Disclaimer: Los personajes no son míos (ya lo saben) son de Kishimoto que se ha empeñado a darnos infartos con su mundo de Naruto. La trama es totalmente mía, ya que solo a mí se me puede ocurrir tanta loquera junta.
Bienvenidos sean todos los que se atrevan a pasar a leer este three-shot medio marihuano que ha salido de mi mente. Quiero advertirles que encontrarán un poco, o como lo consideren ustedes mientras van leyendo, de Ooc. Era necesario para la historia. Si aún así quieren seguir leyendo, les invito a que traigan un bote, cubeta o como le llamen en su país, a la mano para las que tienen estómago sensible. Con el género que puse ya se han de imaginar de qué va la historia.
Gracias a MrsDarfoy, SamanthaBlack30 y a Ashabi por el apoyo que me han brindado en tan poco tiempo de conocerme. Las quiero mucho chicas, me han ayudado a crecer en la escritura y eso lo valoro con el corazón.
Si sigues leyendo esto, te advierto que no haré caso de las criticas que hagas en mal plan porque te dije que el fic estaba bien marihuano xD ¡Se me olvidaba algo! Este fic lo hice para el cumple de Sakura xD Así que el 28 tiene su final.
Nos leemos abajo^^
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—¿Me podrían explicar qué fue lo que pasó aquí, señores?
—No lo sabemos aún, detective —me contestó sombrío uno de mis subordinados—. Lo que sí sabemos es la identidad de los occisos: Hatake Kakashi, Uzumaki Naruto, un hombre que no está registrado con apellidos más que con el nombre de Sai —me dijo, checando el papel que traía en las manos—; y el último… Uchiha Sasuke.
—Déjenme ver si entendí: ¿Me están diciendo que en este domicilio asesinaron a cuatro personas de la manera más brutal posible y nadie se dio cuenta? —Era demasiado perfecto para ser real.
—Me temo que sí entendió bien, señor. Yo le puedo explicar el porqué del éxito del asesino —buscó otras copias entre sus carpetas—: esta es una zona privada que cuenta con diez casas en total. Cada una de las familias recibió, misteriosamente, un paquete de viaje gratis. El viaje de salida era exactamente el día que encontraban en su correo los boletos. Existe un día de diferencia en la partida de cada familia a esas «vacaciones», pero todas coinciden en un solo punto, detective: Las familias tenían vuelo de regreso el día de hoy… La familia que habita esta casa se encuentra en terapia: fue demasiado traumático para los niños y los padres encontrar los cadáveres.
«Si se le puede llamar cadáveres a la masa de sangre que se encontró».
—¿Se podría ha…?
—¡Señor! —me interrumpieron—. Acaban de llamar de la comisaría para informarle que, a cinco cuadras de aquí, se reportó una queja sobre una casa que desde ayer hiede a animal muerto.
Abrí los ojos con sorpresa; mi cerebro empezó a conectar todo, a pesar de no tener conexión alguna.
—¿Ya hay gente en el lugar? —pregunté con impaciencia.
—Sí, señor. —Hizo una mueca de vacilación—. Hay cinco cuerpos, todos femeninos… el mismo modus operando que con este caso. La diferencia es que aumentó una víctima.
«¿Qué coño estaba pasando?».
~...~
Cuando me llamaron para decirme que me encargara de ese caso, nunca me pasó por la mente que me enfrentaría a eso.
Por fuera, la casa parecía normal. Pero… Cuando atravesabas la puerta principal la pesadilla empezaba.
«Sangre».
Había sangre por todos lados; no había ni un rincón en toda la casa que no estuviera lleno de ella. Lo peor era que, con los análisis de ADN, nos dimos cuenta de que la sangre era de las cuatro víctimas.
El primero en ser encontrado, si se le podía llamar así, fue el cuerpo de Uzumaki Naruto. Este había sido colgado del techo de la cocina con los brazos y piernas extendidas creando una gran "X", ya que el muchacho era alto. Según el forense, le hicieron comer ramen hirviendo mientras una máquina conectada a la electricidad jalaba sus extremidades poco a poco hasta desprenderlas por completo del cuerpo. Eso quería decir que solo la cabeza terminó sosteniéndolo al techo y también que le siguieron dando de comer hasta que su cabeza fue arrancada del tronco. El asesino se encargó de volver a colgar los restos del muchacho del techo.
La ironía era que Naruto murió por asfixia causada por los fideos que le obstruyeron el paso de oxígeno, logrando que se desesperara por el dolor y ahogo haciendo fuerza hasta decapitarse. Y digo ironía porque ese muchacho amaba el ramen.
—¿Están seguros de que no hay rastro alguno del asesino? —pregunté con voz fuerte al darle la espalda al cuerpo del muchacho.
