Titulo: Por primera y única vez
¿Recuerdan el concurso al que entre una vez? Bueno esta es la historia, el tema era ANIVERSARIO ya que el blog de Kokoro cumplía un año de vida.
Summary: a pesar de que Leah no quería celebrar su aniversario Jacob tenía una idea muy diferente… 'no pienses… solo siente' le susurró él, y ella así lo hizo. Leah x Jacob.
Escritora: Fey Black.
Estaba en la playa, sola, triste, enojada. Sentimientos que suele sentir habitualmente, siempre está o sola o triste o enojada… sobre todo enojada, no importaba con quien o por qué. ¿Cómo es que ya había pasado un año? Pensaba ella. Doce meses, trescientos sesenta y cinco días… su primer aniversario, su estúpido primer aniversario lobuno… no… aun no podía creer que pasase tanto tiempo desde el primer día que se había transformado
- ¿Qué haces aquí? – una voz se alzó a su espalda, Leah sabía perfectamente de quien era, no necesitaba si quiere voltear a ver, su aroma le había hecho saber quién era a kilómetros de distancia
- ¿Qué te importa? Piérdete – espetó con ganas de que se marchara, estaba a pocos pensamientos de quebrarse y caer en un abismo depresivo, Jacob no podía estar aquí mientras eso pasaba.
- es tu aniversario, no deberías estar sola, deberías celebrar – dijo él acercándose, ella podía sentir su aroma más fuerte y el calor de su cuerpo más cerca.
- ¿celebrar? ¿Qué? ¿Se supone que la licantropía debiese alegrarme? – preguntó Leah sin voltear
- todo el resto ha hecho fiestas en honor a este día, su vida cambio desde la primera vez que se transformaron
- ¡Jacob hazle un favor al mundo y piérdete de forma permanente! – gritó Leah enojada. Lo último que le faltaba era que él la molestara, no quería realmente que se perdiera, de hecho no quería que se marchara, es su alfa, uno de los únicos con quien puede hablar relativamente sin querer golpearlo, y además, para coronar su grandísima estupidez, resulta que también es el hombre del que se le ocurrió enamorarse… oh si… no hace mucho se dio cuenta que se había enamorado idiotamente de este pelmazo de lobo
- los lobos tienen buen sentido de orientación, es difícil que nos perdamos – bromeó Jacob intentando aligerar el ambiente, no había seguido a Leah con las intenciones de pelear.
- ¿no tienes una hibrido a la cual moverle la cola o con la cual hacer de niñera? – preguntó Leah con más ácido que antes por haberse acordado de la fenómeno de la cual él se había imprimado.
- su nombre es Renesme – la corrigió intentando no molestarse por el apodo de 'fenómeno' dado a su imprimación
- ¿se supone que me debe importar como se llama el bicho ese? – preguntó mirándolo, Jacob no dijo nada, simplemente permaneció de pie. ¿Porque estará tan triste? Se preguntó él. Sabía que ella no era la misma de siempre, no era la mujer altanera y superior a todos que acostumbraba aparentar, algo la perturbaba, y eso lo perturbaba a él, no le gustaba verla así
- Jacob solo… déjame en paz, ve a… jugar al caballito con tu imprimación o lo que sea que hagan – le dijo Leah volteándose y mirando al mar, las lágrimas estaban prontas a salir, Jacob se tenía que ir ahora o ella quedaría vulnerable ante él, y eso no lo podía permitir.
Él permaneció de pie por un minuto más, debió irse, sabía que lo mejor que podía hacer ahora era darse media vuelta y marchar a la casa de los Cullen y ver a Renesme, pero sorprendentemente, inclusive para él, no quería hacer eso, más increíble aun era el hecho de que no deseaba irse, estaba bien allí, con ella. Quería consolarla, preguntarle porque estaba tan apenada. "Debo estar loco", pensó Jacob, "algo realmente malo me pasa en la cabeza". Pero aun así no se fue. Vio como Leah miraba el horizonte y se abrazaba a sí misma, como si quisiera reemplazar los brazos que nunca la rodearían para consolarla. Jacob sabía que eso era lo que ella necesitaba, apoyo, consuelo, ¿porque?, ni idea, pero tampoco lo iba a averiguar. Solamente iba a arriesgar su vida y la indemnidad de sus brazos para poder abrazarla.
