La mayoría de los personajes que aparecerán en esta historia son creación de J.K. Rowling... el resto es mío! ;)

AMIGA MÍA

Capítulo 1. La Boda Perfecta.

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No sé si estoy en paz o dejo algo pendiente,
solo sé que por hoy el mundo es diferente...
y voy a acariciarlo así,
cada minuto que no voy a repetir...

æ æ æ æ æ æ æ æ æ

Por fin. El gran día. Todo estaba perfectamente dispuesto para hacer de ese día... el mejor de todos sus días. Iba a casarse. Después de tantos sufrimientos, pérdidas y tragedias que lo habían marcado, al fin había encontrado a la mujer con quien quería compartir su vida, formar una familia y ser feliz. Si, feliz para siempre.

Aún estaba oscuro cuando despertó. 5:30 AM marcó el reloj despertador a un costado de él. Volvió a recostarse y cerró los ojos disfrutando sus últimos momentos como soltero e imaginando cómo sería su vida a partir de hoy. Sonrió. Así, después de un largo rato, una débil luz dorada que comenzó a filtrarse a través de las cortinas y una suave brisa que llegó desde la ventana, anunciaron el nuevo día. Entonces abrió los ojos y volvió a sonreír. Era tanta su felicidad, que sentía que el pecho reventaría de alegría en cualquier momento.

Sin más que esperar se levantó y camino hasta el cuarto de baño donde comenzó a alistarse para su gran día.

Una hora más tarde, estaba completamente listo. Caminó hasta donde un espejo y contempló fijamente la imagen que éste le devolvía de él mismo... Era innegable el paso del tiempo. El pequeño y tímido niño había desaparecido. Hoy frente a él se encontraba un hombre... un hombre que donde quiera que estuviese era el centro de atención. No sólo por ser el salvador del Mundo Mágico, sino porque gozaba de una poderosa y magnifica presencia. Alto, fuerte y distinguido. Con esos ojos verdes brillando siempre bajo las gafas y con el toque sexy, que lo daba su cabello despeinado... hacía que cualquier mujer del mundo mágico y muggle volteara a verlo. Pero aunque era conocedor de su notable fama para con las mujeres, él sólo tenía ojos y corazón para una... Ella era todo para él. Todo.

Mirándose a sí mismo, por un momento se extrañó de ver aquella imagen de él. Sonrió. Y es que su apariencia era la de un hombre feliz, si, completamente feliz porque hoy haría uno de sus más grandes sueños realidad. Fijó su atención en el inusual brillo que tenían sus ojos verdes y de pronto un pensamiento asaltó su mente. Sacudió su cabeza. No... esta vez nada saldría mal... Volvió a sonreír.

Su apariencia era impecable. Vestido con un elegante frac negro y con el cabello lo mejor peinado posible, pensó que era el atuendo perfecto para presentarse en el altar al lado de ella... su mujer perfecta.

Miró el reloj. Se sentó en un cómodo sillón del salón de su departamento y decidió esperar ahí su mejor amigo, quien pasaría a recogerlo para llevarlo al lugar elegido para la boda... St Thomas. Una hermosa y elegante villa construida en el Siglo XVI, situada en las afueras de Londres. Nada podía salir mal, nada. A excepción de la puntualidad de su amigo, quién ya llevaba más de 15 minutos de retraso... Pero ahora no le preocupaba. Intentó relajarse pensando en que simplemente hoy comenzaba la etapa más feliz de su vida ... porque aunque la vida le había quitado a tantas personas importantes, hoy se lo estaba recompensando con la mujer con quien estaba a punto de comprometerse para siempre...

Así, veinte minutos más tarde y un montón de pensamientos y planes para su futuro después, sonó el timbre del lujoso departamento en los suburbios londinenses donde Harry Potter vivía.

- Así que Hermione al fin decidió soltarte no? - dijo Harry con fingido reproche pero sin poder ocultar su sonrisa al abrir la puerta.

- Eh... yo lo siento...- contestó Ron con una risita nerviosa y con el rostro encendido. Harry lo dejó pasar y regresó a su asiento.

