Haruka Nanase tenía un secreto. Algo que ocultaba celosamente de los demás, algo que ni siquiera Makoto conocía. En realidad no supo en qué momento surgió. Un día estaba todo bien, normal. Las mismas vueltas en la piscina, los mismos desayunos preparados en traje de baño. Al otro… Las cosas habían cambiado absolutamente. Había llegado su secreto, había llegado y se había instalado cómodamente en la mente de Haruka. Y gracias a él, las vueltas en la piscina se habían vuelto pesadas; los desayunos, insípidos. Y la única manera de deshacerse de éste, era revelarlo. Debía decirlo, tenía esa necesidad. Pero ante todo, lo que más tenía era miedo.

Conviene aclarar, primeramente, en qué clase de situación se encontraba: Rin finalmente había vuelto a nadar con ellos. El club de natación era felicidad pura, como en los viejos tiempos. A su vida habían vuelto las risas, alegrías; los chistes y el buen humor. Continuaban compitiendo, sí, pero sanamente. Todos convivían en armonía, los chicos, la profesora, su antiguo entrenador, Gou; incluso los compañeros del otro equipo de Rin. Era como un sueño… Un sueño que Haru temía convertir en pesadilla si seguía adelante.

Pero debía hacerlo. No podía seguir engañando a sus compañeros, a sí mismo… Mucho menos a Rin. Ya que Rin, sin siquiera saberlo, era uno de los protagonistas principales de su reciente confusión.

—Espero tengas una buena razón para haberme citado. No tengo tu tiempo, ¿sabes? —comentó un hasta cierto punto molesto pelirrojo. A pesar de que ya trabajaban juntos nuevamente sus actitudes seguían siendo las mismas, quizá por esa manía tan suya de querer ser el mejor.

Estaban los dos muy cerca de la piscina, recargados contra la valla metálica que ya tan bien conocían. Haru apenas y le dirigió un breve vistazo.

—…Hay alguien que me gusta—dijo así, sin más. Rin le miró al principio extrañado, para luego entreabrir la boca dejando al descubierto sus blancos y puntiagudos dientes. Estaba anonadado, y de pronto un sonrojo leve cubrió sus mejillas. Haru no entendió por qué.

— ¿Y-y? ¿Eso a mí en qué me incumbe? —atinó a decir el más alto. Miraba a Haru, después dirigía su vista a otro sitio, visiblemente incómodo. Haru le observaba en silencio, sopesando si debía o no, continuar. El pelirrojo lucía nervioso, y a cada segundo parecía empeorar. Le vio inhalar aire y murmurar cosas inteligibles entre dientes. —Es… ¿Es alguien que conozca? —Rin intentaba sonar desentendido del tema; que preguntaba únicamente por educación, pero obvio era que le interesaba saber.

—Sí. Le conoces muy bien.

Haru se acercó hasta situarse delante de Rin, a escasos centímetros de su rostro. Pudo contemplar como el sonrojo ajeno subía de nivel, casi combinándose con el color de sus cabellos.

Cerró los parpados. Dirigió sus labios a los oídos contrarios, susurrando su secreto.

—Me gusta tu hermana.


Bueno, espero hayan disfrutado de este intento de fanfic. Es la primera vez que escribo algo de la serie, así que de antemano sepan disculpar si los personajes están OoC y eso. Y sobre la trama... Quería dar una pequeña sorpresa al final -No es que me guste mucho el HaruGou. No, para nada(?)- y sí, quería variar del yaoi y eso. En fin, me agradó levemente el resultado, así que no me queda nada más que decir. ¿Comentarios? sólo no quieran matarme, plis(?).

¡Ah! Y desde luego, Free! no me pertenece para nada. Pero algún día...