Se acercó sin pensarlo otra vez por miedo a acobardarse.
Leah sintió sus pasos acercándose a ella. Pero no se movió, no tenía las ganas ni la energía para pelear, no ahora, no cuando estaba por desmoronarse gracias al recordatorio que hacía su tan famoso aniversario de lo patética y asquerosa que era su vida. Ella pensó que Jacob se sentaría a su lado, no sería la primera vez que estaban uno al lado del otro mirando la nada y en total silencio, ella pensando en lo increíble que sería la vida si él la amara y él… seguramente pensando en su amada hibrido. Pero lo que ocurrió fue totalmente diferente y la tomó por sorpresa.
Jacob pasó los brazos alrededor de los hombros de Leah y la acercó a su pecho desnudo, ella se paralizó y él esperaba un golpe en cualquier momento. Pero no llegó. Jacob tomando confianza se sentó a su espalda e hizo que ella se inclinara levemente hacia él… sintió la humedad llegando a sus brazos. Leah lloraba.
- ¿Por qué haces esto? – preguntó Leah cuando por fin pudo hallar la voz para hablar. "buena pregunta" pensó él, y la verdad es que no tenía idea porque, solo sabía que le gustaba el calor que Leah emanaba, y que el aroma a flores silvestres que tenía la piel de ella le fascinaba. Pero obviamente no se lo podía decir
- te ves triste – susurró él a su oído provocando una corriente eléctrica en el cuerpo de ella – cuando yo estoy así me gusta que me abracen… creí que te podía ayudar
- no lo hace – musitó Leah, y por una parte era verdad, la calidez de su abrazo no la ayudaba a permanecer como la invencible Leah Clearwater que todo el mundo conocía. Jacob tendió a soltarla pero ella no lo dejó, más bien fue su cuerpo que no dejó que él se alejara a pesar de que su mente gritaba lo contrario.
- ¿Por qué estas así? – preguntó él volviendo a amoldar sus cuerpos, se sentía tan bien tenerla tan cerca
- porque mi vida es un asco, porque desde que toda la porquería de la licantropía llegó a este pueblo la única que ha sufrido las consecuencias he sido yo y… ¿Qué te importa? – Dijo Leah reaccionando a su leve estadío de inconsciencia, ahora fue ella quien intentó salir de ese abrazo, pero Jacob ya no estaba dispuesto a soltarla – ¡suéltame pedazo de idiota o te mato!
- por favor Leah – rogó él acercando su boca a su oído, ella se estremeció con el susurro – dime qué te pasa, no me gusta verte así
- acostúmbrate – le dijo ella
- Lee – dijo Jacob haciendo que ella se congelara, ese apodo en sus labios no se le antojaba tan repugnante, se imaginó cómo sería que él le dijera así mientras jadeaba bajo sus muslos – cariño… por favor dime si te puedo ayudar
- eres un tarado… no sabes lo que me haces diciendo eso – Leah no podía retener las lagrimas ahora, salían como cascada de sus ojos cegándola y dejándola aun más vulnerable que antes
- te estoy apoyando…
- ¡me estás destruyendo! – Gritó enojada - ¡¿Cómo no vez lo que me pasa contigo?! – pero Jacob si sabía, desde hace tiempo había visto en un momento de descuido los sentimientos que ella guardaba por él. Al principio lo perturbó "diablos, Leah se enamoró de mi" había pensado. Pero ahora las cosas son diferentes. Él también se había enamorado de ella. Nessie era mucho más importante en su corazón y en su vida, pero… de no haber estado Renesme seguramente estaría con Leah… aun ahora… estaría con ella
- si lo sé – respondió él con pesar – se que… tu… ya sabes… de mi – se sintió como idiota al no poder armar una frase coherente.