—No, señor. Quienquiera que lo hizo, planeó todo de manera minuciosa. Contempló todos los errores o fallas que pudieran ocurrirle mientras hacía su tarea, porque todo está cubierto. Las cámaras de seguridad del fraccionamiento muestran el carro de Karin Uzumaki entrar y salir cada cuatro horas. Horas que intercalaba de una casa a otra —me informó—. De la misma manera sucedió en el fraccionamiento a donde se encontraron a las jóvenes.
—¿Qué me puedes decir de ellas? —Tenía curiosidad.
—Que a ellas las trataron como diosas a comparación de lo que hicieron con ellos. Aunque una fue decapitada, los forenses determinaron que solo eso fue lo que sufrió aparte de los piquetes en el brazo que sus compañeras y los mutilados de los chicos presentan.
—Muchas gracias por el reporte, Kabuto. Mantenme informado de todo lo que encuentren Orochimaru y Tsunade en medio de todo este desastre.
—Me retiro, señor —dijo, dándose la vuelta; al parecer algo le faltó comunicarme porque volvió sobre sus pasos—. En el segundo piso están los restos de Sai y Sasuke Uchiha. No han dejado que nadie toque nada hasta que usted mismo los vea.
A veces odiaba mi trabajo, y hoy era un día de esos.
—Bien, Kabuto. Gracias. —Asintió en respuesta y se fue.
Regresé mi atención al cuerpo colgante y temí lo que pudiera ver con los dos que faltaban, porque el cuerpo de Kakashi ya no existía. Fue al segundo occiso que vi después de Naruto; el hombre fue encontrado en la sala: a uno de los sillones el asesino le sacó el relleno y metió el cuerpo amarrado de Hatake cuando aún estaba con vida. El homicida trajo una boa de tres metros de largo y con una infinidad de hambre. Fue presa fácil el director Kakashi para esa serpiente, se supo que estaba vivo debido a una grabación que se encontró mostrando todo el proceso.
«Con dos cadáveres ya tengo suficiente para todo el año, por eso tampoco quiero ir a la otra casa».
Decidí que ya era tiempo de pararme en esa zona de la casa que me faltaba supervisar. Así que, echándole una última mirada a lo que quedaba del rubio, partí al segundo piso con la fuerza de voluntad que mi padre me había heredado y con las ganas de terminar todo esto de una vez. Porque solo se entregarían los cuerpos a los familiares, ya que no había ningún indicio del asesino.
Subí las escaleras con lentitud evitando ver a la serpiente muerta en la sala. Mis agentes la habían exterminado, no ocupábamos ser comidos por una.
Sentí pasos a mi espalda; imaginé que era Chouji, ya que a él le había encargado esta zona en especial.
—¿Qué me tienes?
—Hay uno en el baño, Shikamaru. No tiene puerta, así que lo encontrarás rápido.
Era bueno que me advirtiera, en esta ocasión no habría sorpresas… Por supuesto que las hubo, sobre todo si el occiso había sido asesinado de una forma tan singular: lo habían hecho parte del mural de la pared. Los mosaicos formaban figuras de hombres y mujeres de cuerpo completo en distintas situaciones… El asesino quiso darle un lugar a muchacho. Pero no puso el cuerpo del joven en un agujero en la pared y ya. No. Lo acomodó por piezas, como si fuera un rompecabezas.
Una de sus manos estaba situada en donde iba la mano delicada de una mujer; no se notaría su presencia en ese lugar si lo vieras de frente, pero viéndolo pegando tu rostro en la pared, discernías que se exaltaban ciertos lugares en dicho mural. El homicida tuvo los días suficientes para dedicarle tiempo y precisión a su trabajo.
—¿Aquí tampoco hay huellas, las armas homicidas? ¿Algo que nos pueda decir quién carajos hizo todo esto?
—Lamento decirte que no, compañero. La única sospechosa sería una amiga de ellos que llevaba apenas dos años viviendo en la ciudad. Pero ella también fue una víctima brutalmente asesinada.
Chasqueé la lengua con fastidio.
—Has lo que tengas que hacer, Chouji. Los padres de las víctimas desean los cuerpos de sus hijos a la de ya.
—Este no tiene padres.
—Los señores Uchiha ya dijeron que ellos se harían cargo de él; ya sabes gente rica que ya no quieren que los cuerpos de sus hijos sean manipulados por nosotros. Se exusan diciendo que ya tuvieron suficiente con lo que vivieron antes de morir como para no dejarlos descansar —informé, cansado.
—Entonces me apuraré a limpiar todo esto.
—¿Ninguno tiene cabeza?
—No. Todas las cabezas están en un lugar especial. En la planta baja —me dijo serio mientras quitaba las piezas de Sai de la pared.
—Iré por el que falta —farfullé. Me dijo en dónde se encontraba antes de que saliera del baño—. Gracias.
Saqué un cigarro de mi saco, ya no aguantaba las ganas de meterme nicotina en mi sistema. Ameritaba un poco de droga antes ver al que faltaba.
