Oh! My lovely couple!

Capítulo 1:

Un encuentro inesperado

Cerró las cortinas para que los rayos del sol que penetraban por su ventana no la fastidiaran, era –como bien lo sabía- un intento fallido para volver a conciliar el sueño. No, era inútil. Sabiendo a ciencia cierta que lo inevitable estaba a punto de suceder, se anticipó a los hechos y apagó el molesto despertado que en unos cuando segundos iba a empezar con su chirrido comúnmente conocido de las mañanas que tocaba clase.

-"Oh… si… hoy es lunes"

Se desperezó y aun medio soñolienta como un poco de impulso para lograrse incorporar sobre la cama. ¡Dios! Como odiaba los lunes. Realmente los odiaba, pensaba que no había otra cosa más detestable que empezar una nueva semana. –Ok, excepto los lunes con frío- pero se notaba que estaba terminando el crudo invierno para empezar la primavera, y los rayos de sol que en las últimas semanas se habían hecho presentes podrían atestiguar a su favor.

Estuvo dubitativa si volver a recostarse con la clara excusa de "sólo 5 minutos más"… esa idea estuvo durante unos cuantos seguros en su mente hasta que una clara vocecilla se hacía presente en la habitación.

-"¡SAKURAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!"

-"¿eh? Ah.. Kero… ¿Qué es lo que sucede?"

-"tienes que despertar para ir a clases, ¿lo recuerdas? Es lunes… y ya se hace tarde"

Ok… los cinco minutos que estaba pensando hace unos segundos se echaron completamente a perder.

La adolescente se levantó por completamente maldiciendo por lo bajo al peluche volador y al lunes. Rodo los ojos, definitivamente no iba a ser un buen día –ningún lunes lo era- solo respondió a Kero con un casi insonoro "ya voy"

Sakura Kinomoto, una pequeña y delgada joven de apenas 16 años. Tenía un cabello castaño claro ondulado que le llegaba aproximadamente hasta la cintura, el cual agarro rápidamente en una coleta que acostumbraba a llevar a clases. Sus preciosos ojos verdes como espejos los cuales había heredado de su difunta madre Nadeshiko. Su piel era pálida con pequeños destellos rosáceos que iluminaban su rostro. En resumidas palabras, Sakura era una joven bastante atractiva, había dejado los aires de inocencia de la infancia para convertirse en una joven mujer sarcástica y rebelde.

Si, leyeron bien. Sarcástica y rebelde. Sakura ya no era la misma niña que había capturado las Clow Cards. Había cambiado. Con el tiempo había aprendido que siendo sarcástica con el mundo y menos amable sería mejor. Porque cuando eres amable te tratan y te traicionan de la peor manera que alguien puede hacerlo.

Se terminó de poner el uniforme y con una mueca de mala gana se despidió de Kero, en el fondo sentía aun aprecio por el peluche de color mostaza, el cual ya se había acostumbrado al temperamento voluble de la adolescente intentando comprender que debería ser una etapa que pasaban todos los humanos… pero a decir verdad no lo comprendía del todo.

Sakura era su Card Master, su amiga… o lo era… desde que Yue se había ido de Tomoeda –Yukito Tsukishiro como su identidad falsa-, Sakura estaba imposible… y ni que decir de…

Suspiró mirando hacia el jardín viendo como la joven atravesaba el portón –aun podía escuchar las llamadas de Fujitaba Kinomoto a su hija mencionando que no había terminado el desayuno-… era difícil convivir con una adolescente.

Sakura comenzó su camino rumbo a la preparatoria. Se colocó sus audífonos con el volumen más alto que su Smartphone podía soportar. Quería aplacar su mal humor –de casi todos los días- y escapar del mundo aunque sea durante esos 20 minutos de caminata que duraba desde su casa hasta la entrada de la preparatoria.

A lo lejos, una figura alta la observaba con suspicacia. –"Es ella, no puedo equivocarme" pensó mientras observaba la menuda figura de Sakura cruzar una avenida. Cogió con más fuerza la mochila que traía consigo y emprendió la marcha hacia la joven quien era ajena a los pensamientos del extraño que se acercaba de maneja sigilosa y sospechosa.

-"genial… llego tarde… ¿Qué puede ser peor?"

Repuso la joven al ver que casi no había estudiantes en la entrada de la preparatoria. Pero como siempre, las cosas siempre pueden ser peores.

Sí, mucho peores. No recordaba que la primera clase del día LUNES eran matemáticas. Con lo que le gustaban las matemáticas prefería tirarse desde un puente. Se asomó por la ventanilla del aula de clases. Maldición, era la profesora Takeuchi, la vieja profesora le tenía un hambre porque ya varias veces la había sorprendido intentando copiar de los exámenes y una que otra vez no había presentado los trabajos del semestre.