- ¿entonces qué? ¿Disfrutas viéndome así? – "¿de verdad sabe?, mierda" pensó Leah, "prepárate a ser el hazme reír de la Push nuevamente"
- no… es que yo… de ti… - Leah se volteó a mirarlo, no podía creer que fuese a decir lo que le iba a decir… no podía hacerlo.
- no… si vas a decir alguna mierda parecida a 'estoy enamorado de ti' o algo así mas te vale cerrar la boca y tragar tu lengua – lo amenazó – cualquier cosa que me digas ahora se te olvidará al momento en que veas los ojos chocolate de tu amada Nessie… y la que terminará como estúpida seré yo… otra vez – dicho esto ella se levantó y tomando desprevenido a Jacob se soltó de su abrazo. Ella le lanzó una mirada de muerte y comenzó a caminar lejos de la orilla.
No la podía dejar ir, no podía dejar que el toque del momento se fuera, la confidencia que estaban teniendo no se daba nunca, así que no podía romperse la magia… no ahora, no tendría otra oportunidad como esta… tenía que alcanzarla.
Jacob se levantó de golpe y corrió donde ella. No demoró en llegar a su posición.
- Leah por favor, si solo cerraras la boca y escucharas yo podría…
- no podrías y es así de simple – le interrumpió ella – estas imprimado, sabes las implicancias de eso – siguió Leah queriendo llorar con todas sus fuerzas, pero tragándose el nudo en su garganta y manteniéndose fuerte como siempre
- sí pero… eso no significa que no sienta nada por alguien más Leah… y por ti… es…mas especial de lo que siento por el resto…es… no sé cómo explicarlo – balbuceó Jacob queriendo transformarse en lobo para que ella sintiera lo que él sentía por ella
- me quieres pero no es tan fuerte como para quedarte conmigo… tu imprimación aunque no quieras es más poderoso y bla, bla, bla, la misma mierda que me dijo Sam – dijo Leah tratando de no tomarle importancia al hecho de que Jacob también la quería, intentaba no emocionarse al respecto, porque estaba Renesme, la hermosa y perfecta hija de los hermosos y perfectos Edward y Bella. ¿Quién era ella en comparación? Nada además que la más fenómeno en el mundo de fenómenos que era Forks – no tienes nada que decirme, nada que ofrecerme nada…
Leah no pudo seguir hablando porque los labios de Jacob se lo prohibían, no vio eso venir, no se fijó en la cercanía que Jacob había tomado para besarla, sintió que debía alejarlo, acabar con todo porque las cosas se pondrían mal, ella había deseado esto desde hace meses, y ahora que estaba sucediendo temía no poder controlarse y quedar en ridículo por querer llevar las cosas a un grado de mayor cercanía. Por su parte Jacob no sabía que mierda hacía, ¿Por qué la besaba? Ni idea ¿Por qué seguía besándola y pedía permiso para profundizar el beso? Ni idea ¿Por qué disfrutaba de esto? Ni idea. Y eso era lo que más le asustaba, lo estaba disfrutando, lo estaba queriendo. Saboreaba lo dulce que era su boca, sentía cada roce de su lengua con la de ella y deseó probar mas allá de eso, probar su piel, sentir su calor rodeándolo… en ese momento decidió que no pensaría en nada, solo sentiría. Sin importar las consecuencias que esto conlleve después… ahora se dejaría llevar.
Jacob llevó sus manos a la estrecha cintura de Leah, sintiendo finalmente su piel y comprobando que era tan suave como él había pensado antes, cada vez que veía ese vientre plano se preguntaba cómo sería tocarlo, probarlo, acariciar hacia arriba, donde el pequeño peto tapaba… o más abajo, donde ese mini short cubría avivando la imaginación de quien la viera. "¿Por qué no?" se preguntó Jacob, ya que las cosas están así…
- no… Jacob… - dijo Leah jadeante haciendo una antítesis a lo dicho con sus manos y enredando aun más los dedos en el pelo de Jacob. No quería que siguiera, pero tampoco que parara, no quería que las cosas se escaparan de su control, pero tampoco que quedaran así, deseaba ser suya, que la tomara allí y en ese preciso momento.
