Este fic está escrito desde la visión de Draco. Está terminado! al menos el bosquejo de cada capítulo, así que lean tranquilas/os que no lo dejaré a la mitad. Pero una cosa antes de que comiencen a leer, los prevengo... es un fic peculiar que llevará al límite a Draco y Hermione, y sea lo que sea que pase en él, repercute en ellos. Eso, los leo al final.
Lo que mereces
1
No llevaba ni una semana desde que había comenzado su sexto curso en el colegio, y Draco ya caminaba por los terrenos de Hogwarts sintiéndose el dueño y señor.
Había aprendido a ser sigiloso, por lo que estaba casi seguro de que nadie lo había visto salir del colegio. Se había quedado mirando a lo lejos a Hagrid, por la pequeña ventana de su casa.
—Estúpido semigigante —Dijo con desprecio—.
Aguzó la vista, parecía estar aventando su paraguas rosado sobre dos criaturas extrañas, no lograba ver cuáles. Pero no era necesario que las viera para saber lo que estaba haciendo. Si, Draco sabía que estaba experimentando con ellas, quizás trataba de hacer otra extraña criatura como esas babosas que les explotaban las colas.
Rió por lo bajo, si lo hubiese visto solo un año atrás, no habría dudado en denunciarlo para que lo echasen, pero ahora las cosas habían cambiado, Draco tenía un futuro brillante por delante, no tenía que detenerse en seres insignificantes como él. Se tocó el brazo izquierdo y sonrió.
Era un Mortífago.
Siguió caminando, pero en dirección contraria a la cabaña de Hagrid. Se dirigió hacia los invernaderos, sus terrenos siempre estaban vacíos por el fuerte olor del fertilizante. Tenía que admitir que también le molestaba, pero tenía que pensar la forma de llevar acabo su misión, la que el mismo Lord Voldemort le había encomendado, y para eso debía estar solo.
Pero Draco no había comenzado a ordenar sus ideas, cuando un fuerte estallido hizo que diera un gran salto, miró para todos lados un tanto avergonzado por su reacción, pero seguía solo. Se giró y vio que de la cabaña del guardabosques salía un espeso humo azul, se le quedó viendo como embelesado y un tanto esperanzado.
—Ese imbécil… Espero que se este ahogando dentro de esa pocilga —Dijo—.
—¿Cómo puedes decir eso? —Draco se volvió con sorpresa, no estaba solo después de todo. Hermione Granger venía saliendo del lado contrario del invernadero y se le acercaba con paso rápido— ¡…Tenemos que ayudarle!—.
—¿Tenemos? —Le dijo Draco en tono despectivo— No hay ningún "tenemos" sangre sucia—.
Hermione abrió la boca, pero la cerró al instante, como si no concibiera a Draco en esos momentos, sobretodo cuando alguien necesitaba ayuda. Tomó sus cosas y pasó con decisión por su lado, ofendida, Draco tuvo especial cuidado de que no fuera a rozarlo al pasar. Pero Hermione se detuvo apenas hubo dado dos pasos.
Draco no se giró de inmediato, sintió algo extraño en el aire y una opresión en el pecho. Hermione había retrocedido y Draco pudo ver la expresión de susto que tenía en el rostro, con los ojos fijos en algo, Draco se volvió y entendió. Frente a ellos había una bestia enorme. Nunca había visto algo semejante, ni en libros. El cuerpo era robusto como el de un toro, pero cubierto de un espeso pelaje del color de la paja, y la cabeza asemejaba a la de un dragón con dos enormes cuernos rectos; del costado de su cabeza asomaban dos orejas largas y puntiagudas. Draco dirigió toda su atención a sus patas, eran enormes con grandes garras.
—¿Qué..qué… qué es eso? —Preguntó con un hilo de voz, Hermione solo logró negar con la cabeza—.