Caminé por el pasillo que quedaba a la derecha del baño cuando salías de ella y llegué a la puerta del fondo. Era la recamara de la pequeña niña de la familia. ¿Dónde estaba Uchiha? Acostado en la cama…
Claro estaba que un peluche de gallina negra estaba en el lugar donde iba su cabeza. En el pecho tenía una pequeña escritura:
Eres un cobarde. Un hombre de tu linaje
muy cobarde.
Al parecer fue el único que no sufrió: se encontró un tanque con mascarilla de anestesia general a un lado de la cama. Incluso su cuerpo fue puesto con la mayor delicadeza posible… Decapitado, pero no se podía negar lo evidente. Tantos años en este campo me han enseñado a saber cuándo son actos de amor, venganza, despecho, juego, etc.
—Tuviste suerte, amigo, los otros no pudieron decir lo mismo.
~…~
Ya habían sacado todos los cuerpos de la casa, excepto las partes que estaba observando en esos momentos; a pesar de que me habían avisado de lo ocurrido en la otra casa, no podía salir de mi asombro por lo que vi en la de los chicos.
Me llamó la atención que no me fijé en algo importante: en el recibidor que había frente a la puerta principal se localizaba una mesa-centro de madera con las cabezas de las cuatro víctimas en ella.
Como dije anteriormente, mi trabajo me hacía ver cosas feas a diario y cada día era pero que el otro. No obstante, no sabía cómo clasificar esto… esto trascendía mi razonamiento.
«¿Qué pudieron haber hechos estás personas para que se vengaran de ellos de esta forma?».
—Shikamaru —me llamaron con premura.
—¿Qué sucede, Temari? —pregunté desviando la mirada de la mesa—. Habla de una vez —exigí con el ceño fruncido; su rostro lleno de pánico me hizo preocupar.
—U-uno de los cuerpos, el de Ino Yamanaka, fue el único que permitieron revisar por los forenses —farfulló nerviosa—. Y se encontró algo en él...
Me acerqué a la jóven que no paraba de retorcer los dedos y de colocarse el cabello tras la oreja.
—Dime lo que encontraron, Temari. Estás acabando con mi paciencia. —Un suspiro ansioso salió de sus labios antes de que me respondiera.
—Bajo el seno de la occisa había un mensaje, como el que se encontró en el Uchiha. Sin embargo, este tenía una advertencia contra la policía —soltó con el temor reflejado en sus ojos aunque tratara de disimularlo, cosa que no le estaba saliendo bien.
—Temari...
—El mensaje decía: «Esto es solo el comienzo; aún no sacio todas mis fantasías».
El silencio gobernó por unos minutos, el mismo que fue roto por mí.
—Este mundo cada vez está más podrido —comenté con seriedad y derrota, observando, de nuevo, los gestos de pánico que cubrían los rostros de las víctimas.
Había algo que no me cuadraba, algo se me estaba pasando por alto y no encontraba lo que era. Lo peor de todo es que la mayoría de los padres de las víctimas no querían dejar el cuerpo de sus hijos en nuestras manos, estaban obstruyendo nuestra investigación. Eran inconscientes al hacerlo, ¿no se daban cuenta que así podíamos llegar al homicida? No era suficiente con el cuerpo de la heredera de los Yamanaka. Los otros cuerpos podrían contener pistas del asesino.
Lo que me llamaba la atención es que dicho asesino había hecho todo muy aparatoso a la vista, como si quiesiera dar a notar que él estaba muy por encima de nosotros y su mensaje lo dejaba claro.
Y tenía que reconocer que por muy inteligente que siempre he sido en mi vida, puede llegar alguien a quitarte tu trono haciéndote saber de la forma más impactante que no eres lo suficientemente inteligente para lidiar con ese tipo de situaciones.
Me dolía la cabeza de solo pensar que todos estábamos en un peligro inminente y que solo tenía que esperar a que el golpe sucediera.
«¿Será posible que pueda pasar este trago amargo? ».
Ese mensaje me dejó helado y pensante, después de analizarlo detalladamente.
—Te buscaré y prometo que te haré pagar por lo que hiciste en esta pequeña ciudad —susurré con voz agravada. Temari se limitó a estremecerse ante mis palabras.
Era una promesa que estaba dispuesto a cumplir aunque el miedo hiciera mella en todo mi ser.
¡FELICIDADES POR LLEGAR AQUÍ!
Recuerda que es el capítulo uno... faltan dos más que están más marihuanos que este xD Sé que puedes encontrar parecido con Saw, pero no lo es. Esas películas son espectaculares, no tienen nada que ver con lo que he escrito, reconozco que no soy tan wow como otra gente que he leído xD
Bueeeeno. Espero que la historia te agradara y que vomitaras. Nah, es mentira. Muchas gracias por leerme, te agradezco de corazón que llegaras hasta aquí.
El Siguiente capítulo será publicado el 26 de Marzo.
