Unidos no cabe.
― ¿Qué? ― El rubio sonríe creyendo haber escuchado mal.
― Que estás muy ancho compadre, que no cabes pues mi carnal ― México le pone una mano encima ― Ay mi viejo, si no cabes, no cabes, no hay problema…
Pero no, Estados Unidos no puede soportar que todos entren dentro del misterioso tubito mágico menos él, él se meterá dentro sea como sea, incluso a la fuerza, como lo está haciendo en ese momento, ¡Jah! Alguien dígale que no al anglosajón, él cabe a la perfección dentro del tubo.
― ¿Listo hermanita? ― Pregunta poniéndose unas gafas.
― Listo mi cuate ― Ella también tenía unas gafas, y el gran Rusia le regaló las suyas a Matt, porque, bueno, era Rusia.
― Prochchay moy drug! ― Dijo el ruso.
― W-what? ― Escuchó que le estaba despidiendo el ruso ― Wait… The exit is…?
― ¡Feliz cumpleaños México! ― Gritaron los mexicanos encendiendo el cohete de los fuegos artificiales ― ¡Chinga a tu madre Murica!
― Ohhh! My hamburguer...! ― Se escuchó decir a Estados Unidos mientras se le veía desaparecer en la distancia.
Así es como se deshace uno de Estados Unidos, lo pone en un cohete lleno de fuegos artificiales, y lo manda a volar hasta el otro lado de la frontera. Matt sintió pena por su hermano, pero… Bueno, era una fiesta, así que había que celebrar ¡Y a celebrar bajo el cielo de fuegos artificiales! Que siga la fiesta, que sigan los mariachis, que siga el zapateo. Itzel baila con Matt, mientras Rusia se va a sentar, está un poco cansado. México se acerca a la chilena que había desaparecido, y le tiende la mano para sacarla a bailar, ella se ve dudosa, pero aun así lo acepta y él sonríe.
Sigue ese mariachi con la canción, y los mismos pasos, todos más o menos difieren un poco ¡Pero esta es una fiesta a la mexicana! Y tener unidad es lo de menos, Pedro sabe mejor que nadie que da igual como bailen, lo importante es que lo hagan con alegría, y la chilena demuestra que es una conocedora de sus bailes, aunque claro, jamás bailará tan bien sus bailes, como si los de sus vecinos o los suyos propios, que tiesa es Adriana, pero no por ello lo deja de intentar.
Se acercan y se retiran, él se cruza las manos en la espalda y un fuerte estallido de un fuego artificial gira en el cielo, mientras Arthur, Martín, Miguel y Julio, Sebastián y un simpático Daniel, ven como México y Chile se han quedado estáticos y desde atrás, el sombrero gigante del mexicano los tapa, pero si mal no recuerdan, esa posición es la de un beso… ¿¡Que Chile y México qué!? Oh, Martín no dejará pasar esto, esto sí que no, pero Arthur lo detiene, aún tiene un poco de cordura, y se ponen a discutir ahí mismo.
― Feliz cumpleaños Pedro, se me olvidó saludarte antes con más cariño ― Susurra ella, después darle un pequeño beso en la mejilla, y él se sonroja cuando comienza a zapatear de alegría.
― ¡VIVA MÉXICO CABRONES!
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Julchen: Quiero agradecer a Reino Inquieto, en especial, por ser las manos sobre las teclas cuando me vi privada de usar mi computadora, junto con su forma de escribir que considero hermosa; además de ser la que dio inicio el fic al escribir un párrafo random. A los lectores que quisieron leer (y/o dejar review) esta historia. Y también a la inspiración después de bailar.
Gracias;)
Rei: Les agradezco a todos quienes leen esta pequeña historia que fue escrita con mucho amor por unas personas que realmente querían mostrarles un pedacito de su arte. Agradezco de todo corazón a Julchen Awesome Beilschmidt por sus maravillosas ideas y por su magnífica forma de ser que nos permitió crear lo que tienen aquí, trabajar a su lado ha sido una linda y gratificante experiencia.
Atte: Reino Inquieto.