Después de hacer un recorrido mental de su mala relación con la docente. Decidió esperar afuera a que acabaran las primeras horas de clase. Además que no quería ver la arrugada y sombría expresión de Takeuchi.

Seguidamente oyó un chirrido en la puerta, indicando que la acababan de abrir. "¿Quién es el idiota?".

De pronto un joven de su misma edad, de contextura alta y atlética pasaba por su lado, indicando que él era el culpable de que la profesora tuviera sus ojos sobre ella en ese preciso instante. Instante que no duró mucho debido a que los ojos de la profesora se posaron en la nueva persona que ingresaba al salón antes de que pudiera decir algún comentario impropio sobre la joven.

-"¿… y usted es?"-dijo la mujer mayor acomodándose los lentes de montura, mientras que el aludido le entregaba un sobre con un documento en su interior –"oh… ya veo"

Todas las chicas de su sección ahogaron un suspiro cuando el muchacho acomodó su cabello color chocolate dándole un aspecto más rebelde –el cual incomodó a la profesora- y empezó a imponer orden en el salón mirando de reojo al joven con desconfianza.

-"ejem… como estaba diciendo…"

Sakura no prestó atención a los halagos que por lo bajo dirigían las estudiantes al nuevo. Es más, le resultaba claramente familiar. Lo conocía… era… era…

-"el nuevo estudiante de intercambio de China, Li Shaoran"

-"¡NOOOOOOOOOOOOO!"

Se escuchó por todo el salón y el pasillo el grito ahogado de la ex Card Captor. Sus compañeros –y la profesora Takeuchi- le dirigieron una mirada de asombro a la hermosa joven quien apuntaba con un dedo al nuevo integrante de su salón.

"Tenía que haber un error…. Tenía que haber un error… ese chico… no puede ser Li Shaoran" -pensaba Sakura para sí. No le importaba en ese momento que estuviera haciendo el ridículo enfrente de todo su salón, pues acababa de caerse de bruces por la impresión causada

Shaoran se volteó hacia ella con una divertida expresión en el rostro. Indicando claramente que le divertía la situación entre su antigua compañera de clases y él. Pero no se escuchó decir ninguna palabra más a ninguno de los dos, puesto a que Takeuchi acababa de ponerse entre ambos tratando de poner orden en su ya alborotado salón de clases.

-"¡Kinomoto! No crea que me he olvidado de usted… ¡está castigada!"

Ok. Si definitivamente no iba a ser un buen día. Para nada.

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Sakura podía escuchar los grititos y notar las nubles rosáceas que se comenzaban a formar en el salón de clases. Podría jurar que en cualquier momento le empezaba a dar nauseas todo ese juego romántico de corazoncitos y florecitas flotando alrededor de ella.

Sabía que ese día había empezado con el pie izquierdo y el lunes era maldición… pero tanta… "bah…" dijo para sí misma mirando hacia el lado del salón donde provenían todas esas risitas tontas y halagos hacia el chico de cabello castaño que sonreía coquetamente con un grupo de jovencitas de su misma clase.

-"pero vaya sí que es guapo"-dijo Rika Sasaki, una de las pocas amigas que tenía Sakura –"ha cambiado bastante"-suspiró

-"Vamos, Rika ¿quieres unirse a esa sarta de románticas frustradas?... ¡Ja! Ni loca….."-le respondió de mala manera Sakura.

-"la única romántica frustrada eres tú Sakura"-murmuró Rika ofendida por el sarcasmo de su compañera.

Sakura hizo oídos sordos al comentario por parte de la castaña y salió por la puerta del salón de clases casi a zancadas procurando no disimular su pronunciado mal humor. –"¡Ja! Tengo cosas más importantes que atender que ver a estúpidas chiquillas alborotarse por un tipo"-pensó azotando la puerta al salir

Bajó las escaleras con prontitud, dado que la hora del refrigerio estaba por culminar si su memoria no le fallaba, el equipo de básquet estaba entrenando para su siguiente campeonato local. Se tropezó con unos cuantos estudiantes en el pasillo principal que conducía a las canchas deportivas. Dobló por la esquina de los vestidores y ahí estaba: la cancha de basquet.

Unos cuantos estudiantes estaban entretenidos en el juego. Exactamente 10 contrincantes, 5 por cada equipo se debatían por controlar el balón dando poderosos tribleos que retumbaban en el piso como balas. Sin embargo, Sakura sólo logró posar sus ojos sobre uno de los jugadores, él era la única persona que podía hacerle olvidar su malhumor y dejar de ser tan sarcástica de vez en cuando.