- no pienses Leah… solo siente… - dijo Jacob antes de volver a besarla, ella se quiso negar empujándolo débilmente – por hoy no pienses… disfruta tu regalo – susurró uniendo sus labios otra vez. Leah ya no quiso intentar alejarse. Con el sabor de Jacob en su boca no tenía la fuerza para negarse, simplemente estaba rendida ante él, podía hacer lo que quisiera con ella y no se quejaría, no se negaría.
Jacob notó como Leah caía ante sus palabras y rodeaba su cuello con sus brazos acercándolo a él. Se estremeció al sentir los duros pezones de ella tocando su pecho, la emoción del momento lo llevó a ser más audaz poniendo sus manos en las caderas de Leah y acercarla hasta hacer que sus pelvis se tocaran de extremo a extremo, sentirla tan cerca provocó que el calor de su cuerpo aumentara y que la sangre se acumulara en un sitio específico, nunca había sentido esto antes, al menos nunca de esta forma, y se sintió increíble el cosquilleo que aumentaba en su sexo.
Leah ahogó un grito en la boca de Jacob cuando sintió su dureza chocar contra su pelvis. La excitación aumentaba a medida que el roce entre sus cuerpo se volvía más descarado. Ya no le importaba que las cosas se fueran de control, si él le iba a dar un regalo, ella lo tomaría, aquí y ahora. Lentamente subió una pierna rozando el muslo de Jacob, él entendió la idea inmediatamente y sosteniéndola fuerte la alzó en brazos como si ella pesara nada. Leah abrazó la cintura de él con sus piernas lanzando un gemido cuando sus sexos se encontraron atreves de las telas, podía notar claramente la excitación de Jacob y se regocijaba en la idea de que era ella quien lo provocaba.
Los labios de Jacob bajaron por el cuello de Leah mientras que ella tiraba hacia atrás su cabeza para darle más espacio, ahora que la tenía en alto su escote estaba más accesible a él, no esperó mucho para bajar y besar la piel expuesta, pero no se conformó con eso, su boca pasó sobre la tela y besó los pezones con tal dulzura que Leah pensó se desmayaría allí mismo. Jacob lentamente se arrodilló en la arena mojada de la playa y se sentó con las piernas dobladas posicionando a Leah sobre ellas, ahora que tenía las manos desocupadas podía tocar todo lo que quería y necesitaba. Sus manos recorrieron la cadera y la cintura de Leah con gula, quería sacar la pequeña polera que la cubría, pero no quería asustarla. No pudo evitar que una mano golosa llegara más arriba de lo que tenía planeado y tocara una de los senos de Leah, ella soltó un gemido al sentir el roce, a estas alturas lo que menos tenía era pudor. Jadeando por aire se alejó un poco de los labios de Jacob y lo miró a los ojos viendo la misma excitación que ella tenía, sus manos fueron a los bordes de la polera y sensualmente tiraron hacia arriba dejando los pecho descubiertos y a merced del hombre que la miraba con hambre, Leah tomó las manos de Jacob entre las suyas y las deslizó por su vientre hasta posicionarlas en sus senos. Calce perfecto. Él comenzó a masajear como si fuese un experto provocando que Leah arquera la espalda por el placer
Leah era hermosa y esto lo tenía comprobado, ahora que sus manos la habían tocado ya no había vuelta atrás y todo lo que él quería era más. Leah se apretó mas contra Jacob provocándole un placer doloroso, su erección ya no tenía espacio donde estaba y clamaba por un sitio más tibio y húmedo. Besando su cuello y lamiendo su pulso Jacob comenzó a explorar otros lugares. Una de sus manos permanecía en su pecho, su pulgar jugaba y retorcía el duro pezón provocando excitantes gemidos por parte de ella. La otra comenzó a bajar y sin miedo se introdujo dentro de los mini short directo hacia su centro, el cual estaba húmedo y listo para él
- mierda – exclamó Leah en un susurro al sentir uno de los dedos de Jacob introduciéndose en ella y el placer que esto conllevaba, ¿Qué pretendía? ¿Volverla loca? Ese parece haber sido el plan ya que un segundo dedo entró a su cavidad haciéndola gemir de placer. Ella tomó el pelo de Jacob y lo jaló tirando su cabeza hacia atrás. Lo miró solo un segundo antes de atacar sus labios con fiereza. Él respondió a eso moviendo los dedos en su interior y con el pulgar retorciendo su botón aumentando el goce que ella sentía.