Pero la bestia no los miraba, en cambio, estaba muy pendiente de su propio cuerpo, de cómo su pecho se hacía más grande al respirar y del vapor que salía de sus fauces. Dio un rodeo caminando en círculos y luego volvió a su sitio, como si estuviera conociéndose por primera vez. Draco y Hermione estaban petrificados, pero cuando la criatura les clavó sus ojos amarillos, despabilaron.
—Corre —Dijo Hermione apenas moviendo los labios—.
Pero el enorme animal sonrió y pareció sorprendido de aquello. Antes de que ambos pudieran hacer nada, la bestia se levantó sobre sus patas traseras y abrió unas enormes alas, semejantes a las de un murciélago. Hermione dio un grito que se perdió con el ruido de su batir de alas, acto seguido quedaron cegados por una luz y luego la oscuridad... Draco sintió como era levantado del suelo y volvía a caer, no sintió dolor en ningún momento, el sonido de las alas se había terminado y Draco entendió entonces que aquel animal, era el resultado del experimento de Hagrid.
Se levantó trabajosamente del suelo, aún aturdido por los movimientos, el ruido y la luz, pero podía percibir que a su lado Hermione también se estaba recobrando. Cuando se hubo repuesto vio que la criatura seguía ahí. Draco aguantó las ganas de gritarle, la experiencia con el hipogrifo le había enseñado a ser cauteloso por las malas, Hermione al parecer, pensaba igual. La bestia se sentó en sus cuartos traseros y se dedicó a observarlos.
—¿Dónde estamos? —Le preguntó ella a Draco en voz baja, confusa—.
—¿Dónde más? En Hogwarts—.
—No, no —Le dijo insistente— ...Mira—.
Draco miró a su alrededor, pero volviendo la vista rápidamente a la bestia, no quería que lo atacara por sorpresa. Hermione tenía razón, no era Hogwarts, se parecía, pero no lo era.
—¿A dónde nos has traído? —Le preguntó a la bestia, en un tono que escondía muy mal que ya estaba cabreándose—.
—Shh… —Lo cortó Hermione asustada—.
—¡No me hagas callar! —Le dijo exclamando en voz baja, pero amenazador. Volvió a mirar a la criatura— ¡Eh tú, sácanos de aquí! Ya fue suficiente…— No obtuvo respuesta y Draco pensó hacia sus adentros que apenas saliera de ahí, haría que destituyeran al incompetente del guardabosques y que mandaría a matar a esa criatura—.
La bestia se levantó y dio unos pasos hacia ellos, como si hubiese captado los pensamientos de Draco. Draco quería parecer valiente, pero se sobresaltó y dio unos pasos hacia atrás. La bestia rió, pero sin muestras de jovialidad, era una risa hueca.
—Cuando pasen mis tres pruebas, volverán —Les habló con una voz grave, profunda y pausada. Pero la voz parecía venir de dentro de sus propias cabezas, ya que su boca no se había movido ni un poco— …Y tú —Le dijo a Draco, él se enderezó—, tú obtendrás lo que mereces—.
—¿Qué…? —Preguntó sin entender—.
La bestia volvió a reír.
—Si no pasan las pruebas, se quedarán aquí…—.
Draco se enfureció, sacó la varita y apuntó a la bestia a la cara. Hermione le corrió el brazo con miedo.
—¡Suéltame asquerosa!—.
El gran animal se les quedó viendo y dirigió sus ojos a Hermione, le hizo un gesto negativo con la cabeza, había un dejo de amenaza en sus ojos. Ella lo soltó y Draco quedó libre, se sonrió y aventó la varita directo a su rostro.
Nada paso. A la criatura le centellearon los colmillos, su cola se agitó y se acercó a Draco, le habló a palmos de su cara. Hermione aterrada lo había tomado del brazo, lo apretaba con mucha fuerza.
—No tienen magia aquí, yo soy la única magia —Rió— …Se irán cuando pasen las pruebas. Asistirán y vivirán en este colegio. Ayudarán a quién lo necesite… Esa es la primera prueba—.
Y diciendo eso, desapareció y ambos quedaron solos. Se quedaron pasmados unos minutos hasta que Draco se sacudió a Hermione con violencia y comenzó a sacudir la varita en todas direcciones nombrando todos los hechizos que se le ocurrían, pero seguía sin pasar nada.