- Vamos Ron, ni por este día pudieron contenerse?... has visto la hora qué es?- Harry mostró a Ron su reloj de pulsera.

- Je!... bueno... es que Hermione ya sabes... con esto del embarazo se pone un poquito cariñosa a veces y yo...- por un momento Ron logró igualar el color de su cara con el de su cabello. -... como buen marido debo complacerla en todo lo que me pida...-

- Jajaja! - Harry rió abiertamente al ver la cara de su amigo. - definitivamente te tiene dominado Ron...- y volvió a soltar una carcajada.

- Hey, ya te quiero ver ti cuando tengas un hijo...- protestó Ron, aunque su cara mostraba toda la ilusión que le producía el hecho de saberse padre.

- Si, creo que entonces te entenderé...- dijo Harry con un tono soñador. -... un hijo Ron.. te imaginas?- se acomodó en el sofá mientras en su mente recreaba las imágenes - ...un hijo mío... - suspiró.- imagina cómo van a ser mis hijos...- Ron sonrió-... no, no en verdad imagínalo!... con el cabello negro... los ojos de su madre- Ron lo miró raro-... o bueno talvez con los míos... pero todos hermosos como ella...-

Ron se sentó frente a él y miró como su mejor amigo, imaginaba su futuro junto a la mujer que amaba...

- Harry...- respiró y él lo miró- ... yo...- Ron intentaba decir algo.-... eres feliz?-

Harry arqueó una ceja-... porqué me lo preguntas? a caso no se nota?- contestó tranquilamente.

- La verdad es que si... sólo hay que ver la cara de idiota que tienes ahora- Ron sonrió y bajó la mirada como recordando-... pero bueno es que yo...- tú qué?- dijo Harry.

- ... yo quería decirte Harry que me alegró mucho por ti.- Harry sonrió- ... y que aunque el principio no estaba de acuerdo, ahora verte así... feliz, me hace feliz a mi también...-

- Ron yo...- dijo Harry- No, no, digas nada ... - Ron sonrió tímidamente.- yo sólo quería que supieras que en verdad deseo que seas feliz siempre Harry... porque...- Ron suspiró- ... si alguien se merece serlo... eres tú- Harry miró a su amigo, y una vez más agradeció para sus adentros el tener a personas como él en su vida...- y sabes que siempre que me necesites ahí estaré...

- Ron yo...- pero Ron hizo un gesto con la mano para que Harry callara y lo dejara continuar. Él asintió.

- ... bueno...- las mejillas de Ron se sonrosaron un poco- ... yo nunca he sido bueno con las palabras ya sabes... pero... bueno sólo quería darte esto... - Ron sacó una pequeña cajita negra de su bolsillo y se la entregó a su amigo.

- Qué es? - Harry tomó la cajita y se sorprendió al ver lo que había dentro.- ... Pero Ron yo...- se quedó sin palabras.

- Es la tradición familiar Harry... es nuestra tradición- Ron mostró una sonrisa sincera.

- ...pero Ron esto... esto es demasiado...- dijo Harry con un hizo de voz . Estaba realmente conmovido.

Dentro de la cajita se encontraban unas pequeñas mancuernillas de plata, con la forma de un gatito y una gatita abrazados y vestidos de novios. (1)

- Ron... esto... yo...- a Harry le costaba hablar porque un nudo en la garganta se lo impedía.

- ... desde hace mucho eres ya un miembro más de mi familia Harry... y bueno tú sabes que todos los Weasley, hemos llevado esa insignia el día de nuestra boda... y aunque tú no lleves nuestro apellido sabes que eres como un hermano para nosotros, por eso todos estuvimos de acuerdo en que tú también tenías que llevarlo este día..-

A Harry se le cristalizaron los ojos. Sabía que pese a ser una rara tradición familiar, el hecho de que su familia, porque él siempre los consideró así, lo hicieran parte de esa tradición, lo superaba. No pudo decir nada, sólo se acercó y abrazó fuertemente a ese hombre que conoció cuando niño... El que estuvo hombro a hombro con él en los momentos más difíciles. El que a veces lo exasperaba y otras lo conmovía. El que lo comprendía y también molestaba. Con el que reía y a veces lloraba... con el que había crecido. Su hermano... quién le había ofrecido con el corazón en la mano y sin ninguna ambición a la única familia que había tenido Harry.