Todavía provocándole placer con sus manos sus labios bajaron hasta sus pecho y comenzó a besarlos, morderlos. Leah se retorcía y sentía los músculos de su vientre apretándose amenazando la llegada de un orgasmo. "no es justo" pensó ella con lo poco de conciencia que tenía, él merecía sentir lo mismo. Leah llevó un de sus manos hacia el pantalón de Jacob y sus dedos buscaron ansiosamente su dureza hasta que la tuvo audaz e íntimamente colocada en su mano. Él gimió cuando sintió las manos de ella sobre el pantalón en esa zona tan delicada, luego cuando Leah desabrochó el botón y bajo el cierre para poder dejar su erección al descubierto perdió toda concentración de lo que estaba haciendo. Ella sonrió mientras bajaba sus labios por el cuello de Jacob y sus manos jugaban con él. Subía y bajaba los dedos por su longitud acariciando la sensible punta con su pulgar. Él ya no podía pensar, apoyó la cabeza en el pecho de Leah y trató de acompasar su alocada respiración sin llegar a tener éxito. Sintió que pronto iba a estallar, por lo que tomo las muñecas de Leah y detuvo su incesante caricia.
- ¿Qué? ¿No te gustó? - preguntó ella con un puchero, Jacob sonrió al ver como los ojos de Leah no eran hostiles, si no que estaban llenos de ternura, calidez y ardor.
- vas a matarme – susurró en su oído y con un rápido movimiento la hizo girar para quedar encima. Llevó sus labios desde el cuello hasta su ombligo dejando un camino de besos y caricias por su cuerpo, Leah enredó sus dedos en su cabello y arqueaba la espalda para poder sentirlo mejor. Jacob quería seguir bajando pero se topó con esos pequeños shorts negros que tanto le gustaban en ella, aunque ahora él prefería verla completamente desnuda, las manos de Jacob tomaron los bordes de la tela y comenzaron a deslizarlo por las piernas de Leah lentamente.
Leah se estaba volviendo loca, los dedos rosaban sus piernas mientras deslizaba los pantalones, y cuando Jacob volvió para ponerse entre sus piernas lo hizo besando la zona interna de sus muslos. Si, la estaba volviendo loca con cada toque de sus manos, con cada toque de su boca. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Jacob tomó sus caderas y la giró son una habilidad increíble, terminó apoyada en la arena en sus rodillas y manos dispuesta a lo que él quisiera.
Jacob acarició las caderas de Leah y luego deslizó una mano por su columna hasta su cuello, rodeándolo con sus dedos, se agachó para poner su boca cerca de su oído y acercarse más a ella
- meses esperándote – le susurró él al oído. Leah sabía de que hablaba ya que ella lo había esperado el mismo tiempo, pero no pudo contestar ya en un movimiento Jacob entró en ella lentamente y hasta el fondo, llenándola y provocándole quejidos de placer. Las manos de él fueron hacia sus pechos y comenzaron a masajearlos mientras que su boca degustaba el sabor de su cuello y hombros. Lo quería más adentro, más rápido. Le hizo sentir esta urgencia por su cuerpo en su interior moviendo su cadera con una mayor velocidad de la que él movía las suyas, Jacob entendió la idea y comenzó a acelerar, el choque de sus pelvis provocaba que él saliera de ella por unos segundos para volver a entrar con más fuerza a una profundidad que hasta ahora ella desconocía tener. Los quejidos aumentaron su volumen proporcionalmente a la velocidad.