—¡Maldición! ¡esto es mentira, es una broma! —Miró su varita con impotencia y luego a Hermione—.
—No lo es —Le dijo Hermione con tono preocupado— Mira…—.
Draco miró de malas ganas, tuvo que parpadear un par de veces para comprender lo que veía. Era la profesora Hooch con un silbato en su boca y en medio del terreno de pasto, había un montón de alumnos golpeando una especie de bludger en el suelo.
—Pero… pero… aquí debería estar el campo de Quidditch —Malfoy no daba crédito a sus ojos, no lo creía, no iba a creerlo. Negó con la cabeza, Hermione lo miraba nerviosa— …Esto no puede estar pasando, yo soy un mago, no tengo porqué convivir aquí... sin magia, eso está bien para ti, una impura... pero yo no… —Volvió a negar— ¡…Me voy!—.
Comenzó a caminar hacia donde él creía que estaba la salida, aquellos terrenos se parecían mucho a los de Hogwarts, pero no eran los mismos, a su espalda escuchaba los pasos apresurados de Hermione.
—Espera, detente ¡Escúchame Malfoy! —Le gritó, pero él no se detuvo, ya podía ver una reja— …No tenemos magia ¿no lo entiendes? ¡No es nuestro mundo! ¡Creo que es un mundo muggle!—.
Draco se detuvo y la miró de soslayo, el corazón le latía con violencia. Si eso era verdad, él estaba atrapado con ella, la única que sabía del mundo del que venían... La única, volvió a pensar. No, no se detendría a pensar en ello, a concebirlo siquiera, siguió su marcha.
Ya estaba en la cerradura de la gran reja de metal negro, no estaba cerrada, comenzó a abrirla, pero lo interrumpieron apenas se disponía a poner un pie afuera.
—¿A dónde crees que vas? ¿quiénes son? —Era Hagrid, con una mano enorme lo tomó del hombro y lo corrió hacia atrás— No se sale del colegio a menos que tengan un permiso—.
Draco abrió sus enormes ojos y descargó toda su rabia contra él.
—Es tu culpa, ¡maldito descerebrado! ¡Si no hubieses creado a ese animal no estaría aquí!—.
Hagrid se puso rojo y apretó los puños. Hermione se puso frente a Draco y levantó los brazos.
—Por favor, perdonelo. Está bajo mucho estrés, no quería ser grosero —Draco bufó y Hermione habló más alto— ¡Somos nuevos! Todavía no acepta el cambio de colegio —Dijo apresuradamente, como si esperara realmente que ellos fueran unos desconocidos en ese colegio— …Iba a llevarlo a la enfermería, pero no sé dónde está—.
Hagrid los miró ceñudo, sopesando si creerles o no. Después de unos segundos asintió y los llevó dentro del colegio. Caminaron en silencio, Draco estaba furioso y Hermione evitaba mirarlo. Se encontraron con la profesora Macgonagall, pero en vez de la habitual ropa de bruja, traía un simple traje formal muggle. A Draco se le achicó el corazón.
—Profesora, me he encontrado con estos dos, dicen ser nuevos—.
—Así es, Hermione Granger y Draco Malfoy. —Dijo para sorpresa de Draco— Deberían de estar en clases a esta hora, que sea su primer día no significa que puedan andar holgazaneando. —Los miró con severidad— Muchas gracias Rubeus, yo me encargaré desde aquí—.
Comenzaron a caminar, la profesora Macgonagall caminaba unos pasos por delante. Draco miró a Hermione, ella hizo un movimiento negativo con la cabeza.
—¿Cómo puedes estar tan tranquila? —Le dijo él en un susurro histérico— ¿Es ella o no es ella?—.
—No lo sé, no estoy segura de nada, y estoy lejos de estar calmada, pero tenemos que averiguar qué está pasando aquí ¿cómo pretendes volver si no? —Se rezagaron unos pasos, ella lo tomó por los hombros— …No tenemos magia ¿entiendes la gravedad?—.