Después de unos segundos, en los que ninguno de los dos dijo nada, se separaron con los ojos rojos.

- Bueno amigo, si no nos apuramos de nada servirá que lleves esto..- dijo Ron intentando recuperar la compostura.

- Claro, vamos- contestó Harry aún conmovido.

Ron tomó la maleta que Harry ocuparía para su luna de miel y con un movimiento de varita la hizo desaparecer. Harry seguía mirando a su amigo. - Gracias- dijo sonriendo abiertamente a Ron. Él lo miró, le devolvió la sonrisa, y se encogió de hombros.

- Bien, ahora dónde tienes los polvos- Ron se dirigía a la chimenea de Harry.

- Polvos? - preguntó Harry.

- Si tonto, polvos ya sabes, polvos flu para viajar por la red y...- ya sé que son los polvos flu Ron!- contesto Harry divertido.

- Bien! ... pero entonces dónde están?- Ron buscaba con la mirada cerca de la chimenea.

- Ron...- él no volteó.

- Ron...- volvió a decir Harry. Pero Ron no escuchaba.

- LOS ENCONTRÉ!... porqué los dejas aquí Harry si son...-

- RON!- gritó Harry.

- Qué? -

Harry sonrió. - que no vamos a llegar allá usando la red- dijo tranquilo Harry.

- a no?- Ron arqueó una ceja. - ... porqué?-

- jaja! piensas que voy a llegar a MI BODA! Lleno de ceniza? JAMÁS!- sonrió Harry y Ron entendió-

- Si claro, nos apareceremos- dijo Ron con una sonrisa y miró el frac de su amigo-... aparte esa cosa debió costarte un ojo de la cara para echarlo a perder...- Harry sonrío.

- Fue idea de ella... ya sabes- Harry sonrió y se encogió de hombros. - quería todo perfecto para este día...-

- Ya...- contestó Ron y sin más los dos amigos desaparecieron.

Mientras tanto todo en St Thomas, lugar previsto para la boda, inundaba el caos. Y es que no era para menos, decían todos. Era el evento del siglo. Harry Potter se casaba. Todo estaba listo. Los servicios perfectos, el banquete perfecto, los arreglos perfectos, las flores perfectas, y la perfecta decoración para una boda perfecta. El jardín donde se encontraba el altar relucía entre las más diversas flores blancas.

A esas alturas la Molly Weasley era un mar de nervios. Gritaba, corría, subía, bajaba, entraba, salía y volvía a gritar. Y es que a pesar de ser la séptima boda que organizaba, los nervios siempre, siempre eran los mismos, decían todos los Weasley.

- Fred, George! quiero tenerlos cerca de mi todo el tiempo, si desparecen un segundo de mi vista les juro que...- gritaba Molly Weasley por enésima vez a los gemelos, quienes después de escuchar a su madre repetir sus peticiones toda la mañana, optaron por mantenerse en silencio y obedecer sus ordenes.

- Querida, porque no te calmas un poco, mira aún faltan una hora para la boda y...- intervino el mayor de los Weasley, intentando calmar a su esposa.

- QUÉ ME CALME! ARTHUR PERO CÓMO ME DICES QUÉ ME CALME SI TODAVÍA NO ESTÁN AQUÍ... - volvió a gritar la sra Weasley, - Y ESA NIÑA, MIRA LA HORA QUÉ ES Y NO SE HA APARECIDO POR AQUÍ!-

- Ya madre... esa hija tuya siempre es así... le gusta hacerse la interesante, pero ya vendrá- dijo Bill entrando al enorme salón donde se llevaría a cabo la recepción, con un pequeño pelirrojo de un año en sus brazos y tirando de la mano a su otro hijo de cinco, seguido de una despampanante rubia que aún con una panza de casi 6 meses de embarazo, todavía causaba suspiros.