Su sedoso cabello azulado con claros reflejos se mecía por el frenesí de la corrida. Sus ojos del mismo color azul oscuro los cuales eran capaces de robarle una pequeña sonrisa escondida de su rostro. La joven castaña se apoyó sobre la maya que rodeaba la cancha impidiendo que la pelota saliera de la misma. Rika se equivocaba, ella no era una romántica frustrada, ella era una verdadera romántica. Porque en su interior realmente creía que había un príncipe azul para ella. Que solo tuviera ojos para ella y al diablo con el mundo entero.

Ella estaba segura que era una princesa. Y lo más importante era la princesa de Eriol Hirahizawa. Su amigo de la infancia, de nacionalidad inglesa. Con quien se había cruzado en la primaria con la cruda labor de probarla para saber si era digna de ser Card Master. Sakura sabía que el chico inglés era la reencarnación de Lead Clow, el creador de Keroberus y Yue, sus guardianes.

Habían pasado los años, el carácter de Eriol no había variado en lo más mínimo, aparte de ser el mejor estudiante de su grado. Poseía una fama de ser un don juan empedernido. Mejor amigo de Sakura, con quien compartía bromas, había dejado de lugar la magia, salvo en algunas ocasiones para hacer alguna broma inofensiva a sus compañeros de clases, Sakura lo admiraba y lo alababa cuando Eriol hacía alguna diablura.

Sin querer, ella había comenzado a enamorarse del ojiazul sin darse cuenta. Bueno, se dio cuenta cuando era demasiado tarde.

Varias veces había intentado salir con Eriol, cuando lo conseguía había tal camarería entre ellos que no se había atrevido a confesar sus verdaderos sentimientos. Porque aunque le cueste reconocerlo, Eriol la veía a ella como la niña que atrapó alguna vez las Clow Cards, que ahora eran Sakura Cards. Movió la cabeza de un lado para otro evitando esos pensamientos que eran una daga para su corazón. Seguidamente apoyo su cabeza, pronto una mano amiga se posó sobre su hombro, ella se giró rápidamente hacia el aludido, encontrándose con el rostro de su "mejor amigo".

-"Hola Sakura"

-"Ho… hola Eriol"-dijo ella sorprendida. De nuevo, Hirahizawa se había dado cuenta de su presencia antes de notarlo tan cerca. Estaba tan enfrascada en sus pensamientos, sobre él que no había reparado con su presencia

Eriol sonrió –"gracias por venir a verme, pero el descanso acaba de terminar… ¿no tendrás problemas con tu siguiente clase?"- consultó haciendo una graciosa mueca provocando una parálisis interna en la ex Card Captor.

-"….eh….. no…. Realmente no estoy interesada en la clase de japonés ni en volver al aula… además el profesor Yonamine se duerme en clases, puedo entrar cuando yo quiera"-dijo rápidamente sonrojándose ligeramente por la presencia del muchacho

-"oh, bueno… no quiero que seas castigada por mi culpa…"-repuso él afable jugando con el cabello de la castaña. Cada vez que hacia eso sentía una ligera carga de adrenalina recorriendo cada parte de su cuerpo.

-"¿cu… cuando es el juego?"-dijo ella sin respirar

-"El miércoles. Por eso tenemos permiso de practicar lo que resta del día. ¿Irás a verme?"-comentó con un ligero coqueteo en su mirada

-"¡Por supuesto!"

-"que bien"-dijo apartándose de ella dado que sus compañeros de juego reclamaban ya su presencia en la cancha –"será mejor que vayas a clase… me dijeron que la profesora Takeuchi te había puesto un castigo por llegar tarde hoy. No quiero que tengas otro castigo por llegar tarde del descanso"

-"se ven que los rumores llegan rápido"-rio ella de mala manera haciendo un mohín de disgusto rodando los ojos –"como si no fuera suficiente con…"

No siguió dado que el aludido acababa de darle un beso en la mejilla a modo de despedida.

-"nos vemos"-se despidió dejándola atrás con una mirada embobada en sus bonitos ojos verdes –"no te metas en problemas"

-"no más que tú"-pensó Sakura tocándose el lado de la mejilla donde Eriol había estampado sus labios hacía unos segundos. Por primera vez en el día sentía que la suerte le sonreía. Desgraciadamente, esas situaciones eran las que la confundía con que Hirahizawa tenía sentimientos amorosos por ella.

Se dio media vuelta emprendiendo el camino hacia su salón de clase, olvidándose de sus problemas, entre ellos el regreso de Shaoran Li.