—Me temo que el contacto físico de "esa índole" no está permitido en este colegio señorita Granger. Guarde sus afectos para otro momento. —Les dijo y Draco se soltó como si estuviera tocándolo alguien con una enfermedad contagiosa— Apresúrense, este es su salón —Les abrió la puerta y los dejó pasar, cuando hubieron entrado les cerró la puerta—.
A Draco le pareció que solo por la llegada de ellos reinó silencio en la sala. Abrió la boca asombrado, vio que todos los alumnos eran los mismos que los de Hogwarts, salvo que el uniforme era distinto, aquí era igual para todos, no había distinciones.
Se estaba volviendo loco.
—¿Por qué no se presentan? —Les dijo una voz con amabilidad, pero haciendo grandes esfuerzos por no titubear, Draco lo miró y se dio cuenta de quién era, Hermione tuvo que afirmarse de él cuando lo vio— …Mi nombre es Quirinus Quirrel y esta es la clase de Relaciones Sociales —Ambos se quedaron pasmados, estáticos, sin lograr despegar los labios— ¿y bien? ¿cuáles son sus nombres?—.
Hermione se aclaró la garganta y miró al profesor y a los alumnos. Draco notó como le temblaba la voz al hablar.
—Mi nombre es Hermione Granger, es un gusto —Le dio un codazo a Malfoy, pero este no reaccionó— …Y él es Draco Malfoy. Ambos venimos del colegio Hogwarts—.
—Ah si, algo hemos oído de ese colegio, el Director tiene una alianza con Hogwarts —Respondió Quirrell. Hermione miró a Draco confundida— …Bueno, vayan a sentarse, ahí tienen dos asientos libres—.
Hermione y Draco tomaron asiento sintiendo todas las miradas sobre ellos. Draco no quería admitirlo, pero moría de ganas de estar a solas con Hermione y poder hablar tranquilos. Miró hacía atrás y a los lados, un sudor frío le recorrió la espalda.
—…Son todos nuestros compañeros: Pansy, Goyle, Crabb, Zabinni, Nott… Esto es una locura —Dijo en voz bajísima solo audible para Hermione. Quirrell escribía en el pizarrón—.
—Y no solo ellos, también está Harry, Ron, Neville… Pero no está bien —Lo dijo mirando a Quirrell— él no debería estar aquí—.
De pronto alguien le lanzó una bola de papel al profesor y todos comenzaron a reír, el profesor se dio la vuelta y fue como si toda su presentación anterior hubiese sido una máscara.
—Po..po..por favor si..si..silencio. —Pidió con un tartamudeo que solo lo hacía ver débil ante sus alumnos— Aún esta..ta..ta..tamos en clases —Pero como vio que nadie le hacía caso sonrió— Pe..pero el que compar..par..partan así es bueno pa..pa..para las relaciones sociales —Se dio la vuelta y siguió escribiendo en el pizarrón, derrotado, sin saber cómo tomar la autoridad—.
—Si es a este papanatas al que tenemos que ayudar estamos perdidos —Dijo Draco mirándolo—.
Pero Hermione no le comentó nada, en cambio se puso en pie y gritó a todos los estudiantes, con esa voz de mandona que tanto le disgustaba.
—¡Ya basta!—.
Todos se callaron y se quedaron viendo a Hermione. Draco sabía exactamente lo que aquello significaba, si esto hubiese ocurrido en una clase normal de Hogwarts, él habría…
—Tenemos una amante de las normas y la buena conducta —Gritó Pansy y todos rieron con ella—.
Draco se achicó en su asiento mientras todos reían y le lanzaban papeles a Hermione entre abucheos. Si, él habría hecho exactamente eso.
—¡Se comportan como unos idiotas! —Alguien se había levantado de su asiento para defenderla—.
—Uyy Potter está enamorado —Dijeron a coro Crabb y Goyle—.
