Portada de la imagen: TLoZ-Zelda By Elenath DeviantArt
Habrá temas delicados.
Zelink, abstenerse de leer si no gustan de la pareja.


-Los pecados de Hyrule-
Por: Zword & Axgel


Prologó: Hyrule decadente

He aquí, en la tierra santa de las diosas, un reino que cayó bajo la miseria tras la última invasión de las sombras y una guerra por el poder omnímodo entre la oscuridad y la luz.

Aquello dejó devastado al mundo, sin una dependencia tan directa como antaño. Gobernada por una dudosa descendencia de la sangre de la diosa, y aún con todo el empeño del mundo, bajo tantos criterios, el reino endeudado con su pueblo cayó bajo la corrupción. Incluso cuando la familia real trato de resolver las carencias que la guerra había dejado.


Nadie más que el mismísimo actual rey sufría todas estas presiones. Sobre todo cuando su mujer falleció de una enfermedad desconocida. Fue el declive de toda su felicidad. Ni siquiera el hecho de que su hijo fuera muy sano y fuerte, era suficiente. Ya nada importaba para él… su dolor, nadie en vida, podría comprenderlo.

Emerick decidió, en ese entonces, complacer su desdicha con mujeres de compañía… una con la que se encariño especialmente, fue con la cual tuvo noches dichosas dentro de un pequeño espacio en el castillo, uno personal del rey.

Su hijo, Enzo, no dejaba pasar las aventuras de su padre con las mujeres. A pesar de su corta edad de cinco años, entendía perfectamente el significado de esas "visitas al rey" Su madre ya no estaba y su padre tenía que consolar su corazón de alguna forma.

Los años pasaron, dieciséis para ser exactos... La situación del reino mejoró un tanto después de que el rey pusiera cartas más fuertes sobre la mesa, y de que un justiciero, no hacía mucho tiempo, limpiara las calles día a día… no sólo eso. También recorría el reino para poder arreglar la corrupción del mismo.

Nadie conocía su identidad, pero muchos juraban que podría tratarse del mismísimo héroe de las leyendas, acabando con toda la oscuridad cernida en los rincones más lejanos del reino.

Todo marchaba de maravilla… hasta aquel día en que el rey no podía negar aquella prueba sobre el dorso de la mano de la jovencita que había aparecido delante de él, en el trono.

Su impecable imagen de Rey ante el consejo de nobles, de los soldados, de su propio hijo, se vendrían abajo si se supiera la verdad: Había engañado y tenido un hijo fuera del sagrado matrimonio.

Incluso si su mujer había fallecido, al parecer no podían tener hijos fuera de un matrimonio. Mucho menos tener hijos con mujeres de compañía, incluso si uno de los regentes había fallecido.

"-Mi nombre es Zelda, mi señor... – Pausó sus palabras por unos instantes, para hacer una reverencia hacia el rey..."

¿Qué sería de él ahora?...


Continuará…

¿Qué tal? Les ha gustado. Subiré el prólogo y el capítulo 1 y dentro de un par de meses subiré los siguientes y así sucesivamente (Cuando tenga tiempo y no tenga lagunas mentales, por ejemplo :c)

Espero que realmente les guste este fic.