FATE/BATTLE RENAISSANCE

PRÓLOGO: UNA NUEVA GUERRA DA COMIENZO

Hace tres semanas...

"La Guerra del Santo Grial". Un evento que ocurre una vez cada 60 años en la ciudad oriental de Fuyuki, durante el cual un omnipotente artefacto mágico capaz de conceder deseos conocido como el Santo Grial hace su aparición, escogiendo a siete magos a lo largo y ancho de este mundo, a los cuales considera dignos de alcanzar su milagro, y permitiéndoles invocar poderosos Espíritus Heroicos conocidos como Servants.

Lamentablemente, el Grial solo puede conceder un deseo así que estos magos, conocidos como Masters, tendrán que enfrentarse junto a sus Servants en una guerra hasta que solo quede una pareja victoriosa que se alce sobre el resto y reclame su deseo, por egoísta que sea.

Bien, hasta aquí llega la parte teórica. Esta es la base de la que se considera como la guerra más pequeña y a la vez más grande del mundo. Ahora entremos en unos detalles que son necesarios aclarar. Primero, este Grial es un artefacto creado por magos hace siglos, no es la reliquia asociada al cristianismo. Y segundo, la invocación de incluso un solo Espíritu Heroico es un suceso milagroso, tanto que invocar los necesarios para la guerra está más allá de los límites del Grial. Para facilitar el proceso, los Servants son invocados en unos contenedores preparados de antemano y clasificados por sus roles principales, llamados "Clases".

Aunque seguro que esto ya lo sabíais, ¿verdad? Pues centrémonos entonces en el tema que nos ocupa. El Grial ha sido satisfactoriamente replicado en una ciudad del norte de España, dando lugar a una nueva guerra. Por lo tanto, aquellos seleccionados para participar deberán desplazarse hasta allí cuando se manifiesten los Reijuu que le acrediten como Master.

Os deseamos toda la suerte del mundo.

La Asociación de Magos era un hervidero desde aquel día en que se recibió esta carta. No solo porque era una invitación a una guerra que, de ser aceptada, significaría entrar directamente en la boca del lobo pero cuya recompensa era demasiado valiosa como para dejarla escapar; sino también por cómo había llegado hasta ese lugar.

Una carta enviada directamente a las altas esferas de la Torre del Reloj. Y por correo ordinario nada menos. Sin duda el autor de esta insensatez había conseguido sacar de sus casillas a más de un taumaturgo y los rumores sobre cómo iba a actuar la Asociación eran constantes. Normalmente cualquier noticia relacionada con ese pequeño ritual oriental era tratada como una estupidez y se desvanecía sin cobrar relevancia alguna. No obstante, había un tercer elemento que hacía de esta una carta especial que no debería ser ignorada sin más: el remitente. O mejor dicho, los remitentes.

Dos eran las personas que habían firmado este documento. Dos jóvenes magi que a pesar de su corta edad ya se habían ganado una reputación, en parte por su escaso pero extraordinariamente eficiente trabajo como freelancers, en parte por haber sido alumnos de varios de los mejores magos del mundo. Si eran ellos los que estaban detrás de esto, definitivamente no era una simple broma.

Sin embargo, no solo la Torre había recibido esta carta. Las 3 Grandes Familias (Matou, Tohsaka y Einzbern), fundadoras del sistema de Guerras del Grial en Fuyuki, además de la Santa Iglesia guardaban sendas copias mientras la búsqueda y obtención de catalizadores da comienzo, a la espera de que los Masters sean escogidos.

Actualmente...

Las dos de la madrugada... La hora en la cual los magos somos más fuertes ya que nuestro mana alcanza su nivel máximo. Sin duda la hora perfecta para iniciar el camino hacia nuestra ansiada meta...

-Hazel, ya es la hora. ¿Empezamos con la invocación?- Me giro a mi gran compañera y amiga, sonriendo para disimular los nervios que recorren todo mi cuerpo. Ni siquiera entre nosotros mismos nos llamamos por nuestros nombres, sino por apodos. Aunque ya estamos más que acostumbrados.

-Por supuesto, Nimbus. Es hora de dar comienzo a este ritual.- Su voz resuena por toda la sala, el sótano de un palacio abandonado cerca de mi casa. Enfrente suyo, un elaborado círculo hecho con sangre y una gran placa de piedra parecida a un hacha en el centro. Delante de mí, otro círculo idéntico pero con unos manuscritos de apariencia antigua en el centro.

-Está bien...- Suspiro y cierro los ojos para concentrarme. El prana empieza a recorrer nuestros cuerpos mientras esas extrañas marcas en el dorso de nuestra mano derecha empiezan a brillar con un color rojo intenso. Reuniendo toda la calma de la que soy capaz empiezo a recitar el cántico.

Para los elementos, acero y plata.

Para la base, piedra y el Archiduque de los Contratos.

Para el ancestro, mi gran maestro, *********

Las paredes bloquean el viento que cae.

Las puertas de las direcciones cardinales se cierran.

Desde la Corona, sigue el camino bifurcado hasta el Reino.

Llénate, llénate, llénate, llénate, llénate.

Repite cinco veces, pero destruye cada una una vez llenado.

Set.

Presta atención a mis palabras.

Mi voluntad crea tu cuerpo y tu espada crea mi destino.

Si atiendes al llamado del Grial, y aceptas mi voluntad y mis razones, entonces responde.

Por la presente, yo juro que seré todo el bien del mundo, y que derrotaré a todo el mal del mundo.

Los siete cielos, cubiertos con las tres grandes palabras de poder, salid del círculo de la atadura.

Guardián de la Balanza

De repente, ambos círculos de invocación pasan de brillar de forma tenue a explotar en un estallido de luz, prana, viento y niebla que lentamente se va disipando. Mi cuerpo se estremece ante semejante despliegue de energía pero me olvido completamente al ver surgir dos figuras de entre la penumbra, ambas de apariencia masculina.

Uno es un hombre de mediana edad, alto, de pelo moreno y vistiendo una armadura de cuero y bronce, con dos espadas atadas a su cintura; todo su ser emana un aura propia de un caballero admirable y su sola presencia es suficiente para causar que hasta el más arrogante se postre ante él. El otro, aún más alto y musculoso que el primero, viste una armadura de estilo griego, con un arco descomunal en su mano derecha, su melena oscura refuerza la sensación de seriedad que se refleja en sus ojos, provocando un fuerte sentimiento de respeto, quizás hasta de miedo.

Ambos seres alzan su vista y, tras presentarse como los servants de clase Saber y Archer respectivamente, se dirigen hacia nosotros con voz potente:

-Te pregunto. ¿Eres tú mi Master?