Draco miró hacia Harry y un odio súbito lo invadió. Le molestaba de sobremanera que siempre intentara hacerse el héroe. Miró a Hermione que tenía los ojos clavados en Potter, la tironeó del brazo e hizo que se sentara. Después de eso la clase continuó con normalidad.
Cuando terminó la clase, ya tenían que irse a la siguiente y Hermione en vez de ocupar ese tiempo en conversar con Draco, se acercó a Potter y Weasley, ella le pidió ir juntos, pero él se negó de redondo. En ese momento Crabb se le acercó junto a Pansy y Goyle. Crabb parecía ser el líder a falta de él mismo.
—Malfoy ¿no? —Le dijo él, Draco hizo un movimiento orgulloso con la cabeza. Pansy lo miró con interés— Mejor cuida con quién te juntas, no vayas a irte con las personas equivocadas, ¿me entiendes? si quieres que te vaya bien… —Señaló a Hermione, sonrió y se fue—.
Draco se quedó parado unos segundos viendo como se alejaban y se dirigió hacia Hermione, entendía a la perfección la advertencia de Crabb. Tomó a Hermione del brazo y la alejó de sus nuevas amistades, casi arrastrándola. Ella protestó, pero Draco no se detuvo, la llevó a un rincón y solo cuando vio que no había nadie le habló. Hermione se mostró nerviosa por la cercanía, pero Draco tenía que intimidarla lo más que pudiera.
—Escúchame sangre sucia, si quieres que sobrevivamos aquí sin magia, será mejor que no te juntes con esos. No les iba bien en Hogwarts y tampoco les va bien aquí ¿está claro?—.
—¿Y qué sugieres? ¿qué nos juntemos con esos matones de Crabb y Goyle? Olvidalo —Hermione se le quedó mirando y lo empujó para hacer distancia— No me volverás a llamar sangre sucia ¿soy lo bastante clara? —Draco molesto por el empujón, abrió la boca, pero Hermione lo cortó— …Tenemos que averiguar quién puede necesitar nuestra ayuda, y en eso Harry y Ron son mejores que esa pandilla. —Podía que tuviera razón, pero Draco no lo admitiría y mucho menos entablaría un vínculo con Potter y Weasley. Hermione parecía adivinar lo que pensaba, agregó:— …Llegaremos tarde a la siguiente clase, vamos—.
Se puso a caminar tras ella y entraron en el salón, ya estaban todos sentados y ordenados, no había punto de comparación con la clase de Quirrell. Tenía sentido, ya que aquella la impartía la profesora Macgonagall.
—Llegan tarde. —Les dijo— Y no admito retrasos en mi clase, la próxima vez habrá castigo —Ambos fueron a sentarse casi al final del salón— …Muy bien Longbottom, continúe—.
Draco vio que Neville estaba al frente de la clase, sonrojado a más no poder, miraba nervioso para todos lados y comenzaba a presentar un trabajo. Una caja (extraña y desconocida para Draco) proyectaba imágenes en el pizarrón. Cuando Neville había tomado el hilo y se veía más seguro de si mismo, Draco vio como unos asiento por delante de él, Crabb se señalaba así mismo con el dedo, luego señalaba a Neville, y hacía un gesto de cortarse el cuello. Neville se puso a tartamudear y su presentación fue un completo desastre, al momento de las preguntas no pudo contestar ninguna correctamente.
Pero a Draco no le molestó ver como Neville hacía el ridículo, esas cosas por lo general lo entretenían bastante, lo que le molestó de sobre manera, fue ver que cada pregunta que Neville no podía responder, las contestaba Hermione. Levantaba la mano con tanta rapidez que estuvo a punto de golpearlo más de una vez. Lo respondía todo y para peor, bien.
—Es que aparte de ser una sabelotodo en Hogwarts, ¿también eres una sabelotodo aquí? —Le dijo ofuscado cuando hubo terminado la clase. Hermione se enderezó con dignidad—.
—Si tanto te molesta, empieza a estudiar—.
Draco la miró perplejo ¿de verdad esperaba que él se esforzara algo en aquel colegio? ¿Qué estudiara esas materias muggles que no servían para nada?
