Gui: Buenas! Aquí otro minireto del torneo de HEFDLp con 591 palabras
Disclaimer: blablá, ya tu sabes, Collins es un ser humano libre
En el que vemos a Collins tomar la decisión de dinamitar su propio mundo
Punto final. Aplastó la pluma contra el papel. ¡Perfecto!
Pasó al capítulo siguiente.
Se inclinó sobre la hoja. Se inclinó demasiado y la pluma se le cayó de las manos. Cayó y cayó como Alicia caía según Lewis Carrol al mundo de las maravillas por el "agujero del conejo". Luego se dio de bruces contra el suelo del bosque. Alicia no se daba de bruces. Vaya mala suerte la suya.
Pero Susanne no había tomado drogas. No se había dormido. ¿Dónde demonios estaba?
Lo del bosque le recordaba a lo que había escrito. Cuando Katniss estaba en el árbol y serraba una rama para que cayese sobre los profesionales que dormían al pie del…
Entonces los vio.
Al primero que reconoció fue a Peeta. Sus rasgos gritaban "soy Peeta". Tal y como en su cabeza. Estaba adormilado. Glimmer montaba guardia pero se iba a dormir. Se le cayó la cabeza de la mano mientras la miraba. Cato, Marvel, Clove, dos desconocidos (debían de ser los del Distrito 4 al que no había puesto nombres. Demasiado complicado. Pensaba matarlos, no eran ellos los que iban a ganar).
Entonces se le ocurrió algo.
Cuando miró arriba, vio caer el enjambre. Directo hacia su cara. ¡Ni que Katniss se hubiese dado cuenta de que su destino estaba en las manos de aquella aparición extraña con cara de mujer norteamericana en los años 2000 y quisiera castigarla!
Echó a correr, huyendo de las rastrevíspulas. ¿Por qué había inventado bichos tan asquerosos? Cuando le pican a uno, se le va la olla du…rante… uy. Le había picado uno. Pero se dio cuenta de que podría describir mejor la vivencia de Katniss agonizante mientras Rue la cuidaba. Tendría que hacer algún antídoto. Algo como plantas masticadas. Para no morirse del delirio y no tener secuelas demasiado graves. Lo de las burbujas naranja fosforito empezaba a inquietarle.
Lo pasó fatal. Se maldijo a sí misma en todos los idiomas que conocía (o sea, inglés). No supo cuánto tiempo había pasado, pero a ella no la cuidaba una niñita adorable que por cierto iba a morir. Los lectores tenían que llorar un poco. Y además no podía hacer ganar a Katniss si Rue sobrevivía. Pero antes, tenía que ayudar a Katniss a dinamitar las provisiones de los profesionales. Era bastante increíble que toda la historia hubiese empezado con esa idea. Le cosquilleaban los dedos sólo de pensar en la Comadreja saltando de no mina a no mina, cual acróbata, y riéndose a carcajadas cuando las manzanas de Katniss tocaban las minas de forma explosiva.
La manzana, desde Adán hasta Apple, pasando por Newton, era el motor de la historia. Pero sus personajes no tenían por qué saberlo.
Sin embargo, no contaba con ver morir a los personajes que mataba. Estaba cerca del lago. Uno de los del distrito cuatro agonizaba quejándose a voces mientras los demás suplicaban por que se callase. Era ilógico que, en el contexto en el que estaban, no lo matase alguien, por muy profesional que fuer… Entonces Cato agarró un hacha y le atravesó el cuello. Ni siquiera lo mató bien, lo dejó desangrarse ahogándose en su propia sangre con un hacha atravesada en la laringe. Susanne quiso vomitar. Es más fácil pensar que muere un tributo que ver cómo Cato le atraviesa la garganta a medias. Ese chico es tan pequeño… No podía hacer esto. Tenía que ayudarles.
¿Cómo coger cartas en el asunto? Tardó unos minutos en darse cuenta de que tenía las cartas del destino de ese universo en sus manos.
Esto es to - do amigos
Gui
SdlN