Una mano de Jacob se deslizo hacía abajo hasta llegar al núcleo de Leah, donde sus dedos comenzaron a acariciar, retorcer, entrar y salir. Los músculos de ella se contraían dándole mayor placer al intruso y a la dueña. Ella elevó los brazos tomando la cabeza de Jacob cuando explotó de placer, él embistió un poco más antes de llegar al clímax. Estaban sudados y jadeantes y de esta forma apoyaron sus manos en la arenosa superficie, sus cuerpos aun se convulsionaba por el placer sentido recientemente. Jacob llevó sus manos hacia las de Leah y entrelazó sus dedos. Aun estaba en su interior, aun la abrazaba sin tener intenciones de soltarla, porque no quería hacerlo, el ambiente que aquí se había formado era demasiado increíble para querer dejarlo. Leah era suya, suya. Nadie podía cambiar eso ahora, nadie salvo ella misma. "¿Qué dijo ahora?" pensaba Leah "Wow Jacob estuvo increíble" eso no se lo podía decir por muy verdad que fuese, estaba segura que si abría la boca iba a meter la pata hasta el fondo y todo lo que se había formado ahora se iba a desvanecer y la sola idea de dejar de sentir a Jacob abrazándola la aterraba como nada lo había hecho antes. Pero las cosas no se podían extender, ella tenía claro que las cosas no volverían a ser así, porque él no era de ella, a pesar de lo que había pasado en esa playa.
Leah hizo ademán de levantarse pero el cuerpo sobre su espalda se lo impidió
- no es suficiente – susurró Jacob a su oído provocándole un calor inmediato en la zona del vientre – quiero verte cuando llegues… besarte por un momento mas – le dijo con increíble sensualidad en su voz, ella se moría por lo mismo, por besarlo el resto de su vida. Él volvió a girarla para quedar frente a frente, miró sus ojos un momento, tan bellos, profundos, hermosos. Corrió un mecho de pelo rebelde de su cuello y se acercó para besarla una vez más, se percató que no podría sobrevivir sin sus besos, algo tenía Leah que lo ponía de cabeza, solo un toque y era capaz de quemarlo.
Mientras atacaba sus labios se ubicó entre los magníficos muslos de ella para poder penetrar otra vez. Leah sabiendo lo que Jacob iba a hacer puso sus manos en la longitud frente a su entrada y lo rodeó con sus dedos sintiendo la dureza y calidez que tenía, pero no alargó el minuto y con cuidado levantó la cadera y puso la erección dentro de ella
- dios – dejó escapar Leah mientras él entraba profundamente una vez más. Su cuerpo aun muy sensible se estremeció con la intrusión, pero lo ignoró y sintió el placer que la embargaba.
Las embestidas comenzaron una vez más, Jacob salía y entraba como si hubiese hecho eso toda la vida. Capturaba la boca de Leah para ahogar los desenfrenados gemidos que salían de ambas gargantas. Ella empujaba su cuerpo con sus piernas para hacer el empuje más profundo y el placer más intenso. Jacob la alzó sin dejar de penetrarla y terminó sentada en su regazo como en un principio, ahora ella estaba al mando. Sus caderas se movían sobre el eje de él, arriba, abajo, arriba, abajo y vuelta a empezar. Jacob con las manos en las caderas de ella empujaba hacia delante y elevaba las caderas al mismo tiempo para aumentar el efecto. Su boca jugaba con los duros y sensibles pezones de Leah, lamiéndolos, chupando, succionando. Estaban por llegar a un nuevo orgasmo, que se vislumbraba un más grande que el anterior, por lo que ella aceleró sus movimientos. Cuando alcanzaron el cielo con las manos ambos en un acto sin premeditación hundieron sus dientes en la curva el cuello del otro. Leah sentía la sangre de Jacob en sus labios, como también su propia sangre saliendo de su hombro "eres mío" pensó ella "al menos por hoy"
- eres mía – dijo Jacob haciendo eco del pensamiento que ella había tenido hace solo unos segundos atrás – no importe lo que pase mañana, esto – dijo lamiendo la herida aun abierta en el hombro de Leah – es prueba de ello – ella suspiró porque tenía verdad, muy a su pesar él tenía toda la maldita razón, era de él daba lo mismo cualquier cosa.