Suspiró. Sabia que su vida no había sido perfecta en los últimos años, pero realmente al parecer el karma existía. Sakura empezaba a creer que era probable que en su vida pasada hubiera hecho algo relativamente malo para que él estuviera en el mismo salón que ella. Cerró los puños, como lo detestaba. Su ira había crecido durante tanto tiempo, al punto de odiar al chino con todo su ser. Pero eso ya era cosa del pasado. Ya no dolía… ¿verdad?

Decidida a no gastar más sus pensamientos en el alumno de trasferencia. Abrió sigilosamente la puerta del salón, el profesor Yonamine le dirigió una mirada de curiosidad mientras murmuraba en voz baja –"10 minutos tarde, Kinomoto", siguió escribiendo un complejo kanji en la pizarra. Y la clase volvía a su orden lugar.

Alcanzó su pupitre de mala gana. Sus traviesos ojos rodearon el salón, pero no había rastro del chico chocolate… esperen… ¿Por qué lo buscaba? Bah, patrañas… estaba segura que Shaoran Li en Japón, solo le traería problemas.

Pero no sabía hasta qué punto.

-"buenas tardes profesor"

Una voz masculina se escuchó desde la puerta. Un grupo de chicas que se sentaban cerca ahogaron un suspiro. El profesor Yonamine escrutó al muchacho indicándole una mirada si tenía alguna excusa para llegar tarde a su clase, notó que era la primera vez que lo veía.

-"¿pertenece a esta clase, jovencito?"-inquirió el profesor por primera vez dejando la tiza en el barandal de la pizarra

-"si, soy Li Shaoran, alumno de intercambio de China, fui a hablar con el director sobre mi estadía en Japón"-menciono Shaoran –"me dijo que me escogiera un pupitre, en la mañana estuve en un pupitre provisional hasta que trajeran el mío"

-"oh… entiendo, si justo trajeron uno durante el descanso"-dijo el regordete profesor chascando sus dedos como si hubiera hecho el descubrimiento más grande del universo. –"¿ya hizo su presentación con la clase?"-repuso mirando al muchacho una vez más

-"si, con la profesora Takeuchi"

-"muy bien, muy bien"-dijo Yonamine –"entonces…"-revisó con sus ojos mirando hacia el salón encontrando el pupitre del que habían estado hablando, éste estaba en la parte trasera del aula justo al lado de….

Sakura quien no había prestado atención a ninguna palabra de la conversación entre el profesor y Shaoran, notó que todas las miradas se dirigían hacia ella… ¿Por qué la miraban? ¿Qué había hecho ahora?

-"al lado de Kinomoto"-dijo el profesor con una sonrisa

-"¿Eh? ¿Qué?"-dijo sin creerlo Sakura, prestando atención al pupitre –recién había notado su presencia- "pero… pero si en la mañana se había sentado al lado OPUESTO del salón"-pensó deseando que se hubiera quedado ahí por el resto de la eternidad, bueno o por lo menos por el resto del año escolar.

-"buenas tardes"-saludó amablemente Shaoran con una seductora sonrisa que hizo que Rika –quien se sentaba delante de Sakura- suspirara. Sakura rodó los ojos fingiendo mirar hacia la ventana apoyando su cabeza sobre la palma de su mano.

Refunfuño. Su malhumor había vuelto, ni si quiera pudo hacer ningún comentario –sarcástico- a su nuevo compañero de pupitre.

-"soy Shaoran Li"-continúo intentando entablar conversación con la castaña

-"si, ya lo sé. Li"-sentenció –"créeme que escuche muy bien tu nombre hoy en la mañana cuando te presentaste con la profesora Takeuchi"-dijo Sakura tratando de ser hiriente –"como si pudiera olvidarlo"-pensó y una ligera tristeza se apoderó de ella

-"es bueno verte… Sakura"

-"no te he dicho que puedes llamarme por mi nombre"-repuso ella cruzándose de brazos y la tristeza seguía presente

-"entonces, perdón, Kinomoto"-dijo Shaoran en un último intento de ser amable –"ah… si de nada…"-murmuró

Sakura abrió sus ojos de par en par –"¿de nada? ¿por qué?"-pensó mientras sus espesas pestañas parpadeaban

-"porque gracias a mí pudiste ingresar a clase esta mañana"-adivinó sus pensamientos Shaoran mientras sacaba la lengua de manera coqueta –"si es que no hubiera abierto la puerta, la profesora no hubiera notado tu presencia y no habrías ingresado a clase"-rió por lo bajo.

-"¡¿estas demente?! ¡Por tu culpa estoy castigada!"

