¿Y si un día deja de llover?

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Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Masashi Kishimoto.

Advertencias: Posible OoC y What If?

Aviso especial: "Este fic participa en el "Reto: ¡No al romance!" del foro Secreto en el Valle del Fin.

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El diluvio era una imagen que permanecía todo el tiempo como la escena principal de Amegakure, desde luego que a Jiraiya la vista no le molestaba: con el pasar del tiempo se acostumbró a vivir bajo ese húmedo clima.

El gris del cielo le sentaba bastante bien por ser un tono de color neutro.

En días lluviosos, como los que se le presentaban a diario, apreciaba quedarse en compañía de sus alumnos observando el grisáceo páramo desértico de rocas y agua que la naturaleza muerta les brindaba.

Lastimosamente, su partida de vuelta hacia Konoha dio inicio a una hora temprana.

Con el pasar de cada segundo, la evocada calidez de esos pequeños huérfanos se incrustaba más y más en su memoria.

Como si de un recuerdo pasado se tratase.

«Jiraiya-Sensei, la lluvia es el llanto de las almas que yacen en el mundo puro»

En un comienzo, el Sannin no estuvo completamente seguro de si dejarlos solos o no.

Nagato poseía una visión un tanto abrumadora sobre la existencia humana, y eso era algo que le preocupaba a Jiraiya en ocasiones. Temía que ese niño comenzara a vivir atormentado nuevamente por sus fantasmas del pasado.

«No lo sé. A mi parecer la lluvia es el llanto de los ángeles que nos observan desde el cielo. Recuerda que nuestros padres están allí»

En cambio, Konan visualizaba el universo de una forma dulce e inocente.

Algo que también le preocupaba demasiado, puesto que la inocencia tendía a desaparecer abruptamente gracias a los golpes de la cruel vida.

Cerró sus ojos por un momento; evocando la despedida y la charla que tuvo con sus chicos un día antes de marcharse.

Hablaron recostados en el suelo acerca del significado de la lluvia.

Ni siquiera recordaba cómo es que llegaron a hablar de semejante disparate.

«
En mi opinión personal, las lluvias de Amegakure son el llanto esperanzado de un universo que está ubicado más allá del cielo, invisible y diferente al nuestro. Que va cayendo poco a poco en forma de gotas transparentes nutriendo y fusionándose con la humanidad para crear un nuevo mundo de paz»

Sonrió al recordar como Nagato y Konan abrieron sus ojos sorprendidos ante las palabras dichas. Era obvio; no esperaban que tal definición saliera de la boca de un sapo pervertido como lo era su Sensei.

«Tal vez tenga razón, Jiraiya-Sensei. Pero… ¿y si un día deja de llover por aquí?»

Esa pregunta por parte de Yahiko lo tomó desprevenido.

¿Y si un día deja de llover?

¿Eso que significaría para el mundo?

Cerró sus ojos lentamente, sintiendo que ya estaba cerca de la salida hacia Konoha.

—El día en que la lluvia decida por fin cesar aquí en Amegakure sabremos que esa será la primera señal de que el mundo está comenzando a cambiar para bien, solo y sin ayuda.

Jiraiya volvió a sonreír.

Si algún día dejaba de llover, esperaba de todo corazón el poder presenciar junto a sus alumnos ese milagro.

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Fin.