- Bill, querido!- repuso Molly tranquilizándose un poco al ver a su pequeño nieto quien le estiraba los bracitos.

- Hola madre! Papá- saludó a sus padres.

- Creo que mejor no pregunto cómo van las cosas por aquí verdad?- dijo sentándose al lado de sus regañados hermanos gemelos. Quienes lo mataban con la mirada.

- Ya no es para tanto, en unas horas se le olvida.- les digo a los gemelos para tranquilizarlos cuando dos jóvenes entraron al lugar.

- Llegamos Familia!- dijo un Ron alegre, saludando a todos los presentes, que se sorprendían al ver a Harry elegantemente vestido.

- MERLÍN! MÍRATE... MI NIÑO QUERIDO- dijo Molly con lágrimas en los ojos al ver a Harry.- estás tan guapo!- Harry sonrió satisfecho de su apariencia.

- Bien, yo voy por Hermione y regresó en un momento- Ron desapareció.

- Y... ya está aquí verdad?- dijo Harry ilusionado cuando pudo soltarse de los brazos de Molly.

- No querido... ella aún no llega, pero no te preocupes seguro que no tardará ya sabes como somos las mujeres y tratándose del día de nuestra boda es mil veces peor- dijo cariñosamente Molly.

A la hora fijada, casi todos los invitados ya se encontraban en el jardín de la Villa. Amigos del colegio, compañeros aurores de Harry, sus antiguos profesores, los miembros de la Orden en pleno, reporteros y hasta el mismísimo Ministro de Magia se encontraban ahí para presenciar la unión en matrimonio de Harry Potter.

- EN VERDAD QUE ESTA NIÑA ME VA A ESCUCHAR CUANDO LLEGUE, NO PUEDE SER QUE JUSTO EN ESTE DÍA TAMBIÉN LLEGUE TARDE- Molly estaba al borde de un ataque de nervios.

- Tranquila Molly, ya no debe tardar- le contestó Hermione sentada en un cómodo sillón junto a su suegra.

- PERO ES QUE MIRA LA HORA Y...- ya Mamá seguro que ya viene- interrumpió Ron a su madre, así que harto de sus gritos se dirigió a la cocina donde se preparaba el banquete. De pronto se dio cuenta que habían pasado dos horas y él no había comido nada.

- Harry?- preguntó al entrar a la cocina y ver a su amigo preocupado mirando hacia fuera por la ventana.

- Eh?- Harry se giró y miró a Ron tomar un bocadillo de un platón.

- Todo bien? - Ron conocía demasiado a Harry para ver que algo le preocupaba.

- Si... si porqué?- Harry volvió a mirar por la ventana.

- Harry qué pasa?- Ron se acercó a su amigo.

- Y si algo sale mal Ron, yo no lo soportaría porque...- Ron lo tomó del hombro.- Todo va a salir bien Harry, no tienes que preocuparte. Después de todo eres "Harry Potter"- dijo en tono burlón- HEY!- se defendió Harry-

- Vamos amigo, es normal tener dudas y nervios... y hasta a veces miedo, pero si esto es lo que tu has decido y lo que quieres... nada tiene porque salir mal- Harry sonrió un tanto aliviado- y por favor quita esa cara antes que mi madre mande traer a todo St Mungo porque crea que estás enfermo-. Y los dos salieron a la sala a unirse con el resto del clan Weasley.

Media hora después. El nerviosismo ahogaba el ambiente del salón donde se encontraban Harry y su familia. Todos miraban disimuladamente sus relojes e intercambiaban miradas nerviosas. La señora Weasley conciente de la situación había dejado de gritar un poco. Incluso Fred y George habían dejado de protestar por los regaños de madre. Ron y Hermione miraban a Harry y después se miraban entre ellos... todos esperaban.

Y media hora más pasó y de la novia, ni señales. Harry estaba a punto de explotar de la desesperación, pero no hablaba ni miraba a nadie.

- Disculpen - Una elegante señorita, entró al salón donde se encontraban.