-"¡KINOMOTOOOOOOO!"

Todo el salón volteó a ver al profesor Yonamine, el enanito profesor estaba hecho una bola de fuego. Sus manos apretaban la inocente tiza que estalló en sus manos, se había estado ganando –bueno también la clase entera- con la discusión que habían tenido entre dientes los dos adolescentes.

Sakura nunca había tenido miedo al profesor de japonés. Pero esta vez si había estado sudando en frío. Había despertado al volcán dormido. Se dijo mentalmente. Dos castigos en un día… ¿habría roto un record?

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Abrió la puerta de su sala de baño. Estaba realmente cansado. Había sido un día agotador. A medida que avanzaban los días el entrenamiento se volvía cada vez más pesado.

Él y su equipo habían logrado superar a todos los equipos de basquetbol de la ciudad, únicamente quedaba el equipo de la escuela de la región de Kanto. Dentro de dos días se debatían entre el primer y segundo lugar de todo Japón.

Cualquier en su lugar estaría nervioso. Pero Eriol Hirahizawa era diferente. Con sus 17 años de edad recién cumplidos, capitán del mencionado equipo, uno de los estudiantes más ricos y guapos del instituto. Por nada era muy bien conocido por ser un completo conquistador en la preparatoria durante la escuela secundaria había salido con un buen grupo de señoritas, sin llegar nunca a nada serio y mucho menos a ningún tipo de compromiso amoroso. Muchos de sus compañeros los relacionaban con su amiga Sakura Kinomoto, pero nadie podía asegurarlo.

Hijo del actual embajador de Japón en Inglaterra y su madre era una dama de la aristocracia inglesa de ella heredó los grandes ojos azules casi ocultos bajo una finísima montura de cristales. Con una personalidad burlesca y despreocupada, pero muy buen estudiante, ocupaba siempre el primer lugar en el conteo general. Había participado en innumerables concursos de ciencias y artes.

Abrió el grifo de la bañera para tomar un buen baño caliente. Sacudió su cabello pensando en el mail que había recibido unos días antes. No estaba preocupado por el partido del miércoles. Eriol estaba preocupado por otro tema que invadía casi el 90% de sus actividades normales.

Sus compañeros no habían podido decirle lo distraído que había estado en los entrenamientos los últimos días. Pero él lo sabía lo podía leer en sus rostros. Se sentía mal por ello. Desde muy pequeño había aprendido a que tus pensamientos no deberían dominar los movimientos de su cuerpo. Sin embargo, estaba preocupado.

Terminó su baño, enrollándose la toalla en la cintura dejando ver su cuerpo varonil atlético bastante cuidado, cogió otra toalla y se la puso sobre los hombros tratando de secarse el cabello.

De pronto miró el reloj, marcaban las 7:45pm. Era tarde, sonrió para sí. Sakura no tardaría en llamarlo como todas las noches, le comentaba su día, los castigos que los profesores le habían podido poner, tramaban uno que otro plan ficticio de venganza, reían un rato, algunas discusiones con su padre, entre otros temas.

Eriol era astuto, bien sabía sobre los sentimientos de su mejor amiga hacia él y sus claras intenciones. Miró hacia el techo de su habitación tratando de encontrar respuestas y las palabras que algún día tal vez no muy lejano tendría que confesarle. Exacto, no muy lejano. Estaba seguro que muy pronto ese día llegaría.

La joven Kinomoto siempre había sido su amiga, nunca había tenido el valor para poder decirle la verdad porque sabía que esa verdad le haría daño. Mucho menos después de que…

Sonó el teléfono. Justamente terminaba de cambiarse el elegante pijama de seda con rayas celestes que Sakura le había regalado la navidad pasada.

Eriol prefirió no pensar y contestarle a Sakura, quien se enojaba si él no le contestaba rápido la llamada.

La joven se dejó caer sobre su mullido colchón con el teléfono en la mano, se podía escuchar a otro lado de la línea el incesante timbrado –"¿habrá llegado a su casa? ¿Qué estará haciendo?"-miró el reloj con impaciencia. Eriol sabía que ella lo llamaba religiosamente a las 8 de la noche después de cenar, por supuesto también sabia lo impaciente que podía ponerse si es que no recibía una rápida respuesta por parte de su amigo inglés.

-"¿Aló? Hola Sakura, ¿Cómo estás?"-se escuchó por fin al otro lado de la línea la voz varonil de Eriol Hirahizawa –"disculpa, estaba terminando de darme un baño"

Sakura se sonrojo furiosamente al imaginar la situación del inglés minutos antes. Movió la cabeza de un lado a otro disipando sus fantasías.

