LEER NOTA DE AUTORA POR FAVOR:

Jaja queria llamarles la atencion con eso jaja kcho. Esta historia esta basada en un antiguo mito inca de mi país Ecuador (América del Sur, un pequeño pais en la linea ecuatorial que en un espacio muy reducido tiene selva, costa y amazonia... oh, e islas galápagos. Estoy muy orgullosa de mi querida patria, en serio, adoro ser ecuatoriana.), en fin. El pueblo de los Otavalos es una cultura indígena que se ha conservado hasta ahora con ciertas de sus tradiciones intactas.

Ellos viven en una de las partes más frias de la sierra y antes de que los españoles llegasen a america se cuenta que tuvieron epocas en las cuales no tenian casi nada de comer. Para explicarse como pudieron sobrevivir en un lugar tan seco y frio y con terremotos cada año se creo en la cultura otavaleña "La leyenda del guardian de Imbabura". Para pasarle a Naruto he puesto "La Leyenda del Guardián de Konoha"

Le he puesto Heilig por la canción de Tokio Hotel, la banda no me gusta tanto pero la letra de la canción va demasiado bien con mi historia. Espero que les guste. Le he puesto como un sasuhina... no se porq es mi pareja preferida y va con la historia.

Naruto © Masashi Kishimoto (=


Heilig

(O la Leyenda del Guardián de Konoha)

El vasto territorio de los confines del País del Fuego estaba separado en dos por una alta cordillera, que llegaba a su fin en el extremo norte del continente, ahí por donde se extendía el País de la Roca. En las faldas de la ladera, plantada sobre las rocas como brotes de musgo joven, bañada por el rio que bajaba de la helada cabeza del Imbabura, se hallaba Konoha.

A pesar de las difíciles condiciones en las cuales se hallaba, era una villa próspera y rica, su gente buena y amigable. Veneraban y agradecían al volcán a las faldas del cual podían recibir lluvia y sol, frio y calor, sombra y luz. Solo había al parecer un terrible problema. Los terremotos que cada año sacudían el pueblo, destruían los sembríos y dispersaban al ganado.

Las autoridades del pueblo lo habían intentado de todo. Sacrificios de animales, ofrendas, ceremonias de adoración al dios Imbabura para que les librase de aquel castigo anual. Pero nada de eso servía y ya nadie pensaba en otra solución. Era como si el enorme volcán no los quisiese ahí. Durante mucho tiempo se discutieron con seriedad las posibles soluciones. Al final se llegó a la solución de abandonar aquella tierra y buscar un nuevo lugar en el cual asentarse.

Así es como una noche se hallaban reunidos los superiores, jefes de la tribu, consejeros y sacerdotes en la fogata ceremonial, discutiendo sobre salir a buscar nuevas tierras, a pesar de las objeciones.

_ Señores, - habló Shikamaru, la voz de la razón, desde su asiento de mimbre.- El dios del volcán nos ha dado un mensaje muy claro. Que no nos quiere en nuestras tierras.- la habitación permaneció en silencio.- Como muchos de ustedes han sugerido, la única solución es salir de este lugar y buscar nuevas tierras. Sabemos que es difícil, pero al menos tenemos una posibilidad de evitar otra catástrofe y una peor ira del gran Imbabura.

En ese momento, la curandera, Sakura, voz del pueblo y la única mujer presente, levantó la mano. Se le cedió la palabra sus mechones rozados se inclinaron hacia adelante, ensombreciéndole los ojos verdes.

_ El pueblo - comenzó- no está preparado para eso. Tenemos ancianos en nuestra villa, enfermos, mujeres embarazadas que no pueden recorrer largas distancias. Tenemos más civiles que soldados para protegernos de maleantes o salvajes y no tenemos la capacidad para cargar con alimento, remedios, municiones y demás durante quién sabe cuanto tiempo hasta que encontremos un lugar donde asentarnos. No podemos arriesgar a nuestro pueblo de esta manera.

_ ¿Entonces cuál es la solución, esposa?- preguntó Naruto desde el puesto más alto. La mano ejecutora, la voz de la caridad y la compasión. Todos quedaron en silencio, sin saber que decir. Hasta que el sonido hueco de un callado hirió el silencio. Entonces la mueca de sobrecogimiento y respeto surcó los ojos de los presentes al levantar la mirada hacia el sacerdote supremo. Este se hallaba sentado en posición de meditación sobre el suelo. El aire se hizo pesado como en un sueño, cuando sus ojos negros se abrieron, Sakura soltó un suspiro y el cayó en trance ante aquella hipnosis asfixiante que las negras orbes parecían irradiar. Sasuke parpadeó y todos salieron del intenso ritual. Entonces el joven habló.