- Si querida dígame?- Molly se levantó de su lugar y atendió a la encargada de la Villa.

- Siento molestar al Señor- miró a Harry quien seguía mirando por la ventana- y a ustedes, pero tenemos un retraso de más de una hora, y el juez quiere saber a qué hora empezará todo- ... y bueno es que también... los invitados empiezan a incomodarse usted sabe...- dijo apenada la chica.

- Eh... si claro.- Molly miró a Harry. - Por favor dígales a todos que la ceremonia empezará en unos momentos que sean tan amables de esperar un poco más- dijo Molly.

- Pero es que- replicó la organizadora- POR FAVOR!- dijo enérgica la mayor de los Weasley y la mujer no tuvo nada qué decir ante la mirada amenazadora de la pelirroja mayor.

- Con su permiso- .

Una hora después...

- No Arthur! entienda por favor! TENGO QUE IR A BUSCARLA, PUDO HABERLE PASADO ALGO! - decía Harry desesperado y siendo detenido por Charly y Bill.

- Por favor Harry, tranquilízate Ron, Fred y George ya fueron a buscarla no creo que haya pasado nada malo, ya sabes dicen que las noticias malas llegan primero...- contestó Arthur intentando calmar a Harry que estaba a punto de salir corriendo.

- Harry, hijo por favor tienes que calmarte- Molly le tomó la cara- seguramente habrá una explicación para todo esto y cuando la sepamos todos nos reiremos de esto...- pero Harry no entendía, sabía que algo andaba mal...

- ES QUE NO PUEDO CALMARME, MI FUTURA ESPOSA ESTÁ QUIEN SABE DONDE Y YO AQUÍ ESPERANDO! NO PUEDO CALMARME NO LO VOY A HACER Y...- Harry no pudo decir nada más, porque por la puerta de entrada aparecieron Ron y los gemelos.

- Y BIEN? YA ESTÁ AQUÍ VERDAD?... LA TRAJERON CON USTEDES?- dijo Harry soltándose de los hermanos mayores de Ron y tomando a éste por los hombros.

- Harry...- QUÉ? VAMOS RON DIME LA ENCONTRARON? YA ESTÁ AQUÍ?- Harry sacudió a Ron.

- Ella...- ELLA QUÉ?- Ella... no estaba en su casa Harry...- y Ron espero la reacción.

- QUÉ NO ESTABA? CÓMO QUE NO ESTABA? EXPLÍCATE!- Harry miraba suplicante a su amigo. No, no podía pasarle nada... a ella no por favor, no ahora... pensaba Harry.

- No había nadie en la casa Harry... estuvimos tocando y después de algunos minutos sin que nadie contestaron, decidimos entrar y...- Y QUÉ?- no había nadie... ni nada...- Ron bajo la mirada.

Harry miró a Ron y luego a Fred y George, quienes decidieron que si Ron no podría controlar la situación, ellos definitivamente no tenían nada que hacer.

Harry soltó a Ron y respiró intentando controlarse... - cómo que no había nadie Ron?...-

- No había nadie Harry, nadie ni nada... - Ron miraba triste a su amigo. - Nada...- Ron interrumpió -... no estaba ella... ni tampoco sus cosas Harry... en su casa no había nada...-

Harry dejo de respirar por un momento. Les dio la espalda a todos, quienes lo miraban expectantes. Y justo en el peor momento, apareció por segunda vez la organizadora, quien al momento se dio cuenta que su segunda intervención sería totalmente inoportuna, pero aún así tenía que hacer su trabajo...

- Disculpen que vuelva a... interrumpir, pero llevamos más de tres horas de retraso y los invitados son demasiados, no podemos controlarlos más y la prensa... bueno- se intimido ante la inquisidora mirada de todo el clan Weasley- empiezan a especular...

Harry respiró y se tomó unos segundos para volver a mirarlos.

- Por favor... dígales a todos que la boda no se llevará a cabo, no tiene que darles explicaciones...- La empleada lo miró con los ojos bien abiertos- Señor yo...