—Escúchame bien Granger, nuestra atención va a estar en una sola cosa, y esa es salir de aquí ¿entendido? Nada de estudiar —Le dijo acercándose otra vez y dejando caer su índice sobre su hombro—.
—Quiero salir de aquí tanto como tú, sé muy bien dónde tiene que estar mi atención —Le respondió y lo miró con exasperación— ¿quieres dejar de invadir mi espacio personal? ¡No me intimidas, solo eres molesto…!—.
Draco se rió por lo bajo, sabía muy bien que eso no era cierto, la ponía nerviosa. Y a él le gustaba verla así, lo disfrutaba.
—Está bien, como sea… Pero, te lo digo, si tenemos que ayudar a Quirrell o al inepto de Longbottom, estamos perdidos—.
Hermione no quiso decir lo que realmente pensaba. Se mordió el labio y se llevó una mano a la nuca.
—Creo que debemos ir a ver al Director. Quirrell dijo que tenía una alianza con Hogwarts —Hermione lo miró— …Vale la pena intentarlo. Debe ser Dumbledore, incluso en este mundo puede decirnos algo que nos sirva—.
Dumbledore, pensó Draco y un ligero cosquilleo le recorrió el antebrazo izquierdo. Asintió. Justo en ese momento un muchacho alto y fornido pasó por su lado.
—Oye tú —Le dijo Draco con violencia, el muchacho se volvió amenazador y Hermione ahogó una exclamación de sorpresa—.
—¡Viktor! —Dijo, y él observándola relajó su ceño. Entonces Draco lo reconoció, era Viktor Krum—.
—¿Si? ¿Te conozco? —Preguntó él, su acento búlgaro era notorio—.
—Te tiene que haber visto en una revista —Respondió Draco con la intención de ser despectivo, Hermione lo miró escandalizada, pero Krum lo tomó como algo normal, quizás también era famoso en ese mundo. Hermione sonrió tímidamente—.
—¿Podrías decirnos dónde está la oficina del Director?—.
Draco observó la forma en que Viktor miraba a Hermione, no le habría importado, de no ser porque quería largarse de allí pero ya.
—¿Podrías? —Lo apremió él, Viktor lo miró y arrugó el ceño—.
—Al fondo del pasillo subiendo la escalerra, primerra puerrta de la izquierrda—.
Draco no dejó que Hermione le diera ni las gracias, la tomó del brazo y se encaminó a la oficina. Cuando llegaron, ninguno de los dos se atrevió a tocar la puerta, pero no fue necesario. La profesora Macgonagall salía de ella.
—¿Usted es la Directora? —Preguntó Hermione sorprendida—.
—Claro que no, Subdirectora, pero pasen, precisamente ahora el director me preguntaba por ustedes —Se hizo a un lado y los dejó pasar— Hasta más tarde profesor Riddle—.
Draco y Hermione se miraron sin comprender, quizás ambos habían escuchado mal. Para cuando hubo cerrado la puerta la profesora Macgonagall, Draco sintió como si se le paralizara el cerebro. Nada podría haberlos preparado para lo que estaban a punto de ver.
—Es..es..es… —Draco no lograba decirlo—.
—…Voldemort —Musitó Hermione—
De manera automática Hermione sacó su varita, a sabiendas de que no podía hacer magia.
A quienes hayan llegado hasta aquí, fantástico, espero que les haya picado el bichito de la curiosidad y me comenten qué les ha parecido este primer cap, que creen que pasará, sus locas teorías... TODO. Solo les puedo decir que el escenario está listo y que ahora las cosas comenzarán a suceder, por muy extraño que parezca. Nos vemos en el siguiente.
Si llegaste hasta aquí y te gustó lo que leíste, déjame un review. Detrás de cada obra hay una gran imaginación y creatividad que son necesarias para crear y escribir un fic ¡cuesta un montón!, pero dejar un review no cuesta nada ;)
C o r Ne L ia E s c i p I ó N