_ Tuve un sueño hace no más de dos lunas.- se detuvo y recorrió a la audiencia con su mirada penetrante.- Me hallaba sentado al borde del barranco del Imbabura y el dios del monte se me aparecía con la forma de un cóndor. Su plumaje era negro, pero sus ojos eran rojo pasión. Entonces depositó un animal entre mis manos y alzó el vuelo hacia la luna.- el grupo esperaba con atención al final de la historia. Sasuke levantó los ojos.- Entre mis manos había una paloma, y estaba viva.

Todos permanecieron en silencio mientras las llamas de la fogata crepitaban. El sacerdote dio otro golpe con su callado.

_ He pensado en el sueño muchas veces, creo que Imbabura me está dando la solución.

_ Un sacrificio humano...- susurró Naruto.- ¿Estás loco? ¡No somos tribus bárbaras, los sacrificios humanos son lo más brutal que existe!

_ No tiene por que ser brutal si no obligamos a nadie a hacerlo.- Sasuke se levantó del suelo y habló en una voz temblorosa y gutural.- Yo me ofrezco, como alma mística, a sacrificarme por Konoha.

_ ¡Sasuke-kun...!- exclamó Sakura con la voz quebrada, todos sabían que cuando el sacerdote hablaba en ese tono eran los dioses hablando a través de su boca.

_ Espera._ una voz suave en el otro extremo del círculo, todos alzaron la vista para mirar al hombre de cabellos largos y ojos grises que se hallaba sentado suavemente sobre sus talones, en una posición muy incómoda. Era Neji, miembro secundario de una de las familias más importantes de Konoha. Sabio, la voz de la rectitud._ Dijiste que la paloma era blanca. Un alma inocente, un alma pura.- Sasuke se mantuvo en silencio mirando a la sombra blanca que tenía en frente.- Tú, nuestro gran sacerdote, tu, nuestro místico, no puedes morir en un sacrificio. Debe de tratarse de un alma fresca, inocente y, sobre todo, no tan imprescindible.

_ Un adolescente, un muchacho cualquiera...

_ No. Una muchacha, una sacerdotisa pura, sabia y dispuesta a hacer todo por su gente.- Neji carraspeó.- Mi prima, Hinata. Hija de mi tio, nadie nunca la ha tocado.

Hinata. Todos los hombres sintieron un escalofrío.

_ Hinata es hija del Sabio principal, ¿Seguro que quieren darla en sacrificio?

_ ¿Qué mejor sacrificio que la hija de un Sabio, una criatura pura y más hermosa que la luna?- Naruto miró a Sasuke y luego a Neji.

_ ¿Ella lo acepta?- Neji asintió. Naruto se mordió el labio.- Sasuke, a partir de ahora serás su maestro. Enséñale lo que consideres necesario, no corrompas su inocencia.- el hombre apretó los puños, pero Naruto era el líder y su mejor amigo, así que se limitó a asentir y seguir sus órdenes.- Recuerda, no puedes tocarla. Ella es del dios Imbabura.

El sacerdote no dijo nada y la reunión terminó de aquella manera. La gente fue anunciada al día siguiente que para calmar la rabia del dios del Volcán se haría un sacrificio voluntario y que la víctima ya estaba elegida. Todos los ciudadanos parecieron de acuerdo, también en que Sasuke educase a la futura ofrenda del clan. Su poder y su sabiduría eran las cosas en las que el pueblo confiaba, y el que mantuviese a Hinata pura mientras le enseñaba no sería un problema.

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La chica caminó por los pasillos de la casa hasta la habitación de su padre, abrió lentamente la puerta y se acercó junto a él para darle un beso. El hombre abrió los ojos blancos y la habitación se iluminó ante la luz que irradiaban.

_ Mi preciosa hija... nunca pensé que te convirtiesen en un sacrificio.

_ Padre, ya te lo he dicho, lo daré todo para salvar a mi gente.- el hombre asintió y cerró los ojos.

_ Hinata, mi tiempo se acaba. Me duele pensar que terminaré mis días viendo a mi gente sufrir...

_ No digas esas cosas, padre... me pones triste.

_ Así son las cosas, mi lucero. Nuestra gente no sabe como solucionar problemas. Piensan que el dios del volcán nos está exigiendo algo. No entienden que nos está dando un aviso.

_ ¿Un aviso?

_ Si, hija, tu eres más sabia que ninguna otra sacerdotisa que haya conocido.- la mano de Hiashi acarició temblorosamente el rostro de su primogénita.- Prométeme que llevarás a nuestra gente hacia la luz de la sabiduría.- La chica estrujó la mano de su padre.

_ Te lo prometo.


No es largo, es por eso que el cap es corto. La leyenda es pequeña y ya verán como termina. Besos.