RhaegarArthur, para Lucy.
No es que a Rhaegar no le guste su esposa. Al contrario, él sabe que Elia Martell es una mujer hermosa, fuerte, e inteligente; disfruta verla mientras se desviste frente a él y le fascina la manera en que toma el control cuando sabe que Rhaegar sólo necesita dejarse ir.
Pero hay algo que Elia no tiene, y es que no inspira a Rhaegar en absoluto. Ella no le da esa chispa de pasión que Rhaegar necesita para sentirse vivo, ni le brinda la inspiración de cantar mil canciones y componer otras más.
Al principio Rhaegar no lo nota, pero es la voz de otro quien logra eso. Y es que cuando escucha la voz de Arthur Dayne inmediatamente le viene una sonrisa al rostro, y no de la clase de sonrisa fingida que muestra en la corte, o la sonrisa condescendiente con la que mira a su padre cuando el Rey tiene uno de sus episodios.
"Mi Rey," dice Arthur, ofreciendo su mano a Rhaegar en vez de una reverencia, como si fueran viejos amigos.
Rhaegar sonríe, tal como lo predijo, lleno de alegría que no puede reflejar sólo con esa sonrisa. Toma la mano de Arthur, pero no la suelta.
El Guardia del Rey se asombra.
"¿Rhaegar?"
"Has sido mi leal amigo por varios años, Arthur," dice Rhaegar, su sonrisa firme y emotiva. "Me gustaría que seamos algo más."
Sus palabras quedan suspendidas entre ellos, y por un momento Rhaegar se imagina dragones en el aire acechando su presa. ¿Tal vez Arthur se sienta obligado a decir sí a su Rey? Rhaegar no tiene tiempo de echarse para atrás, pues en menos de un segundo Arthur está a centímetros de él, sus manos en los brazos de Rhaegar, y sus ojos buscando la más ligera señal de mentiras.
"Vine con la Princesa porque era mi obligación," dice él. "Pude regresar a casa, pero me quedé y no fue por Elia."
Rhaegar no podría sonreír más en ese momento, pero su alegría y la pasión que ruega por desatarse en el cuerpo de Arthur Dayne son ahogadas por la poca sensatez que le queda en ese momento.
"Vayamos a otra parte," dice Rhaegar recuperando su tono solemne, mas con ojos que expresan nada más que la ilusión del amor realizado.
Arthur sonríe y asiente.
"A donde mi Rey me ordene, ahí estaré."
Los personajes son de George R. R. Martin, Este fic participa del Reto "Reto Especial de Navidad: ¡Seamos generosos" del Foro Alas Negras, Palabras Negras.