- Haga lo que le digo por favor...- dijo Harry serio. La organizadora asintió y salió dejando a los atónitos pelirrojos y sus esposas sin poder creer lo que estaba sucediendo.

- Arthur- dijo fingiendo tranquilidad de la que por supuesto carecía- todos los miembros de la Orden están aquí? - Arthur quién no entendió el cuestionamiento de Harry, sólo asintió.

- Llámalos por favor, necesito su ayuda...- y miró a todos- iremos a buscarla.-

- Harry querido...- Molly se acercaba a él- No se preocupe Señora Weasley estoy bien...-

Transcurrían las horas y un cúmulo de mujeres compuesto por las esposas Weasley, su suegra, una ya muy cansada Profesora Mc Gonagall y Luna, esperaban con ansias que todos los miembros de la Orden, los varones Weasley y Harry, aparecieran con noticias de la desaparecida... pero nada.

Eran casi las ocho de la noche y muchas horas después de la hora establecida cuando empezaron a aparecer todos. Los primeros en hacerlo fueron los tres hermanos mayores Bill, Charly y Percy.

- Qué paso... la encontraron, qué noticias hay?- preguntó de inmediato la Señora Weasley, levantándose como resorte del sillón dónde se encontraba.

- No madre, al menos en el Callejón Diagon, nadie la vio- contestó Bill tomando un lugar junto a su esposa. - Ni hoy, ni hace días según varias personas- completó Charly contrariado.

Y así, uno a uno de los miembros de La Orden se aparecieron en el punto de reunión. Nadie traía noticias. Al final, los últimos en aparecerse en el lugar fueron Ron, con un derrotado Harry... quien estaba pálido. Toda la felicidad que su rostro mostraba esa mañana, se había esfumado...

- Y bien?- preguntó Harry aún con esperanzas a todos los que lo habían ayudado a buscar.

- Lo sentimos Harry.- Arthur Weasley fue el único que se atrevió a hablar- Nadie la ha visto, ni en el Callejón Diagon, ni en Hogsmeade, ni en Hogwarts, incluso en el Londres Muggle... nada.-

Harry caminó hasta un sofá que había cerca y totalmente abatido se dejó caer. No sabía que había pasado. Miles de teorías, una tan improbable como la otra. Aunque si era sincero, una idea viajaba por su cabeza desde que llegó al castillo, y no la encontró ahí... Pero no. Ella no podía, ella lo amaba como él a ella, no podía... no podía. Se cubrió la cara con las manos y aspiró profundamente.

- Harry... hijo porque no...- Molly se acercaba cautelosamente cuando una lechuza entró volando por la ventana, se colocó frente a Harry mostrándole un rollo de pergamino que sostenía en la patita. Él de inmediato, la tomó y al reconocer la letra y ver quien la enviaba, se levantó de inmediato y entró a un cuarto que estaba junto al salón...

Todo su cuerpo temblaba, su corazón latía dolorosamente, su cabeza estaba a punto de estallar, y de sus ojos unas impotentes lágrimas suplicaban salir... se estaba muriendo. Volvió a leer la carta... cada palabra... cada letra era un filoso cuchillo que se le clavaban en el pecho y lo atravesaban...

Harry:

Para cuando leas esto, yo ya estaré muy lejos de ti... sé que me debes estar odiando, tienes todo el derecho. No voy a justificar lo que he hecho, no tengo palabras, ni tampoco excusas. Sé que estuvo mal y te pido perdón por que sé que estoy haciéndote daño... Y no, no voy a pedirte que lo entiendas, porque creo que ni yo misma lo entiendo, pero... no podía Harry.

No voy a decir más cosas que hagan daño, pero creo que es necesario que sepas que nunca fue mi intención lastimarte... te lo juro. Tu y yo tuvimos algo maravilloso, pero desafortunadamente para mi no pudo ser eterno... te quise demasiado Harry no puedo negarlo, pero si te soy sincera, nunca estuve segura de querer casarme contigo, de compartir toda mi vida contigo... Y un día, así sin más, me di cuenta que el amor por ti se había acabado... por eso no podía unirme a un hombre que ya no me hacía sentir viva, no Harry. Ninguno de los dos nos lo merecíamos. Yo no podía despertar con un hombre por el resto de mi vida, a quién no amaba, no deseaba... Pero no fuiste tú, fui yo... yo tuve la culpa porque no te hablé claro desde que empecé a sentir que las cosas no funcionaban, y sólo deje que todo pasará. Y en ese proceso, perdón Harry... pero conocí a alguien más. No me preguntes cómo, ni cuándo pero... me enamoré.