- lástima que la pertenencia no sea mutua – susurró ella con pesar aun teniendo su cabeza oculta en el hombro de él, las lagrimas ya habían salido y no había vuelta atrás, no tenia como detener su huida – cuando veas esos ojos chocolates olvidaras todo lo que aquí me dijiste o todo lo que hiciste
- pero Leah…
- lo borraras de tu mente para que tu futuro suegro no se entere que engañaste a su hija aunque ella aun no tenga la edad para notarlo – siguió ella sin detenerse al intento de reclamo de Jacob – esto… - dijo pasando uno dedo por las heridas que sus dientes habían dejado en él, la cuales a su sorpresa aun no estaban cerradas – es una prueba de que fuiste mío solo hoy
- espera…
- esto no volverá a ocurrir – determinó Leah, no quería dejar de sentirlo dentro, no quería dejar de sentir sus manos en sus pechos o su boca sobre la suya, pero tenía que acabar, tarde o temprano. El día terminaría y Jacob volvería a la casa de los Cullen mientras que ella se quedaría con el recuerdo. No podía prolongar más las cosas, por lo que reprimiendo su negativa a hacerlo se levantó del piso sintiéndose inmediatamente vacía al no tener a Jacob en su interior
- Leah yo te amo – dijo Jacob deteniéndola y tratando de que ella entendiera la magnitud de sus sentimientos - ¿es muy difícil de entender?
- yo siento lo mismo – le dijo Leah sin mirarlo, su pelo negro cayendo en cascada sobre su rostro - pero tu imprimación siempre será primero, y no estoy dispuesta a ver cómo eres feliz con ella mientras yo soy la segunda – Jacob la iba a interrumpir pero ella no lo dejó, es mejor si la cosas terminaba de esta forma, el algún día sería la pareja de la apestosa media chupasangre y ella… simplemente sería. No quería estar presente el día en que eso ocurriera – gracias Jake, será el mejor aniversario en mi vida, estoy segura – señaló con una sonrisa que no llegó a sus ojos. Él se quedo sin palabras, ¿realmente terminaría así? No quería, pero tampoco tenía las palabras para negarle lo que ella le había dicho, tenía claro que su imprimación siempre iba a ser primero, por mucho que él la amara.
Leah rodeó a Jacob y comenzó a caminar hacia el bosque no sintió los pasos de él siguiéndola. "Esto no volverá a ocurrir" pensó Leah, mañana se iría de la Push a algún lugar lejos de todo esto… aunque… quizás… volviera para su próximo aniversario.
Luego de meter la historia pensé, "demonios debí hacer un Edward Bella" apuesto a que me hubiese ido mejor xD… na, pero dejando de lado los enredo con las votaciones y que luego se borraran todas las que llevaba y etc que hubo en dicho concurso a mi me gusto bastante este Lemmon, de hecho lo use de base para la noche de bodas de Esperanza, seguramente lo notaron, si no… ya les dije, así que me auto plagié xD
En fin, comentario, dudas, tomates y alabanzas haciendo "clic" en el botón verde de abajo y dejando un comentario que me alegrara el día no importa que tan mal me traten. Total Jake después me consolará igual que a Leah, ¡Ja!
