Eren tenía conciencia, estaba consciente.

Lo sabía.

Era una sensación extraña.

No sabía dónde estaba.

No se atrevió a abrir los ojos.

A descubrir cómo había llegado hasta ahí.

Sólo se fijó en las sensaciones que le parecían que nunca había tenido antes.

Que era la primera vez que se sentía humano. Un humano presente en la tierra.

Una presencia material.

En aquel breve periodo de tiempo descubrió los elementos naturales.

El viento, cuando le revolvió el cabello.

La tierra, cuando sintió los dedos hundidos en la húmeda tierra que se cerraron de forma inconsciente al notar aquella sensación de humedad, descubriendo el agua.

Y el fuego.

Fue la sensación más extraña.

No sabía de dónde venía pero parecía calentarle.

Le resultaba una sensación familiar, reconfortante y a la vez distante a él.

Cuando por fin abrió los ojos, vió aquel terreno que más tarde identificó como un huerto bastante insólito. También vió el cielo, tan distante a él como la enorme estrella de fuego que lo deslumbró durante unos segundos.

Aquella estrella llamada sol que daba vida al planeta...

Y entonces, apareció.

Algo impidió la vista a aquel enorme rojo.

Su vista fue sustituida por unos ojos. Unos ojos que creía haber visto antes.

Pero no recordaba donde.

No recordaba nada.

A partir de entonces aquellos ojos fueron el primer recuerdo que guardó en su memoria, porque así fue como conoció a la muerte.

Aquel cuerpo sin vida cayó sobre la tierra, delante suya.

"Marco"

Pasaron segundos antes de que empezara a gritar. Ardientes lágrimas surcando sus mejillas. Dejándose la voz entre gritos e intentando escapar la vista del cadáver que había caído en la tierra donde antes había yacido él.

Su cuerpo reaccionó por fin cuando empezó a correr movido por el instinto de la supervivencia. Como queriendo escapar de la muerte que acechaba en aquel mundo y que lo agobiaba, notando una presión en el pecho que le hizo caer tras unos torpes pasos.

Una ola de sentimientos empezaron a emanar de su interior.

Sentimientos que no había conocido antes y que lo habían llevado de nuevo a sumirse en un sueño. Desmayado.