No sé qué pasará Harry... tampoco sé cuánto durará, pero sé que jamás había sentido esto por alguien. Él me hace sentir completa, amada, me hace sentir la mujer que soy... Y por eso sé que mi lugar, el lugar donde verdaderamente quiero y debo estar es junto a él... y de verdad lo siento Harry, pero lo nuestro tarde o temprano se habría arruinado y era mejor terminarlo ahora... si, sé que no es la mejor forma pero, sólo lo siento.

Perdón por causarte tanto daño, pero si de verdad me amas como siempre decías, vas a entender que sólo estoy buscando mi felicidad. Y confió en que tú algún día encuentres la tuya... aún hay muchas mujeres en el mundo.

Adiós Harry, y perdón por no hablarte de frente pero no podía verte a la cara y decirte todo esto. Sé feliz sin mí, sé que te costara pero si tratas, talvez lo logres...

Un beso, Cho.

Harry por inercia, apretó el papel entre sus manos... No podía creerlo. Ella, Cho la mujer por quien hubiera dado su vida, a quien había amado desde hace tanto tiempo... la mujer con quien quería compartir sus días... ella lo había engañado y lo estaba abandonando. Lágrimas de impotencia rodaron tristemente por el rostro de Harry, pero no... no iba a derrumbarse frente a los demás.

Respiró profundamente y limpió sus mejillas. Hizo uso de todo su autocontrol y volvió a respirar. Caminó con paso seguro hacia la puerta, y salió a enfrentar al mundo...

Todos lo miraban, por la forma que lo hacían el casi podía asegurar que ellos lo sabían...

- Yo... les agradezco a todos... - los miró- ... por estar conmigo esta noche pero creo que...- de pronto la puerta del salón se abrió de golpe, acompañada por una estridente risa.

- FELICIDADES!- y ante la mirada atónita de todos, apareció la menor de los Weasley vestida para la fiesta...- QUÉ TAN TARDE LLEGUE?- preguntó con una sonrisa resplandeciente mientras ondeaba una pequeña matraca en su mano izquierda.

- Y la fiesta...?- volvió a preguntar al tiempo que su enorme sonrisa se desvanecía ante la devastadora fuerza de unos ojos verdes.

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Despertar lo sé siempre es muy duro...
quién después de ti dará color
a esas noches largas azul oscuro,
quién habrá al final que me dé su luz...

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(1). La idea de las mancuernillas la tomé de un capítulo de los Simpson en donde en el futuro Liza se casa y Homero le entrega las mancuernillas al prometido de Liza, se me hizo algo tierno desde que lo vi y creo que quedaba bien aquí!

Los versos de entrada y final son:

1.- Hoy viviré, Moenia.

2.- Despertar, Alejandra Guzmán.

Hola a todos! Otra vez yo por aquí con una nueva historia que espero les guste y sigan hasta el final. Aquí el comienzo y pronto vendrá el próximo capítulo, y aunque esta historia en un principio estaba pensada sacarla a luz una vez que terminará "My Wonderwall" tuvo que salir ahora debido a que la otra está en proceso de "desatoramiento" (así le llamo jaja!)

Esta historia será mucho más ligera que la otra, (pero no por eso menos interesante :P) así que espero que eso me haga escribir más rápido! Pero ustedes tienen la última palabra. A quiénes leen mi otro fic ojalá puedan leer también este y por favor paciencia! esa historia es muy especial y prefiero esperarme para escribir algo que en verdad valga la pena!

Espero sus reviews! Se acepta todo ya saben! ahí les dejo una razón más para que odiemos a Cho jaja!

Un besote, Sandra.