-"ah… si… ¡Hola Eriol! Bien… gracias"-dijo ella aun con un leve sonrojo en sus mejillas –"bueno, no tanto…"

-"¿Por qué? ¿Qué sucedió?"-interrogó él –"¿…te castigaron de nuevo?"-pregunto divertido –"espero no tener nada que ver en eso"

-"¡Oh no! ¡Por supuesto que no! ¿Cómo crees?"-dijo ella rápidamente moviendo la mano de un lado a otro –"el que tiene la culpa es otro…"

Eriol se sorprendió al escuchar el comentario de Sakura, sin embargo no dijo nada. La aludida no se había dado cuenta de su pequeño comentario.

-"me pusieron DOS CASTIGOS, ¿lo puedes creer?"-casi gritó haciendo graciosas muecas con sus manos –"¡Takeuchi y ese regordete de Yonamine! ¡Yonamine!"

El joven Hirahizawa rió –"Sakura fue tu culpa en llegar tarde… creo que es por las matemáticas ¿no?"-inquirió aún más divertido –"y lo del profesor Yonamine no debiste hablar en clase tan alto, tu sabes que está casi sordo… eso quiere decir que gritaste"-dedujo

-"no fue mi culpa"-protesto haciendo un puchero, el cual Eriol imaginó a través del teléfono y esbozo una sonrisa

-"¿Qué harás como castigo?"

-"tengo dos semanas extras de limpiar el salón antes de clases por cortesía de ambos"-dijo resignadamente –"empiezo mañana…. Es decir no podré dormir más"-suspiró alargando la última frase

-"creo que tengo una solución que puede agradarte"-dijo el inglés mientras que encendía su laptop y se recostaba en un mueble contiguo a su cama

-"¿a qué te refieres?"-preguntó Kinomoto con curiosidad

-"¿Qué te parece que para que tu caminata al colegio no sea tan tediosa te acompaño estas dos semanas a la preparatoria?"-sugirió. En esos momentos el corazón de la joven empezaba a dar brinquitos de satisfacción. –"hace tiempo que no llegamos juntos a la escuela"

Iría a la preparatoria acompañada de Eriol… como en la escuela secundaria. Hacía tiempo que no caminaban juntos, pues cuando empezó la preparatoria clasificaron los salones de acuerdo a sus notas en la secundaria y en el examen de ingreso. Digamos que no le fue muy bien, y a Eriol lo colocaron en un salón diferente al de ella. Se sintió desolada… pero a menos podría ver a Eriol en los descansos o en las prácticas de básquet del equipo.

-"¡Me parece una estupenda idea!"-gritó de felicidad –"¿a qué hora llegas mañana? ¿Te parece a las 6:30am?"

-"Ok, perfecto a esa hora estoy en tu puerta"-dijo tecleando en su laptop concentrado en el texto que escribía –"no me hagas esperar… sabes que me pongo especial cuando espero"-rió levemente escuchando por el auricular como Sakura diciendo que estaría completamente lista a las 6:30am.

-"Gracias, Eriol"

-"No te preocupes, buenas noches. Saludos a Keroberus y a tu papa"

-"Sí, claro. Papá se alegrara de verte, Kero también te envía sus saludos"-dijo ella completamente feliz –"hasta mañana, buenas noches"

-"buenas noches, Sakura"

Eriol cortó la llamada, dejó el Iphone a un lado mientras que la imagen de la ex Card Captor desaparecía de su pantalla y se nublaba. Pasó unos segundo y el joven colocó el botón "enviar" al finalizar el email que estaba escribiendo. Arrastró los dedos a través de su azulado cabello dando un pequeño suspiro mirando hacia su ventana. La habitación estaba en penumbras, la única luz que había era la que expelía su computadora portátil. En la que había un único email abierto con una única frase

"Regreso a Japón"

La joven Sakura daba brincos en su habitación. De un momento a otro, su suerte había cambiado. Genial. Si, mañana iba a ser un gran día. Estaba segura.

Kero se acercó volando hacia ella –"¿Cómo está la reencarnación de Clow?"

A pesar de los años, Kero seguía llamando de esa manera a Eriol. El pequeño peluche sabía muy bien los sentimientos de Sakura hacia la reencarnación de su antiguo amo y su creador. Suspiró. La muchacha estaba en otro planeta.

-"¿Sakurita?"

-"ah…. Si, Kero"-dijo ella prestándole atención por un mínimo segundo –"te envía saludos…. Y mañana…"

-"¿mañana?"

-"mañana vendrá por mí e iremos juntos a la preparatoria. Mi vida es perfecta"

-"eso no dijiste cuando llegaste a casa"-suspiró el peluche con una pequeña gotita sobre su cabeza recordando que hacia menos de una hora la adolescente había llegado azotando con mucha fuerza la puerta principal advirtiendo su presencia a un afable Fujitaka Kinomoto quien se encontraba en la cocina preparando la cena.

Nuevamente, Sakura no le prestaba atención.

-"¡Bueno! ¡Me iré a bañar! ¡Buenas noches Kero!"

El guardián del sol miró hacia su Card Master desaparecer por el pasillo aun dando pequeños brincos de felicidad. Volvió a suspirar, a veces pensaba que solamente a veces… -"ella te extraña"-pensó encendiendo la televisión para ver un programa cómico.

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-"¡Feliz cumpleaños, Sakura!"

La joven soplaba todas las trece velitas de su torta de cumpleaños con una enorme sonrisa en sus labios. No había maldad en sus expresiones. Era una niña completamente feliz. Fujitaka tomo la fotografía para enmarcarla como un bello recuerdo tal como tenía las fotos de su difunta esposa Nadeshiko.

En la foto aparecían los integrantes de su familia… su familia: Sakura en el centro. Touya Kinomoto, el hijo mayor fastidiando a su hermana menor a su derecha, al parecer sostenía un peluche amarillo con alas y al otro costado de Sakura, el mejor amigo de Touya, Yukito Tsukishiro.

Esa era la última fotografía que tenía con Yukito Tsukishiro.

Antes de que la abandonara.

Antes de que se fuera tan lejos.

Aun recordaba esa tarde de verano. Hacía calor, estaba terminando el verano.

Sakura corrió con todas sus fuerzas hacia la parada de autobús, nunca había corrido tan rápido en su vida –bueno si, una vez- no quería… no quería que se fuera.

-"¿estas segura que llegaremos?"-preguntó Kero desde su bolso –"Corre, Sakurita…"

Jadeó apoyándose en la puerta de la entrada del terminal de buses de Tomoeda. –"Salida 23… Salida 23"-murmuro caminando a paso apresurado mirando todas las salidas de buses hasta que finalmente pudo divisar las que empezaban con veinte.

Apresuró su camino y lo vio. –"¡Yukitoooo!"-gritó provocando que todos los pasajeros que estaban a punto de embarcar la miraran. No le importó, trotó mientras que el joven se volteaba a mirarla con sorpresa.

-"¡Sakura! ¿Qué haces aquí?"-dijo el aludido saliendo de la fila

-"¡No te vayas! ¡Por favor, no te vayas!"-gritó la adolescente –"estudia aquí astronomía, pero no me dejes"

El joven hombre sonrió arrodillándose hasta estar a la altura de la niña. Sakura luchaba por limpiarse las lágrimas que inconteniblemente caían espesamente por sus mejillas

-"¿más tranquila?"-repuso tras unos segundos mirándola con la misma amabilidad y cariño de siempre –"¿Por qué no estás en el colegio? Tienes clase"

-"¡No me importan las clases! ¡Me importa estar aquí! ¡Aquí contigo!"

-"Perdón. No quería despedirme de ti… no podía…"-se disculpó alzando la mirada encontrando un reloj indicando que faltaban unos escasos minutos para que partiera su bus que lo llevaría directo al aeropuerto Narita.

Sakura aun hipaba gracias al llanto de hacía unos segundos. Yukito alzó unos cuantos mechones de cabello colocándolos atrás de la oreja de Sakura para apreciar más el rostro sonrojado y lloroso de la niña.

-"siempre estaré contigo, Sakura. Yue y yo, siempre estaremos contigo. No lo olvides"-dijo él con una mirada triste en sus pupilas doradas –"está preocupado por ti. Yo también lo estoy"

-"Yukito… yo…"

-"eres nuestra ama. Pero realmente, quiero cumplir mi sueño. Es un sueño que lo he tenido siempre"-cerró los ojos –"lo siento, debí consultarte antes de todo"

Sakura se quedó en silencio. Kero observaba la escena con atención. Pasaron unos segundos más. La niña había dejado de llorar.

-"…entonces vé y cumple tu sueño, Yukito… Yue"-dijo alzando la cabeza con una sonrisa –"Confío en ustedes… vas a perder tu autobús… yo estaré bien"-repuso limpiándose las lágrimas con su brazo –"los quiero y quiero lo mejor para ustedes. Me gustaría que lo cumplieras y cuando lo cumplas vuelvas conmigo"

Yukito sonrió, viendo la nobleza del alma de su dueña –"Gracias, Sakura. Eres mi mejor amiga"-dijo dándole un cálido beso en la frente –"Protégela"-dictamino Yue a través de Yukito mirando hacia Kero que estaba en la mochila de Sakura

-"por supuesto"-respondió Kero con la mirada hacia ambos –"buen viaje, conejo de la nieve, Yue"

-"llámame cuando llegues a Canadá"-dijo Sakura mientras que Yukito cogía su equipaje de mano y se levantaba

-"por supuesto, Sakura"-dijo él con una cálida sonrisa

-"…¿vendrás en vacaciones? ¿en navidad?"-dijo caminando al lado del hombre antes de que pudiera cruzar el detector de metales

-"Eso espero"-sonrió colocando su maletín en el equipaje de mano

-"¿no te olvidarás de mí?"

-"Nunca"-dijo él acariciando su cabello hasta desordenarlo –"Nos vemos, Sakura. Estudia mucho y portarte bien"

-"¡Claro!"-exclamó la niña con energía –"¡Adiós, Yukito! ¡Cuídate mucho! ¡Vuelve pronto!"

Agitó sus brazos con mucha fuerza, sintiendo una opresión en su pecho, sentía que su corazón se hacía cada vez más chiquito. Era la segunda vez que sucedía. Cerró los ojos para luego abrirlos y observar al joven quien era el último en abordar el bus. Se pegó al cristal viendo como el vehículo se alejaba y se integraba a la carretera. Pudo notar que el joven Tsukishiro se despedía de ella a través del cristal con un movimiento ligero de su mano derecha.

Perdió de vista el autobús. Perdió de vista a Yukito. Esa fue la última vez que lo vio.

Pero en ese momento, Sakura no lo sabía. Un pitillo proveniente de su bolsillo derecho de su vestido la saco de su pequeño trance. Era un teléfono rosado con alitas. Vio el número de quien llamaba y contestó.

-"¡Yukito!"

Sakura se despertó con el cabello revuelto se giró y miró hacia su mesa de noche. Su reloj marcaba las 4:06am. Se limpió las lágrimas que caían sobre sus mejillas. Cerró los ojos, sus espesas pestañas le pesaban. Se levantó de la cama y salió de la habitación, procurando no haber despertado a Kero o a su padre.

Bajó las escaleras, cogiendo un vaso se sirvió un poco de agua. Estaba sedienta. Se acercó a la ventana de su sala. Aún estaba oscuro y sentía un poco de frio. Miró hacia la calle, la noche estaba estrellada… y había una clara luna sobre ella.

Una clara y bella luna estaba alumbrando el prado. Se podía ver el brillo sobre el césped muy bien cuidado. se podía ver todas las constelaciones de estrellas. Era simplemente precioso.

Sonrió.

Y volvió a sonreír.

Yukito se quedó mirando la lápida con una cálida sonrisa en su rostro como ya era acostumbrado. Era una noche hermosa sin duda. El reflejo de la luna hacía que la presencia de Yue se notara más claramente. Cerró los ojos quitándose los anteojos para dar un profundo respiro levantando la cabeza. El viendo agitaba su cabello.

Pero solamente, había un nombre en sus mentes.

Ese nombre era…

-"Sakura"

Las antipáticas notas de Lime: ¡Lime volvioooooooooooooooooooooooooooo! Si, mis queridos amigos, Lime está de vuelta con un nuevo fanfic…! Y nada más y nada menos que con uno de CCS. Lime is Back to Basics… jajaja no escribo desde el año 2008 O.o! Mi musa artística se fue de licencia / vacaciones todo junto…! Si a alguien le interesa leer mis antiguos fanfics están en mi profile. Bueno, tenía esta idea de volver a escribir rondando desde hacía unos meses… me alegra volver, realmente sí.

Hablemos del fanfic…. Más de uno está… ¿desconcertado? ¿intrigado? ¿mareado? ¿todo junto? ¿Me parece o faltan personajes? Pues si… y lo veremos más adelante. Yo pensaba hacer inicialmente un one shot como había prometido en mi profile, pero mi mentecilla empezó a armar más encrucijadas y enmarañar más las cosas… que bueno…. Será con capítulos. Prometo no demorarme ¡en serio lo prometo! Necesito saber que opinan del fanfic… espero que me dejen muchos reviews :3. Por si acaso no es un universo alterno como pueden ver… según yo todo transcurre 6 años después del final del anime… estaba dudando si hacer universo alterno… pero al final me gusto más pegarme a la historia y roles original.

Bueno, muchas gracias por leerme y darme una nueva oportunidad como escritora.

Cuídense mucho, un beso, nos leemos en la siguiente entrega.